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115: Capítulo 115.

Veamos si la policía se cree tu versión de la historia 115: Capítulo 115.

Veamos si la policía se cree tu versión de la historia Editor: Nyoi-Bo Studio El hombre calvo tenía puesto un traje descolorido y un poco roto, que parecía ser tan viejo como los zapatos que llevaba puestos.

El borde estaba flojo, en uno de los lados hasta se podían ver los hilos.

Al golpear el piso de manera rítmica, Lu pudo ver que las suelas de sus zapatos estaban totalmente gastadas.

Si no fuera por las instrucciones del presidente, puede que Lu jamás hubiera creído que él era el jefe de Emperor Corp.

—Por favor—dijo Lu de manera cortés mientras colocaba el café frente a él.

Caminó al otro lado de la mesa y se sentó.

Técnicamente, Huo le había instruido que intercambiara unas palabras con este hombre.

Era claro que el hombre de mediana edad era un secuaz bajo el comando de otra persona, definitivamente no era la mente maestra a la que Huo y Lu habían estado vigilando.

Bueno, si ese era el caso, entonces Huo no necesitaba mostrarse.

—Fui llamado porThunderboltCorp esta mañana.

Así que, ¿qué puedo hacer por usted?

Como verá tengo mucho trabajo que hacer.

SunYan, el hombre de mediana edad, se irritó aún másal darse cuenta de que quien había entrado era la secretaria y no el presidente… —¿Tiene mucho trabajo que hacer…o tiene muchas cosas que empacar?—Lu sonrió mientras tomaba un sorbo de su café.

Sus expresivos ojos estaban enfocados en él.

—¿Qué tipo de broma tonta es esa?

Claro que vine a trabajar.

¿A qué se refiere cuando dice si tengo “muchas cosas que empacar”?—SunYan agarró sus muslos con fuerza, con tanta fuerza que se podía ver como su muslo derecho temblaba un poco.

—Bueno, relájese, solo necesito que sea honesto conmigo.

Dígame, ¿de dóndesacó la presentación para el proyecto de Qinshan?—preguntó Lu de manera directa.

La expresión de SunYan se oscureció, sus manos se estiraron hacia el café para tomar un gran sorbo, pero estaba tan caliente que se quemó la lengua.

—¡Ay!—Se abanicó la lengua y contestó—.

No sé a qué se refiere.

Tampoco se nada sobre eso.

—¿Por qué está tan nervioso?

—preguntó Lu con un aire de indiferencia.

Colocó su taza sobre la mesa—.

Mi querido presidente, ¿sabe que lo podemos demandar por eso?

—¡De veras!

¡No sé nada!

De alguna manera, la propuesta terminó en mi correo electrónico.

El remitente decía que podía usarla, así que fui para probar mi suerte.

¡Es la verdad!

SunYan entró en pánico al oír la amenaza.

—Claro, claro, claro—Lu miró al asustado hombre—.

Veamos si la policía se cree tu versión de la historia.

—Por favor, señorita secretaria.

¡No saque conclusiones!

De verdad no sabía que esa era la propuesta de su compañía.

Y no fui yo quien presentó la propuesta.

SunYan estaba aún más asustado.

Había dejado su taza de café y movía los brazos de manera vigorosa, negando la acusación.

Lu Zhaoyang se mantuvo en silencio, con una pequeña sonrisa, como si una reina de hielo estuviese esperando que un mono saltara el aro con fuego.

Huo Li llegó a la escena con una computadora portátil.

Su rostro lucía inusualmente macabro.

—Correo electrónico y su contraseña.

SunYan estaba tan en shock como si hubiera visto al Dios del inframundo.

Por supuesto, no había olvidado la vez que el hombre lo sacó de la oficina a la rastra.

—Um…uhh…—De manera obediente ingresó su dirección de correo y su contraseña y tomó la taza para llenar el incómodo momento, solo para darse cuenta de que ya se la había tomado toda.

—Presidente Sun, este incidente puede que no dañe a su compañía en lo absoluto…

—Le echó una mirada—.

Pero definitivamente daña mucho a Thunderbolt Corp.

¡Si fuese usted rezaría para de verdad no estar relacionado con el caso, si no, ni Dios podrá salvarlo!

Tomó su taza y se dirigió a la máquina de café para rellenarla.

—La bandeja de entrada ha sido vaciada completamente.

Vamos a hacer una recuperación —reportó Huo Li.

Lu sabía que Huo Li no se lo estaba reportando a ella.

¿Eso estaba dirigido a asustar a SunYan?

O…¿Huo Yunting estaba realmente viendo eso?

En la silenciosa sala de reuniones, el frígido aire arañó cada centímetro de la piel de SunYan.El sonido de Huo Li al arrojar las llaves en la mesa apuñaló cada latido del corazón de SunYan.

—Llegó de un cibercafé hace 10 días.

—Huo Li provocó un cierre y miró a SunYan—.

Señor Sun, ¿le gustaría confesar ahora o quiere que lo ayude con eso?

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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