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120: Capítulo 120.
Estoy sediento 120: Capítulo 120.
Estoy sediento Editor: Nyoi-Bo Studio Estaban en un salón de baile.
Lu estaba bastante desconcertada cuando Lin la llevó a un exquisito hotel que quedaba a unas cuadras de Thunderbolt Corp.
La nueva fue bailandoemocionada el vals hasta una de las largas mesas que se encontraban al costado, con una bandeja en la mano.
Decidió iniciar con los postres, ya que los pequeños panecillos con glaseado y los bocaditos de cereza llamaron su atención.
Sus ojos brillaron tanto como el glaseado que estaba en su tenedor cuando se comió el primer bocado.
Hizo un largo “mmmhhmm” al sentir cuan aireado estaba su pastel de terciopelo rojo.
—¡No seas tímida, Zhao Yang!¡Toma lo que gustes!¡Después de todo, esta noche te invito yo!—dijo Lin tan generosamente como lo haría el dueño de una gran mansión en un buffet.
Después de todo, Lu era la secretaria en jefe de una gran compañía.
Había asistido a bastanteslugareslujosos como este.
Y, cómo acompañaba al presidente cuando se relacionaba con los peces gordos, había adquirido la habilidad de identificarlos con solo una mirada.
En la cena de esta noche, podía ver como cada invitado era el prestigioso y capaz jugador de su propio mercado.
Cuando fue servida la gigantesca torta de cumpleaños en la última mesa libre ubicada en el centro, el nombre del alcalde apareció sobre la rectangular torta blanca escrito con crema roja.
Al ver el nombre, Lu no pudo evitar mirar a Lin, quien tenía la boca cubierta con crema batida y seguía ingiriendo más calorías de lo que debía ser su cuota diaria.
«Espera un segundo…».
Algo sorprendió a Lu.
«El alcalde de la ciudad…también se apellida Lin…».
Lin Yazhi literalmente se lanzó en la boca una torta tras otra, mientras que Lu había estado sosteniendo un plato limpio desde el comienzo, intentando descifrar cuándo sería el mejor momento para irse ya que tenía miedo de cruzarse con Huo Yunting.
Él tenía una cena esa noche después de todo.
—Ya Zhi, bueno, ummm, no es para arruinarte el momento, pero probablemente venga también el presidente —sugirió Lu para marcharse.
—¡No hay nada de qué preocuparse!
Ahora no estamos trabajando, tenemos nuestra libertad, derechos de los trabajadores, ¿sabes?
Bueno, Lin no lo captó del todo.
Incluso llevó a Lu de mesa en mesa, mostrándole diferentes platos, ignorando a todos esos invitados tontos que las tomaron como meseras.
—¿Sabes sobre sangría, Zhao Yang?
Creo que es sangría —dijo Lin sosteniendo en su mano una copa de un vino rosado.Tomó un sorbo y lamió su paladar—.
Mmmm, sabor a durazno.
¡Sabe maravilloso!
—Prueba un poco.—Le pasó la copa a Lu.
—Ya Zhi…yo…—Lu tomó la copa y sonrió cortésmente—, me voy a ir…
disfruta el resto de la noche.
—¿A qué te refieres?¡La noche ni ha comenzado!
¡Todavía no has comido nada!
Antes de que Lu pudiera responder, el ruido de la vajilla y las conversaciones se detuvieron en cuanto alguien ingresó al salón.
—Presidente Huo —susurró alguien.
«Oh, está aquí…».
Lu sujetó su copa de vino con fuerza.
«Bueno, parece que debo escapar justo frente a sus narices».
Y Lu tenía razón, Huo Yunting se percató de su presencia con tan solo una mirada en cuanto entró al salón.
Al notar una copa de vino en su mano, dobló en la entrada y fue rápidamente hacia ella.
«¿Esa mujer siquiera sabe que está tomando?¿Sabe que no todo vino es apto para consumo?».
En ese momento Mo Shan tenía sus brazos alrededor del hombre y fue arrastrada por él.
Al frenar frente a Lu, los ojos de Mo Shan revelaron miedo por un momento, pero luego se volvieron dóciles y dulces de nuevo.
Debía mantener su gracia.
Después de todo, era un evento importante.
Lu, tratando de parecer indiferente, alzó su copa para tomar un sorbo.
La copa fue arrebatada antes de que pudiera tomar.
«¿Qué cree él que está haciendo?¿Le estoy robando su vino?».
Huo hizo fondo blanco y le devolvió la copa.—Estaba sediento.
—¡Oh, tú!¿No eres una tierna mesera?
Sírveme esta noche.
—Anunció Huo mirando a Lu, antes de darse la vuelta.
No era la primera persona que la confundía.
Esta noche tenía puesto lo mismo que llevaban las meseras… La familia anfitriona de la fiesta miró primero a Lu Zhaoyang, para luego darse cuenta de que la vivaz Lin Yazhi estaba parada a su lado.
Podían notar que las muchachas no eran meseras, pero el invitado había hecho saber su orden.
Lin Jingzhi corrió hacia ellas y le echó una mirada a Lin Yazhi, luego miró a Lu.
—Esta noche servirás al presidente.
Nuestra familia te dará una generosa propina después.
—No, gracias.—Dejó la copa y siguió a Huo y a Mo Shan.
Justo después de que Lu dejara la escena, Lin Jingzhi tocó la frente de Lin Yazhi y apretó sus dientes.—Tú no te irás a ninguna parte, jovencita.¡Hablaremos de esto después de cenar!
Nota del traductor: ¡Bueno, por supuesto!
La nueva, alegre e ingenua chica que había conocido a la protagonista femenina debía ser la princesa de una familia rica, precisamente la hija del alcalde.
¡Todo tiene sentido!
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