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133: Capítulo 133.

Algo huele raro 133: Capítulo 133.

Algo huele raro Editor: Nyoi-Bo Studio Para: Zhaoyang Amor a primera vista.

De: Jingzhi «¿Jingzhi?

Genial, el nombre de un completo extraño, la última cosa que quiero ver en este planeta.¿Quién diablos es Jingzhi?».

Lin Yazhi estaba parada al lado de Lu mientras leía la tarjeta en silencio, hizo una mueca al ver el nombre del remitente y tosió de manera incómoda mientras caminaba de vuelta hacia su asiento.—Bueno, es tiempo de trabajar.

Es tiempo de trabajar.

Lu había tenido suficiente de ser el centro de atención.

Tiró la tarjeta a la basura y se sentó de manera agraciada.

—¿No vas a mirar el revés de la tarjeta, secretaria Lu?

Quién sabe, ¡podría haber un número de teléfono!—Alguien le recordó amablemente.

—No estoy interesada —murmuró Lu mientras le echaba una mirada a su escandaloso y ridículo regalo, el cual estaba sobre la mesa.

Para ella era incómodo a la vista, la distraía.

No solo provocabadistracción, ¡le ponía los nervios de punta!

Imagínense si Huo viera ese extravagante regalo sobre la mesa,¡ya el pequeño “rumor” que había oído ayer casi lo había hecho incendiarse de la ira!

Más importante aún, ¿quién era Jingzhi?

Lu no recordaba a nadie con ese nombre.

Trató de rastrear ese nombre en su mente mientras sus ojos vagaban sobre las rosas; más lo pensaba, y más su vista se volvía hacia Lin Yazhi, cuyos hombros parecían temblar de tanto en tanto.

«Lin luce particularmente rara hoy…no solo no intentóahondar más en el chisme, sino que ademáshay algo sobre ella que me estaba molestando.Yazhi…Jingzhi…Espera, esa noche, en la fiesta del alcalde…».

—¿Podrías venir aquí, Lin?—dijo Lu de manera amable, con un suave balanceo hacia ella.

—¿Por qué, Zhao Yang?—Ella caminó hacia Lu, desconcertada.

—¿Me podrías hacer un favor?

Lleva este ramo de rosas de vuelta a tu familia y dile a este señor Jingzhi tuyo que no me interesa salir con un arrogante.

—¿Nani?

¿Qué rayos estas diciendo, querida?¡Estoy ocupada, muy isogashiidesu!—Lin Yazhi murmuró algo incomprensible y se volvió a su asiento como un correcaminos.

«Verdaderamente muy buenaactuación».

Pensó Lu mientras miraba a esta pequeña mocosa rascarse la cabeza, haciéndose la tonta.

Miró el ramo y meditó.

«¿Amor a primera vista?¿Apenas hablamos como por un minuto?

No estoy segura si me debería sentir alagada o espantada por su “amor”».

Y se llevó las rosas consigo.

En el segundo en que se cerró la puerta, el departamento de secretaría completo estalló y las mujeres se juntaron en el centro para su charla de chicas, susurrando con sus espaldas arqueadas, espiando hacia afuera de tanto en tanto, como en una pijamada.

Lu caminó a lo largo del corredor y tiró las rosas, que estaban envueltas de manera hermosa, en el tacho de basura grande.

Se volvió hacia la oficina del presidente para buscar unos documentos que había dejado ayer.

Llamó a la puerta brevemente y entró otra vez al infierno, donde vio al demonio con sus ojos pegados a la pantalla.

Bueno, eso era su salvación, por lo menos su cuerpo estaría a salvo.

Recolectó los documentos y los acomodó en orden numérico para que el diablo les colocara su firma.

—Ejem, señor, necesito su firma.

Ahora.

Huo frunció su ceño.—¿Cuál es el apuro?

¿Quieres una cita esta noche?

—… «Aquí vamos de nuevo.

He oído sobre hombres teniendo ciclos menstruales también, debe ser verdad».

Sin embargo, pensándolo nuevamente, Lu recordó qué fue lo que causó nuevamente su enojo.

—Bueno, investiga todo lo que quieras.

Juro que no conozco a este tal Lin Yazhi.

Soy totalmente inocente.

Lu ya se podía imaginar que el presidente la había estado observando a través de la cámara de seguridad de su oficina.

—Oh, ¿conocías su nombre?

Eso es muy rápido de tu parte, señorita Holmes.

—Sólo una conjetura.

—Solo si tienes tal instinto sobre el corazón de un hombre.

Huo Yunting tomó un bolígrafo del estante y firmó agraciadamente sobre su nombre.

—No estoy interesada en eso.

Soy tu secretaria, no leo tu mente, presidente Huo.

El espectro de mi trabajo no incluye adivinar sobre el corazón de un hombre —dijo Lu de manera calmada con un tono llano, pero se sentía intranquila.

Para ella todo había tenido sentido, no era de extrañar que Madam Xue la llamara para mostrar su “preocupación”.

Huo no respondió.

Tiró su bolígrafo en el estante y descansó en su trono, mirando otra vez la pantalla fijamente.

Lu dejó la habitación de manera obediente, con los documentos firmados, antes de decir, por último:—Algo huele raro.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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