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141: Capítulo 141.
¡Sorprendido!¡Encantado!
Molesto…III 141: Capítulo 141.
¡Sorprendido!¡Encantado!
Molesto…III Editor: Nyoi-Bo Studio Xue Yuming estaba tensa al principio cuando marcó, su pecho se elevaba y hundía de manera vigorosa mientras que esperaba que se hiciera la llamada.
—Hola, cariño.
Es mami.
—Rápidamente se deshizo de esa dura expresión que tenía, como si estuviera hablando con Lu cara a cara—.
No, mami solo te extraña, oh por cierto…
—Y ahí comenzó, revelando el verdadero motivo, tan natural como era posible.
—Adiós, cariño.—Y colgó el teléfono con una sonrisa tan deslumbrante como el sol.
—No te preocupes.
Yang ha aceptado ayudar.
Si ya pudo traer a Huo a casa la última vez, definitivamente puede hacer lo mismo ahora.
Huo Zhenning no respondió.
Todavía estaba muy molesto como para contestar.
(Mientras tanto) —De acuerdo, madre.
Adiós.
—Lu oprimió el gran botón rojo con alivio.
Había recibido otra vez una orden de su alteza.
Debía aventurarse en la guarida más oscura de la compañía para hacerle otra visita al diablo.
Caminó hacia adentro valientemente, con su pollera blanca y negra de guerra, a lo largo de las ventanas de vidrio del corredor hasta que se detuvo frente a una gran puerta.
Llamó para notificar al señor del inframundo, solo para no obtener respuesta.
Lu estaba confundida, puede que Huo fuera una persona que respondía a la puerta de manera silenciosa, pero ahora estaba todo muy callado.
Entró y encontró que la oficina estaba vacía.
Sacó su teléfono y le marcó a Huo desde sus contactos recientes.
La llamada se hizo con rapidez pero fue terminada de inmediato.
Se fijó la hora, aún más confundida.
Eran las 11a.m.
«Bueno, al parecer no quiere hablar conmigo.
He hecho lo mejor que pude.
Se lo diré esta noche».
Lu imaginó que Huo no estaría en la oficina en todo el día pero estaba equivocada.
El hombre volvió a su guarida por la tarde.
Para crear una oportunidad para transmitir el mensaje de su madre, Lu tomó parte de un documento y fue a la oficina del presidente.
Esta vez, su nariz captó en la puerta el limpio aromaa tabaco costoso.
Entró en la oficina directamente.
Huo estaba allí, completamente desparramado en su silla con un tabaco encendido en su mano.
Como era de costumbre, ella suspiró y colocó el documento frente a él, luego le pasó el bolígrafo, el cual de hecho estaba a su alcance.
—Fírmalo.
Huo se levantó y se echó hacia adelante.
Dejó el cigarrillo en el cenicero.
Tomó el bolígrafo y firmó sin dudarlo.
Dejó caer el bolígrafo en el cenicero que tenía el cigarrillo.
Lu quedó boquiabierta brevemente ante su comportamiento inmaduro.
—¿Vas a ser bueno para variar y me vas acompañar a casa este fin de semana?—dijo Lu vagamente.
—¿Desde qué posición crees que me puedes hablar de esa manera?—Huo levantó una ceja y frunció el ceño, sus palabras viajaban tan lentamente como su cuerpo se acomodaba en su trono.
Su acción fue como un gruñido de la mafia, pero lo hizo con extrema gracia.
—Desde la que a ti te parezca.
Solo ve a casa conmigo.
«Mami dijo que era algo muy importante, éldebe estar allí».
—Cueste lo que cueste.—Las palabras de MadamXue hicieron eco.
—No eres una buena negociadora.
¿Qué tal si me dices exactamente qué ha pasado así yo puedo procesar tu pedido —dijo Huo perezosamente con una pizca de maldad en sus ojos.
—No tengo idea.
Entonces haz lo que quieras.
Simplemente no tenía sentido que ella lo convenciera de nada más si él haría oídos sordos a cualquier cosa que ella diga.
Eventualmente Lu dejó la habitación.
Su partida fue una sorpresa para Huo.
«¿De verdad no sabe de qué se trata?Bueno, ¿por qué me interesa?
Ni que estas supuestas “grandes noticias” tuvieran algo que ver conmigo.Quien sabe, a lo mejor la gran noticia es que voy a tener otro hermano en la familia.¡Meh!».
(En la mansión de la familia Huo) —¿Qué?
Bueno…—MadamXue colgó el teléfono luego de recibir el último informe por parte de su hija.
Ella volvió, con pasos pesados, a la sala de estar.
Su mirada preocupada se enfocó en su marido, quien estaba leyendo el periódico de finanzas.
«Que debería hacer…Yunting no volverá…».
Huo Zhenning sintió la presencia de MadamXue por lo que dejó el periódico.
La miró mientras tomaba la taza de té.
—¿Cómo te fue?
Sacudió su cabeza a modo de decepción.
—Yang dijo que él se mostraba curioso acerca de qué había sucedido.
Deberíamos decir… —¡NO!—El té verde fue derramado.
—Cariño…—MadamXue tomó unos pañuelitos de su bolso y limpió gentilmente su mano quemada, lo que hizo que su expresión se aflojara—.
Yuming… lamento molestarte.
—Desde que nos casamos todo ha sido felicidad.
No hay molestias.
—Bueno…—Huo Zhenning la miró con calma—.
Queda una sola cosa por hacer.
—¿Qué?—murmuró MadamXue, desconcertada.
Huo Zhenning, con ella en sus manos, la llevó hasta su sala de lectura.
En la habitación llena de estanterías altas había un escritorio de madera en el rincón, vagamente alumbrado, con una pila de invitaciones marcadas en oro, todas reservadas para los miembros de la elite.
—¿Le estás escribiendo una invitación?
—No hay otra manera…—murmuró Huo Zhenning, mientras que tomaba una carta roja y comenzaba a escribir.
Redactar una invitación solo para hacer que el hijo de uno vaya a casa… sonaba ridículo…y patético.
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