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56: Capítulo 56.
Las Bromas de una Pareja 56: Capítulo 56.
Las Bromas de una Pareja Editor: Nyoi-Bo Studio De repente, Huo quitó su brazo y se recostó en la silla para descansar sus ojos.
Lu Zhaoyang mantuvo su posición encorvada.
Podía ver el pecho de Huo moverse lentamente hacia arriba y hacia abajo.
Se había entrometido.
No debería haber preguntado.
Huo Yunting no volvió a hablar hasta que llegaron a Qingshan.
La inspección del lugar se llevó a cabo sin inconvenientes.
Comenzó a lloviznar en el camino de regreso.
Gotas de lluvia caían sobre el parabrisas.
La visión al mundo exterior se convirtió en un lío borroso.
Sintió frío y encogió sus hombros.
Ni una reacción tan pequeña pasó desapercibida por Huo Yunting.
—Acercate a mi si tienes frío —dijo Huo Yunting mientras tiraba de la muñeca de Lu.
El cuerpo de Lu Zhaoyang cayó directo en sus brazos, justo donde ella podía oír su fuerte latido del corazón.
Puede haber sido el aire acondicionado del coche o el hecho de que estaba en sus brazos pero se sentía mucho más cálida ahora.
El coche se movió a paso firme en el tráfico y finalmente se detuvo frente a la mansión.
Lu Zhaoyang fue a abrir la puerta pero él la arrastró hacia sus brazos nuevamente y susurró en su oído: —¿Cuál es el apuro?
—Deberíamos irnos.
A menos que estés planeando invernar aquí dentro.
Huo Yunting levantó una ceja pero no dijo nada más.
La dejó ir cuando Huo Li se acercó con un paraguas a abrir la puerta del carro.
La ayudó a salir el carro, y Huo Li los mantuvo cubiertos por el paraguas.
Lu Zhaoyang no estaba acostumbrada a esto.
¿Cuándo se había vuelto tan amable?
Sopló una brisa fría y ella se acurrucó un poquito más cerca.
Sus pasos hacían eco en armonía con la lluvia.
Sonaba muy relajante.
Huo Yunting se rió burlonamente y dijo sin avisar: —Será mejor que no te enfermes o me quedaré sin mi recompensa.
“…” Claro que era eso lo que estaba en su mente.
Ella debía haber estado muy cansada como para pensar que era un hombre cambiado.
—No te preocupes, me aseguraré que estés tan satisfecho que…morirás en el lugar —disparó de vuelta Lu Zhaoyang.
Luego de pasar tanto tiempo con él, ella ya había aprendido algo de la jerga.
Sin embargo, esta era la primera vez que se lo decía de esta manera.
Lo cual la hizo sentir avergonzada.
Huo Yunting chasqueó su lengua y estudió su cara sonrojada.
—Estoy contento de que hayas descubierto que hacer como entretenimiento para hoy a la noche.
“…” ¿Podía retirar lo dicho y pretender que no había pasado nada?
El hombre del paraguas, Huo Li, revoleó sus ojos para el cielo.
¿Qué había hecho él para tener que escucharlos bromear así?
Que hermosa mujer se había conseguido, como era de esperar del Hermano Ting.
Debía pedirle consejos más tarde.
Una vez en la casa, Lu Zhaoyang se paró y empujó lejos a Huo Yunting.
—Deberías descansar —dijo ella.
Huo Yunting la estudió con interés y dijo: —No te preocupes.
Yo siempre descanso por un par de días cada mes.
—No me molestaría si descansaras por un par más.
—Deberías estar orgullosa que tu marido es tan capaz.
“…” La cara de Lu Zhaoyang enrojeció.
Sabía que si se enfrentaban con palabras, ella no sería una oponente digna para él así que se marchó incómodamente.
Lu Zhaoyang decidió nunca más batallar con él luego de la horrible, horrible experiencia que vivió la noche anterior.
¡El hombre nunca dejaba de encontrar nuevas maneras para hacerla sufrir!
Al día siguiente, Xue Yuming la llamó para hablar Huo Yunting.
Dejando de lado el incidente con Qiu Ran, Huo Yunting se había comportado de manera normal y no parecía afectado por lo sucedido.
Solo unos momentos después de que finalizara la llamada, la recepción le envió una tarjeta dorada de invitación que le había llegado.
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