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69: Capítulo 69.
Felicitaciones Señorita Lu 69: Capítulo 69.
Felicitaciones Señorita Lu Editor: Nyoi-Bo Studio Sacó una navaja de la nada y cortó las sogas que ataban sus muñecas, la levantó y la cargó fuera del depósito mientras se escuchaban gritos y disparos.
Lu Zhaoyang estaba rendida en sus brazos, la esencia del cuerpo de Huo la abrumaba.
Su elegante mandíbula, su atractivo cuello, el blanco collarín de su camisa, y su vagamente expuesta piel bajo dicha prenda.
Todo sobre él gritaba por su atención.
Se mordió aún más fuerte para mantenerse cuerda, y se sostuvo con fuerza a su camisa hasta que la bajó en el asiento trasero del coche.
Lu Zhaoyang se acurrucó en el asiento trasero mientras Huo Yunting encendió el coche y aceleró lejos del depósito.
Las manos de Huo Yunting estaban firmes en el volante.
Pisó el acelerador.
Su atención estaba dividida entre el tráfico y la condición de Lu.
La cara de Lu Zhaoyang estaba sonrojada.
Ya había abierto el cuello de su camisa pero seguía apretando los dientes con fuerza.
«¡Mujer idiota!
Es mucha sangre, ¿quieres mutilarte la lengua?».
Frenó abruptamente, estacionó y apagó el carro.
Se dio vuelta hacia ella y preguntó: —¿Quieres mi ayuda?
—No…—la poca autonomía que le quedaba la forzó a sacudir la cabeza.
Parecía como que pronto fuera a hacer un hueco en su lengua.
—¡Lu Zhaoyang, creo que te las estás arreglando para terminar siendo muda!
Huo Yunting trepó en el asiento trasero y apretó su boca, forzando a aflojar su mandíbula.
Inmediatamente bajó su cabeza para besar sus labios ensangrentados.
Sus cuerpos se encontraron y la obstinación de Lu Zhaoyang lentamente cedió ante él.
Ella dejó atrás todas sus ataduras una vez que él se encontraba dentro suyo, y se condujo bajo los efectos de la píldora, cumpliendo todos los caprichos de Huo.
Ambos gimieron a más no poder en el reducido espacio que había dentro del auto.
Cuando finalmente había terminado, la cabeza de Lu Zhaoyang comenzó a aclararse.
Cerró sus ojos y se acurrucó aún más en el asiento trasero.
Huo Yunting la cubrió con su chaqueta, volvió al asiento del conductor y la llevó al hospital más cercano.
El hospital tenía un fuerte olor a antisépticos.
Lu Zhaoyang se despertó confundida, sintiendo dolor en todo el cuerpo.
Se escuchaba a alguien hablando en el fondo.
Sonaba como Huo Yunting.
De apoco comenzó a recordar lo que habían hecho en el carro y su rostro se puso rojo.
Abrió los ojos cuidadosamente al escuchar que los pasos se alejaban, y vio a Huo Yunting sentado al lado de su cama.
—Felicitaciones señora Lu, casi te destrozas la lengua.
Olvídate de comer y hablar normalmente por las próximas semanas.
Había una taza de café caliente en la mesa.
Siendo el dramático de siempre, Huo Yunting la tomó y bebió un sorbo elegantemente —sabe maravilloso.
“…” Ella amaba el café.
—Pruébalo por ti misma —dijo Huo Yunting y llevó la taza a los labios de Lu.
Ella se dio vuelta para el otro lado.
—Se ve que todavía estás lo suficientemente saludable como para oponerte a lo que digo.
Él sonrió y de un tirón removió la manta que la cubría.
Lu Zhaoyang yacía en sus brazos involuntariamente mientras que él la sacaba del hospital.
No vio cuantas miradas envidiosas estaba recibiendo ya que había escondido su cara en los brazos de Huo para evitar la atención.
De vuelta en su residencia, Huo Yunting la cargó todo el camino hasta adentro.
No era la primera vez que la cargaba a la casa, pero esta vez sus hombros y piernas se extendían más allá de su chaqueta y estaban expuestos para ser vistos por todos.
Los sirvientes les dieron un vistazo y rápidamente retiraron la mirada.
De vuelta en su habitación, Huo Yunting puso gentilmente a Lu Zhaoyang en la bañera, ya llena de agua tibia.
—¿Quieres lavarte tú misma o te ayudo?
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