Tamaño de Fuente
Tipo de Fuente
Color de Fondo
719: No Me Mentirías, ¿Verdad?
719: No Me Mentirías, ¿Verdad?
Editor: Nyoi-Bo Studio 718 Wen He se sentó, mientras sus cejas temblaban, ocultando la confusión en su interior.
Yang Yi vio su cambiante expresión y continuó confiado: —Si puedes convencer a Lu Bai de que acepte nuestra amnistía, todo lo que hiciste en el pasado será borrado, y podrás vivir como una persona normal de hoy en adelante.
Este es un trato muy justo, beneficioso para ambos, no creo que seas tan tonta como para rechazarlo, ¿no?
Nunca antes Wen He había sido puesta contra la pared de esta forma para que cooperara.
Estaba frustrada, confundida y el dolor punzante seguía clavándole en lo profundo de su corazón.
Se rehusó a creer que Huo Chen había estado usándola todo el tiempo.
Pero en su mente todavía estaba grabada su fría mirada de antes.
—¿Lo has considerado?
La voz de Yang Yi atrajo la atención de Wen He.
Ella miró a Yang Yi.
Su semblante se veía victorioso y parecía estar seguro de que ella no lo rechazaría.
De repente, su sombría expresión se desvaneció y se recostó en el asiento, plantando ambos pies sobre la mesa.
—Comandante Yang, ¿verdad?
Error mío realmente, rechazo su propuesta de amnistía.
La expresión de Yang Yi se endureció y preguntó bruscamente: —¿No le temes a la muerte?
—Le temo.
—Ella sonrió—.
Pero Huo Chen no me dejará morir así, no tendrá el corazón.
—¡Insolencia!
Yang Yi se enfureció y sus ojos se movieron con nerviosismo.
—¡Parece que si no te dejamos morir por la propia mano de Huo Chen no entenderás lo serias que son las cosas!
—Entonces haga que me mate.
Wen He arremolinó un mechón de pelo con sus largos dedos, y habló en un tono indiferente.
—Morir en sus manos vale la pena, somos marido y mujer después de todo, ¿no?
Después de una ligera pausa, ella se rio.
—Pero tengo curiosidad, usted afirmó que Huo Chen me ha estado usando, mintiendo.
¿Por qué no están sobre él?
Si el mismo lo admite, puedo considerar aceptar su propuesta.
¿Qué le parece?
Había algo en ella misma; tenía que preguntarle.
—¡Cabeza de chorlito!
Yang Yi se levantó sin molestarse en mirar a Wen He.
Dio la vuelta y se fue.
El haber sido incapaz de convencerla, había arruinado su humor.
Decidió escupir un último veneno: —¿Crees que Huo Chen querrá verte?
Su futuro es brillante y tú no eres más que el remanente de la pandilla que debería haber muerto.
¿Crees que una persona como tú es adecuada para él?
¡Es absurdo!
—…
La respiración de Wen He se ralentizó y sentía una hiriente opresión en el pecho.
No obstante, se recuperó rápidamente y se rio de Yang Yi.
—No estoy segura de ser o no adecuada para Huo Chen, pero puedo estar totalmente segura de que usted no es apto para mí, ni siquiera es competente para negociar conmigo.
¡BLAM!
Un golpazo aisló la habitación del mundo exterior.
Wen He puso los ojos en blanco, mientras murmuraba para sí misma: —Todo un comandante, con un temperamento tan explosivo, bien puede regresar por donde vino.
La sala de interrogatorios espartana de repente se quedó en silencio.
Lentamente, ella retrajo la sonrisa que tanto le costó poner, sintiendo que sus fuerzas estaban agotadas.
Simplemente se tumbó inerte sobre la mesa.
Con la cara enterrada entre los brazos, no se movió, evitando así que las cámaras capturaran su expresión.
—Huo Chen…
Su piel tocaba la fría mesa y sus ojos estaban distantes mientras murmuraba: —No me mentirías, ¿verdad?
Tristemente, nunca obtendría la respuesta a la pregunta en esta encrucijada.
Al mismo tiempo, Huo Chen había regresado a la pequeña mansión fuera del campamento militar.
La tía salió de la cocina al escuchar un ruido.
Al verlo llegar solo, se quedó atónita.
—¿La señora no va a volver a casa?
—Estará fuera durante dos días.
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com