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73: Capítulo 73.
Huo el anormal II 73: Capítulo 73.
Huo el anormal II Editor: Nyoi-Bo Studio Tiró su bolígrafo con fuerza.
—Ey secretaria —dijo mientras se recostaba en su trono—, si quieres mirar a la señorita Lu, ¿qué tal si la miras directo a la cara por todo el tiempo que desees?
—¡¿Umm… eh?!
¡Uh!
¡Uh!
¡Mis disculpas, señor presidente, señor, y-yo me voy a retirar a trabajar!
—la pequeña secretaria se escabulló de su oficina como un conejo escapando del lobo.
Casi pareció como que hubiese sido una ex maratonista.
Huo Yunting la miró a Lu, quien había mantenido su cabeza baja por más de una hora ya.
Él alzó sus cejas y dijo: —Lu Zhaoyang, será mejor que muevas tu cuello cada tanto si no quieres tener que comenzar a pagar cuentas de hospital antes de retirarte.
Fue entonces cuando Lu Zhaoyang, sin expresión alguna, sacudió su cuello dramáticamente y estiró sus brazos como una princesa.
Luego de eso volvió a su postura previa, la cual se asemejaba a la de El Pensador.
—¡Tsk!
«¿¿De nada??».
Más tarde regresaron a la casa, donde finalmente Lu pudo probar su sopa de pescado favorita, pero no pudo evitar lanzarle miradas dudosas a Huo Yunting mientras que la comida estaba siendo servida.
«¿Qué diablos sucede con este hombre?
¿Cuándo ha sido él el policía bueno?».
—Si quieres decir “gracias” debes utilizar tu boca de la manera correcta —dijo Huo Yunting al captar las pequeñas miradas—.
Eso siempre sella el trato.
Con una mano sosteniendo la sopa y la otra en su mejilla, levantó su dedo índice un par de veces.
«¡No seas tan egocéntrico!».
Ella, como un caimán salvaje, golpeó la mesa y se estiró hasta donde estaba Huo Yunting para golpearlo y así poder tomar el tazón.
Extendió la mano y Huo ni siquiera se molestó en esquivarla.
El ataque fue anulado cuando utilizó su diabólica sonrisa con los ojos entrecerrados una vez más.
—Oh, ya veo, siempre supe que eras una persona a la que le gusta trabajar con las manos en lugar de con la boca.
Muy bien, esta noche puedes trabajar con las dos cosas conmigo —dijo el hombre.
Las palabras tomaron por sorpresa a la jugadora de basketball y rápidamente retiró la mano.
«¿Trabajar?
¿Mano?
¿Boca?
¡No quiero trabajar con nada esta noche!
¡Y sé que eres un hombre que no se tragaría sus propias palabras!».
—¡Muy bien, el tren Choo Choo ha llegado!
—Huo sonrió de manera seductora y llevó la cuchara a los labios de Lu.
El juego de la paciente y el enfermero duró un par de días.
Lu ya casi se había considerado discapacitada.
Tenía que ser cuidada por su amado presidente en la oficina personal de este.
Durante las comidas no necesitaba ni mover sus manos, bueno, no lo tenía permitido.
De repente, Huo Yunting se había vuelto un ángel que cuidaba de ella decentemente, e incluso rechazó algunas invitaciones a tomar tragos para adaptarse a sus necesidades.
«Bueno Lu Zhaoyang, el diablo no se puede convertir en ángel de un día para el otro.
Él DEBÍA tener un plan.
Quiero decir, él es la persona que estalló ante una simple burla del presidente Du y también es quien le prohibió al presidente Du, casi de manera permanente, acercarse a su vida empresarial al negarse a verlo.
Quiero decir, era un gran proyecto que eventualmente iba a beneficiar a su compañía.
Él no podía estar diciéndole que no al dinero.
¿Qué estás planeando?
Huo el anormal».
Huo Yunting permaneció sentado junto a Lu como el dulce enfermero, con una cuchara llena.
Lu Zhaoyang bloqueó su propia boca y preguntó con palabras escritas en su palma: “¿QUÉ QUIERES?” Huo sonrió.
—Acércate.
Te lo diré.
Lu Zhaoyang estaba desesperada por saber cuál era el verdadero motivo detrás del comportamiento anormal de Huo Yunting.
El suspenso se había apoderado de ella durante los últimos días.
La única solución era preguntarle directamente.
—Si…
Lu…
—el presidente acercó sus labios a sus oídos—.
Estoy cuidando de ti así tu lengua sanará más rápido.
Para poder así cobrar lo que me debes en la cam…¡Ay!
Huo Yunting podía sentir un dolor proviniendo de su pie.
¿Lu lo había pisoteado?
Lu lo miró con odio y arrebató el tazón lejos de las manos del pervertido.
«¡Deberías agradecer que solamente pisé tu pie y no otra cosa!
¡Sabía que no podías ser así de bueno solo porque si!
Por Dios, ¿fuiste virgen toda tu vida pasada?
¡Porque estás muy necesitado en esta!
¡Ugh!
¿Por qué siquiera conozco a este pervertido?».
Vio como su mujer tomaba la sopa enojada y dijo con un aire de encanto: —No te ahogues, ¿vale?
«¡Quiero ahogarme hasta morirme, POR FAVOR!
Preferiría morir ahogada por esta sopa que por tu p…».
—¡Ah!
¡C-c-c-c-caliente!
El cuerpo de Lu se puso rígido mientras colocaba su tazón sobre la mesa, mirándolo a Huo con ojos llorosos.
No se había ahogado.
¡Se había quemado!
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