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75: Capítulo 75.

¿Estabas enojada o celosa?

75: Capítulo 75.

¿Estabas enojada o celosa?

Editor: Nyoi-Bo Studio —¿Recuerdas el masaje que te di la última vez?

¿Quieres intentarlo una vez más?

Una movida valiente por parte de Mo Shan mientras caminaba alrededor del gigante escritorio hasta el trono de Huo.

—¿Has aprendido algún truco nuevo?

—contestó Huo Yunting descansando en su lugar, sonriéndole a la mujer.

—Claro — Mo Shan dejó su bolso y corrió hacia la espalda de Huo como una niña traviesa.

Levantó sus manos y fue allí cuando se dio cuenta de la potencial dificultad que conllevaba realizar un masaje en esa pose.

—¿Oh?

¿Quién te enseñó?

—preguntó Huo interesado.

«Claro, Guru Mo Shan, no sabías nada del compromiso.

Ya veremos».

—¿A qué te refieres por “quién”?

No soy ese tipo de masajista, ¡malo!

En mi casa somos solo mi padre y yo, ¡así que claro que he practicado en él!

Estoy genuinamente enamorada de ti, nunca más podré amar luego de haberte conocido.

Ella fue para su lado izquierdo y sus manos alcanzaron los hombros de Huo.

Fue allí cuando la puerta se abrió de par en par.

«Wow, mira que coincidencia.

El destino nos ha atado.

Lu».

Huo Yunting sonrió alegremente mientras que Mo Shan retiraba sus manos como una bruja que había sido atrapada en el acto.

«¿Por qué SIEMPRE eres la afortunada?

¡Lograste escapar de la desgracia, y eres beneficiada por la fortuna!».

Lu Zhaoyang se dirigió directamente al escritorio del presidente.

Arrojó el documento sobre la mesa con el ceño fruncido y se alejó.

La puerta se cerró de golpe.

El sonido fue lo suficientemente fuerte como para llegar a todas las habitaciones del edificio.

Los ojos de presidente se oscurecieron al mismo tiempo que soltó una pequeña risa.

Inclinó hacia su pantalla para ver la hora, la cual se encontraba en la esquina de esta.

Luego de eso se estiró.

La dramática actuación tomó a Mo Shan por sorpresa, quién quedó vacilando con los brazos extendidos.

«¿No debería estar enojado?

¡Lu tiró los archivos en su cara!

¿Le importa tanto su hermana que estaba dispuesto a soportar cualquier cruel maltrato?

¿O era ella tan insignificante que sus malos modales no importaban?

¡P-pero!

¡Él le había dado, con ojos amorosos, un costoso collar!

Mi primera hipótesis debe ser la correcta.

Ellos tienen una relación de hermanos.

Pero venían de familias diferentes, las cuales ya habían sido protagonistas de escándalos.

¿Acaso no le importaba lo que pensara el público?».

Huo Yunting descansó sus brazos y la miró.

Levantó el teléfono y dijo: —Disculpa Mo, tengo una reunión en cinco minutos.

Deberías irte, pero cenaremos juntos esta noche.

Llamaré a Huo Li para que reserve un lugar para esta noche para ambos.

—¡Seguro!

Esperaré por ti.

La mujer tomó su bolso.

«Parece que he pensado de más acerca del Hermano Yunting».

Mo Shan se fue calmando gradualmente ya que el Hermano Yunting no había mencionado casi nada sobre el secuestro de su esposa.

—¡Nos vemos luego!

—dijo ella y se marchó.

Huo Yunting asintió con su cabeza en aprobación y volvió a la llamada luego de que la mujer se fuera.

—Bebé, entra.

La llamada se cortó inmediatamente.

Lu Zhaoyang casi tiró el teléfono entero al suelo.

Ella estaba molesta.

No quería entrar.

Pero después de todo él era el presidente, no podía decirle que no a su jefe.

Tuvo una pequeña reunión mental con sus pensamientos y llegó a una conclusión que le imploró entrar a la oficina del presidente.

Como si hubiera un monstruo hambriento dentro, en el momento en que se abrió la puerta Lu fue arrastrada hacia el interior de la oficina.

Lu fue empujada contra la pared por una mano en su cintura.

La puerta fue cerrada con cuidado el ver el cuerpo de Huo Yunting parado frente a ella atrapándola con sus brazos.

La secuencia de acciones ocurrió tan fluidamente que no le dio tiempo para reaccionar.

Ella vio como el diablo le sonreía y la miraba con ojos confundidos, pidiéndole una explicación.

—¿Estabas enojada o celosa?

“…” «¡NINGUNA DE ELLAS!».

Huo Yunting tocó con su mano derecha la pequeña barbilla de Lu mientras recordaba como ella se había marchado de su oficina.

Su pulgar acariciaba su clara piel, la cual ahora estaba resbalosa a causa del sudor.

—Está bien estar celosa a veces.

No deberías avergonzarte por haberte enamorado de mí.

Después de todo, soy un hombre decente.

«¡Deja de ser tan vanidoso!

¿Decente?

¡Querrás decir indecente!

Nunca ha salido nada bueno de tu boca».

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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