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90: Capítulo 90.
Cuídame 90: Capítulo 90.
Cuídame Editor: Nyoi-Bo Studio Huo Yunting estiró su mano, pero en vez de agarrar la taza, la empujó.
¡Pum!
La taza aterrizó en el piso y se rompió en pedazos.
Fragmentos de vidrio y agua se esparcieron al lado de los pies de Mo Shan.
Ella, sorprendida, dio unos pasos hacia atrás.
—Dije café.
Huo Yunting miró a Lu Zhaoyang frívolamente, sin haberse dado cuenta de las manchas de agua en su pantalón.
Lu Zhaoyang miró la taza rota en el piso, tomó la caja de pañuelos de su escritorio y dio vueltas alrededor de Huo.
No se agachó inmediatamente para juntar las piezas rotas.
En cambio, giró su cabeza hacia el costado para mirar a la señorita Mo.—Lamento haberla asustado, señorita Mo.
¿Podría correrse así no se lastima, por favor?
Mo Shan sintió algunos fragmentos romperse bajo sus suelas, y rápidamente levantó su bolso.
La sonrisa en su rostro lucía forzada.
—Hermano Yunting, cenemos juntos esta noche, ¿está bien?
Haré una reserva en el restaurante.
—Mo miró a Huo Yunting con anticipación, sus manos agarraban con fuerza su bolso.
—Creo que tengo planes esta noche, ¿verdad, secretaria Lu?
—Sus ojos permanecieron pegados en Lu Zhaoyang.
—Es verdad.
Lu Zhaoyang se agachó para juntar las piezas rotas con un pañuelo.
—Ya veo.
Entonces me voy a ir, la próxima vez trataremos de coordinar —Mo Shan le lanzó una mirada de odio a Lu Zhaoyang, y luego se fue a regañadientes.
Por alguna razón, Lu Zhaoyang presentía que Huo Yunting había revoleado la taza para hacer que Mo Shan se fuera.
Luego de la partida de la mujer, la oficina se había vuelto extrañamente callada mientras que Lu levantaba las piezas.
Parecía que la presencia de Lu Zhaoyang había mejorado el humor de Huo Yunting.
Él comenzó a trabajar en algunos documentos.
Lu Zhaoyang lo miró rápidamente y se dio cuenta de que él estaba nuevamente trabajando, por lo que controló cualquier descontento que tuviese.
Cuando terminó, un vistazo al reloj le informó que ya era pasada la hora del almuerzo.
—Es hora de almorzar.
¿Vamos a comer juntos o te mando el almuerzo aquí arriba?
—preguntó ella.
—Vamos.
—Huo tiró su bolígrafo.
No había nadie afuera, pero, aunque Huo Yunting caminaba con sus característicos pasos largos, parecía que se movía lentamente…como esperándola.
—No deberías tomar café todavía, va a lentificar tu recuperación.
No había nadie en el elevador por lo que Lu Zhaoyang pensó explicarle su razonamiento a Huo Yunting.
Huo Yunting respondió sin expresión alguna: —No lo tomaré si tú me cuidas.
—Bueno.
Lu no quería que le quedara una cicatriz.
Sería un recordatorio constante de que había sido su culpa.
Las plateadas paredes del elevador reflejaron una vaga sonrisa que se formó lentamente en su rostro.
Esa sonrisa lo hacía lucir encantador, incluso con el vendaje en su cabeza.
Durante los siguientes días Lu Zhaoyang mantuvo estricta vigilancia sobre su dieta.
En unos días más su herida desaparecería por completo.
En este día en particular, Huo Yunting recibió una llamada.
Luego de colgar, inmediatamente se fue solo de la oficina, manejando hasta un pacífico asilo mental de alta categoría.
Era un buen lugar para que se recupere la mente.
Su madre, QiuRan, se estaba quedando allí.
Huo Yunting fue recibido por su doctor, quien le dio un reporte sobre cómo había estado recientemente la condición de su madre.
—La condición de la señora Qiu es seria.
Fluctúa entre tener una mente muy clara y un estado de psicosis.
Lo más importante es que cuando es ella misma se rehúsa a aceptar tratamiento.
Eso empeora su situación.
Si continúa así va a ser difícil que se sane por completo.
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