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91: Capítulo 91.

¡Ting, eres tú!

91: Capítulo 91.

¡Ting, eres tú!

Editor: Nyoi-Bo Studio Huo Yunting puso su sombría, congelada e inexpresiva cara.

Luego de la conversación con los doctores, él caminó a pasos agigantados hacia el pabellón de QiuRan.

—¡Que sea difícil no quiere decir que es imposible!¿Para qué diablos los mantengo aquí si es imposible de curar?—gruñó Huo Yunting ante esto.

Estaba muy enojado, pero se calmó en cuanto entró al pabellón.

—Señor Huo, por favor, ¡de verdad que hicimos lo mejor que pudimos!

—El doctor en jefe no estaba en una posición cómoda ya que el señor Huo era, de hecho, la persona que le donaba al hospital muchísimos instrumentos médicos.

Incluso había traído a muchos expertos del exterior para curarla más rápido.

El doctor tenía razón.

No era imposible de curar, solo era difícil.

Esta dificultad no era culpa de ellos, sino de la paciente misma.

La paciente estaba tan reacia a cooperar que obstaculizaba todo el tratamiento.

Huo Yunting golpeó antes de empujar la entrada.

Su nariz fue alcanzada por el fuerte olor a esterilizante.

Sus entrecerrados ojos pudieron divisar a su enferma madre, QiuRan, sentada en el suelo en su bata de paciente mirando al techo despreocupadamente.

Su cabello, el cual le llegaba hasta los hombros, se había vuelto canoso y sus desalmados ojos se habían hundidos como producto de los agonizantes días.

Estaba huesuda y deprimida.

La aparición de su hijo la golpeó como una cerilla encendida, e hizo que estire sus brazos diciendo: —¡Ting!

¡Ting!

—Aquí estoy, madre.—Caminó hacia su madre rápidamente y se puso de cuclillas frente a ella como si fuese un ángel de la salvación.

A esta distancia Huo pudo apreciar los detalles.

Pudo notar algunas manchas marrones y las arrugas en su amarillenta y desesperanzada cara, la cual había perdido su antiguo brillo.

Nadie pensaría que era la esposa cuarentona de una millonaria familia.

QiuRan tomó sus brazos, mientras que la luz volvía a sus pupilas.—¡Ting, de verdad eres tú!

—Madre…yo…

—Las palabras de Huo estaban atoradas por el desgarrador dolor que sentía en su pecho.

La apariencia de su madre era dolorosa de contemplar.

—Ah…hmm…hmmm…—QiuRan rompió en llanto al oír la respuesta.

Hacía mucho que no escuchaba ese familiar saludo, era tan nostálgico que QiuRan agarró sus brazos aún con más fuerza, respondiendo más intensamente—: ¡Ting!¡Esa mujer ha destruido todo!

—gritó ella, ahogándose cada tanto—.

¡No luciría así si ella no hubiera forzado a tu padre a que se casen!¡Él nunca me hubiera abandonado!¡Mi vida!¡Toda mi vida ha sido destruida por esa mujer!

—Madre, cálmate…—Huo estaba impotente ante su frenética reacción.

Intentaba contener su doloroso pesar, el cual brotó como lágrimas en sus ojos.

—¡Me ha quitado todo!¡Los viejos días nunca volverán!¡Pero Ting, todavía hay esperanza para ti!¡Puedes recuperarlos!¡Debes hacerlo!¡No debes permitirle que haga todo como se le de la gana!¿Me has oído?¡Ting!¡Ting!

Desde ese momento, QiuRan siguió repitiendo su nombre, con sus manos sujetas fuertemente al cuello de su camisa.

—Sí, madre.

Lo he oído, madre.

Por favor madre, no seas así.

Te lo suplico.

QiuRan soltó a su hijo, se paró y abrió sus brazos.

Corrió alrededor de la habitación dando vueltas, como un pájaro libre.

—¡Jajajajajaja!¡Zhenning!¡Oh, Zhenning!¿No vas a reconciliarte conmigo?¡Eres mi todo, MI TODO!¡¡No nos puedes abandonar a Ting y a mí, solo espera, Zhenning!!

…

Huo Yunting cerró sus ojos e intentó ignorar la reacción de su madre.

«Mamá está tan enferma como antes…

aun no se ha recuperadodel trauma que le ocasionóHuo Zhenningal divorciarse de ella para casarse con MadamXue.

Eventualmente se volvió loca y fue admitida al hospital».

Mientras que él analizaba los sentimientos, QuiRan gateó hasta él, y con ojos inyectados de sangre, lo tomó por el cuello de su camisa.

—Ting, tu prometiste ayudar a mami, ¿no es así?

Vas a vengar a mami, ¿verdad?

Por favor, hijo mío, por favor, por mami.

Nunca dejes que esa mujer disfrute de lo que debería ser nuestro.

Allí había un fuerte rencor que la invadió por un momento.

Huo Yunting abrió sus ojos lentamente mientras cerraba los puños.

QiuRan continuó deambulando por la guardia como un bebé hambriento, con su blanco cabello moviéndose confusamente con el viento.

¿La fortuna de la familia Huo?

No le importaba.

Pero MadamXue, oh sí, él se aseguraría de que ella muriera con muchos arrepentimientos, lo haría.

Si, lo haría.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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