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42: Capítulo 43.
La mansión de Lord Nicholas –Parte 1 42: Capítulo 43.
La mansión de Lord Nicholas –Parte 1 Editor: Nyoi-Bo Studio El carruaje de Leonard, salió de la mansión Carmichael hacia el corazón de Bonelake, donde se encontraba la mansión de Lord Nicholas.
El cochero conducía y Leonard y Vivian estaban sentados dentro, uno al lado del otro, mirando hacia direcciones opuestas.
A las once, Vivian se había vestido con la ropa que le fue entregada en la caja.
Era un vestido simple y color verde claro, con mangas cortas y un lazo alrededor de la cintura del mismo color que el vestido.
Leonard, que estaba parado cerca del carruaje, la había hecho pasar primero, por lo que ella había elegido el asiento opuesto, pensando que él preferiría estar de frente al cochero.
Un amo sentado al lado de un criado no era aceptable en la sociedad, y ella se había dado cuenta de aquello cuando la familia de Leonard o sus primos habían salido con algún criado.
Aunque Charlotte siempre había sido una buena amiga, ella siempre se sentaba del lado opuesto a Vivian cuando la llevaba.
Era una acción que no se explicaba, pero que se suponía que los criados debían conocer y respetar.
Pero quién diría que Leonard se sentaría a su lado en lugar de sentarse donde debía hacerlo.
El viaje no era muy largo, pero tampoco era corto.
En menos de una hora, llegaron a la gran mansión que se alzaba solitaria en medio del suelo árido que se extendía hasta alcanzar el bosque que lo rodeaba.
Vivian, vio algunos carruajes ya estacionados cerca de la mansión y se preguntó si habían llegado tarde.
Siguió a Leonard dentro de la mansión, mientras procuraba mantener una buena distancia entre ellos.
Como había adivinado, en la habitación a la que se dirigían, la mayoría de los invitados ya estaban sentados, aunque algunos estaban parados conversando.
A Vivian no le pasó por alto la presencia de Lady Shirley, que se había sentado frente a un hombre, con el que conversaba.
Tenía un vestido blanco lujoso, y su cabello estaba recogido de manera elegante, por lo que Vivian no podía negar que Lady Shirley era una de las mujeres más hermosas en esa habitación.
Como si sintiera sus ojos, o la llegada de Leonard, los ojos de Lady Shirley se apartaron del hombre y se fijaron en ellos.
La sonrisa de Shirley se entrecortó al ver a Vivian detrás de Leonard.
Los hombres no buscaban las cosas que fueran fáciles de conseguir.
Su madre le había enseñado bien que a los hombres les gustaba una buena pareja.
—…
Claramente sería bueno dar marcha atrás con el plan.
—Hmm, quizá, pero Rubén no quiere cambiar el orden en ese momento.
–le dijo Leonard al hombre con el que estaba hablando.
–Tendrás que esperar unos meses antes de proponerlo, ya que habrá una reelección de los miembros del equipo del concejo.
El hombre asintió con la cabeza.
—Lo haré.
Lord Nicholas caminó hacia ellos.
—Señor Verne, ¿ha recibido los documentos que le he enviado?
—Sí, Señor.
–el Señor Verne hizo una reverencia con la cabeza.
–Gracias por aprobar los decretos de Lord Herbert anticipadamente.
Estoy extremadamente agradecido por su generosidad.
—Es lo menos que podría hacer por ti.
–Vivian escuchó que Nicholas respondía aquello con una sonrisa.
Al principio, cuando Leonard le había pedido que lo acompañara a la mansión de Lord Nicholas, Vivian se había preguntado por qué la había elegido a ella, y aún se lo preguntaba.
Nunca había acompañado a ningún vampiro de sangre pura fuera de la mansión, ya que Paul nunca la había recomendado con los Carmichael.
Vivian era inexperta, y podía chocarse con algún vampiro de sangre pura por equivocación, o romper algo.
—Vivian.
–oyó su nombre venir de los labios de Lord Nicholas, y se paró aún más erguida que antes.
–Qué sorpresa.
No esperaba que vinieras.
–Nicholas miró a Leonard mientras decía aquello.
—A Shawn lo han enviado a recoger el pergamino del concejo.
Mathias no confía en los mensajeros y quería que alguien fuera a buscarlo.
–luego, Leonard se dirigió a Vivian.
¿Por qué no nos traes unas bebidas a mí y a Lord Nicholas?
–Vivian hizo una reverencia e intercambió una pequeña sonrisa con el Señor.
Al ver que la chica se alejaba, Nicholas le ofreció al joven Duque una sonrisa maliciosa a la que Leonard no se molestó en reaccionar.
Pero el Señor no lo dejó pasar y dijo: —No pensé que la traerías.
—Es una criada.
No creo que haya mucho que pensar.
–respondió Leonard antes de girar hacia la izquierda para asegurarse de que todavía podía ver a Vivian.
—Creo que sí hay qué pensar cuando la traes.
Se ve muy bella.
–comentó Lord Nicholas.
—¿Cómo está Timothy?
–Leonard cambió la conversación.
Timothy era el mentor de Leonard, hijo de Malcom Rufus.
Como había crecido en la casa de los Rufus, Leonard se había vuelto muy amigo de Timothy, que tenía la edad de Lord Nicholas.
—Igual que la semana pasada, y que la semana anterior.
Llevará tiempo.
–Leonard frunció los labios.
Luego de que Leonard había dejado la casa de los Rufus para volver con sus padres, no había escuchado mucho más de Timothy.
Luego de unas semanas escuchó de Lord Nicholas que el hombre había perdido a su amada humana debido a la transformación.
Aunque los humanos tenían grandes ambiciones y sueños que no podrían cumplir durante su vida, eran muy frágiles.
Había una razón por la cual la alta sociedad no aceptaba el amor entre un humano y un vampiro de sangre pura.
Cuando se transformaba a los humanos, éstos se convertían en medio—vampiros, vampiros que eran inferiores a los de sangre pura.
Aunque no era solo un problema de jerarquía.
El problema radicaba en la dimensión del éxito en cuanto a la transformación de un humano en un medio—vampiro, que, en la mayoría de los casos era baja, aunque eso no impedía que algunos vampiros convirtieran a los humanos para acercarlos a su raza.
Había problemas cuando la transformación no tenía lugar, por lo que se creaba un vampiro sin cordura ni juicio, que destruía todo, y que era considerado una amenaza para ambas sociedades.
Desafortunadamente para Timothy, el proceso de transformación no había ido bien y había perdido a su amada para siempre.
—Enamorarse de un humano es una tragedia.
Me pregunto cuántos han sucumbido a ella, y cuántos han visto para el otro lado para evitar la desgracia que causa.
–murmuró tranquilamente Lord Nicholas, con sus ojos gentiles inspeccionando la habitación.
–Por cierto, le pedí a uno de los miembros que preguntaran por el asunto, pero no encontraron nada.
La respuesta sigue siendo la misma.
—Ya veo.
¿Cuándo lo ejecutarán a él y al resto?
–preguntó Leonard.
–Cuanto antes, mejor.
—Lionel me informó que será en menos de una semana.
Así que pronto.
¿Te gustaría hablar con el hombre?
—No será necesario.
–Leonard estaba dolido y enojado.
Todavía sentía ira al pensar en por qué su familia no había sido cuidadosa como el resto de las familias de sangre pura.
Si hubiera podido, habría torturado y estrangulado al hombre por arrebatarle a su familia.
Si lo decía, sabía que Lord Nicholas lo ayudaría, pero la traición era demasiado profunda.
Pensar que alguien a quien conocía, y en quien su familia confiaba, había podido hacer algo tan cruel era difícil de creer.
—Parece que tendrás que tener cuidado, Leo.
–dijo Lord Nicholas mirando más allá.
Leonard arrugó las cejas y se volteó para ver a qué se refería Nicholas.
Su mandíbula endureció.
Vivian, que había ido a buscar las bebidas, se había detenido para conversar con cierto vampiro del que Leonard le había pedido que se alejara.
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