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Brujo del mundo de magos - Capítulo 1142

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1142: Capítulo 1142 – El Plan 1142: Capítulo 1142 – El Plan Editor: Nyoi-Bo Studio —Jeje…

¿Dónde ha ido tu mente, mi pequeña Anya?

—Bárbara levantó la barbilla de Anya—.

A la iglesia aún no le va tan mal como para que tengas que hacer sacrificios por ella…

Anya soltó un suspiro de alivio al oír esas palabras.

Aunque no le importaban esas cosas, también dependía de quién era la otra persona.

—¿A qué se refiere, Santa?

—Aunque no manifesté mi postura, ¿el hecho de que no pareciera importarle lo suficiente como para preguntar no indica algo?

—Bárbara miró a Anya con media sonrisa—.

La noticia de que la Familia Bane apoya a la Iglesia de la Serpiente Gigante seguramente se ha difundido por todo el norte y él no debe querer entrar en aguas tan turbias…

Además, su razonamiento es mucho más complejo de lo que piensas.

Incluso sospecho que…

Anya se puso seria inmediatamente.

Solo en ese momento se dio cuenta de que Bárbara no era inferior a ella ni siquiera en términos de la guerra perfeccionada de empresas.

…

En la sala se reuniones secreta del bar subterráneo, el Sabueso Sombrío se puso de pie respetuosamente para reverenciarse ante una figura en las sombras.

—Todo está como usted lo indicó, mi señor.

Les he hecho saber que no es posible e hice que se marcharan.

—Ajá—dijo el joven noble que salió de la oscuridad.

Estaba vestido con un traje de cola y corbata y ni siquiera una fibra estaba fuera de lugar.

Tenía cabello plateado y pupilas verdes oscuras.

La arrogancia, cautela y astucia que solo los nobles poseían brillaba en sus ojos—.

Lo has hecho bien.

Aunque no sea suficiente para engañarlas, hemos dejado en claro nuestra posición…

Cada movimiento del joven estaba lleno de gracia, como si fuera el anfitrión de una importante cata de vinos.

—Tienen tratos con una iglesia…

No es muy apropiado que nosotros nos involucremos en esto…

—comenzó Gloff, pero un sonido explosivo sonó cuando un bastón lo golpeó en la frente.

El hombre comenzó a sangrar intensamente.

—¡Qué desgracia!

—la expresión del joven había cambiado.

La sonrisa ya no estaba, había sido reemplazada por una tormenta.

—¡Me equivoque, Maestro!

¡Por favor, perdóneme!

¿En qué se parecía Gloff al Sabueso Sombrío que decía ser?

Todo lo que pudo hacer fue sacudir la cola y verde lamentable mientras se arrodillaba frente a su maestro.

—No olvides tu lugar…

Sólo eres un humilde esclavo mestizo, ¿cómo tendrías el derecho de sugerirme algo a mí, el noble Eric?

—la expresión del joven estaba llena de malicia, pero la ocultó rápidamente.

Aun así, Gloff no pudo hacer más que arrastrarse temeroso frente a él mientras su cuerpo temblaba—.

Sólo recuerda: Tu poder, tu estatus, tu todo…

todo viene de mí.

Te he dado el mundo, pero también puedo destruirlo todo en un instante…

Eric le dio una palmada a Gloff en la cabeza como recordatorio mientras una sonrisa noble aparecía en su rostro.

—¡Lo recordaré bien, Maestro!

Usted es mi todo…

—lo único que Gloff no estaba haciendo para mostrar su lealtad era mover la cola.

—El Grupo Comercial de Neón no satisface mi apetito.

Sin embargo, ¿qué opinas de esa santa?

No está tan mal…

—los ojos del joven brillaron salvajemente y él soltó una carcajada.

Su sombra en la pared se movió por el lugar como un demonio que danzaba libremente.

…

Luego de seguir a Bárbara de regreso a la residencia, Anya reaccionó: —¡Aquí está la información que quería, Santa!

Entonces vio llegar al cazador de diablos legendario que había dejado una profunda impresión en ella.

Él permaneció respetuosamente a un costado; el fuego infernal brillaba en la superficie de las cadenas en sus manos y le daba un aura ardiente única.

—Ajá—Bárbara asintió y tomó un cristal dorado que él había llevado.

De repente, frunció el ceño—.

¿Tenías que atacar a alguien justo ahora?

—Algunos ladrones sombríos de alto grado fueron lo suficientemente intrépidos para espiarnos.

Qué tontos…

—dijo con desdén el cazador de diablos, y algunos rostros translúcidos se mostraron en el fuego infernal distorsionado.

—¡Está profanando almas!

¡Eso es algo que sólo hacen los diablos y demonios!

—gritó Anya en su interior mientras sus pupilas se encogían, pero logró ocultar bien su expresión.

No obstante, Bárbara pareció sentir su ansiedad: —Él los ha encarcelado por ahora.

Esas personas serán enviadas al Señor para ser castigadas —dijo como consuelo, aunque sus palabras eran sospechosas.

El cazador de diablos le lanzó una mirada indiferente a Anya, una mirada que la convirtió en un pequeño insecto e hizo que su alma temblara de miedo.

Ella comprendía bien que aquella era el aura imponente del poder legendario.

Si él deseaba destruirla, no sería muy diferente a aplastar una hormiga.

Sólo entonces Anya se dio cuenta de lo increíble que era la bondad de Bárbara.

—Ten en cuenta tus propias acciones, ¡has espantado a mi oficial de comunicaciones!

—dijo Bárbara con el ceño fruncido.

—Lo lamento, Santa.

Continuaré mi camino, entonces.

El espacio onduló y la figura del cazador de diablos desapareció.

Él había cumplido el propósito de demostrar su fuerza y dejarle completamente claro a Anya que su familia era tan débil como el papel frente al poder legendario.

—Si encontraran este lugar y hubiera personas observándonos, ¿deberíamos…?

—le preguntó con cautela a Bárbara.

—No es necesario que nos movamos…

Después de todo, encontrar otra fortaleza será difícil.

Él puede encargarse de todo aquí—el tono de Bárbara mostraba su confianza total.

De una forma demasiado casual, le entregó la información que había recibido a Anya.

—Esto es…

¡Información sobre el Grupo Comercial Lunanegra!

Las pupilas de Anya se encogieron y sintió que los papeles en sus manos de repente pesaban una tonelada.

Eso implicaba que la Iglesia de la Serpiente Gigante tenía una enorme red de información.

El corazón de Anya se llenó de ansiedad por temor a que su familia dejara de ser útil.

Si eso sucedía, no pasaría mucho tiempo antes de que fueran destruidos.

—Échale un vistazo…

—ordenó la santa, y Anya leyó todo.

Su asombro no hizo más que aumentar a medida que leía.

—¿La persona al mando del Grupo Comercial Lunanegra es el Conde Eric?

¿Es el nieto del cónsul en quien más confía la Reina Alustriel?

Las noticias dejaron sin palabras a Anya.

Aunque sabía que la nobleza no era intachable, el contenido de ese informe había superado sus expectativas.

—Así es la nobleza.

Pueden traicionar a los suyos por ganancias…

—Bárbara sonrió de forma burlona—.

Eso no es todo.

Él parece estar bastante interesado en tomar el control del Grupo Comercial de Neón…

Y en mí.

Aunque Bárbara mantuvo su sonrisa mientras hablaba, Anya sintió un escalofrío en la espalda.

Recordó a los ladrones sombríos que el cazador de diablos acababa de eliminar y pensó: —¿Él fue quien los envió?

—Jeje…

Mortal idiota, mi cuerpo, mi alma y mi todo pertenecen al Dios Supremo, Kukulkan.

Aquellos que se atreven a codiciar sus pertenencias definitivamente serán castigados y sus almas llorarán…

—un rubor enfermizo apareció en el rostro de Bárbara e hizo que Anya temblara.

De repente, Bárbara la señaló y dijo: —Ven, acompáñame a tomar un baño.

—¡E-está bien!

—Anya tartamudeó al aceptar; la inquietud en su corazón se mezcló con algo de ansiedad.

… En Nueva Luna Plateada, en la Iglesia de Tyr: —¡Capitana Rafiniya!

—la gran puerta polvorienta de la iglesia se abrió y reveló el rostro de un sacerdote anciano que hablaba lentamente—.

Tu sabiduría te permitió proteger a muchos paladines novatos.

El Señor no te culpa…

La luz tenue reveló que la ropa de Rafiniya estaba cubierta de espinas y ella se estaba arrodillando para expiar sus pecados.

Parecía estar castigándose a sí misma.

—No me he perdonado…

Dejé que el mal se escapara y los plebeyos inocentes sufrirán por eso.

¡He pecado!

—Rafiniya se veía extremadamente pálida y sus ojos estaban hundidos con líneas oscuras.

La tortura debía haberse prolongado bastante tiempo.

—El Señor te necesita ahora.

Nueva Luna Plateada te necesita, ¡y los plebeyos del norte te necesitan más!

—el sacerdote anciano lógicamente sabía qué hacer para convencerla—.

La guerra está por comenzar y la ciudad está alborotada.

Los inocentes continúan sufriendo, ¿qué estas esperando?

Mira la ciudad, ¡te necesita!

Además, ¿no deberías corregir tus errores?

El sacerdote anciano abrió la puerta, que produjo un sonido apenas perceptible que produjo una sensación de urgencia.

—¡Yo nunca negué eso!

—Rafiniya tomó su espada larga y su aura se inundó de poder.

Aunque estuviera vestida como una pecadora, ¡la capitana de los paladines había regresado!—.

Destruiré al Grupo Comercial de Neón y la Familia Bane…

¡La Iglesia de la Serpiente Gigante también!

Pagarán el precio, ¡lo juro!

—garantizó Rafiniya con seriedad.

—¡Muy bien!

El sacerdote anciano quedó satisfecho y no notó el brillo oscuro que se volvía más nítido en la espalda de Rafiniya…

Mientras tanto, en cierta residencia de gran tamaño en Nueva Luna Plateada: —¿La capitana de los paladines saldrá?

Jaja…

¡Bien, bien!

Diles la ubicación de la fortaleza de la Familia Bane…

—Eric comenzó a reír maniáticamente—.

¿Se atreven a tomar a los ladrones sombríos que eduqué con tanto esfuerzo?

¡Tendrán que pagar el precio!

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