Brujo del mundo de magos - Capítulo 17
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17: Capítulo 17 – El dirigible 17: Capítulo 17 – El dirigible Editor: Nyoi-Bo Studio [Clang, clang] Una alarma que sonó al golpear una placa de cobre despertó a Leylin, que dormía profundamente.
Abrió los ojos.
Algunos rayos de sol entraban por la ventana y llegaban hasta sus zapatos.
—¿Ya es la mañana?
—se preguntó.
Luego se puso de pie, se dio una ducha rápida y salió.
—¡Buenos días!
—¡Buenos días, Leylin!
—dijo Beirut, que tenía grandes ojeras y no dejaba de bostezar.
—¡Las condiciones aquí son terribles!
—Hay pulgas y hongos en mis sábanas, por Dios.
—No aguantaré ni un minuto más aquí.
Se oían voces enojadas de tanto en cuanto.
Todos ellos eran discípulos de familias nobles y siempre habían vivido entre lujos, por lo que su situación actual los hacía sufrir.
Ese día todos habían dormido poco y tenían grandes ojeras.
Aunque Leylin no pudo dormir al principio, logró quedarse dormido más tarde.
Tenía más energía que los demás y estaba dispuesto a salir a caminar.
Parecía haber gran actividad en todo el campamento.
Muchos estaban desarmando las carpas y el suelo estaba lleno de basura.
Mientras caminaba en silencio, muchos pensamientos aparecieron en la mente de Leylin: cada año, en esta época, los discípulos van en tandas allí, arriesgan sus vidas para llegar y seguir el camino de un Mago.
Y para Leylin, este solo era el comienzo.
—¡Reúnanse!
¡Reúnanse!
Formen un grupo con los de su misma academia y sus respectivos profesores se harán cargo.
¡No se separen de los suyos!
—gritó un hombre viejo de barba blanca desde el centro del campamento.
Su voz era penetrante y, a través de algún tipo de magia, la hacía resonar en todo el lugar.
—Ese es un tono mucho más alto que el de las trompetas en mi mundo anterior —pensó Leylin.
Se frotó las orejas, ya que sentía como si se las hubieran pisoteado, y se apresuró a dirigirse a la zona de reunión de la Academia del Bosque del Hueso Abisal.
—¡Ey!
Leylin, ¿volviste?
Kaliweir te estuvo buscando más temprano —le dijo Beirut.
Aunque durante el poco tiempo que llevaba allí Leylin apenas lograba unir nombres y caras, su relación con Beirut era mejor.
—¡Lo siento!
Me alejé un poco y perdí la noción del tiempo.
¿Necesitaba algo Kaliweir?
—dijo Leylin, dejando ver su arrepentimiento.
—¡No es nada!
Dorotte le pidió que nos contara, así que solo tendrás que decirle después.
En este momento está alardeando — respondió Beirut, sacudiendo la cabeza.
—Bueno.
¿Cómo nos iremos?
¿En barco?
—Leylin miró el vasto mar azul, sus límites infinitos, pero no había rastros de ningún barco.
—No solo no hay barcos, desde el punto de vista de la geografía, este no es un buen lugar para colocar un puerto.
Leylin estaba lleno de sospechas.
—Supongo que no.
¡Pero tomará otros seis meses llegar a otro continente!
Beirut se rascó la cabeza, pensativo.
—El transporte en la antigüedad está muy atrasado.
Se necesita casi un año solo para viajar a la academia.
No se puede perder tanto tiempo, se debe ser eficiente —pensó Leylin, mientras tocaba los tres cristales mágicos que le había arrebatado a Ourin, los que guardaba en una bolsita de cuero que colgaba de su cintura.
—¿Ir en bote?
¡Qué pensamiento tan ingenuo!
—dijo una voz fría que traía consigo la ridiculización.
—¿Jayden?
—dijo Leylin, al ver que el estudiante vestido de negro se acercaba.
—¡Estamos cerca del Mar de la Muerte, cualquier pez en él es capaz de matar a un caballero!
Sin mencionar las enormes bestias y las criaturas antiguas.
Todos ellos detestan los barcos de los humanos y suelen provocar grandes olas y tormentas.
¡Subirnos a un barco aquí sería cómo coquetear con la muerte!
—¿Un pez con la habilidad de matar a un Caballero?
—preguntó Leylin con los ojos muy abiertos.
Aún solo era un Caballero en preparación, ¿eso significaba que moriría de caer al mar?
Leylin indagó en su subconsciente y recuperó las estadísticas de su cuerpo.
[Leylin Farlier.
Fuerza: 1.9, Agilidad: 1.9, Vitalidad: 1.9 Estado: Saludable] En las Grandes Llanuras de la Muerte, Leylin analizó la carne de los lobos.
Más tarde descubrió que los ojos de los lobos tenían un componente especial que se complementaba con las técnicas de respiración de los caballeros, por lo que juntó muchos de ellos.
Con la contribución de los lobos gigantes, Leylin ahora había alcanzado los límites de un caballero en preparación.
De acuerdo al análisis del Chip de I.A., cuando todas las estadísticas llegan al número 2, tienes el doble de fuerza que un adulto promedio y estás en la barrera antes de convertirte en un Caballero.
Solo encendiendo su energía vital interna pueden sobrepasar esta barrera.
Apretó con fuerza el puño, controlaba una gran fuerza en la palma de su mano.
—Si tuviera que blandir una espada justo ahora, estoy seguro de que podría eludir a un pelotón de soldados comunes.
¿Pero incluso un caballero, con una fuerza superior a la mía, no puede vencer a un simple pez en el Mar de la Muerte?
—se preguntó Leylin, algo escéptico—.
Puede que Jayden esté exagerando, pero es un hecho que el Mar de la Muerte contiene peligros incluso para los magos.
Chip de I.A., ¿es posible escanear los mares cercanos?
¿radiación?
¿Un campo de fuerza desconocido?
[¡Bip!
¡La radiación que rodea el cuerpo del huésped es excesiva!
No se puede escanear debido a una interferencia de un campo de fuerza desconocido!] respondió el Chip de I.A.
Leylin observó a Dorotte, que estaba cerca y tenía cierto entendimiento.
En este continente, la población de magos es escasa y no hay mucha interferencia de radiación, por lo que el Chip de I.A.
puede escanear hasta un radio de 20 lis.
Pero los discípulos y profesores magos que están en el campamento causan una gran interferencia.
¡Por eso es que el Chip de I.A.
tiene sus habilidades de escaneo limitadas!
—Justo ahora, ¿hasta dónde puedes escanear?
—preguntó Leylin con el rostro oscurecido.
[¡Biip!
Rango de escaneo preciso: hasta un radio de 300 metros desde el cuerpo de huésped.
Rango de escaneo impreciso: hasta 1000 metros.] —Hu…
—exhaló con fuerza —¡Nada mal!
Es suficiente para advertirme de los peligros.
De todas formas, al llegar a la academia, en otro continente, muy probablemente su radio de escaneo vuelva a disminuir.
El Chip de I.A.
envió un mensaje: [Para aumentar el rango de escaneo, por favor suba el nivel del Chip de I.A.] —¿Todavía puedo subir el nivel del Chip de I.A.?
—Leylin estaba eufórico—.
¡Sube de nivel!
[¡Biip!
Se requiere más energía.
Por favor, reponer energía.] Leylin oyó aquella voz robótica y pasó del cielo al infierno.
¡Maldición!
El Chip de I.A.
ya ha desaparecido de mi cuerpo original, ¿cómo puedo devolverlo para reponer energía?
Por otro lado, si pudiera hacer eso, ¿dónde podría encontrar la energía?
Leylin sostuvo su cabeza y se recuperó un tiempo después.
—Olvídalo.
Su nivel puede subir, podré buscar la forma en el futuro.
Por ahora, sus funciones son suficientes para mí—pensó.
—¿Qué les dijo Jayden antes?
—dijo una voz que trajo a Leylin de vuelta a la realidad.
Cuando Leylin se recuperó, descubrió que Jayden se había ido sin que se diera cuenta.
Era Kaliweir el que estaba ahora a su lado.
—¿Él?
Solo habló de irnos.
Supongo que estaba aburrido.
Después de todo, no hablar con nadie en todo el día debe ser algo agobiante —dedujo Beirut.
—Sí, es verdad —asintió Kaliweir.
Luego miró a Leylin y le dijo: —Estamos por irnos, no te vayas a ningún lado.
¡Si te subieras a la nave equivocada sería un problema!
—¿Nave?
—Leylin miró hacia el mar y no vio ninguna señal de un barco.
—¡Jaja!
—Kaliweir se rió con fuerza—.
¿Quién dijo que tenía que ser una embarcación?
¡Miren!
Leylin y Beirut miraron hacia donde señalaba Kaliweir y, al levantar la cabeza, quedaron boquiabiertos.
Podían verse tres gigantescas naves blancas flotando lentamente en dirección a ellos.
Al avanzar, cubrían el campamento con su sombra.
Parecía que la oscuridad había descendido a la tierra.
—¡Oh!
¡Miren!
—¡Por Dios!
—¡Qué bello!
Los demás en el campamento, al ver las extrañas naves, levantaban la cabeza y gritaban de asombro.
—¿Qué tal?
Este es uno de los medios de transporte de los Magos, ¡un dirigible!
¡Pronto estaremos en él!
—dijo Kaliweir con algo de arrogancia.
—Todo eso se lo contó hace poco el Profesor Dorotte, ¿qué es lo que está alardeando?
—dijo Jayden sin ninguna emoción cuando reapareció de la nada.
—¡Maldición!
—Kaliweir lo pisó.
Los tres dirigibles se acercaban cada vez más y de a poco descendían sobre el terreno frente al campamento, aclamados por la multitud.
—Se parecen a los dirigibles de mi mundo anterior, y cada uno tiene un gigantesco aerostato sobre él, ¿estarán llenos de hidrógeno?
—se preguntó Leylin, que tenía algo de experiencia de su mundo anterior y salió de su asombro antes que los demás.
Ahora reflexionaba acerca de la construcción de los dirigibles.
Al aterrizar, los dirigibles, totalmente blancos, produjeron unos gruñidos ensordecedores.
Sus puertas se abrieron y salieron algunos Magos de blanco.
También había movimiento en el campamento: unos viejos salieron e intercambiaron algunas palabras con ellos.
—Bueno.
Todos traigan sus cosas y síganme.
¡No se separen del grupo!
Dorotte tenía una capa negra puesta, así la silueta de su cuerpo quedaba oculta.
Comenzó a reunir a sus alumnos.
Los discípulos de la Academia del Bosque del Hueso Abisal salieron corriendo hacia sus pequeñas chozas a buscar sus pertenencias.
Leylin tenía unas pocas cosas con él.
Sus pertenencias consistían en una cantimplora, una bolsa de cuero, una espada en cruz que colgaba de su cintura y una ballesta en su espalda.
Los discípulos dejaron el campamento siguiendo con fervor a los profesores de sus respectivas academias y se reunieron en pequeños grupos de acuerdo a ellas.
—Bueno, escuchen.
Presten atención a los siguientes nombres: Torre del Anillo de Marfil de Ennea, Academia de los Jardines del Pantano…
Todos ustedes subirán al dirigible de la derecha, con el número 332.
¡No lo pierdan!
Profesores, por favor, tomen nota del número.
Discípulos, sigan a sus profesores.
Academia Mercifura y Academia Kerita…
Su dirigible es el del medio, número 955 —continuó—.
Academia del Bosque del Hueso Abisal, Refugio del Sabio Gotham…
El suyo es el de la izquierda, número 455.
¡No se confundan!
Leylin, luego de escuchar finalmente el nombre de su academia, no puedo evitar mirar al dirigible de la izquierda.
Al acercarse, se dio cuenta que su tamaño era simplemente demasiado enorme.
El aerostato parecía una gigantesca pelota de rugby que hacía sombra en el suelo.
—Discípulos de la Academia del Bosque del Hueso Abisal, ¡síganme!
—dijo Dorotte.
Las llamas color verde en sus cavidades oculares centellaron.
Detrás de él había dos figuras que parecían ser sus sirvientes o subordinados.
Leylin caminaba en el medio del grupo y miraba a su alrededor.
Observó con entusiasmo y reconoció algunas caras familiares de su grupo de viaje.
Ellos también lo reconocieron y le sonrieron, mientras hablaban con otros compañeros.
En todos podía verse la emoción.
A lo lejos, sobre la derecha, George lo saludó enérgicamente antes de subir a su dirigible.
Desde ese día, los discípulos tomarían distintos caminos.
Hubo algo de tristeza en el corazón de Leylin, pero pronto fue reprimida.
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