Brujo del mundo de magos - Capítulo 18
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18: Capítulo 18 – El conflicto 18: Capítulo 18 – El conflicto Editor: Nyoi-Bo Studio Poco después fue el turno de la Academia del Bosque del Hueso Abisal.
Dorotte marcó el paso, subiéndose primero.
Los discípulos lo siguieron con prisa.
Cuando Leylin puso mayor fuerza en sus piernas, el suelo bajo sus pies emitió unos fuertes sonidos, como si estuviera hecho de caliza.
—¡Qué material tan extraño!
Parece madera, pero es más robusto, ¿será algún tipo de aleación?
—no pudo evitar pensar Leylin mientras miraba los patrones del suelo color gris.
—Hemos llegado.
Esta sección, desde el número 13 al 32, es la correspondiente a la Academia del Bosque del Hueso Abisal.
Pueden asignar los cuartos ustedes mismos.
Recuerden, el mío es el 14.
Búsquenme si necesitan algo —finalizó Dorotte.
Luego se dio vuelta y, con su capa negra ondeando, entró en su habitación con sus dos sirvientes.
—Bueno, ahora les asignaré sus habitaciones —exclamó Kaliweir.
—Ejem —carraspeó Jayden.
Luego, con desinterés, eligió el cuarto número 18 y entró.
El rostro de Kaliweir se puso muy rojo, y luego blanco.
Apretó su puño con fuerza varias veces, pero solo lo volvió a bajar.
—Bien, Jayden eligió el número 18.
Ahora, Beirut, irás al número 15; Raynor, tú al 16…
Jayden se había ido y los demás, Beirut, Raynor y Leylin, pertenecían al grupo de Kaliweir.
El grupo de Guricha no se atrevió a objetar nada.
Leylin fue ubicado en el número 20.
No dijo nada y fue con prisa a su cuarto.
Era bastante pequeño, una parte de una habitación más grande que había sido dividida.
Había espacio para una cama, pero casi no había lugar para estar parado.
Esto le recordó las cabinas de los trenes de su mundo anterior, que eran igual de estrechas, casi sin lugar para estirar las piernas.
—Tener una cama es bueno, tenía que dormir en mi asiento durante el viaje por las Grandes Llanuras de la Muerte —se reconfortó a sí mismo Leylin.
—Señoras y señores, Bienvenidos al dirigible.
Soy su capitán, Kirkful Kroft Leebar.
¡Les deseo un viaje placentero!
Tengo algunos anuncios: Excepto los profesores, el resto no tiene permitido andar caminando ahí, a menos que deseen salir volando; el comedor está en el salón 1, los baños en el 2.
El salón 3 es un bar, ¡todos son bienvenidos allí!
—dijo una voz grave masculina que resonó en toda la habitación.
Leylin miró a su alrededor y notó que el sonido salía de una tubería de bronce amarilla, pero no supo si era un megáfono o un conducto de aire—.
¡Estamos despegando!
Leylin se sintió liviano mientras la nave se mecía.
Se apresuró a llegar a una ventana.
La suya tenía el tamaño de una pelota de fútbol y el vidrio era muy grueso, por lo que era difícil ver hacia afuera.
A medida que el dirigible ascendía, el suelo comenzó a verse más y más pequeño, hasta que el campamento solo se veía como un punto negro.
Leylin dejó la espada y la ballesta a un lado y se recostó en la cama.
—Oí que el profesor Dorotte dijo que el viaje durará alrededor de un mes.
¡Cuánto tiempo!
Ya han pasado seis meses desde que dejé a mi familia, ¡y aún no hemos llegado a la academia!
—pensó Leylin.
Luego cerró los ojos, perdido en sus pensamientos.
[Ding…
Ding dong…] Una melodía sonó y despertó a Leylin.
Salió de la cama y miró por la ventana.
Solo había oscuridad.
¡Ya era de noche!
—Señoras y señores, ¡buenas noches!
En este momento se está sirviendo la cena en el comedor.
El menú de hoy es foie-grass, pollo asado con trufas, pan blanco, carne de ardilla…
Esta vez, la voz era de una mujer.
Leylin se frotó el estómago y velozmente se puso de pie.
Se estiró un poco la ropa y corrió al comedor.
El pasillo era algo sombrío; había unas pequeñas lámparas cada unos pocos pasos que producían un resplandor amarillo.
Las puertas de las habitaciones de alrededor se abrieron y montones de discípulos salieron de ellas.
El salón 1 estaba lleno de discípulos, pero Leylin no vio a ningún profesor allí.
Se preguntó si había un salón especial para ellos.
En el techo del comedor había una gigantesca piedra de color blanco, que emanaba una luz blanca, como un sol en miniatura.
Había largas mesas con sillas blancas, se parecía un poco a una cantina de la universidad.
—¡Ey!
¡Leylin, por aquí!
—En una esquina, Beirut, que estaba sentado con algunos otros de la Academia del Bosque del Hueso Abisal, le hacía señas—.
¡Estoy aquí!
Leylin tomó una bandeja y unos cubiertos color plata y, luego de pensarlo un poco, eligió una rebanada de pan blanco, una pata de pollo frito, ensalada de frutas y jugo de manzana.
Luego se sentó junto a Beirut.
—Seguro que vinieron temprano —dijo Leylin al llegar.
—Eres tú el que ha venido tarde.
¿Te quedaste dormido?
—dijo Beirut en tono burlón.
Leylin se sentó y bebió de un trago media botella del jugo de manzana.
—Sí, dormí un poco de más.
¿Estamos viajando con otros discípulos?
—dijo mirando a su alrededor.
En ese momento, además de los discípulos de la Academia del Bosque del Hueso Abisal, el comedor estaba lleno de discípulos de otras academias.
Se sentaban juntos de acuerdo a sus academias y algo alejados de los de las demás.
—Así es, estamos en el mismo dirigible que el Refugio del Sabio Gotham y algunas otras academias.
La Torre del Anillo de Marfil de Ennea va en la dirección opuesta, por eso debemos ir separados —explicó Raynor.
—Con que así es —dijo Leylin con un dejo de tristeza—.
George y los demás subieron al dirigible de la derecha, y parece que la distancia con la Academia del Bosque del Hueso Abisal es bastante grande.
Creo que habrá ciertos problemas de comunicación.
Luego de la cena, todos volvieron a sus cuartos para descansar.
No parecía haber nada más que hacer más que comer y dormir.
Este aburrimiento duró 15 días.
Una noche, después de la cena, los grupos no quisieron volver a las pequeñas habitaciones, así que se sentaron alrededor de la mesa y se pusieron a charlar.
—¿Qué pasa contigo, Beirut?
—le preguntó Leylin, que vio que estaba algo incómodo.
En esos 10 días, Beirut, que era un charlatán, había hablado de temas que iban desde su árbol familiar a la preparación de platos en la capital con el cariño con el que se lo contaría a su pareja.
Aunque al principio les molestaba, Leylin y los demás se habían acostumbrado a sus palabras, que eran ahora la única alegría en su aburrido viaje.
—¡Sí!
¡Todavía quiero oír de tus antiguas relaciones!
—se burló Raynor.
—¡Ya les he contado todo!
—dijo Beirut, mirando hacia arriba en señal de fastidio —.
¡No sé qué más decirles!
¡Estoy tan aburrido!
—se lamentó.
—Debes aguantar, ¡sólo queda una quincena!
Tu hogar estaba lejos del campamento, ¿cómo pasaste todo ese tiempo?
—le preguntó Leylin para animarlo, aunque con algo de curiosidad.
—Mi casa está en el Reino Porter, al borde de las Grandes Llanuras de la Muerte.
Llegamos al campamento luego de caminar por 15 días —respondió Beirut, levantando la mirada otra vez, en señal de impotencia.
—Sin duda —contestó Leylin, sacudiendo la cabeza.
—Jayden, yo vi esto primero, ¿qué es lo que quieres?
Una bandeja de plata cayó al suelo e hizo un estrepitoso ruido.
Leylin se volteó y vio a Kaliweir gruñir, su cabello estaba parado como el de un león furioso.
Del otro lado, Jayden pinchó una pata de pollo a la barbacoa con el tenedor.
—Es de quien la agarra primero.
Los que estaban ahí, no solo no intervinieron, sino que parecían desear un buen espectáculo.
Durante el viaje tan cansador, Kaliweir y Jayden sintieron que el otro era desagradable, especialmente cuando Jayden intentó traer a dos secuaces.
Se contuvieron en los conflictos del pasado por miedo, porque había magos cerca.
Pero ahora, las cosas parecían fuera de control.
Leylin frunció el ceño.
—¡Eres tú el que me forzó a esto!
—rugió Kaliweir; los músculos de su cuerpo se pusieron tensos.
Parecía haber añadido otra capa de músculo a su cuerpo.
Como era un noble, había entrenado con las técnicas de un Caballero.
Además, parecía haber encendido su Energía Vital interior, convirtiéndose en un verdadero Caballero.
—Chip de I.A.
Escanea el objetivo.
[¡Biip!
Kaliweir: Fuerza: 2.5 Agilidad: 2.7 Vitalidad: 3.0 Estado: actualmente usa una técnica secreta.] [Análisis de la técnica secreta: luego de la circulación, aumenta la fuerza, aumenta la agilidad.] ¡Hoy sabrás que debes bajar la cabeza y obedecer a un León orgulloso!
—gritó Kaliweir mientras movía las piernas.
Dejó su imagen en la retina de los demás al correr a toda velocidad hacia Jayden.
[¡ALERTA!
¡ALERTA!
Se detecta radiación.
Estado: se recomienda alejarse de la fuente de radiación.] —¿Se detectó una fuente de radiación?
¿Acaso un mago ha intervenido?
—preguntó Leylin.
—¡Jaja!
¡Hoy verás quién es el número 1 entre los principiantes!
—gritó Jayden.
Luego sacó una insignia verde de su pecho—.
¡Pilis-Duwasha!
¡Criatura verde!
¡Oye mi llamado, ven al mundo de los mortales!
Jayden usaba una voz extraña y un lenguaje muy extraño en su canto, pero, sorprendentemente, Leylin comprendió cada palabra.
El encantamiento hizo que una luz emergiera de la insignia verde y que aparecieran del suelo las ramas de una enredadera, que se extendió por el suelo como una serpiente danzando sin control.
[Chi, chi] Las ramas danzantes delante de Jayden lo protegían.
Una de ellas fue enviada con fuerza hacia adelante, lo que hizo que Kaliweir se caiga al suelo.
Las ramas comenzaron a enroscarse a su alrededor, hasta cubrirlo completamente.
Solo podía verse su cara.
—¡Un artefacto mágico!
—gritaron exaltados los discípulos a su alrededor.
—¡Para usar un artefacto mágico debes ser al menos un discípulo nivel 1!
Ya…
¿Ya fue promovido a discípulo nivel 1?
—aclamaba la multitud, mirando a Jayden con respeto, algo que hizo que Kaliweir se pusiera aún más rojo de furia.
—¿Que cómo es esto?
Bueno, si juras obedecerme, te liberaré—dijo Jayden mientras caminaba hacia donde estaba Kaliweir.
—Ja…
¡Jamás!
¡El orgullo de la familia León no será deshonrado por mí!
Las venas de Kaliweir estaban a punto de explotar.
—Entonces, no tengo otra opción.
Jayden se encogió de hombros.
Las ramas continuaban apretando y algunos sonidos empezaron a oírse desde adentro.
Parecía que algunos huesos de Kaliweir se habían roto.
Los discípulos de alrededor no pudieron soportarlo más, e intentaron convencer a Jayden de que se detuviera.
[¡Bang!] El dirigible se inclinó y las luces se atenuaron.
Algunos discípulos terminaron en el piso.
—¿Qué pasó?
¿Fue algo de turbulencia?
Los ojos de Leylin brillaron.
[Ju…
Ju…] Las ventanas se abrieron violentamente y fuertes ráfagas de viento ingresaron.
Junto al fuerte sonido del viento, había además millones de descargas eléctricas de color azul que se dispersaban en todas direcciones.
Al ver esto, las pupilas de Leylin se redujeron al tamaño de una aguja.
—¿Una tormenta eléctrica?
¿Dónde están los magos del dirigible?
—se preguntó.
—Insignificantes alimañas, ¿cómo se atreven a entrar en los dominios de la poderosa Pendra?
—dijo una voz que resonó junto a una fuerte tormenta.
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