Brujo del mundo de magos - Capítulo 35
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- Capítulo 35 - 35 Capítulo 35 El regreso a la academia
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35: Capítulo 35: El regreso a la academia 35: Capítulo 35: El regreso a la academia Editor: Nyoi-Bo Studio —Me pregunto cómo estarán Kaliweir y los demás…
Leylin se levantó, débilmente, y sintió que todo su cuerpo se iba a desarmar.
—Incluso con el Chip de I.A.
quedé en este estado, sin mencionar la situación.
Tengo que encontrarlos pronto, sería terrible si hubieran caído en una trampa o se hubieran topado con otras bestias salvajes.
Leylin sacó una poción roja del saco que llevaba en la cintura, la destapó, y derramó el líquido sobre sus heridas.
[Hisss] Una neblina blanca se elevó desde su herida.
Leylin apretó los dientes, su cara se retorcía.
Cuando la neblina se dispersó, una membrana roja cubría la herida, que ya había dejado de sangrar.
La herida se había cerrado.
Leylin comenzó a mover la mano y notó que sus movimientos no eran limitados.
—Esta poción hemostática es muy buena, ¡pero duele tanto cuando la usas!
—se quejó Leylin.
Luego sacó una poción color azul y la bebió de un trago.
La poción azul era dulce y olía como pan blanco.
Leylin se sintió mucho mejor y comenzó a recuperar algo de fuerza.
Salió de entre los arbustos y se apoyó en un árbol grande para descansar.
—Chip de I.A., ¿hay alguna forma de evitar los efectos del gas alucinógeno?
Ya que sabía que el único peligro allí eran las partículas de gas alucinógeno, a Leylin no le molestaba ir a rescatar a los demás miembros de su grupo.
De no ser posible, entonces simplemente daría la vuelta, volvería a la academia para informar a los profesores y rezaría por ellos.
El Chip de I.A.
respondió: [Sugerencia: el agua fresca tiene propiedades protectoras que evitan la filtración de partículas de gas.] —Agua fresca, ¿eh?
Leylin abrió su botella y empapó con agua un pañuelo, luego se cubrió la nariz y la boca y comenzó a volver a su ubicación anterior.
—Creí que había corrido una gran distancia, ¡pero no fueron ni mil metros!
—pensó Leylin mientras volvía sobre sus pasos.
Unos instantes después, se encontraba en el lugar donde los cinco decidieron separarse.
Leylin se quedó sin palabras.
—Chip de I.A., escanea el área frente a mí y crea un mapa.
Leylin sabía que el camino estaba lleno de gas alucinógeno, por lo que, a pesar de estar protegido, se sentía muy vulnerable.
[Biip.
Escaneo completo.] Una imagen apareció frente a Leylin.
Donde habían estado los cinco previamente, había ahora una depresión donde estaban creciendo unos hongos.
Eran extremadamente grandes, tenían casi la altura de una persona.
Eran de un misterioso color morado, con muchas manchas negras que formaban una imagen apenas perceptible de un humano sufriendo.
—¿Qué clase de hongos son estos?
[Comparando con la base de datos… Nivel similitud: Hongos Rostro de Araña: 98.7%, Hongos Lanza de Acero: 74.5%, Flor de Sombrilla Violeta: 23.3%] —¿Hongos Rostro de Araña?
—pensó Leylin, que recordó una imagen que vio en un libro con ilustraciones de la biblioteca.
Los Hongos Rostro de Araña son muy misteriosos.
Son capaces de emitir un gas alucinógeno muy poderoso que las personas débiles y otros organismos inteligentes no pueden resistir.
Es normal que atraigan a bestias voladoras y vivan en armonía con ellas.
Parece que estos hongos atrajeron a los Cuervos de Ojos Rojos de antes.
Leylin observó que en el tallo del hongo morado podían verse unos huesos, algunos parecían huesos humanos y otros de distintas criaturas.
—Este tipo de hongo es muy peligroso, deberían haberlos quitado de los alrededores de la escuela.
Salvo que los hayan traído aquí recientemente…
—reflexionó Leylin.
Sintió escalofríos, como si hubiera descubierto una conspiración.
Sacudió la cabeza y pensó: —No es algo de lo que pueda ocuparme ahora.
Debo apresurarme y buscar a Neela y los demás, luego nos iremos inmediatamente.
Con la ayuda del Chip de I.A., encontrar a los demás miembros del grupo fue extremadamente fácil.
Raynor estaba cerca, yacía en el suelo con una rama clavada en la pierna.
Parecía que él mismo se la había clavado al correr.
Encontró a Kaliweir no mucho después.
Parecía un lunático, aferrado a una gigantesca roca negra.
Ni siquiera vio que Leylin se acercaba.
Al final, Leylin lo dejó inconsciente.
Neela y Lilisse fueron las más afortunadas.
Poco después de que se fueron, quedaron enredadas en unas ramas.
Cuando Leylin las encontró, todavía estaban envueltas en la poción verde que las hacía más veloces, por lo que no habían sufrido ninguna herida.
Leylin los alejó a los cuatro de los Hongos Rostro de Araña.
Más tarde encontró un arroyo y los metió a todos en el agua.
Esa fue una sugerencia del Chip de I.A.
Cuando las heladas aguas del arroyo invadieron las narices y gargantas de Kaliweir y los demás, comenzaron a convulsionar violentamente.
[Cof, cof] Kaliweir y el resto tosían intensamente.
Leylin los movió a un terreno llano y los recostó boca arriba.
Luego, tomó un arma y adquirió una postura defensiva.
—¿Qué pasó?
Kaliweir frotó su cabeza, que le dolía bastante, y se paró con dificultad.
—¿Aún recuerdas lo que ocurrió antes?
—preguntó Leylin mientras se paraba frente a él.
—¡Sí!
Lo recuerdo ahora, nos topamos con el Oso Violento de las Montañas, ¡e incluso con algunos Lobos Gigantes!
—Kaliweir se tocó el tajo que tenía en la cara y continuó: —Fuiste tú quien nos salvó, ¿cierto?
—Exacto.
Pero no nos topamos con bestias feroces, les explicaré cuando los demás hayan despertado.
Leylin señaló a los demás, que parecían estar volviendo en sí lentamente.
Cuando se alejaron de los alrededores de los Hongos Rostro de Araña y tomaron una gran cantidad de agua fresca, sus mentes comenzaron a recuperarse.
Leylin les explicó todo acerca de los Hongos Rostro de Araña.
En su caso, dijo que tuvo suerte de evitar aquella situación porque tenía consigo un objeto que le permitía resistir alucinaciones.
Luego de escuchar a Leylin, las expresiones de Kaliweir y el resto no eran buenas.
—¡Leylin!
¡Gracias!
Te debo mi vida —dijo Kaliweir con solemnidad.
—¡Nosotras también!
—agregaron Neela y Lilisse.
Raynor, en cambio, intentó hablar, pero no salió palabra alguna de su boca.
—Les sugiero que atiendan sus heridas primero —dijo Leylin señalando el agujero en la pierna de Raynor.
—Bueno, tengo algo de polvo medicinal aquí.
¿Lo necesitas, Raynor?
Kaliweir palpó su cuerpo en busca del objeto, luego sacó una botella de polvo medicinal de la cintura y se la dio a Raynor.
Leylin la olfateó y supo que era un remedio del mundo normal.
A pesar de ser algo efectivo, no podía compararse con la poción hemostática.
El grupo trató las heridas de sus cuerpos lentamente.
Raynor era el más herido, sus labios estaban blancos como la nieve.
Envolvieron con fuerza su pierna en gasa.
Kaliweir logró hallar un palo que sirvió de muleta, por lo que al menos podía arreglárselas para caminar.
El físico de los Magos era diferente al de los humanos comunes.
Con la ayuda de las pociones, las heridas no muy graves normalmente terminaban de curarse en un par de días.
—¿Qué deberíamos hacer ahora?
—le preguntó Kaliweir a Leylin.
Aunque era el líder el grupo, la actuación de Leylin hizo que bajara su cabeza.
—¿Aún puedes caminar?
—le preguntó Leylin a Raynor.
—¡Claro que sí!
¡Puedo caminar!
No…
¡No me dejen aquí!
—respondió Raynor, que se apresuró a ponerse de pie con la ayuda del palo.
—¡Entonces apresurémonos y partamos!
—excamó Leylin, que pensaba en los Hongos Rostro de Araña y en sus propias predicciones.
Tenía una mala sensación de lo que había ocurrido.
—¡Así es!
—respondieron Neela y Lilisse al unísono.
Parecían tener miedo de permanecer allí.
—Mi Poción Aceleradora, ¡gasté 5 cristales mágicos en ella!
—se lamentó Neela mientras viajaban.
—Eso no está tan mal, ¡mírenme a mí!
Kaliweir se ajustó el saco en la cintura, lo más importante que tenían eran las 12 garras de Cuervo de Ojos Rojos, la prueba de que habían completado la misión.
Luego señaló su tobillo.
Los mechones negros ya le cubrían las pantorrillas y seguían subiendo hasta los muslos.
—Aunque una semilla de Césped Veloz te permite correr muy rápido, sus capacidades reproductivas son enormes.
Definitivamente estarás contaminado luego de usarlas.
Debes apresurarte a volver a la academia y controlar el efecto, ¡o pronto te convertirás en un hombre peludo!
—La apariencia exterior es solo un efecto.
Lo más importante es que el Césped Veloz que permanece durante mucho tiempo en el cuerpo humano desarrolla propiedades venenosas.
¡En ese caso, la única solución es amputar la pierna!
Kaliweir, con una expresión resoluta, dijo: —¡Apresúrense!
Aunque su rostro permaneció inexpresivo, sus pasos habían acelerado claramente.
Luego de sufrir el ataque de los Hongos Rostro de Araña, los cinco estaban muy asustados en el camino de vuelta.
El crujido de cualquier rama o el sonido del viento los ponía muy nerviosos.
Cuando finalmente llegaron al Cementerio del Bosque del Hueso Abisal, Leylin juró que el cementerio jamás le había parecido más encantador.
—Contraseña —preguntó esta vez el perro de dos cabezas con voz femenina.
—El Hueso Abisal es primordial —dijo Kaliweir lentamente.
Las contraseñas cambiaban cada cierto tiempo.
Aunque, por supuesto, aquellos que iban a salir a una misión eran avisados con anterioridad.
—¡Correcto!
El perro de dos cabezas les permitió pasar y volvió a convertirse en piedra sobre la plataforma.
Leylin suspiró aliviado cuando finalmente cruzaron las puertas de la academia.
Aunque no hubo ninguna muerte en aquella misión, encontraron una gran cantidad de peligros en el camino.
De no haber sido por la ayuda del Chip de I.A., el grupo entero podría haber sido aniquilado.
—¡Vamos!
Primero entregaremos nuestra misión —dijo Kaliweir con una sonrisa, se veía aliviado.
Así como Neela y Lilisse, que también parecían estar más relajadas.
Los cinco caminaron al Área de Misiones.
Kaliweir comenzó a hacer la cola en el mostrador, mientras que los otros cuatro esperaron a un costado.
—Neela, ¿las misiones causaban tantas muertes y heridas en el pasado?
—preguntó Leylin, que sentía algo raro a su alrededor.
El número de víctimas en el Área de Misiones sin dudas había aumentado.
Podían oírse insultos y sollozos de tanto en tanto.
—No solía haber tantas, ¡eso te lo aseguro!
Neela observó a la gran cantidad de discípulos con caras tristes a su alrededor.
No solo parecían haber fallado en sus misiones, sino que también parecían haber pagado un precio muy alto por ellas.
—¡Miren!
Han actualizado la lista de misiones —dijo Leylin al levantar la cabeza.
Notó que había una advertencia en la esquina superior de la pared negra, escrita en un llamativo color rojo.
«Atención: Ha habido un aumento significativo de criaturas peligrosas en los alrededores de la academia.
Esperamos que los discípulos que salgan en el futuro sean más precavidos.
Si no son discípulos de nivel 3, les recomendamos que permanezcan dentro de la academia.» Aquellas palabras tenían un tamaño mayor a las demás y su color rojo era muy llamativo.
Detrás de la advertencia, había una nueva misión escrita en rojo.
“Misión: Hallar la causa de las anormalidades en los alrededores de la academia.
Recompensa: 500 cristales mágicos, información de alta calidad en 3 temas a elección o un modelo de hechizo mejorado.
Esta misión es extremadamente peligrosa, ¡sean prudentes al aceptarla!” —¡500 cristales mágicos, información de alta calidad en 3 temas a elección o un modelo de hechizo mejorado!
—exclamó Leylin.
—Si tan solo tuviera esa cantidad de cristales mágicos…
—dijo Lilisse, intimidada por la generosa recompensa.
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