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Brujo del mundo de magos - Capítulo 56

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56: Capítulo 56 – Una visita 56: Capítulo 56 – Una visita Editor: Nyoi-Bo Studio Un objeto dorado dibujó un arco en el aire, brilló al reflejar la luz, y luego cayó en las manos del comerciante calvo.

—Toma esto, es la comisión que mereces —dijo Leylin.

—Muchas gracias por esta gratificación, mi respetado Joven Maestro —dijo el pelado con una rápida reverencia.

—Lo próximo es conseguir un ama de llaves y dos personas que puedan llevar correctamente un control financiero.

Si puedes encontrar los que sean apropiados para mí, esta moneda de oro será tuya —dijo Leylin mientras lanzaba hacia arriba una moneda de oro.

—Déjame pensar, déjame pensar.

Había otra moneda de oro en la mano de Leylin y, al verla, el pelado se puso muy alegre.

Comenzó a murmurar palabras incomprensibles, mientras se agarraba la cabeza y se carcomía los sesos.

—¡Así es!

¡El viejo Welker!

El viejo Welker era el amo de llaves de un barón anteriormente.

Hace poco lo oí decir que quiere volver a trabajar de eso —dijo el comerciante calvo.

—¡Muy bien!

Llévame con él —respondió Leylin, que asintió en señal de aprobación.

Dos días después, por la mañana: La neblina aún no se había disipado por completo y persistía el aire frío de la mañana.

Se oyó un chirrido y las puertas de la ciudad de Roran se abrieron lentamente.

Un carruaje las cruzó en dirección al exterior.

Alrededor de 12 mercenarios escoltaban al carruaje que, poco a poco, abandonaba la ciudad.

Todos llevaban armaduras rotas, arcos y lanzas de metal.

Adelante del carruaje, Fayern lideraba al grupo sobre un magnífico corcel marrón y, detrás de él, un mercenario de unos 20 años llevaba una bandera roja con un halcón bordado, la insignia del grupo los Halcones de Roran.

Greem montaba su caballo cerca del carruaje, ya que había cedido el lugar del conductor a un hombre viejo de cabello blanco.

Aunque tenía el viento en contra y esto hacía que su cabello volara incontrolablemente, su ropa se veía impecable y sin una sola arruga.

Era el nuevo sirviente de Leylin, el viejo Welker.

Hacía un tiempo, el barón al que servía quebró y él se quedó sin trabajo.

El comerciante calvo lo visitó y volvieron juntos en barco para unirse a Leylin.

El viaje de Roran a la Ciudad de la Noche Extrema sólo demoraba 7 días.

El grupo de mercenarios los Halcones de Roran eran dignos de los elogios de Fayern.

Estaban totalmente familiarizados con el recorrido e incluso encontraban lugares de alojamiento en el camino, lo que les ahorró la molestia de montar un campamento.

Siete días después, el grupo llegó a salvo a la Ciudad de la Noche Extrema.

Leylin levantó la cortina del carruaje y observó que las nubes eran bastante oscuras.

Había muchas capas de nubes juntas que bloqueaban completamente los rayos de sol.

Parecía que pronto iba a llover.

Además, las nubes hacían que los arbustos y la hierba quedaran en la sombra, lo que los hacía ver sombríos.

—¡Fayern!

—exclamó Leylin mientras se asomaba a la puerta del carruaje—.

¿Acaso no dijiste que la Ciudad de la Noche Extrema tenía una zona de vegetación abundante pero que se marchitó?

¿Dónde es eso?

—¡Joven Maestro!

—respondió Fayern mientras tomaba con firmeza las riendas y desaceleraba a su caballo, para que su velocidad fuera similar a la del carruaje—.

La Ciudad de la Noche Extrema es inmensa.

Aquel acontecimiento ocurrió solo en una pequeña zona al este.

Normalmente, hacemos todo lo posible para evitar aquella zona.

Después de todo, los humanos también hicieron lo posible para evitar el peligro…

—¿Dónde está ese bosque?

—preguntó Leylin, reclinado contra el marco de la puerta como si estuviera disfrutando del paisaje.

—¡La parte este de los Bosques de la Noche Oscura está cerca del centro de la ciudad!

—dijo Fayern, que luego bajó la voz y continuó: —en los Bosques de la Noche Oscura abunda ciertos tipos de plantas.

Pero, desde el incidente del marchitamiento, el suministro de hierbas de la Ciudad de la Noche Extrema se disminuyó en un 30%.

—¿En serio?

—dijo Leylin con una sonrisa.

La Ciudad de la Noche Extrema, considerada una gran ciudad de la Provincia de los Bosques del Este, tenía como uno de los pilares de su economía a la industria de las hierbas.

La situación actual seguramente tenía muy preocupados al señor de la ciudad y a sus oficiales.

—¿Los Bosques de la Noche Oscura?

¡Lo recuerdo!

Aunque los bosques del reino eran algo peligrosos, esto afectaba solo a los humanos comunes.

Leylin había atravesado incluso el Bosque del Hueso Abisal de su academia, por lo que, lógicamente, los riesgos actuales no lo intimidaban.

—¿Alguno de los recolectores de hierba desapareció en la zona del marchitamiento?

—preguntó Leylin de repente.

—¿Recolectores de hierba?

¿Hablas de varios empleados, bandidos y aventureros?

El bosque está lleno de peligros, que algunas personas mueran allí es normal; entonces, ¿quién sabe?

—respondió Fayern encogiéndose de hombros.

Mientras conversaban, el carruaje se aproximaba de a poco a la Ciudad de la Noche Extrema.

Las paredes de la ciudad no eran muy altas, pero sí eran extremadamente gruesas.

Parecía haber sido construida apilando piedras de granito, era completamente maciza.

El guardia en la puerta de la ciudad reconoció a Fayern y permitió que el carruaje ingresara, luego de pagar una tarifa por el ingreso.

—¡Busquemos alojamiento primero!

—ordenó Leylin con pocas palabras.

……….

Cayó la noche y Leylin envió afuera a Anna, que lo estaba sirviendo, y se quedó solo en su habitación de la posada.

Abrió la ventana y entró una fría ráfaga de viento.

Afuera estaba completamente oscuro, solo había unas lámparas encendidas.

Leylin cerró la puerta y sacó una bola de cristal azul de la bolsa que llevaba todo el tiempo con él.

Era extremadamente pequeña y brillaba de forma extraña.

En el centro del cristal había muchos destellos de luz que se movían de un lado a otro como pequeñas luciérnagas.

—¡Actívate!

—Leylin murmuró su encantamiento.

Los destellos en la bola de cristal comenzaron a moverse, para luego formar un símbolo extraño de forma curva que giraba sin cesar.

Finalmente, se convirtió en un ojo inyectado de sangre.

La expresión de Leylin era extremadamente seria.

Lo primero que hizo fue mover aquel símbolo en dirección a su cara, que estaba algo flaca, para que esta se refleje en la bola de cristal.

—Calendario de las Sombras, Año 1032, Mes del frío intenso, Día de los cuervos afligidos —dijo Leylin lentamente, en una voz totalmente diferente—.

En el día de hoy, llegué a la Ciudad de la Noche Extrema y actualmente me encuentro en la Posada de Hoof.

Leylin giró la bola de cristal para que todo a su alrededor se reflejara en el símbolo del interior.

Luego, caminó hasta el alféizar y capturó imágenes del exterior.

—En este momento, las noticias indican que el sector del marchitamiento corresponde al área este de los Bosques de la Noche Oscura.

Hasta la presente grabación, no se ha informado la muerte de ninguno de los miembros.

Mañana partiré e investigaré, quizás reúna más información.

Los datos mencionados anteriormente fueron registrados por Leylin Farlier, discípulo nivel 2.

Cuando terminó de hablar, limpió la bola de cristal con sus dedos pálidos.

[¡Jeje!

¡Jeje!] Un extraño sonido, parecido a la risa de un niño, salió del interior de la bola de cristal.

Entonces, el símbolo titiló y se convirtió nuevamente en incontables destellos de luz hasta desaparecer.

La academia le había dado aquella bola de cristal a Leylin como prueba por haber tomado la misión.

La bola de cristal podía grabar algunas voces y escenas; todo lo que Leylin debía hacer era registrar cada acontecimiento importante durante la misión.

Luego, podría entregar las grabaciones como prueba cuando volviera a la academia.

Pero, por supuesto, el control de la bola de cristal estaba en manos de Leylin.

Mientras no deseara activarla, no podría grabar nada ya que no tenía el respaldo mágico.

Esta era la razón por la que la Academia del Bosque del Hueso Abisal tomaba el riesgo de permitir que sus discípulos salieran en misiones a largo plazo sin miedo a que los engañaran.

—Por la descripción de Fayern, no creo que la zona de marchitamiento sea tan grande.

Temo que sean demonios de los árboles u organismos que se alimenten de los humanos.

¡Pero un discípulo nivel 2 es más que suficiente para lidiar con cualquiera de ellos!

Leylin evaluó las cosas con cuidado.

—No tengo que ponerme tan ansioso, ¡todavía me quedan más de dos años!

Primero debería enviar a algunos de los mercenarios a echar un vistazo…

Lo más importante ahora es instalarme aquí.

Además, tengo que visitar a un “amigo”…

Los labios de Leylin formaron una sonrisa misteriosa.

Aunque la ubicación de la Ciudad de la Noche Extrema era bastante remota, estaba cerca de algunos recursos para los magos.

Incluso estaban escavando en una mina de cristales mágicos cerca.

Claro que estos recursos ya se habían acabado, pero las minas aun atraían a una gran cantidad de magos deambulantes y a pequeñas familias.

Hasta dio lugar a la instalación de un pequeño mercado de magos que estaba marcado en el mapa que le había dado Bicky.

Por otra parte, en el poco tiempo desde que habían ingresado a la ciudad, el Chip de I.A.

había captado varias ondas de energía de otros discípulos.

Parecía que había bastantes discípulos viviendo en aquella ciudad, lo que era completamente normal, ya que los magos deambulantes o aquellos que eran más solitarios preferían las ciudades más remotas, para sentirse más cómodos y ocultar mejor sus identidades.

Por supuesto, como su esperanza de vida era mucho mayor, además de su apariencia y de las emisiones de radiación, no podían permanecer en el mismo lugar por mucho tiempo.

Frecuentemente, se mudaban luego de algunos años.

Mientras Leylin reflexionaba, gritó: —¡Anna!

—Joven Maestro, ¿cuáles son sus órdenes?

—preguntó Anna al entrar en la habitación con un hermoso vestido rojo.

Hizo una reverencia que dejó a la vista sus pantorrillas, tan blancas como la nieve.

—Prepara un regalo, quiero visitar a alguien mañana.

Welker te dirá los detalles —dijo Leylin bostezando y sin emoción.

Luego de decirle a la algo decepcionada Anna que se marchase, Leylin preparó un conjunto de partículas de energía como alarma, apagó con un soplido las velas y entró en la tierra de los sueños.

A la mañana siguiente, Leylin se fue acompañado de Anna, que traía un hermoso sombrero.

—¿Es ese el regalo que escogió Welker?

Leylin le echó un vistazo al sombrero y pudo ver que estaba hecho con piel de bestia.

Era muy suave al tacto y tenía una pluma clavada.

—El sirviente Welker dijo que en la Ciudad de la Noche Extrema, clavar una pluma de Halcón Nocturno en un sombrero representaba deseos de paz y amistad.

Es el regalo predilecto al visitar por primera vez a alguien.

Maestro…

Joven Maestro—Anna adquirió una expresión de miedo—, ¿visitará a otro “señor”?

—preguntó Anna con voz temblorosa.

—¡Sí!

¡También es un discípulo!

—respondió Leylin en voz baja, para que solo lo oyera Anna.

Vio entonces que los hombros de la niña temblaban.

Leylin sonrió; habían vendido a Anna a un mago antes de venderla como esclava.

Parece que su experiencia con el mago había sido traumática.

—Si estás asustada, siempre puedes volver —dijo Leylin, mientras abrazaba la delgada cintura de Anna.

—¡No!

¡Anna quiere ir con el Joven Maestro!

—respondió con una sonrisa forzada.

Leylin sacudió la cabeza.

—Sígueme si quieres.

La Ciudad de la Noche Extrema tenía una construcción bastante gótica, con pinchos afilados en los techos.

Las veredas tenían capas de rocas lisas que daban la impresión de que la Ciudad de la Noche Extrema era una de las más poderosas económicamente.

Cuando Leylin y Anna comenzaron a acercarse a la zona este de la ciudad, notaron que la vestimenta de la gente era mucho más sofisticada y que la decoración de los edificios era espléndida.

—Parece que los nobles y eruditos se reúnen en la parte este de la Ciudad de la Noche Extrema —le dijo a Anna.

Leylin observó flores a ambos lados del camino.

Incluso había una fuente.

No pudo evitar sonreír.

Llegaron luego a una residencia de dos pisos pintada de blanco.

Una placa en la puerta decía: «Calle principal Cecelia, 59».

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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