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Brujo del mundo de magos - Capítulo 57

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57: Capítulo 57 – Murphy 57: Capítulo 57 – Murphy Editor: Nyoi-Bo Studio Leylin tocó la campana que colgaba en la puerta, que produjo un sonido muy marcado.

Justo después se oyeron unos pasos que se acercaban con prisa.

—Hola, ¿puedo preguntar quién eres?

¿Tienes una cita?

—preguntó un mayordomo de aspecto meticuloso que apareció frente a Leylin.

—Leylin Farlier, he venido a visitar al dueño de la residencia —dijo Leylin con una sonrisa.

—Señor, como debe saber, mi amo, Murphy, es un famoso erudito.

Está extremadamente ocupados todos los días, quizás…

En ese momento, una jovencita que parecía una criada se acercó corriendo y le susurró algo al oído al mayordomo.

Su expresión cambió de inmediato y, con una profunda reverencia, le dijo a Leylin: —El Maestro lo invita a pasar a la sala.

Leylin sonrió mientras recuperaba las ondas de energía que había irradiado.

Apenas ingresaron a la residencia, atravesaron un corredor lleno de obras de arte: pinturas, distintos óleos exhibidos sobre una pared de un color amarillo claro y otras piezas que eran muy atractivas a la vista.

Cuando pasaron a la sala, se volvió obvio que aquella era una casa muy espaciosa.

La decoración de la sala tenía mucho valor estético.

Aunque no había objetos resplandecientes de oro, plata o piedras preciosas, aquellas obras de arte tenían un aura histórica que daba una sensación de sutil elegancia.

Junto al hogar de la sala había un erudito anciano, con barba y cejas blancas, recostado en un sillón reclinable color rojo oscuro.

Los ojos de aquel hombre se veían turbios con algunos rastros de inteligencia.

Al ver a Leylin, sus ojos normalmente entrecerrados se abrieron por completo.

Se puso de pie, abrió los brazos y le dijo: —¡Bienvenido, mi joven amigo!

Leylin se acercó y abrazó al anciano.

—¡Es un honor poder conocerlo!

¡Espero que le guste el regalo que le traje!

Anna dio un paso al frente y le entregó al mayordomo el exquisito sombrero.

—Me gustan las plumas traseras del halcón nocturno.

¡Representan la paz!

—exclamó el anciano y luego le dijo a su mayordomo: —Lille, puedes retirarte, deseo tener una charla con este amigo mío.

—Retírate tú también —le dijo Leylin a Anna, que estaba junto a él.

Luego de saludar respetuosamente, el mayordomo y las criadas de ambos se fueron y cerraron la puerta.

Muy pronto, solo eran Leylin y el anciano en aquella sala.

—Muy bien, presentémonos otra vez.

Murphy, discípulo nivel 3.

Llevo 3 años viviendo en la Ciudad de la Noche Extrema —comenzó el anciano, que parecía rememorar sucesos del pasado—.

Entonces, estimado invitado que has venido desde tan lejos, ¿qué hay de ti?

—Leylin Farlier, discípulo nivel 2 y Mago deambulante.

He venido recientemente a la Ciudad de la Noche Extrema y deseo quedarme aquí por varios años —respondió Leylin con una sonrisa; luego hizo la tradicional reverencia entre los magos.

—Detecto signos de juventud en ti.

¡Que hayas podido ascender a discípulo nivel 2 a tu edad demuestra que tienes una gran aptitud!

—exclamó Murphy con un suspiro de admiración.

—Solo tuve suerte…

—objetó Leylin.

Aunque el cuerpo del anciano se había deteriorado, las ondas de energía de un discípulo nivel 3 eran una señal clara de que no era buena idea provocarlo.

—Chip de I.A., inicia el escaneo.

[Murphy.

Fuerza: 1.5; Agilidad: 1.4; Vitalidad: 2.9; Fuerza espiritual: 8.5; Poder Mágico: 8.

Estado: Saludable.

Evaluación: discípulo nivel 3, relativamente peligroso] El Chip de I.A.

transmitió fielmente los datos al campo de visión de Leylin.

Al ser un discípulo deambulante nivel 3, la variedad de hechizos mágicos de Murphy superaba con claridad a la de Leylin.

Además, para proteger su vida, tendría escondidas algunas cartas de triunfo con las que sería extremadamente difícil lidiar.

De todas formas, Leylin tenía buenas intenciones.

Por el escaneo de la zona del Chip de I.A., el número de discípulos que vivían en la Ciudad de la Noche Extrema no era muy alto.

Murphy, en particular, irradiaba algunas de las más intensas ondas de energía.

Luego de intercambiar una buena cantidad de respetuosos saludos, Leylin se concentró en la razón principal de su visita.

—¡Entonces así es!

Deseo quedarme permanentemente en la Ciudad de la Noche Extrema e incluso abrir una tienda de ingredientes.

Como usted sabe, los procedimientos son extremadamente tediosos y además necesito que un residente actúe como mi garante…

—¿Y por eso has venido a buscarme?

—preguntó Murphy con una sonrisa.

Luego comenzó a beber una taza de té rojizo que había sobre la mesa—.

Para ser honesto, como un mago ambicioso y que busca la verdad, las monedas de oro y esas cosas ya no deberían influir en nosotros.

Aunque no sé por qué llegaste a esa conclusión.

¿Un capricho quizás?

¿O hay otra razón?

Para mí, este es un tema mínimo.

Casualmente, tengo una relación amistosa con el Señor de la Ciudad de la Noche Extrema.

Soy el tutor de uno de sus hijos.

Además, ningún Señor se negaría a una petición de una entidad misteriosa.

Los procedimientos para residir aquí, en la Ciudad de la Noche Extrema, así como los permisos para la tienda, pueden resolverse muy fácilmente —le garantizó Murphy.

—Entonces, ¡debo agradecerle!

—asintió Leylin—.

Si hay algo en lo que pueda ayudarlo, ¡no dude en preguntarme!

Esto era solo un dicho que requerían las convenciones sociales, pero tanto Leylin como el anciano sabían que solo lo mencionaba como cortesía.

Lidiar con los procedimientos para la residencia podía ser difícil para los humanos comunes.

Pero para un famoso erudito como Murphy, solo requería intercambiar algunas palabras.

Si Leylin deseaba arreglárselas con aquellos procedimientos por sí mismo, le llevaría más tiempo que al anciano.

Para ambos, este tema era simplemente una forma de establecer una amistad basada en la conveniencia entre los dos.

—La Ciudad de la Noche Extrema es un lugar tranquilo y pacífico.

Si deseas pasar tus días en paz, este lugar podrá satisfacer tus necesidades.

Más adelante, te presentaré a algunos de mis amigos.

De todas formas, debes obedecer algunas costumbres…

Pero no te preocupes, todas son prácticas habituales, como no masacrar a los residentes y cosas así.

—¡Estoy totalmente de acuerdo!

Leylin había llegado a la Ciudad de la Noche Extrema con la idea de evitar el caos de la guerra y la intriga.

Por supuesto que no haría nada que llamara la atención.

Leylin y Murphy hablaron luego de muchos temas relacionados con los magos, desde cómo estabilizar un modelo de hechizo para niveles avanzados hasta algunas aventuras de la vida de Murphy.

Aunque solo era un discípulo nivel 3, tenía mucha experiencia debido a que hacía mucho tiempo que estaba en ese nivel.

Todo aquello hizo que Leylin sintiera que su viaje no había sido en vano.

Por otra parte, el vasto conocimiento y la memoria casi fotográfica de Leylin sorprendieron a Murphy.

Ambos lamentaron no haberse conocido antes.

Incluso almorzaron juntos y conversaron hasta el atardecer, cuando Murphy dejó que Leylin se marchara.

Mientras se despedían, incluso organizaron su próxima reunión.

—Según lo que dijo Murphy, los magos de la Ciudad de la Noche Extrema son todos discípulos.

También es muy raro encontrar magos oficiales en las ciudades aledañas, por lo que, para un discípulo, es un muy buen lugar para vivir.

Leylin se sentía tranquilo por la información que había adquirido ese día, por lo que caminaba de forma más lenta y relajada.

Murphy solo desconoce el incidente del marchitamiento del bosque y las plantas.

Después de todo, es bastante viejo y no desea tomar riesgos…

Había dos faroles encendidos con una tenue llama amarilla que le permitían a Leylin ver el camino frente a él.

Anna lo seguía en silencio.

Era una criada sobresaliente, sabía claramente lo que tenía que hacer: no interrumpir a Leylin cuando reflexionaba.

Leylin evaluó sus planes una vez más y luego los dos llegaron a la posada.

—¡Joven Maestro!

—¡Señor!

Welker, Greem y Fraser se acercaron a recibirlos.

Leylin asintió y dijo: —Luego de la cena, vengan todos a mi habitación.

Deseo informarlos acerca de muchos temas con respecto a mis planes para el futuro.

La cena consistía en sopa de carne y ensalada, seguidas de grandes galletas secas.

Una vez que Leylin terminó de cenar y permitió que Anna limpiara, el resto de sus subordinados entraron en la habitación.

Leylin se sentó en una silla tapizada con piel de bestia y escuchó en silencio sus informes.

—Welker, ¿cómo estuvo la búsqueda de una residencia?

—Joven Maestro, el viejo Welker ya se ha puesto en contacto con un caballero que se está preparando para mudarse a la Provincia Sabia.

Desea venderle su pequeña mansión en la Ciudad de la Noche Extrema —declaró el viejo Welker.

A pesar de ser un anciano, estaba desbordante de energía de poder descubrirles un nuevo hogar.

—Muy bien, ¿cómo es la zona?

¿Hay suficiente lugar para albergarnos a todos?

¿Cuánto cuesta?

—preguntó Leylin.

—Por favor, relájese Joven Maestro.

Me dirigí a la mansión a echarle un vistazo hoy.

La superficie es enorme, no habría problema que 100 personas vivieran allí.

Además, hay un bosque de palmas aceiteras, un estanque y un molino.

La construyó el Caballero Víctor de acuerdo a los estándares de un barón.

Nunca creyó que la propiedad cambiaría de dueño así de rápido.

Con respecto al precio, el Caballero Víctor estableció un precio de 5000 monedas de oro.

—No es tan caro, las monedas de oro no son un problema —dijo Leylin entrelazando sus dedos.

Para un mago, los objetos terrenales como las monedas de oro eran insignificantes.

Solo estaban interesados en los cristales mágicos, los ingredientes de alta calidad y la adquisición de los restos del conocimiento antiguo.

Leylin tenía cristales mágicos de alta calidad.

Cualquiera de ellos podría alcanzar un precio mucho mayor a esa cantidad de monedas de oro.

Aunque Leylin no estaba preparado para hacer eso.

Después de todo, los cristales mágicos eran escasos.

Si no podía conseguir las monedas de oro, entonces visitaría a Murphy y le intercambiaría la cantidad que necesitara por algunas pociones, lo que no era una mala idea en lo absoluto.

—Muy bien, echémosle un vistazo mañana.

Si tanto el precio como la zona son adecuados, podemos firmar el contrato inmediatamente —asintió y continuó: —Además, vayan a las calles y busquen algo por mí.

Últimamente, la cantidad de hierbas disponibles en la Ciudad de la Noche Extrema ha disminuido.

Habrá, en definitiva, muchas tiendas pequeñas que ya no pueden lidiar con esto y estarán por cerrar.

Vayan y sean los primeros en revisarlas.

—Discúlpeme por preguntar, Joven Maestro, pero ¿está pensando en abrir una tienda de hierbas?

Los permisos para ese tipo de tiendas tienen requisitos bastante estrictos…

—dijo Fayern.

—En cuanto a eso, ninguno de ustedes tiene que preocuparse.

Ya hice algunos arreglos.

El permiso llegará en unos días.

Al oír esto, Fayern y Welker quedaron deslumbrados.

Poder garantizar algo tan difícil con esa facilidad confirmaba la identidad de Leylin como noble.

En el Reino de Poolfield, la nobleza representa progreso y esperanza.

Con eso en mente, miraron a Leylin de forma más ferviente.

Fayern apretó los puños en silencio.

Al ser uno de los pocos que podía mirar hacia el futuro, sabía, naturalmente, que no podría trabajar como mercenario por mucho tiempo más.

Muchos de los mercenarios llevaban sus cicatrices y heridas a la tumba y conocían pocos placeres en sus vidas normalmente cortas.

Sin embargo, que lo contratara el Señor Leylin para su ejército privado podía ser la forma más rápida de salirse del negocio.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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