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Brujo del mundo de magos - Capítulo 59

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59: Capítulo 59 – Registro 59: Capítulo 59 – Registro Editor: Nyoi-Bo Studio A la vista de todos, Leylin continuaba fingiendo ser un ingenuo mientras conversaba de forma amigable con el grupo de los discípulos.

Luego del baile, los coches de caballos de las distintas familias se fueron.

En una cámara secreta dentro del castillo del Señor de la ciudad, el vizconde Jackson hablaba con su subordinado.

—¿Está confirmado?

—He detectado el aroma de una entidad misteriosa en su cuerpo.

También se confirmó que es extremadamente joven.

La persona que le contestó estaba envuelta en una túnica negra.

Podía verse que unos mechones de color amarillo le crecían en la cara.

—Es distinto a esos discípulos confundidos.

No creo que vaya a retirarse a una edad tan temprana.

Ya sea que se esté escondiendo de sus enemigos o tenga otros motivos ocultos, su presencia aquí no es una buena noticia para nosotros.

Una expresión de preocupación invadió por un segundo la fría cara de Jackson.

—Perdone que sea tan directo, pero, aunque podamos encargarnos de la entidad misteriosa ahora mismo, si provocamos la ira del resto de ellos, lo que sea que ganemos no compensará todo lo que podemos llegar a perder —dijo lentamente el hombre mitad bestia.

—En efecto —Jackson se mantuvo en silencio por un momento antes de dar una orden—.

No provoques la ira del otro grupo, pero no lo pierdas de vista por ninguna razón.

—Entendido.

El hombre mitad bestia desapareció en la oscuridad.

No hubo un momento tras el baile en el que Leylin no estuviera extremadamente ocupado.

Primero, le pidió prestadas 4500 monedas de oro a Murphy para comprar la residencia.

Luego, gracias a la búsqueda que realizó el viejo Welker, Leylin encontró una tienda de medicinas que estaba a punto de cerrar pero que tenía una buena ubicación.

Se adueñó de ella y obtuvo la licencia correspondiente.

Los trámites se hicieron en cuestión de días gracias a la ayuda entusiasta e inesperada del castillo del señor de la ciudad.

Como era de esperarse, Leylin encontró a algunos espías merodeando alrededor de la tienda de medicinas y de la residencia.

Sin embargo, estos grupos secretos actuaban con moderación en cuanto a Leylin, solo tomaban acciones de vigilancia básicas y no se metían con su gente.

Por lo tanto, a Leylin no le molestaba su presencia.

Con la ayuda de Murphy, contrató a algunos farmacéuticos.

Una vez que reunieron las condiciones mínimas para gestionar la tienda, le otorgó las riendas por completo al personal que había contratado y se dispuso a concentrarse en sus experimentos mágicos.

Luego de la renovación, la residencia del caballero lucía incluso mejor que cuando era realmente nueva.

Previamente, el caballero se había quedado en un altillo de tres pisos de ladrillos blancos.

Ahora, Leylin había escogido los pocos cuartos realmente grandes para su uso privado.

El más grande lo utilizó como su dormitorio y los dos más pequeños a los costados, como una sala de estudio y un laboratorio de experimentos.

Luego de colocar algunos hechizos de detección por cuestiones de seguridad, hechizos que había aprendido en la Academia del Bosque del Hueso Abisal, les dio órdenes estrictas a sus subordinados de que, excepto que él lo ordenara, tenían prohibido el acceso a esas habitaciones.

En cuanto a Greem y Fraser, se les designó montar guardia cerca del dormitorio principal.

A Fayern y los demás mercenarios se les asignó turnos de guardia rotativa entre la residencia y la tienda de medicinas.

Leylin también anunció que las personas serias y trabajadoras podrían comprar pequeños lotes de terreno en su propiedad en 3 años y que aquellas personas o familias calificadas tendrían la posibilidad de residir allí permanentemente.

Esto era una fuerte motivación para los mercenarios normales y los agricultores.

De forma ocasional, Leylin observaba por la ventana a los serios y laboriosos mercenarios y agricultores trabajando.

No iba mucho a la tienda de medicinas; siempre permanecía en la residencia, excepto en las ocasiones en que visitaba la casa de Murphy.

Los rumores, que se propagaban lentamente hacia el exterior, le dieron a Leylin la reputación de un amo benevolente pero holgazán.

—¡Joven Maestro!

Llegaron las personas de la tienda de medicinas —se oyó la voz de Anna a través de la puerta.

—Diles que dejen los objetos en la sala de estar y haz que Greem los lleve hasta el laboratorio de experimentos.

Leylin golpeó el cristal de la ventana con sus dedos, lo que provocó un ruido sordo y apagado.

—Sus deseos son órdenes.

Pronto se oyeron los ruidos de las cosas siendo desplazadas de lugar.

Algunos minutos después, Leylin entró al laboratorio de experimentos.

El lugar, originalmente espacioso, estaba lleno de cajas y de algunas mesas de madera muy largas.

No había ventanas en esa habitación, estaba iluminada por un candelabro que colgaba del techo y emitía una luz muy tenue.

—¡Joven Maestro!

De acuerdo a sus órdenes, la tienda de medicinas adquirió para usted todos los tipos de hierbas que se pueden conseguir en el mercado.

Anna se levantó el vestido para hacer una reverencia.

Se dio vuelta y abrió una caja de madera roja que tenía montones de raíces atadas y tallos, así como también muchas otras plantas de tipos y cantidades indeterminadas.

Cada uno de estos montones tenía, a un lado, una nota en papel amarillo que indicaba los nombres de las hierbas.

—Además, estas son todas las fórmulas que poseen los farmacéuticos normales.

Son solo para humanos normales —continuó.

Anna le entregó otra pila de notas en papel pergamino de color amarillo oscuro.

Leylin hojeó los papeles y colocó la lista sobre una de las mesas largas.

—Todos ustedes pueden irse.

Anna, tú quédate —dijo Leylin y despidió a Greem y a sus asistentes.

Greem hizo una reverencia y salió por la gran puerta, cerrándola detrás de él.

Se oyó un sonido metálico y la iluminación del laboratorio se volvió aún más tenue.

Leylin frunció el ceño y sacó una piedra de color blanco de su bolsa.

Luego, presionó suavemente la piedra con sus dedos y esta comenzó a irradiar una luz suave de color blanco.

Se trataba de una Roca de Luz Solar, un objeto que los magos usaban normalmente durante sus viajes.

Contiene una pequeña cantidad de energía de radiación y puede usarse para emitir una luz brillante por un período de tiempo prolongado.

Sin embargo, la radiación es extremadamente débil y solo se puede usar para iluminación.

—Hay mucha más luz que antes —Leylin estaba muy complacido al ver como todo estaba iluminado a su alrededor—.

Almacena bien las hierbas y ponlas de forma ordenada sobre la mesa de experimentos —le dijo a Anna.

—Si señor —Anna se apresuró a cumplir su tarea.

Leylin, de manera casual, recogió una fruta de color violeta.

Era del tamaño de un pulgar y tenía una apariencia arrugada ya que había perdido toda el agua que contenía.

Además, era muy liviana.

—De acuerdo a los libros de medicina que llegaron ayer, esta fruta se llama Fruta de Warter y es un tipo de fruta que crece en los pantanos.

Leylin apoyó el dedo en la superficie de la fruta.

—Chip de I.A., extrae información y guárdala en tu base de datos.

Ya no tenía que consumir las hierbas.

Podía determinar sus propiedades medicinales al simple contacto.

En el campo de visión de Leylin, el Chip de I.A.

desplegó una pantalla celeste que contenía varios números y cifras que cambiaban constantemente.

[Biip.

Comienza la extracción de información] El Chip de I.A.

continuó al instante: [Nombre: Fruta de Warter.

Área de producción: pantanos.

Usos: propiedades levemente venenosas con efecto de adormecimiento.

Información almacenada] —Muy bien.

De nuevo —Leylin recogió otro tallo seco.

Esta era una de las razones por las que Leylin había abierto una tienda de medicinas.

Durante sus años siendo un aprendiz de Kroft, registró casi todas las hierbas que usaban los maestros en pociones y almacenó esos registros en la base de datos del Chip de I.A.

Sin embargo, esos eran ingredientes especiales que usaban los magos.

En cuantos a las plantas que usan las personas normales, el Chip de I.A.

no tenía ningún registro.

Ahora debía llenar esos espacios vacíos con información.

Además, Leylin obtuvo dos fórmulas de pociones ancestrales de su mentor y quería buscar sustitutos para hacerlas.

Solo podría lograrlo a través de innumerables experimentos y utilizando grandes cantidades de plantas preciosas y extrañas.

Incluso con la ayuda del Chip de I.A., no podía saltarse este paso si quería completar el proceso.

Leylin no veía posible completar esta ardua tarea, ni siquiera gastando todos sus cristales mágicos.

No obstante, si podía reemplazar algunos ingredientes por las plantas que usan las personas normales, entonces podría tener un ahorro considerable.

—Aunque esto puede parecer una fantasía, si pudiéramos conseguir sustitutos que funcionaran exitosamente, nos ahorraríamos una fortuna.

No importa cuántos experimentos hiciéramos, aun así, saldríamos ganando nosotros.

Por lo tanto, utilizando las increíbles habilidades de procesamiento del Chip de I.A., todavía hay esperanzas.

No importa cuantos ingredientes gaste, son solo ingredientes usados por los humanos.

Solo necesito unas monedas de oro para poder comprarlos de nuevo.

Esto es mucho mejor que tener que gastar cristales mágicos.

Leylin parecía muy decidido.

En cuanto a la investigación que había encargado, ese tema estaba bastante olvidado.

Después de todo, todavía faltaban alrededor de años y, mientras la completara dentro de esos dos años, su misión contaría como realizada.

Incluso si la misión fallase, como Kroft era su maestro, el peor castigo sería una fianza de algunos cristales mágicos.

Por lo tanto, Leylin no estaba preocupado en lo absoluto.

A medida que pasaba el tiempo, el laboratorio de experimentos se volvía un sitio más tranquilo.

Se podían oír algunos rasguños ocasionales que hacía Anna cuando colocaba las hierbas en la mesa.

Luego de dos días, solo quedaba Leylin en el laboratorio.

Su cara reflejaba un aire de felicidad.

Se oyó la voz del Chip de I.A.: [3217 tipos de hierbas almacenados con éxito en la base de datos.

¿Desea crear otra carpeta?] —¡No!

Combínalos con los registros de los ingredientes normales que hicimos con anterioridad y crea una carpeta con el nombre: “Compendio de ingredientes ordinarios” —le ordenó Leylin.

[Carpeta creada… transfiriendo modelos de simulación relevantes a la base de datos] —De acuerdo, ahora haremos un análisis de las distintas combinaciones de propiedades medicinales.

Este es un gran proyecto, aun usando las simulaciones, debo realizar los experimentos para verificar que la información sea correcta y aumentar así las probabilidades de obtener los resultados que deseo—pensó Leylin.

—Joven Maestro, es hora de cenar —se oyó la voz débil de Anna a través de la puerta.

—De acuerdo, saldré ahora mismo.

Cuando era tiempo de trabajar, él trabajaba.

Cuando era tiempo de descansar, descansaba.

Esta era su forma de proceder.

Raramente dejaba de lado la comida o el descanso para realizar más experimentos, como era el caso de otros magos.

Para él, descansar era algo permitido en el camino en búsqueda de la verdad.

Leylin sonrió y ordenó la mesa de experimentos antes de dejar el laboratorio.

—Cuando esté realizando experimentos importantes, colgaré un letrero en la puerta.

Si eso sucede, no debo ser interrumpido, sin importar cuantos días lleve allí adentro.

¿Se ha entendido?

—le dijo Leylin a Anna, que estaba sirviendo su comida.

—Hare lo que usted me pida, Joven Maestro.

—¿Y qué hay de cenar?

Leylin se dirigió hacia uno de los lados de la habitación.

Aunque algunos maestros suelen comer junto con sus subordinados, esta práctica no se adaptaba a las costumbres de los magos.

Por lo que Leylin comía solo la mayor parte del tiempo.

Varios platos de comida cubiertos con una vajilla en forma de campana habían sido dispuestos en una bandeja y colocados en una pequeña mesa redonda de color blanco.

—Es carne de ternera con una sopa de vegetales violeta y una tarta de manzana y fresa —dijo Anna mientras revelaba la cena.

Un apetitoso aroma impregnó el ambiente.

—¡Nada mal!

—Leylin asintió con la cabeza y dejo que Anna colocara una servilleta alrededor de su cuello.

Luego, tomó el tenedor y el cuchillo y comenzó a comer.

—No olvides recordarme mañana que todos los días aparte una hora de mi tiempo para mi entrenamiento de caballero —le dijo Leylin a Anna.

Al mismo tiempo, recordó algo.

Él ya había activado su energía vital interna.

Por ser un caballero, solo necesitaba entrenar un poco más para subir sus estadísticas por encima del nivel 3.

Aunque Leylin planeaba seguir el camino de los magos, no perdía nada elevando sus estadísticas.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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