Brujo del mundo de magos - Capítulo 77
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77: Capítulo 77 – Noticias De La Academia 77: Capítulo 77 – Noticias De La Academia Editor: Nyoi-Bo Studio Dentro de una habitación brillante y espaciosa, había un espejo de cuerpo completo.
Era más alto que una persona, y a los costados, estaba decorado con hojas negras que contrastaban con la madera de abedul de color blanco.
Tenía además distintas piedras preciosas de colores incrustadas en los bordes, lo que lo hacían sumamente extravagante.
En aquel momento, un joven con un traje que finalizaba en dos puntas se reflejaba en el espejo.
Detrás de él, algunas criadas se ocupaban de estirar el atuendo de su Maestro.
Luego de ordenarlas, el joven hizo un gesto con la mano para que las criadas se fueran y lo dejaran solo en la habitación.
Juzgó su figura en el espejo: un físico de media altura de talla delgada.
Su pelo era color marrón y su piel era algo pálida.
Podría decirse que su semblante era delicado, pero el brillo en sus ojos mostraba que tenía una mente muy activa.
—Sin darme cuenta, ¡ya cumplí diecisiete!
—dijo Leylin con algo de melancolía mientras se miraba al espejo.
El tiempo era el arma más penetrante.
Hacía que los bebés se volvieran ancianos y secaba los mares hasta crear áridos desiertos.
Incluso si se era un Mago, uno solo estaba prolongando un poco su vida.
Pero, aunque pudieran vivir por miles de años, no podían evadir el lento desgaste del tiempo.
Ya había pasado más de un año desde que Leylin había regresado de su última exploración.
¡No!
Debo enfrentar la maldición eterna del tiempo e ir en busca de la inmortalidad.
¡Solo así seré merecedor del destino que me transportó a este mundo!, pensó Leylin mientras sus ojos se encendían de un intenso color negro, como si una magnífica llama ardiera en su interior.
—¡Maestro!
Ha llegado el carruaje del Señor de la Ciudad —informó Anna desde el otro lado de la puerta.
—Déjalo que espere un poco, iré en un momento.
Leylin se miró al espejo, terminó de prepararse y tomó un pequeño bastón negro antes de dejar la habitación.
¡Deng, deng!
El carruaje negro avanzaba a toda velocidad por la calle.
Los ciudadanos, al ver la insignia del Castillo del Señor de la Ciudad, le abrían paso y se alejaban.
Todos lanzaban miradas de respeto y envidia hacia el carruaje.
Solo Leylin estaba adentro.
En aquel momento, estaba recostado cómodamente en un almohadón aterciopelado de pluma de ganso.
Su mano, apoyada a un costado, llevaba un colgante extraño, sorprendentemente parecido a la cruz de plata.
Tenía algunos diamantes rojos y azules, que brillaban al reflejar la luz.
Leylin observó el colgante y pudo verse la satisfacción en su rostro.
—De acuerdo a los cálculos del Chip de I.A., con la Aleación Estelar como pieza central y el apoyo de las otras aleaciones que obtuve durante mis viajes, este prototipo de artefacto mágico ya se ha sintetizado perfectamente.
Leylin había sintetizado aquel colgante de acuerdo a la sección de artefactos mágicos de las Enseñanzas de la Academia de Lowian.
Tres años atrás, Leylin había logrado comprar aquella página desecha de las Enseñanzas de la Academia de Lowian y había hecho que el Chip de I.A.
descifrara poco a poco su contenido.
Las primeras partes de las Enseñanzas de Lowian eran adecudas para los discípulos, con registros de sus viajes y aventuras.
De no haber sido así, Leylin nunca habría podido comprar esa página a un precio tan bajo.
Había tenido buena suerte.
Luego de que el Chip de I.A.
terminó la decodificación, Leylin obtuvo un método de sintetización de un artefacto mágico de calidad baja.
El artefacto mágico del que había obtenido la fórmula era el Colgante de la Estrella Caída.
De acuerdo a las Enseñanzas de la Academia de Lowian, este Colgante de la Estrella Caída, a pesar de ser un artefacto mágico de calidad baja, tenía una naturaleza defensiva muy rara.
Su valor era, naturalmente, mucho mayor que el de algunos artefactos mágicos para el ataque.
Incluso un Mago oficial podría estar interesado en él.
Después de ver los materiales necesarios, Leylin decidió de inmediato sintetizar el Colgante de la Estrella Caída.
Si bien los discípulos producían hechizos bastante destructivos, sus bajas capacidades de defensa habían sido siempre un problema.
Solo al convertirse en Mago oficial y pudiendo así formar un hechizo de defensa innato podían proyectar un hechizo con campo de fuerza capaz de proteger continuamente el cuerpo.
Solo así uno podría considerarse un Mago excepcional.
Los discípulos, en cambio, podían perder la vida en cualquier momento por un ataque sorpresa.
Los discípulos que entraron con Leylin al bosque marchito eran claros ejemplos.
Aunque podían lanzar hechizos destructivos, todos fallecieron frente a la Gran Serpiente de Mankestre debido a su falta de hechizos de defensa.
Solo Murphy tuvo la suerte de salvarse, pero únicamente porque Leylin le salvó la vida.
Una vez que hubiera sintetizado el Colgante de la Estrella Caída y combinado con algunas pociones de defensa, Leylin tendría una fracción de la defensa de un Mago.
Además, el campo de fuerza de la defensa del Colgante de la Estrella Caída se activaría inmediatamente.
Por ejemplo, siempre que el poder de ataque del oponente no excediera el umbral del Colgante de la Estrella Caída y antes que su energía se acabara por completo, la defensa de Leylin sería fuerte como el caparazón de una tortuga.
Mientras el Colgante de la Estrella Caída estuviera activo, nada le ocurriría a Leylin.
Por suerte había un mercado de magos cerca de la Ciudad de la Noche Extrema, de lo contrario, Leylin no habría podido encontrar tantos ingredientes preciosos en tan poco tiempo.
De alguna forma, estaba contento por eso.
Luego de destrozar y pulverizar la mayor parte de los cristales mágicos que poseía y de añadir todos los ingredientes de la Gran Serpiente de Mankestre, había logrado crear el prototipo del colgante.
—Básicamente, ya consumí todos los recursos de los que podía prescindir.
De acuerdo a las Enseñanzas de la Academia de Lowian, este es un producto incompleto.
El núcleo del Colgante de la Estrella Caída ya está completo.
Solo falta el último paso…
Observó el Colgante de la Estrella Caída que llevaba en sus manos y vio que el resplandor plateado brillaba con distintas tonalidades.
Había unos patrones misteriosos escritos sobre él, lo que lo hacían una obra de arte mística.
—Tengo conmigo el ingrediente final.
Solo necesito encontrar el momento oportuno antes de iniciar el despertar espiritual del Colgante de la Estrella Caída —murmuró mientras tomaba con fuerza el Colgante de la Estrella Caída y lo guardaba en su camisa—.
Con respecto a la poción Lágrimas de Mary, esa fórmula antigua es realmente muy difícil de comprender.
Después de tantos experimentos y de obtener una gran cantidad de información de los cuerpos espirituales, ¡sigo sin entender nada al ver esa fórmula!
Leylin se veía abatido, pero su cerebro iba a gran velocidad: ¿Puede que mi suposición haya estado incorrecta?
¿Y si esta fórmula no tiene nada que ver con los cuerpos espirituales…?
—¡Alto!
—dijo la voz del cochero desde adelante.
El carruaje se sacudió y luego se detuvo—.
Señor Leylin, el Castillo del Señor de la Ciudad se encuentra justo frente a usted —añadió con respeto.
Leylin sacudió la cabeza y ordenó sus pensamientos mientras atravesaba la puerta del carruaje.
El Castillo del Señor de la Ciudad se veía igual, tan imponente y digno como antes.
Había filas de guardias a ambos lados de la entrada.
Estaban enfrentados unos a otros y sus miradas jamás vacilaban, lo que los hacía ver formidables.
—¡El vizconde Jackson es bastante inteligente!
Desde el incidente en los bosques marchitos, fingió estar gravemente herido y permitió que se corriera la voz.
Cuando sus enemigos confirmaron el rumor y comenzaron a conspirar para atacarlo, los atrapó a todos de una sola vez, con la velocidad de un rayo.
Les cortó la cabeza a todos y la sangre rebasó la fosa del castillo.
Desde entonces, la Ciudad de la Noche Extrema ha estado extremadamente tranquila…
—¡Leylin!
¡Hermano!
Hacía tiempo que el vizconde Jackson esperaba a Leylin en la entrada principal.
Apenas lo vio, se acercó a recibirlo.
El vizconde Jackson había sido uno de los primeros testigos de la fuerza de Leylin; sin mencionar que Leylin le había salvado la vida.
De no haber sido por él, el vizconde Jackson se habría convertido hace mucho en presa de la Gran Serpiente de Mankestre.
—Señor de la Ciudad —saludó Leylin bajando la cabeza.
El vizconde Jackson le estrechó la mano de forma cordial.
Luego, lo llevó a un paseo por los jardines del castillo.
Finalmente, invitó a Leylin a pasar a un estudio privado.
Allí, en la privacidad del castillo, el vizconde Jackson mostró finalmente una expresión de angustia.
—Hermano Leylin, la última vez me pediste cincuenta hombres, pero simplemente, no puedo darte esa cantidad…
Te he enviado todos los criminales de todas las cárceles.
Incluso te envié ladrones y embusteros cuyos crímenes no justificaban una pena de muerte.
Pero, de todas formas, aún estoy muy lejos del número que me pediste…
—¿Es así?
—inquirió Leylin.
Se sentó en el sillón y se perdió en sus pensamientos.
La Ciudad de la Noche Extrema apenas podía considerarse una ciudad de tamaño medio.
No había más que cien mil residentes.
Para el vizconde Jackson, era posible proporcionarle a Leylin algunos prisioneros que ya estaban destinados a la muerte.
Pero, con el tiempo, el número de criminales con pena de muerte se redujo más y más, mientras que los pedidos de Leylin solo aumentaban.
Ya no le era posible satisfacer sus pedidos.
—Como sabrás —continuó el vizconde Jackson mientras Leylin seguía inmerso en sus pensamientos—, solo soy un Señor de la Ciudad.
Mi posición social dentro de la nobleza solo es la de un vizconde.
Todavía tengo poder de decisión sobre las penas de muerte individuales, pero, cuando superan cierto punto, no tengo opción.
Después de todo, hay leyes que presiden este territorio…
—añadió el vizconde Jackson con los ojos brillantes, agitando las manos —.
Salvo que ocurra una guerra, ¡la desaparición espontánea de cincuenta o cien personas desataría la ira de las masas!
—¡Guerra!
Leylin estaba sorprendido, pero pronto su desconcierto se convirtió en una sonrisa gélida.
Esa era una gran forma de conseguir muestras.
Igualmente, el vizconde Jackson había mencionado el tema en ese momento, por lo que, muy probablemente, ya había pensado en un plan.
—Con respecto a eso, yo…
Leylin intentó continuar hablando del tema, pero el bolsillo en su pecho vibró de repente y se oyó una especie de graznido.
La expresión de Leylin cambió inmediatamente.
—¿Ocurre algo malo?
—preguntó el vizconde con una mirada de preocupación.
—Es…
No es nada, solo recibí noticias de un amigo.
Leylin se llevó una mano al pecho y los graznidos se detuvieron de inmediato.
Su rostro volvió a mostrar su anterior tranquilidad, aunque Leylin había perdido el interés en continuar la conversación.
Se apresuró a intercambiar algunas otras palabras con el vizconde Jackson antes de despedirse.
A pesar de que algo preocupaba al vizconde Jackson, al ver que Leylin estaba tan distraído sobre el final, no quiso decirle lo que pensaba.
Apenas Leylin salió del castillo, se subió de un salto al carruaje y emprendió un rápido regreso a su mansión.
—De verdad, recibir noticias de la academia en un momento así…
De acuerdo a las primicias, la guerra de la Academia del Bosque del Hueso Abisal había alcanzado el punto de mayor intensidad, en el que el vencedor y el perdedor podrían determinarse en cualquier momento.
Como Leylin era un discípulo que había sido enviado en una misión, la academia le había dado algunos objetos con los cuales podría contactarlo.
Además, le habían otorgado varios objetos para comunicarse que solo podían usarse una vez.
De esta forma, podían recibir las últimas novedades de la academia en tiempos de crisis.
—Ahora, las noticias seguramente establezcan al vencedor y al perdedor.
La fuerza de la Academia del Bosque del Hueso Abisal es limitada y hay dos facciones con su mismo poder enfrentándola, por lo que sus posibilidades de ganar son escasas —reflexionó Leylin, mientras comprendía el dilema en el que se encontraba la Academia del Bosque del Hueso Abisal—.
A menos que alguna facción externa interceda, la Academia del Bosque del Hueso Abisal sufrirá definitivamente una pérdida enorme, incluso quizás se disuelva…
Leylin, muy serio, entró entonces a su laboratorio secreto.
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