Cuentos de demonios y dioses - Capítulo 436
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Capítulo 436: Capítulo 436 – ¿Accidente?
Capítulo 436: Capítulo 436 – ¿Accidente?
Editor: Nyoi-Bo Studio Durante los meses siguientes, Nie Li continuó nutriendo a los leales discípulos de su Liga Demoníaca, como así también a los expertos que había reclutado del Clan Divino Origen del Cielo.
En ese tiempo, Nie Li y su grupo no dejaron de expandir sus fuerzas.
Con semejante suministro de medicina divina y tesoros de todo tipo, la Liga Demoníaca, la Liga del Camino Celestial y la Liga Nota Profunda expandían sus fuerzas a una velocidad escalofriante.
La fuerza de Nie Li también seguía aumentando; ahora había alcanzado la cima del Reino del Eje Celestial.
Aunque él solo tenía la cultivación de alguien de la cima de ese reino, su verdadera fuerza se igualaba a la cualquiera que se encontrara en el Reino del Dao del Dragón estado 5.
Al usar la técnica de Dios Celestial, la cultivación se volvía más difícil a medida que uno se acercaba a su fin.
Pero con cada paso exitoso, la fuerza aumentaba diez o doce veces por encima de la de cualquier otro genio común y corriente.
Gu Bei miró a Nie Li y dijo: —Nie Li, pronto me convertiré en el Diácono del Salón Camino del Cielo.
Aunque ese mocoso de Gu Heng fue sentenciado a meditación, sus fuerzas no han mostrado el menor indicio de retirarse.
¡Ya ha incorporado a muchas de las personas que traicionaron a la Liga Demoníaca!
—¿Diácono del Salón Camino del Cielo?
¿Qué clase de posición es esa?
—preguntó Nie Li sin poder evitarlo.
—Es así.
Los sucesores de Gu Clan no poseen ninguna autoridad en la práctica.
Pero el sucesor directo califica para convertirse en el Diácono del Salón Camino del Cielo.
No es tan importante, en él hay solo algunos cientos de personas, pero tiene influencia sobre todos los asuntos relacionados con el clan.
¡Una vez que me afiance bien dentro del Salón Camino del Cielo, podré apoderarme del clan!
—dijo Gu Bei esbozando una sonrisa.
—¿Entonces?
¿Hay algún problema con eso?
—preguntó Nie Li con una débil sonrisa.
—Sí, tendré algunas dificultades.
Sin embargo, también tengo a mi hermana —respondió Gu Bei con una sonrisa.
La imagen de una obstinada pero inteligente dama apareció en la mente de Nie Li.
Nie Li no pudo evitar preguntar: —¿Cómo es tu hermana?
—Con tu medicina divina, su cultivación ha aumentado a pasos agigantados.
En este momento ya se encuentra en estado 2 del Reino del Dao del Dragón.
Además de guiarme en la resolución de asuntos familiares, utiliza el resto de su tiempo para cultivarse.
¡Intentará alcanzar el Reino del Ancestro Marcial en unos años solo confiando en el poder de tu medicina divina!
—dijo Gu Bei.
Solo podía suspirar ante la velocidad de la cultivación de su hermana.
—¡El talento de tu hermana es realmente asombroso!
—exclamó Nie Li con un suspiro.
—Ella suele hablar de ti.
¡Dice que tú eres alguien con un destino divino, y que tienes el poder de revertirlo!
Me pidió que te ayude como es debido —dijo Gu Bei con una sonrisa.
¿Alguien con un destino divino?
¿El poder de revertirlo?
Nie Li reflexionó sobre aquellas palabras.
Lo que había dicho Gu Lan era apropiado; él había podido revertir el destino.
Nie Li dirigió la mirada hacia el horizonte y recordó al poderoso Emperador Sabio.
Una sensación de urgencia se acumuló en su corazón.
De repente, sintió como si su mente estuviera a punto de explotar.
—¿¡Qué!?
—aulló Nie Li con amargura.
El terrible dolor era algo que ni siquiera él podía aguantar.
—¿Qué ocurre, Nie Li?
—preguntó Gu Bei en el acto.
Entró en pánico al ver que Nie Li se agarraba la cabeza y aullaba de dolor.
¿Qué era lo que estaba ocurriendo?
¿Por qué Nie Li había entrado de pronto en ese estado?
Long Yuyin, Gu Bei, Li Xingyun y los demás oyeron sus aullidos y se apresuraron a correr hacia allí.
—¿Qué le ocurre a Nie Li?
—¡Rápido!
¡Ayúdenlo!
Todos ayudaron a sostenerlo mientras lo movían para recostarlo sobre una cama.
Nie Li se retorcía y forcejeaba.
A Long Yuyin se le caían las lágrimas al ver su expresión de dolor.
—¿Qué le sucede?
—¿Qué está pasando?
¿Acaso su cultivación se descontroló?
Li Xingyun tampoco había visto algo así antes.
Lo mejor que podía hacer para ayudar era inmovilizar a Nie Li mientras forcejeaba y luego ayudar a tomarle el pulso.
Aunque Li Xingyun no era un doctor afamado, ni nada por el estilo, tenía algunos conocimientos médicos básicos.
Antes, todos habían escuchado y acatado las instrucciones de Nie Li.
Nunca había pasado algo así.
Ese repentino giro de los acontecimientos había dejado a todos en un estado de pánico y confusión.
—Su pulso está bien.
—¡Debe haber algún problema en su reino de alma!
—¡Si ha ocurrido algo allí no podemos entrometernos sin tener cuidado!
—¡Coloquen una barrera alrededor y consíganle un poco de Incienso Provocador de Calma!
—¡Pronto, traigan algunos buenos doctores también!
Enseguida, un doctor tras otro ingresó a toda prisa en la residencia de Nie Li, los mejores de cada una de las tres familias.
Pero, tras examinar el estado de Nie Li, todos se marcharon sacudiendo la cabeza sin poder hacer nada.
No tenían la posibilidad de ayudarlo.
En la cabeza de Nie Li seguía explotando una energía escalofriante.
De lo único que era consciente era del dolor arrollador.
Sentía como si todo su reino de alma estuviera a punto de hacerse añicos.
En su mente apareció una figura borrosa.
Una hermosa dama que le era muy familiar.
Nie Li no pudo evitar intentar alcanzarla.
—¡Maestro!
—murmuró Nie Li.
Long Yuyin, Li Xingyun y los demás habían estado haciendo guardia junto a Nie Li.
Estaban sumamente preocupados, ya que no había habido cambios en su estado.
Tampoco sabían por qué se encontraba así.
Lu Piao ya estaba llorando.
—¡Nie Li, más vale que no te mueras!
Los dos habían dejado Ciudad de Gloria y se habían dirigido a aquel Reino de las Ruinas Dracónicas juntos.
Nie Li era su mejor amigo.
¡Quería regresar con él también!
A Long Yuyin también le brillaban los ojos a causa de las lágrimas.
En su corazón, Nie Li no era solo un maestro.
Era mucho más que eso.
Se había enamorado de él hacía mucho tiempo y de manera definitiva.
Y el repentino cambio en él en verdad la asustaba.
Se aferró a su mano con fuerza.
Lo mismo les ocurría a Gu Bei y a Li Xingyun.
Ambos estaban inquietos y no apartaban los ojos de Nie Li durante mucho tiempo.
Él era un amigo muy cercano, además de su mejor guía y líder.
¡Era él quien los había ayudado a salir de sus escalofriantes lodazales!
Si algo llegara a sucederle, se culparían por ello hasta la muerte.
Nie Li luchó con dolor en medio de aullidos durante más de media hora, antes de que su voz comenzara a apagarse de a poco.
Sus forcejeos se hicieron más débiles y su respiración se tranquilizó.
Parecía haberse quedado dormido.
Recién cuando vieron que Nie Li se había tranquilizado, todos bajaron la guardia lentamente.
Gu Bei dejó escapar un suspiro de alivio.
—¡Lo sabía!
No sucede nada malo.
Probablemente solo ha encontrado un atasco en su cultivación.
¿Quién sabe?
¡Tal vez cuando despierte habrá alcanzado el Reino del Dao del Dragón!
¡Sabía que Nie Li no era tan frágil!
Li Xingyun reflexionó un poco y luego dijo: —Esa no era la reacción de alguien que está ascendiendo en su cultivación.
Si fuera así, su pulso debería ser un latido fuerte y luego un latido débil.
Pero, de cualquier manera, ¡debería estar bien!
—¿De verdad?
—le preguntó Long Yuyin a Li Xingyun y los demás mientras se secaba las lágrimas de la cara.
Sin embargo, su corazón seguía preocupado por Nie Li.
—¡Ya que está dormido, lo dejaremos dormir un rato!
—respondió Li Xingyun con una sonrisa.
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