Cuentos de demonios y dioses - Capítulo 63
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Capítulo 63: Capítulo 63 – Subasta Capítulo 63: Capítulo 63 – Subasta Editor: Nyoi-Bo Studio Casa de subastas de Hong Yue.
Esta casa de subastas había sido inaugurada por una de las familias Nobles, la Familia Hong Yue.
Esta Familia tenía un rol importante dentro de Ciudad de Gloria.
Las cinco familias aristocráticas que se encontraban alrededor escuchaban las órdenes de la Familia Hong Yue.
Entre ellas, se encontraba la Familia de las Marcas Celestiales.
Cuando la Familia de las Marcas Celestiales era reprimida por la Familia Sagrada, la Familia Hong Yue se distanció de la Familia de las Marcas Celestiales.
Sin embargo, debido al hecho de que la Asociación de Alquimistas ahora tenía una estrecha relación con la Familia de las Marcas Celestiales, la Familia Hong Yue comenzó a acercarse a dicha familia.
La gente entraba y salía de la casa de subastas.
Como miembros de una familia aristocrática, a Nie Hai, Nie En y Nie Li se les asignó un lugar en el segundo nivel de la sala VIP.
Los patriarcas de otras familias aristocráticas también se unieron a ellos.
Al ver a varios conocidos, Nie Hai subió a saludarlos.
—Patriarca Li Yuan, Patriarca Chi Feng, ¡cuánto tiempo sin verlos!
—dijo Nie Hai, expresando respeto con las manos.
Li Yuan tenía el aspecto de un hombre de entre cincuenta y sesenta años.
Aunque su pelo y su barba estaban un poco blancos, su espíritu era saludable y cordial.
Era el Patriarca de la Familia Li Yuan.
A su lado se encontraba Chi Feng, que era un poco más joven pero tenía una contextura mucho más grande.
Era el Patriarca de la Familia Tian Kui.
—Patriarca Nie Hai, no ha cambiado nada —dijeron Li Yuan y Chi Feng, que también copiaron el saludo de Nie Hai.
—¡Ja, ja, ja!
¡Fue por las bendiciones de ustedes dos!
—respondió Nie Hai.
Su relación con Li Yuan y Chi Feng seguía siendo buena.
Incluso cuando la Familia de las Marcas Celestiales era perseguida por la Familia Sagrada, Li Yuan y Chi Feng todavía tenían contacto con Nie Hai.
Cuando vieron a Nie Hai, Li Yuan y Chi Feng fueron a saludar.
Desde una cierta distancia, el Patriarca de Tigre de Plata, Jiang Ming, y el Patriarca de la Familia Tie Men, Lei Zhuo, se mostraron enojados y celosos.
—¡Al Patriarca Nie Hai le está yendo muy bien!
—dijo suavemente el Patriarca Lei Zhuo con un tono sarcástico.
El Patriarca Jiang Ming también sonrió con frialdad y dijo: —¿Verdad?
Antes, cuando lo perseguía la Familia Sagrada, suplicaba que alguien lo ayudara, de rodillas y casi sin nada de vergüenza.
Ahora que tiene la protección de la Asociación de Alquimistas, puede ir por donde quiera sin preocuparse.
Pero…¿durante cuánto tiempo podrá la Familia de las Marcas Celestiales gozar de la protección de la Asociación de Alquimistas?
¿Quién sabe cuándo llegará el momento en que la Familia Sagrada los persiga de nuevo?
Me pregunto si el Patriarca Nie Hai seguirá mostrándose tan despreocupado como se lo ve hoy.
Al escuchar lo que habían dicho Lei Zhuo y Jiang Ming, la expresión de Nie Hai reflejó un ligero cambio.
Desde el principio, las familias de Lei Zhuo y de Jiang Ming no se había llevado bien con la Familia de las Marcas Celestiales.
El sarcasmo de sus palabras disgustó a Nie Hai.
Por supuesto, no daría muestras de debilidad.
Se mostró despreocupado, sonrió y dijo: —¿Qué es ese olor agrio que se siente?
Es cierto que la Familia de las Marcas Celestiales está recibiendo la protección de la Asociación de Alquimistas, al menos nuestra situación es mejor que la de una familia que no tiene relación cercana con su abuelo ni es amada por su abuela.
Lei Zhuo y Jiang Ming ahora tenían cara de pocos amigos.
A decir verdad, estaban celosos de la Familia de las Marcas Celestiales, más ahora que la Asociación de Alquimistas ya no era la misma que en el pasado.
Incluso habían oído que la Asociación de Alquimistas pagaba un treinta por ciento más que el precio vigente en el mercado para adquirir las hierbas de la Familia de las Marcas Celestiales.
Además, la Asociación de Alquimistas también le había dado a la Familia de las Marcas Celestiales una buena cantidad de elixires de primera calidad, los cuales alcanzaban para nutrir a las generaciones más jóvenes.
En cuanto a ellos, no podían vender ninguna hierba y no tenían más remedio que ofrecerlas a un precio más bajo.
—Se convirtieron en seguidores de la Asociación de Alquimistas y aún así se muestran orgullosos.
¿En verdad creen que la Asociación de Alquimistas los trata como a un tesoro?
—Lei Zhuo hizo una mueca con la boca en señal de desdén.
Tras escuchar las palabras de Lei Zhuo, Li Yuan y Chi Feng también se pronunciaron.
—Ese ha sido un comentario desafortunado por parte del Patriarca Lei Zhuo.
Si la Familia de las Marcas Celestiales fuera seguidora de la Asociación de Alquimistas, ¿tendría la Asociación de Alquimistas la necesidad de darle a esa familia semejantes beneficios?
—Li Yuan mostró una leve sonrisa mientras decía eso, con lo cual dejaba muy en claro que estaba del lado de Nie Hai.
Chi Feng también asintió con la cabeza.
—Es verdad.
Es evidente que la Asociación de Alquimistas ha solicitado los servicios de la Familia de las Marcas Celestiales, razón por la cual le dieron a la Familia de las Marcas Celestiales semejantes beneficios.
¡Hasta nuestras dos familias se beneficiaron por esa causa!
Tanto la familia Li Yuan de Li Yuan como la familia Tian Kui de Chi Feng vendían sus hierbas a la Familia de las Marcas Celestiales a un valor diez por ciento más alto que el precio de mercado.
La Familia de las Marcas Celestiales las revendía a la Asociación de Alquimistas.
Entre las dos transacciones, lograban ganar bastante dinero.
Ya se habían convertido en objeto de interés de la Familia de las Marcas Celestiales.
Lo consideraban una compensación por no haberlos abandonado cuando estuvieron en apuros.
Lei Zhuo y Jiang Ming resoplaron con frialdad.
No podían entender por qué una institución tan poderosa, como la Asociación de Alquimistas, le pediría algo a la Familia de las Marcas Celestiales.
Además habían enviado subordinados para investigar el asunto, pero no obtuvieron resultados.
En la sala VIP se percibía una atmósfera hostil.
Nie En y Nie Li estaban sentados en un costado, bebiendo té.
Como era una pelea entre patriarcas, no tenía nada que ver con ellos.
Por lo tanto, no dijeron nada.
Nie En se acercó más a Nie Li y dijo en voz baja: —La Familia Tigre Plateado y los Patriarcas de la Familia de los Hombres Atados siempre han sido autoritarios.
Cuando la Familia de las Marcas Celestiales estaba siendo hostigada, enviaron a alguien para que nos comprara dos terrenos a un bajo precio.
Sabíamos que los compradores eran ellos, pero nunca vendíamos sin importar las circunstancias.
Cuando la Familia Sagrada nos acorraló, estas dos familias fueron las que más nos robaron.
Al escuchar las palabras de Nie En, a Nie Li le temblaron un poco las cejas a causa de la ira que cruzó por sus ojos y miró al Patriarca Lei Zhuo y a Jiang Ming.
Si se trataba de una discusión común entre patriarcas, no se los podía molestar.
Sin embargo, como estas dos familias eran seguidoras de la Familia Sagrada, Nie Li, por lógica, no podía dejarlas ir.
La subasta comenzaría pronto.
El respectivo Patriarca se paró cerca del área de observación, mirando hacia la distancia.
La persona responsable de la subasta era una bella dama cuya vestimenta de seda opaca combinaba con su delicado rostro.
Representaba una tentación inconmensurable.
Todos los presentes tuvieron que reconocer la inteligencia de la familia Hong Yue.
Una dama tan sensual haría que se entusiasmaran con facilidad y que pagaran grandes sumas de dinero.
—Últimamente, la Familia de las Marcas Celestiales se ha involucrado con la Asociación de Alquimistas en varios emprendimientos comerciales relacionados con diversas hierbas.
Deben haber ganado bastante.
¡Con el Patriarca Nie Hai presente, me temo que no nos tocará ninguno de los tesoros de esta subasta!
—dijo Lei Zhuo riendo mientras miraba a Nie Hai por el rabillo del ojo.
—Es cierto, con nuestra riqueza, ¿cómo podríamos estar en el mismo nivel que la familia de las Marcas Celestiales?
agregó Jiang Ming entre risas.
La expresión de Nie Hai se volvió sombría.
¿Cómo no había notado el sarcasmo de esos dos?
Sin embargo, lo único que podía hacer era quedarse callado.
Aunque en los últimos tiempos, la Familia de las Marcas Celestiales había estado trabajando con la Asociación de Alquimistas y había obtenido una ganancia considerable, las bases seguían siendo muy débiles.
Apenas habían podido recuperarse.
¿Cómo podían ser comparados con la Familia Tigre Plateado y la Familia de los Hombres Atados?
Li Yuan y Chi Feng también fruncieron el ceño.
Lei Zhuo y Jiang Ming eran demasiado.
En este momento, Nie Li, que estaba sentado a la derecha de Nie Hai, abrió la boca.
—Los dos patriarcas son halagadores.
La Familia de las Marcas Celestiales tiene muchísimo dinero.
Me temo que los dos patriarcas no tienen posibilidades de adquirir el verdadero tesoro de hoy.
Tras escuchar las palabras de Nie Li, el rostro de Lei Zhuo se oscureció.
—¿Quién eres tú, mocoso?
¿Estás en condiciones de hablar con nosotros?
¿Puedes representar a la familia de las Marcas Celestiales?
—Puedes preguntarle al Patriarca Nie Hai si estoy en condiciones de representar a la Familia de las Marcas Celestiales —dijo Nie Li con tranquilidad.
La posición que hoy tenía Nie Li dentro de la Familia de las Marcas Celestiales no podía compararse con la que tenía en el pasado.
Nie Hai asintió.
—¡Por supuesto que puede representar a mi Familia de las Marcas Celestiales!
—Un pequeño mocoso se atreve a presumir aquí.
¿Acaso no le teme a la vergüenza?
—resopló Lei Zhuo.
—La Familia de las Marcas Celestiales se ha degradado mucho para que malcríes a la generación más joven hasta ese punto.
Como Nie Hai había dicho que Nie Li podía representar a la Familia de las Marcas Celestiales, no tenía nada más que decir.