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Darek: A Complicated Adventure - Capítulo 12

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  4. Capítulo 12 - 12 Capítulo 12 — “Un mensaje recibido”
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12: Capítulo 12 — “Un mensaje recibido” 12: Capítulo 12 — “Un mensaje recibido” La noche cayó antes de lo que todos esperaban.

El bosque se volvió un mar oscuro que susurraba entre las ramas, como si algo lo recorriera en silencio.

Darek, Aisa, Aqua, Kevin, Bonnie y Neithan regresaban de su exploración, aún con los ecos del día en la mente.

Los Sombrárbol habían dejado muchas preguntas sin responder, pero ahora el clima había cambiado.

Había algo en el aire… algo demasiado frío para ser natural.

Mientras ascendían por la colina hacia la cabaña, Aqua se detuvo en seco.

—¿Sintieron eso?

—susurró.

Todos lo sintieron enseguida: un escalofrío que no tenía nada que ver con el viento nocturno.

Neithan fue el primero en ponerse en guardia, su mano acercándose a la empuñadura de su espada envuelta en runas rojas.

—No hablen fuerte —pidió en un tono bajo, firme—.

No estamos solos.

Kevin tragó saliva.

Bonnie, aunque trató de verse desafiante, se mantuvo más cerca del grupo.

Aisa observaba el sendero con los ojos muy abiertos.

Darek la notó temblar ligeramente y caminó un paso adelante, protegiéndola sin pensarlo.

—Sea lo que sea, lo enfrentaremos juntos —dijo.

Pero al avanzar, las linternas de luz mágica que colgaban entre los árboles empezaron a fluctuar.

Una a una, se apagaron.

La oscuridad se cerró como un telón.

Aqua levantó las manos y un pequeño círculo de agua luminosa apareció sobre ella, creando un foco azul que apenas les permitía ver sus propios pasos.

—Algo está drenando la luz… —murmuró Aqua, preocupada.

Y entonces lo escucharon.

Un susurro.

No un susurro humano.

Un sonido áspero, irregular, como si alguien raspara un cristal desde adentro.

Aisa retrocedió involuntariamente cuando las hojas a su derecha se sacudieron.

Darek levantó su brazo encendido en una llama cálida y rojiza, iluminando un poco más el camino.

—Muéstrate —ordenó Neithan, con voz seria.

El bosque guardó silencio.

Un silencio tan absoluto que dolía.

Hasta que una figura salió de entre los árboles.

Aqua dio un grito ahogado.

Bonnie perdió el color.

Kevin se puso rígido.

No era una criatura del bosque.

No era un Sombrárbol.

Era un Demonio.

Una sombra alta y retorcida, como si su cuerpo no tuviera forma fija.

Tenía un contorno humanoide, pero se movía como humo vivo.

Sus ojos eran dos puntos blancos brillantes que no parpadeaban, clavados directamente en Darek.

Aisa apretó su brazo.

—Darek… no te acerques —susurró con miedo.

El Demonio avanzó, sus pasos silenciosos como un deslizamiento.

La tierra bajo él se agrietaba levemente, marchitándose sin quemarse.

Neithan se adelantó, interponiéndose entre la criatura y el grupo.

—No des un paso más —advirtió.

El Demonio inclinó la cabeza de manera antinatural, como analizando.

Y entonces, habló.

Su voz no provenía de su boca, sino del aire mismo: “Fuego… soñar… temer…” Un murmullo que les heló la sangre.

La criatura extendió una mano hecha de sombra.

La luz de Aqua titubeó con fuerza.

—¡No dejes que invada el círculo!

—exclamó Aqua, aumentando el brillo.

Darek encendió sus llamas al máximo, rodeando al grupo en una barrera de fuego que crepitaba intensamente.

Kevin, intentando parecer valiente, alzó su vara: —¡Hey, sombra rara!

¡Aquí arriba!

¡No mires así!

¡Tengo cero intención de convertirme en tu cena, ¿ok?!

Bonnie lo miró como si hubiera perdido la cabeza.

—¡¿Por qué lo provocas, Kevin?!

¡¿Qué tal si ahora sí nos quiere comer?!

La criatura dio otro paso, esta vez más rápido.

Darek y Neithan respondieron al mismo tiempo: una ráfaga de fuego los rodeó.

El Demonio se detuvo… pero no retrocedió.

Más bien parecía oler el fuego.

—Le atrae… —susurró Aisa.

—Porque huele lo que teme —respondió Neithan—.

Y lo que desea.

La criatura avanzó un metro más, y de pronto, sin aviso… Se lanzó hacia ellos.

Aqua amplió su barrera acuática, Darek levantó una pared de fuego, Aisa lanzó una ráfaga de luz, Kevin y Bonnie invocaron raíces brillantes para frenarlo.

El choque fue un estruendo sordo que hizo vibrar el suelo.

El Demonio no los atacó directamente… sino que se detuvo en seco.

Y con esos ojos blancos y vacíos, volvió su mirada hacia Darek.

Una palabra se formó en el aire, como un eco glacial: “Summer…” El corazón de todos dio un salto.

—¿Qué…?

—murmuró Aqua, horrorizada—.

¿Que está diciendo?

Darek dio un paso atrás, completamente desconcertado.

El Demonio parecía haber encontrado lo que buscaba.

Y justo cuando Neithan se preparaba para golpearlo, la criatura simplemente… Se desvaneció.

No corrió.

No se escondió.

Solo se fragmentó en sombras que se mezclaron con la noche hasta desaparecer.

El silencio volvió al bosque.

Todos estaban respirando con rapidez.

Kevin rompió el silencio: —Bueno… definitivamente eso fue… ¡horrible!

Bonnie golpeó su hombro.

—¡Tú casi lo haces enojar!

Neithan no se giró hacia ellos.

Seguía mirando el punto donde el Demonio se había desvanecido.

—No fue un ataque.

Fue un mensaje —dijo con voz grave.

Darek sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

Aisa le tomó la mano.

Aqua se acercó a él, seria, preocupada.

—Darek… ¿por qué te buscó a ti?

¿Quien es esa Summer a la que busca?

Darek no tenía ninguna respuesta.

Nadie la tenía.

Pero todos sabían una cosa: Los Demonios no aparecían sin motivo.

Y ese… los había encontrado primero.

La luz tenue del amanecer se filtraba por las ventanas grandes de la cabaña, delineando motas de polvo que flotaban tranquilas.

Nada en esa escena parecía indicar que, apenas unas horas antes, una criatura de pesadillas había aparecido entre los árboles.

Nada… excepto el silencio.

Por primera vez en mucho tiempo, nadie hablaba en el desayuno.

La mesa estaba llena: pan tostado, fruta picada, huevos revueltos y un par de tazas de té humeante.

Pero nadie tocaba mucho.

Solo había miradas confusas, tensas… y una palabra que todos tenían en la punta de la lengua: “Summer.” Darek finalmente rompió el silencio.

—No sé ustedes, pero… —dejó la frase en el aire mientras jugaba con la cuchara— no fue normal.

Los demonios no aparecen así como así.

Y mucho menos… solos.

Aqua, sentada a su lado, entrelazó las manos sobre la mesa.

—Sí… y tampoco suelen hablar.

Ese… te buscaba a ti, Darek.

—Su voz sonó suave, pero con una tensión que solo él detectó.

Aisa tragó saliva, intentando mantenerse serena.

—Y dijo… un nombre, ¿verdad?

—miró al resto— Summer.

¿Quién es Summer?

Kevin se inclinó hacia la mesa como si quisiera estar más cerca de la conversación.

—Yo quisiera preguntar primero qué rayos era ese demonio.

Parecía reconocerlos a ustedes dos —señaló a Darek y a Aisa— como si… como si hubiera venido justo por ustedes.

—O por alguien más —añadió Bonnie, cruzándose de brazos—.

No me gustó la forma en que se movía.

Era como si buscara algo.

O a alguien.

Neithan, que hasta ese momento había estado comiendo con una calma casi sospechosa, dejó su plato a un lado.

Era el único que parecía procesarlo con frialdad.

—Buscaba información.

Y conocer un nombre desconocido en boca de un demonio nunca es buena señal.

Aisa bajó un poco la mirada.

—Pero Summer… no conozco a nadie con ese nombre.

¿Ustedes sí…?

Darek negó lentamente.

—No.

Nunca escuché ese nombre.

Pero en el fondo, había algo.

Una sensación extraña, como si la palabra le rozara un recuerdo que aún no existía.

Aqua lo notó.

—¿Darek?

—suavizó la voz, preocupada—.

¿Estás bien?

—Sí, sí.

Solo… no entiendo nada.

Trataba de sonar tranquilo, pero todos podían ver que no lo estaba.

Kevin chasqueó la lengua.

—A ver, hagamos una lista: 1.

Un demonio aparece en la noche, sin luna, justo frente a la cabaña.

2.

Habla.

3.

Conoce a Darek y Aisa 4.

Dice un nombre que nadie conoce.

5.

Y luego… desaparece.

—Y no estaba solo —añadió Bonnie—.

Sentí una segunda presencia más lejos, en el bosque.

Algo se quedó observándonos.

Aisa se estremeció, abrazándose los brazos.

—Me asusta pensar que pueda volver… Neithan apoyó los codos en la mesa.

—Volverá.

Los demonios no aparecen por accidente.

Si vino a hablar, vendrá a preguntar otra vez.

O a buscar lo que le falta.

Todos quedaron en silencio un instante.

Aqua frunció el ceño con una determinación serena.

—Entonces debemos estar preparados.

No podemos esperar a que pase algo grave para actuar.

Bonnie levantó la ceja.

—Y prepararnos implica… ¿entrenar más?

¿Hacer guardias nocturnas?

¿Qué propones?

La princesa inspiró hondo.

—Primero necesitamos entender qué significa ese nombre.

Summer.

Puede ser una pista.

O una advertencia.

Aisa, algo más pálida de lo habitual, apretó los labios.

—Podría ser una persona.

O una criatura.

O un hechizo.

O una profecía… Kevin suspiró dramáticamente.

—O una palabra bonita que el demonio escuchó por ahí y dijo para asustarnos.

—Kevin —intervino Neithan, serio—.

Los demonios no improvisan.

Cada palabra tiene un propósito.

Y cuando dicen un nombre, es porque ese nombre importa.

Darek se quedó mirando su plato unos segundos.

—¿Creen que… que Summer sea alguien que llegará pronto?

Aqua lo miró con preocupación.

—Sea lo que sea… no dejaremos que te pase nada.

Ni a ti, ni a nadie de aquí.

Él le dedicó una sonrisa leve, agradecida.

—Gracias.

Pero si ese demonio viene por mí… entonces tengo que estar listo.

Y no solo yo.

Todos.

Kevin levantó su taza.

—Pues entonces, ¡a entrenar!

Porque no pienso dejar que un bicho feo me quite el almuerzo.

Ni la cena.

Bonnie soltó una risa nasal.

—Ni tu orgullo.

—Oye… El ambiente se alivianó apenas un poco gracias a las bromas, pero la tensión seguía allí.

Como una nube baja que se negaba a moverse.

Aisa respiró hondo.

—De cualquier forma… debemos tener cuidado.

Y mantenernos juntos.

No sabemos qué otras cosas puede traer la noche.

Neithan asintió, levantándose.

—Yo patrullaré el bosque por la tarde.

Si ese demonio regresa, lo sabremos antes de que llegue a la cabaña.

Aqua y Bonnie empezaron a recoger la mesa, mientras Kevin se estiraba, ya mentalmente preparándose para entrenar.

Aisa observó la ventana, como si esperara ver algo escondido entre los árboles.

Darek se quedó unos segundos más sentado, sintiendo un peso extraño en el pecho.

Summer… Ese nombre resonaba en su mente como si viniera desde muy lejos… o desde un futuro que aún no había ocurrido.

Y aunque nadie lo sabía aún, las respuestas estaban cada vez más cerca.

Demasiado cerca.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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