Darek: A Complicated Adventure - Capítulo 5
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- Capítulo 5 - 5 Capítulo 5 — “La Cacería del Zafiro Errante”
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5: Capítulo 5 — “La Cacería del Zafiro Errante” 5: Capítulo 5 — “La Cacería del Zafiro Errante” El amanecer tiñó la colina de luz dorada y las hojas del bosque parecían espejos diminutos que brillaban con cada movimiento del viento.
Darek se levantó antes que todos, como de costumbre.
Encendió una llama pequeña en su mano para calentarse mientras miraba la cabaña, todavía silenciosa.
Le gustaba ese momento: el punto exacto en el que el día no había empezado, pero que estaba a punto de hacerlo.
Aqua bajó las escaleras con su cabello azul enredado y una sonrisa soñolienta.
—¿Ya despierto?
—preguntó frotándose los ojos.
—No sé dormir más de lo necesario —respondió él, apagando la llama.
Minutos después, Kevin y Bonnie bajaron discutiendo sobre quién había ganado la carrera del día anterior.
—¡Claramente yo fui más rápido!
—reclamaba Kevin.
—¡En tus sueños, chispita!
—le respondió Bonnie dándole un empujón amistoso—.
Si no fueras tan torpe, quizás tendrías chance.
Aisa apareció última, tropezándose con un escalón mientras cargaba un libro enorme.
—¡Ay!
… buenos días… —dijo, sonrojada.
Darek se acercó instintivamente.
—¿Estás bien?
Ella asintió rápido, intentando no mirarle demasiado.
—Sí, sí… solo… cosas… de mis pies… Aqua soltó una risa suave.
—Eres adorable, Aisa.
De pronto.
La puerta se abrió de golpe.
Neithan entró con una expresión más seria de lo normal, lo cual era preocupante considerando lo serio que ya era.
—Tenemos trabajo —dijo sin rodeos—.
El “Zafiro Errante” apareció en el bosque.
Kevin silbó.
—¿El cristal mítico que flota y se escapa de cualquiera que lo mire?
—Ese mismo —asintió Neithan—.
Y antes de que digan que es peligroso: sí, lo es.
Pero también es inestable.
Si sigue moviéndose por el bosque, atraerá a más criaturas peligrosas…
Muchas.
Bonnie levantó la mano.
—Pregunta: ¿podemos tocarlo si lo alcanzamos?
—Deoende, si lo que quieren es no quedarse inconscientes por la energía mágica, entonces no —respondió Neithan.
Aqua dio un paso adelante.
—Entonces debemos asegurarnos de contenerlo antes de que ocurra algo malo.
Darek sonrió.
—Bien.
Será divertido.
Aisa tragó saliva, sabiendo que “divertido”, para Darek, significaba enfrentarse a “una aventura extremadamente peligrosa, pero de la cual al final la pasaremos bien”.
Y así, es como empieza una nueva aventura para nuestro grupo de aventureros favoritos.
Entraron al bosque antes de que el sol terminara de salir.
El aire era fresco, el olor a tierra húmeda se mezclaba con el murmullo de criaturas madrugadoras.
Kevin fue el primero en correr.
—¡El último en encontrar el zafiro limpiará el baño!
—¡NI LO SUEÑES!
—gritó Bonnie y salió detrás de él.
Neithan suspiró.
—Son insoportables… Aqua rio.
—Pero los queremos así.
Darek caminó junto a Aisa.
Ella llevaba su varita, algo nerviosa.
—¿Qué pasa?
—preguntó él.
—N-nada… solo… es la primera vez que busco una piedra que no quiere ser encontrada y que probablemente quiera matarnos si lo hacemos.
Él rió suave.
—Te acostumbrarás.
Aisa sonrió, bajando la mirada.
Cada vez que él le hablaba de esa forma amable, su pecho se sentía ligero.
Aqua fue quien la vio: una luz azul cruzando entre los árboles como un pez veloz.
—¡Ahí!
—exclamó.
Todos corrieron.
El Zafiro Errante zigzagueaba entre arbustos, troncos y piedras, como si tuviera personalidad propia… y ganas de burlarse de ellos.
Kevin saltó para atraparlo.
Pero falló y se estrelló contra un arbusto.
—¡Ey!
¡Esto me escupe!
¡Este arbusto me escupió!
—Eso fue tu dignidad cayendo, Kevin —rió Bonnie.
Neithan generó un anillo de fuego para encerrarlo, pero el cristal atravesó las llamas sin ser tocado.
Darek chasqueó la lengua.
—Esto será más difícil de lo que pensé.
Aisa se detuvo, respiró profundo y abrió su libro.
—Aqua, ¿puedes traer agua del arroyo?
—Claro, ¿Pero por qué?
—Tengo una idea.
En minutos, Aqua hizo levitar un charco enorme de agua.
Aisa inhaló y comenzó a recitar: —“Amnis speculum, lumen capta!” El agua se transformó en un espejo gigantesco entre los árboles.
Cuando el Zafiro Errante pasó frente a él, se detuvo.
Parecía fascinado con su propio reflejo.
Kevin se rió.
—¡Es presumido!
Bonnie lo empujó.
—Como tú.
Darek miró impresionado a Aisa.
—Eso… fue increíble.
Aisa, roja hasta las orejas, escondió la cara tras su libro.
—N-no es gran cosa… solo… estudié un poco… Pero por dentro, estaba saltando como fogata con leña fresca.
El grupo se acercó lentamente para atraparlo con un sello protector mientras admiraba su propio reflejo, pero… El Zafiro Errante pegó un brinco, pasó por arriba del espejo y salió disparado entre árboles.
—¡NOOOO!
—Kevin y Bonnie gritaron al mismo tiempo.
—Corre tras él —ordenó Aqua.
—¡Ya voy!
—respondió Darek activando llamas en sus pies.
Aisa corrió detrás de él.
—¡Espera!
¡No vayas solo!
Darek y Aisa siguieron la luz azul hasta un claro pequeño donde el Zafiro flotaba encima de un tronco caído, brillando como una estrella atrapada.
Darek colocó un sello de fuego alrededor.
Aisa se unió con uno de luz suave.
Ambos sellos se unieron en un círculo perfecto que atrapó el zafiro.
Aisa sonrió ampliamente.
—¡Lo logramos!
Darek también sonrió.
—Sabía que podía confiar en ti.
Ese comentario la dejó congelada.
Darek se acercó para revisar el cristal sellado, pero Aisa seguía centrada en él.
En cómo la miraba.
En lo cerca que estaba.
Él notó su silencio.
—¿Aisa?
—¡Ah!
S-sí, sí… todo bien… —dijo retrocediendo torpemente.
Darek rio suave.
—Eres adorable cuando te pones nerviosa.
Ella casi se derrite por aquellas palabras.
Aqua, Kevin, Bonnie y Neithan los alcanzaron.
—Buen trabajo —dijo Neithan—.
Lo aseguraremos en la cabaña hasta que el Consejo venga por él.
Kevin levantó al zafiro dentro del sello.
—¡Victoria!
¡Y yo no tendré que limpiar el baño!
—Ni yo —respondió Bonnie—.
De todos modos hoy le tocaba limpiarlo Neithan.
Aqua sonrió dulce.
—Me alegra que hayan trabajado tan bien juntos.
Aisa bajó la mirada, sintiendo una mezcla de alegría y un nudo extraño en su pecho.
Darek le guiñó el ojo sin que Aqua lo notara, como agradeciéndole en silencio.
Aisa se ruborizó.
Neithan los miró a todos y suspiró.
—Un día… uno solo… sin caos… ¿es mucho pedir?
Kevin le pasó un brazo por el hombro.
—Lamentablemente bro, sí.
Todos rieron mientras caminaban de vuelta a la cabaña, finalizando así con una nueva misión exitosa
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