Darek: A Complicated Adventure - Capítulo 6
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- Capítulo 6 - 6 Capítulo 6 — “Un día casi normal”
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6: Capítulo 6 — “Un día (casi) normal” 6: Capítulo 6 — “Un día (casi) normal” La mañana amaneció clara sobre la colina.
La cabaña aún estaba tranquila, excepto por Kevin y Bonnie, que ya estaban discutiendo por quién había comido el último pan del desayuno.
Darek, mientras se ponía un abrigo ligero, observaba la ciudad a lo lejos: brillante, viva y, como siempre, un poco caótica.
—Hoy vamos a la ciudad —anunció Aqua mientras entraba al comedor con su energía radiante—.
¡Necesitamos provisiones!
Y también quiero visitar la biblioteca mágica.
Dicen que llegó una colección nueva sobre criaturas acuáticas.
—¿Eso significa…?
—preguntó Kevin, asomando la cabeza por la puerta con una sonrisa maliciosa.
—Sí, Kevin —respondió Neithan sin siquiera mirarlo—.
Puedo confiar en que no vas a incendiar nada por accidente en la ciudad, ¿verdad?
—por favor, ¡Fue solo UNA VEZ!
—protestó él.
—Fueron tres —corrigió Bonnie, cruzándose de brazos—.
El puesto de dulces, la carreta de verduras y la fuente de la plaza.
Darek suspiró, pero sonrió.
Era normal.
Con ese grupo, el caos nunca estaba lejos.
Rumbo a la ciudad, el sendero desde la colina descendía hasta la entrada principal de la ciudad de Luminaria.
Sus calles estaban llenas de comerciantes, bardos callejeros, magos artesanos y ciudadanos que se movían con prisa hacia todas partes.
Aisa caminaba al lado de Darek, mirando todo con sus ojos grandes y curiosos.
—Siempre olvido lo ruidosa que es la ciudad —comentó tímidamente.
—Es parte de su encanto —respondió Darek sonriendo.
Ella se sonrojó un poco, aunque trató de disimularlo detrás de su flequillo.
Aqua agarró el brazo de Darek con naturalidad, emocionada por el bullicio.
—¡Vamos a la zona comercial primero!
¡Hay puestos con objetos mágicos de todo tipo!
Neithan caminaba atrás del grupo, vigilante como siempre.
Aunque parecía distante, estaba atento a cualquier demonio o criatura movida por emociones negativas; algo normal en ese mundo.
La zona comercial era un mar de colores.
Había vendedores de pociones, frutas flotantes, varitas artesanales y amuletos encantados.
Kevin y Bonnie desaparecieron tan rápido que Darek sabía que eso significaba problemas.
—¿Deberíamos ir a buscarlos?
—preguntó Aisa.
—…Después —respondió Neithan con tono resignado—.
Dejemos que se cansen solos.
Aqua estaba examinando una esfera de agua flotante cuando el vendedor, un mago anciano con barba azulada, la reconoció.
—¡Princesa Aqua!
Es una sorpresa verla por aquí.
Aqua sonrió con calidez.
—No soy muy diferente a cualquier otra persona, de verdad.
—Bueno… excepto por el hecho de que usted es única en este reino —agregó el mago, guiñándole un ojo.
Aisa, mientras tanto, encontró un puesto de encantamientos domésticos.
Accidentalmente tomó uno que activó un enjambre de burbujas brillantes que empezaron a perseguirla.
—¡Darek, ayúdame!
—gritó entre risas y sustos.
Darek las dispersó con un leve chasquido de fuego controlado.
—Siempre encuentras las cosas más caóticas —dijo él divertido.
Aisa bajó la mirada, sonrojada, y respondió: —Yo… solo quería ver cómo funcionaba.
—No pasa nada —sonrió él—.
Te quedan bien las burbujas, por cierto.
Aisa casi colapsa ahí mismo de vergüenza.
Todos decidieron descansar en una pequeña cafetería mágica.
Las mesas cambiaban de color según el estado de ánimo de quien se sentaba en ellas —la de Darek se volvió cálida y rojiza, la de Aisa un tono rosado tenue, la de Aqua un celeste vibrante—.
Neithan, por supuesto, obtuvo un gris oscuro.
—Estoy rodeado de arcoíris —gruñó él, aunque una ligera sonrisa lo traicionó.
Kevin y Bonnie finalmente regresaron, cubiertos de polvo encantado y riéndose a carcajadas.
—¿Dónde se habían metido ustedes?
—preguntó Darek con resignación.
Kevin levantó un trofeo dorado con alas.
—¡Ganamos una carrera de escobas voladoras improvisada!
Bueno, casi.
Hubo unas cuantas explosiones… pero pequeñas.
Bonnie añadió: —¡Y atrapamos un duende que estaba robando monedas!
Nos pagaron por entregarlo.
¡A eso se le llama productividad!
Neithan masajeó su frente.
Cuando el grupo salió de la cafetería, escucharon gritos en la plaza principal.
Una criatura demoníaca menor —atraída por un brote de emociones negativas de la multitud— estaba causando estragos.
Parecía un lobo negro compuesto de sombras ondulantes.
Darek avanzó primero.
—Aqua, crea un muro de agua para proteger a los civiles.
Neithan, cúbreme por la izquierda.
Kevin, Bonnie: retengan los accesos.
Aisa, quédate cerca de Aqua.
Todos obedecieron sin dudar.
A pesar de sus personalidades tan diferentes, funcionaban como un equipo perfecto.
Aqua levantó una muralla de agua cristalina que protegió a todos los presentes.
Neithan lanzó una llamarada controlada que debilitó la sombra.
Kevin y Bonnie usaron hechizos de contención para frenar su avance.
Darek, con una mezcla de calma y determinación, canalizó sus llamas internas.
Su fuego no era impulsivo: era cálido, protector, fuerte.
Con un movimiento limpio, purificó la sombra demoníaca hasta disiparla en un brillo rojizo.
La multitud estalló en aplausos y agradecimientos para nuestros aventureros.
Aisa miró a Darek con admiración sincera.
Aqua lo abraza por detrás, orgullosa.
—Eres increíble amor —susurró Aqua.
—Yo solo hice lo que tenía que hacer —respondió él, un poco avergonzado.
Al caer la tarde, el grupo regresó a la colina.
Estaban cansados, pero felices.
Habían comprado provisiones, vivido caos, almorzado bien y salvado una plaza entera.
Aisa caminaba entre Darek y Aqua.
Aunque aún no existía ningún conflicto entre las chicas, algo sutil vibraba entre ellas cuando miraban a Darek.
Aisa suspiró suavemente, con una mezcla de alegría y algo que no quería admitir todavía.
Aqua tomó la mano de Darek, cálida y segura.
Neithan los observó desde atrás, pensativo.
—Será mejor que me prepare —murmuró—.
Porque este grupo… apenas está comenzando.
Mientras el sol se escondía detrás de la ciudad, el equipo subió la colina juntos, riendo, discutiendo y disfrutando de otro día que, como siempre, no había sido nada normal.
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