Darek: A Complicated Adventure - Capítulo 7
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- Capítulo 7 - 7 Capítulo 7 — “El Valle de los Vientos Errantes”
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7: Capítulo 7 — “El Valle de los Vientos Errantes” 7: Capítulo 7 — “El Valle de los Vientos Errantes” Desde hacía días, Kevin insistía en que todos necesitaban “aire fresco que no venga de árboles ni de chimeneas.” Nadie entendió qué quería decir, pero su entusiasmo era tan explosivo que terminaron aceptando.
Así fue como el grupo decidió viajar hacia un lugar del que solo habían escuchado en historias: El Valle de los Vientos Errantes, un enorme campo abierto ubicado detrás de una cadena de colinas antiguas, famoso por dos cosas: 1.
Sus corrientes de viento impredecibles.
2.
Las criaturas etéreas que se divertían robando objetos ligeros solo para devolverlos horas después… o nunca.
“Es el sitio perfecto para entrenar reflejos,” había dicho Kevin mientras empacaba más comida de los necesarios.
Neithan, cruzado de brazos como siempre, había agregado: —También es perfecto para que ustedes dos —señalando a Kevin y Bonnie— pierdan algo importante y aprendan por fin a ser responsables.
Bonnie bufó.
—Si pierdo algo será porque tú me distrajiste con tu cara de estatua triste.
—Ese suena como tu problema, yo nunca distraigo a nadie—respondió Neithan con desinterés absoluto.
Y así inició el viaje.
Cuando llegaron al valle, Darek fue el primero en notar algo extraño: el viento no soplaba de manera normal.
En lugar de una corriente constante, parecía moverse en oleadas, como si respirara.
A veces suave, otras veces tan fuerte que hacía temblar la hierba plateada del lugar.
Aisa se aferró a su sombrero hechizado para que no saliera volando.
—W-wow… esto es más… ventoso de lo que imaginé… Aqua, en cambio, sonreía fascinada mientras una ráfaga levantaba su cabello azul como un abanico brillante.
—Es hermoso.
El viento está vivo… lo siento.
Darek también lo sentía.
No como Aqua, pero sí notaba algo adicional: una energía ligera, casi infantil.
Kevin dio un salto hacia adelante.
—¡Hora de explorar!
¡A ver quién llega primero a ese risco!
Bonnie salió volando detrás de él.
—¡Ni de chiste vas a ganar esta vez!
Neithan suspiró con pesadez.
—Y aquí vamos otra vez.
Kevin y Bonnie iniciaron una carrera que rápidamente se salió de control.
Primero, una ráfaga inesperada empujó a Kevin hacia un montón de hierbas que se abrieron como si fueran agua.
Luego, otra ráfaga elevó a Bonnie medio metro del suelo, haciéndola flotar como si fuera una pluma gritona.
—¡¿QUÉ PASA AQUÍ?!
—chilló Bonnie, agitando las piernas en el aire.
—¡El viento nos odia!
—gritó Kevin mientras giraba atrapado en un pequeño torbellino.
Aqua intentó acercarse, pero otra corriente la empujó hacia atrás con suavidad, como si el viento jugara con ella.
—No creo que nos odie… creo que… quiere jugar.
Darek levantó una ceja.
—¿Jugar?
Aisa, nerviosa, señaló algo más adelante.
—D-Darek… mira… Tres pequeñas figuras brillantes danzaban alrededor de Kevin y Bonnie: criaturas transparentes, con forma de pequeños zorros hechos de viento y luz.
Eran Aeris, espíritus juguetones del valle.
Aqua dio un paso adelante con cautela.
—Son inofensivos… pero muy traviesos.
Neithan exhaló hondo.
—Perfecto.
Más problemas con personalidad propia.
De pronto, el viento cambió.
Ya no era juguetón.
Se volvió más fuerte, más firme, como si el valle entero hubiera decidido examinar a los visitantes.
El aire formó un círculo a su alrededor, aislándolos.
Las criaturas etéreas dieron un pequeño giro y se escondieron entre la hierba.
Darek sintió un escalofrío recorrerle los brazos, su fuego interior reaccionando.
—Aqua… ¿qué pasa?
Ella cerró los ojos.
—El valle nos está poniendo a prueba.
Quiere saber si somos dignos de pasar.
Kevin, todavía atrapado parcialmente en el torbellino, soltó: —¿¡Dignos de qué!?
¿¡De no morir lanzados al horizonte!?
Neithan caminó directamente dentro del viento, su capa ondeando dramáticamente.
—Muy bien, ¿qué se supone que hagamos?
Si quieren respeto, primero hablen.
Aisa llamó preocupada: —¡Neithan, no los provoques!
Pero el valle reaccionó.
Un vórtice gigante surgió frente a ellos, aunque no lo suficiente para ser peligroso: más bien, daba la impresión de una criatura hecha de aire, observándolos.
Darek dio un paso adelante.
—Si es una prueba… entonces démonos a conocer.
No vinimos a hacer daño.
Solo queremos aprender y divertirnos juntos.
Su tono fue sincero, cálido.
Aqua se unió a él.
—Y protegernos unos a otros.
Entonces Aisa, algo temblorosa pero decidida, levantó las manos y envió una pequeña chispa rosada de hechicería amistosa.
—Y también podemos jugar… si eso quieren.
Kevin y Bonnie, aún sacudidos, hicieron su mejor intento de parecer respetuosos.
—¿Jugar sin gritar cuenta?
—preguntó Kevin.
—¿Y sin que me lancen como cometa?
—añadió Bonnie.
Neithan simplemente cruzó los brazos.
—Pasamos juntos, o no pasamos.
Es todo.
El viento vibró… y luego se suavizó.
La “criatura” de aire se deshizo en un remolino amable que los envolvió como un abrazo gigante.
La prueba había terminado.
Cuando el viento se calmó por completo, cada uno recibió algo inesperado: Aqua: una brizna azul que flotaba a su alrededor, fortaleciéndole la sensibilidad al viento.
Aisa: un pequeño amuleto de hierba plateada que brillaba cuando ella se ponía nerviosa (lo cual era muy seguido).
Kevin: una hoja transparente que se movía sola para enseñarle a esquivar.
Bonnie: una piedra ligera que cambiaba de color según su humor (gran peligro para todos).
Neithan: un soplo de aire cálido que apagó parte de su estrés general permanente.
Darek: un pequeño remolino rojo que se posó en su mano, fusionándose con su fuego, haciéndolo más fluido y elegante.
Darek lo observó sorprendido.
—Siento… mi fuego diferente.
Más ligero.
Aisa sonrió tímidamente.
—A-ahora puedes hacer… fuego que baile.
Aqua tomó su mano un instante, alegre por él.
—Es perfecto para ti.
Los tres se quedaron así, hasta que Kevin gritó: —¡Oigan!
¡El viento nos dejó comida!
¡Hay frutas!
¡FRUTAAAAAS!
Bonnie salió corriendo detrás de él.
—¡No te las comas todas!
¡Kevin, NO TE LAS COMAS TODAS!
El grupo terminó riendo mientras el viento suave los rodeaba como si celebrara su pequeña victoria.
Cuando emprendieron camino de vuelta hacia la colina donde vivían, la brisa los acompañó varios metros, despidiéndose con silbidos alegres.
Aqua caminaba tranquila.
Aisa observaba el amuleto que le habían dado.
Neithan ya parecía arrepentido de haber salido.
Kevin y Bonnie discutían por quién había sido el ganador de la carrera.
Y Darek… caminaba al centro, sonriendo al verlos a todos juntos.
Habían superado otra aventura.
Y él, sin darse cuenta, empezaba a sentir que algo en su interior también cambiaba con cada día que pasaban juntos… aunque todavía no supiera qué significaba.
El viento, sin embargo, parecía saberlo.
Y sopló una última ráfaga juguetona sobre él y Aisa, despeinándolos a los dos al mismo tiempo.
Aisa se puso roja.
Darek se rió.
Aqua los observó, sin saber por qué, con una pequeña punzada en el pecho.
La verdadera tormenta emocional… estaba cada vez más cerca.
Pero por ahora, solo había risas y viento.
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