Darek: A Complicated Adventure - Capítulo 8
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- Capítulo 8 - 8 Capítulo 8 — “Fuego Contra Fuego”
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8: Capítulo 8 — “Fuego Contra Fuego” 8: Capítulo 8 — “Fuego Contra Fuego” La mañana amaneció limpia sobre la colina, con un viento fresco que agitaba las hojas del bosque como si quisiera despertar a todo el mundo a la fuerza.
Desde la cabaña, se veía un cielo azul tan amplio que parecía prometer un día tranquilo… aunque todos sabían que eso no sería verdad.
Hoy tocaba entrenamiento.
Kevin y Bonnie ya estaban afuera riéndose de algo, probablemente una broma que Kevin había inventado en los últimos treinta segundos.
Aisa barría el porche mientras observaba a Darek prepararse, y Aqua organizaba unas cantimploras de agua para hidratarlos durante el día.
Neithan, como siempre, estaba de pie a unos metros de distancia, con los brazos cruzados y expresión seria.
El viento parecía evitar tocarlo.
Su postura rígida lo hacía ver como una estatua de fuego dormido.
Darek tragó saliva.
—Supongo que hoy no será un entrenamiento tranquilo… Aqua le puso una mano en el hombro, dulce pero firme.
—Tú puedes, Darek.
Solo concéntrate y no trates de impresionar a nadie.
Aisa agregó, sonriendo con esa torpeza tierna que la caracterizaba: —Y si te caes, yo… puedo ayudarte a levantar… si no estoy ya caída contigo.
Darek soltó una pequeña risa que alivió la tensión momentáneamente.
Luego caminó hacia donde su hermano lo esperaba.
El entrenamiento comenzó suave… al principio Neithan dio una palmada que resonó como un trueno.
—Calentamiento.
Nada de quejas.
Pasaron por una rutina intensa: Carreras cuesta arriba, flexiones, esquivas, maniobras en terreno irregular, ejercicios de control elemental.
Darek ya tenía el cabello pegado a la frente.
Kevin estaba jadeando como un perro feliz.
Aisa tropezó tres veces con la misma raíz.
Bonnie se burlaba de todos mientras ella casi no sudaba.
Aqua mantenía el ritmo con una elegancia que daba rabia.
Cuando terminaron el calentamiento, Neithan finalmente habló: —Darek.
Combate conmigo.
El ambiente entero se congeló.
Kevin casi dejó caer su vara.
Aisa abrió los ojos como platos.
Aqua frunció el ceño, muy consciente de lo que significaba esa “invitación”.
Darek respiró hondo.
Sabía que esto no era un simple duelo.
Era una evaluación.
Un mensaje.
Un recordatorio.
Al llegar, Neithan se situó en el centro del claro, adoptando esa postura natural suya que decía “estoy listo para pelear desde que nací”.
—Primero calentamiento.
—Ordenó.
Darek obedeció.
Manipuló el fuego en sus manos, haciéndolo arder, apagarse, transformarse en pequeñas esferas danzantes.
Aqua observaba con atención, fascinada por la forma fluida con la que él controlaba las llamas.
Aisa, en cambio, veía con una mezcla de orgullo y preocupación.
Neithan, mientras tanto, realizaba movimientos firmes pero controlados: círculos de fuego perfecto que se mantenían suspendidos en el aire, ráfagas que se movían como si tuvieran vida propia, columnas de calor que vibraban alrededor de él.
—Tu control sigue siendo demasiado suave.
—comentó—.
El fuego no es un juguete, Darek.
—Sé lo que estoy haciendo.
—¿Ah, sí?
—Neithan levantó una ceja—.
Demuéstralo.
La primera fase del combate Neithan dio el primer paso… y después desapareció entre una llamarada.
Reapareció frente a Darek lanzando un puño envuelto en fuego azul—mucho más caliente que cualquier fuego común.
Darek retrocedió, bloqueando el golpe con una pared de llamas rojas que levantó instintivamente.
El choque de colores iluminó todo el claro.
—¡Wow!
—Kevin se emocionó— ¡Eso estuvo genial!
Bonnie asintió, sorprendida.
—Sí… y eso que eso solo fue un saludo de Neithan.
Aisa tragó saliva.
Darek… no te descuides… Aqua, preocupada, apretó las manos contra su pecho.
Darek se estabilizó y cargó hacia adelante, enviando múltiples ráfagas de fuego en dirección a su hermano.
Neithan las esquivó todas con una facilidad casi insultante.
—Sigues telegraphando tus movimientos —reclamó—.
Tu fuego es fuerte, pero tú no piensas rápido.
Darek bufó, molesto por primera vez en mucho tiempo.
—Pues veamos si piensas tan rápido cuando te alcancen mis llamas.
La intensidad crece El ambiente se calentó tanto que las hojas del suelo comenzaron a chamuscarse.
Darek lanzó una llamarada que explotó en el aire y se dividió en docenas de chispas que cayeron como meteoros controlados.
Neithan, con un simple gesto, creó un torbellino de fuego azul que las desintegró al contacto.
Pero Darek no se quedó quieto: saltó por encima del torbellino, envolviéndose en un fuego brillante, casi blanco, que rara vez usaba porque exigía mucho de su energía.
Neithan lo vio venir.
Esta vez sonrió.
—Eso está mejor.
Sus llamas chocaron en el aire con tanta fuerza que una onda expansiva barrió el claro.
Aqua tuvo que levantar un muro de agua para proteger a los demás.
Kevin y Bonnie gritaron emocionados.
Aisa observó cada movimiento con un nudo en la garganta.
Neithan se pone serio Cuando aterrizaron, Neithan dejó de contenerse.
Sus pasos se volvieron más pesados, más rápidos.
Cada movimiento hacía vibrar el suelo.
Darek intentó mantener el ritmo, pero las diferencias de experiencia empezaron a notarse.
Neithan anticipaba cada ataque, cada creación de fuego, cada giro.
—Te estás quedando sin aire —comentó Neithan sin señal de cansancio—.
¿Ves por qué te digo que dejes de holgazanear?
—No holgazaneo… —Darek jadeó— Solo… ¡vivo mi vida!
—Vivir tu vida no te servirá si un demonio te atraviesa porque no pudiste reaccionar a tiempo.
Las palabras de Neithan pesaron más que cualquiera de sus ataques.
Darek apretó los dientes.
No voy a rendirme… no frente a mi hermano… no frente a ellos… Reunió todas sus fuerzas.
Las llamas blancas regresaron, rodeándolo como un aura brillante.
Avanzó con velocidad renovada.
Neithan lo recibió de frente.
Los dos ataques chocaron, iluminando el bosque entero por un instante.
Los animales huyeron.
Los árboles vibraron.
Finalmente, una explosión final los separó.
Darek cayó de rodillas, agotado, respirando con dificultad.
Neithan permaneció de pie… aunque también con el cabello ligeramente despeinado y el pecho elevándose de un modo que indicaba cansancio.
—Buen intento.
—dijo— Pero aún no es suficiente.
Se acercó y le tendió la mano.
—Entrena más, Darek.
No porque yo lo diga.
Sino porque un día… alguien te necesitará, y no puedes darte el lujo de fallar.
Darek lo miró, dudó… y finalmente tomó su mano para levantarse.
Aqua corrió hacia él, preocupada pero sonriente.
—¡Estuviste increíble!
¡Y muy valiente!
—Lo abrazó suavemente.
Aisa llegó un segundo después, inquieta pero orgullosa.
—Lo hiciste muy bien… aunque me asustaste un poco.
Kevin y Bonnie aparecieron gritando: —¡¡¡FUE UNA PALIZA LEGENDARIA!!!
—¿Puedo aprender ese torbellino??
¡Quiero hacerlo en casa!
Neithan suspiró.
—No.
Y jamás.
Aun así, una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
Una tarde que terminó tranquila Todos regresaron a la cabaña, cansados y exhausta.
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