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Capítulo 822: LA GUERRA DE LA OSCURIDAD Y LA LUZ (7) Capítulo 822: LA GUERRA DE LA OSCURIDAD Y LA LUZ (7) “Iris se encontró a sí misma observando la luz cegadora que la rodeaba mientras Cane la abrazaba fuertemente, pero cuando cerró los ojos, el sonido del viento aullante se disipó y el cálido abrazo de Cane también desapareció.

Se sintió como si Cane hubiera desaparecido de repente y esto la llevó a abrir los ojos y se encontró en un campo de batalla.

—¡Estaba en medio de una guerra!

Iris sintió miedo al ver a innumerables bestias pelearse entre ellas con ferocidad y los caballeros blandían sus espadas como locos, mientras que los usuarios de magia utilizaban su magia para crear un escudo defensivo y protegerlos del enemigo.

A lo lejos, Iris pudo ver la bestia negra de Cane, luchando ferozmente contra cinco bestias al mismo tiempo o la bestia gris de Redmond. Iris también divisó a Jace, Aliana y la bestia de Ethan.

Sin embargo, no importaba cuán terrible fuera la batalla y cuán abarrotado estuviera el campo, ninguno de ellos le prestaba atención, tampoco la atacaban. Casi como si fuera invisible.

Pero entonces, la imagen cambió. La guerra había terminado y algunas de las bestias se habían transformado de nuevo en su forma humana, se veían agotados, todos ellos, mientras buscaban a sus camaradas, quienes seguían vivos o enterraban a los muertos.

El suelo estaba manchado con el color de la sangre, los cuerpos muertos yacían por todos lados. Cane podía verse entre ellos, liderando a su gente para esta espantosa tarea.

La expresión del alfa era estoica, pero se podía sentir su ira y rabia cuando veías sus ojos. Apretó la mandíbula con fuerza cuando encontró a uno de sus guerreros que había muerto durante la cruel batalla.

Iris pudo sentir cómo le rompía el corazón a Cane. El dolor de perder a las personas que le habían acompañado desde el principio y preparar sus funerales.

Cane se culpaba a sí mismo por cada muerte de sus hombres e Iris lo podía sentir. Su corazón le dolía por él. Quería tocarlo, pero todo lo que podía hacer era quedarse en su lugar. De alguna manera, ella sabía que estaba allí para observar y sentir cada turbulencia que sentía Cane.

No era tan estoico y sin emociones como intentaba mostrar al mundo. Su corazón estaba destrozado.

Pero entonces, cuando Iris pensó que la expresión de Cane nunca cambiaría, a lo lejos, Dean se acercó a él, le trajo una carta y cuando leyó su contenido, había una pequeña sonrisa en sus labios.

Iris reconoció la carta. Era su carta. La que había escrito para él, pero nunca había respondido. Se había quejado de eso y había armado un escándalo.

Después de leer la carta, Cane la guardó cuidadosamente dentro de su bolsillo, sus ojos se suavizaron.

Y ahora Iris se dio cuenta de por qué Cane no podía responder a su carta y por qué no quería distraerse, porque todos necesitaban de él.

Literalmente, Cane era la mente maestra detrás de todos sus planes de ataque y necesitaban su instrucción, no solo tenía que liderar a los cambiaformas, sino que también necesitaba darle algunos consejos a Cedric sobre dónde poner a su gente y qué hacer con la situación.

Cane no podía permitirse ser imprudente. Parecía agotado y no dormía casi nada, pero antes de que pudiera descansar lo que necesitaba, otra batalla se presentaba ante sus ojos.”

“A pesar de eso, su carta siempre lograba hacerle sonreír y suavizar su mirada, aunque no respondiera, Iris podía sentir su anhelo por ella y su urgencia por ir con ella y dejar todo atrás. Así que, su decisión de no contestarle fue su último intento de mantenerse enfocado en lo que estaba pasando.

Iris no estaba segura de por qué estaba allí, pero todo lo que estaba viendo, se reproducía hacia atrás.

Después de la batalla, se le presentó el momento, donde Cane tuvo que despedirse de ella antes de partir a la guerra y luego la escena en el ático, en la manada de la Luna Azul, donde la encontró allí.

Iris sintió su dolor al verla en tal condición.

A pesar de todas las cosas que tenía que cuidar, aún tenía tanto amor para darle. Cuidó de ella, a pesar de que él mismo estaba en mucho dolor.

—Lo siento… —Iris se susurró a sí misma cuando vio cómo Cane se acurrucaba junto a ella, pareciendo muy derrotado.

—Lo siento… —Iris lo dijo de nuevo cuando se escuchó a sí misma diciéndole a Cane cuánto lo odiaba y esto rompió aún más su corazón, pero su tacto siempre fue tan gentil como siempre—. No lo decía en serio.

Iris no era la única que estaba sufriendo cuando perdió a sus bebés, sino Cane también. Después de todo, él era el padre de sus hijos.

Pero, con todo lo que estaba pasando, Cane no tuvo tiempo para llorar y lo peor fue que la única persona con la que compartía su dolor no estaba emocionalmente estable.

No solo Cane no tuvo tiempo para llorar, sino que necesitaba estar herido y sufrir muchísimo para ver a su compañera al borde de la locura.

Cane soportó todo solo en silencio…
¿Cuánto dolor tuvo que soportar en este punto? ¿Cuántas veces tuvo que romperse el corazón, recoger los pedazos y luego seguir adelante?

Su corazón no estaba hecho de roca y aunque lo estuviera, esa roca debía haberse convertido en polvo ya.

Iris no era la única persona que estaba de luto, Cane también. Él también perdió a sus hijos y aunque no fue la primera vez, eso no facilitaba las cosas. Ninguna muerte era fácil para las personas que quedaban atrás.

Este camino debería ser recorrido por ambos juntos, pero en cambio, Cane recorrió este camino solo cuando Iris olvidó todo, cuando olvidó sobre la muerte de su hija. Cane tuvo que llorar de nuevo por eso.

Pero aún así, eligió no decir nada, porque no quería verla sufrir tanto. Él lloraría por ambos.

Y como siempre, cargaba con todo solo sin quejarse.

La profundidad de su dolor era insondable, pero continuaba, arrastrando una larga hilera de heridas detrás de él para seguir adelante, asumiendo la responsabilidad como el alfa, porque innumerables vidas estaban en sus hombros si fallaba.”

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Y una vez más, no tuvo tiempo para lamentarse adecuadamente.

—Lo siento mucho… —Iris rompió a llorar cuando vio a Cane cargar a Rora en sus brazos y enterrarla él solo.

Cane no lo mostró en su rostro, pero en ese momento, Iris sintió todo su dolor. Era el tipo de dolor que te mataría y te volvería loco. Iris se sintió físicamente enferma cuando lo sintió.

¿Cómo podría alguien soportar tanto dolor y no morir? Ella sentía como si estuviera muriendo ahora, pero frente a sus ojos, Cane no mostraba ninguna emoción en su cara.

¿Cuán profundo enterró su sentimiento? ¿Lo escondió, para que ninguna alma pudiera conocerlo?

—Cane… lo siento por dejarte solo… —Iris debería estar allí con él, a su lado, compartiendo la carga, el duelo, la responsabilidad y todo lo demás, pero no estaba allí…
Y una vez más, todo volvió al revés hasta la muerte de Chrystal. Cane también cargó al bebé en sus brazos. Sintiendo el frío de su pequeño cuerpo y miró a su hija muerta.

No había expresión en su cara, pero había una gran tempestad dentro de él. El bebé se sentía muy pesado, porque él no la llevaba en sus brazos, sino en su corazón.

Iris sintió toda la lucha de Cane y cómo hizo todo lo posible para mantener a su gente a salvo, pero su situación lo hizo imposible y la muerte tras muerte no se pudo evitar.

Todo se vio desde la perspectiva de Cane e Iris sintió todas sus emociones. Su miedo, su tristeza, su ira y lo complicado que era todo.

Iris observó cuando Cane la agredió en la biblioteca. Podía sentir su desesperación y vergüenza. Podía sentir cómo le dolía a él y a su ego no poder tener un hijo propio, el pensamiento de ello hervía su sangre.

Estaba embravecido por lo que Iris dijo.

Pero después de eso, se llenó de mucha culpa. Este sentimiento de culpabilidad roía su corazón cada vez que la veía, aunque reprimía ese sentimiento con todas sus fuerzas.

La llevó al momento en que se forzó a entrar en ella por primera vez.

Se llenó de tanta ira dentro de él y todo lo que Iris podía sentir era dolor por lo enojado que estaba en ese momento.

Quería herir a alguien. Cane quería matar todo lo relacionado con Gerald. Quería deshacerse de su linaje.

No era Iris a quien Cane veía cuando hacía eso, sino a la hija de Gerald, el último pedazo de la persona que tanto lo había lastimado, causando tantas muertes a las personas que más quería.

Y después de eso, Iris aprendió qué era lo que tanto enfurecía a Cane, qué lo empujaba a lastimarla hasta el punto de casi matarla.

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Esa noche, antes de asaltar a Iris, Cane visitó el calabozo primero. Conoció a Mason y todo lo que salió de su boca fue lo que encendió el fuego de la venganza en su corazón. Las palabras de Mason alimentaron su ira y su sed de venganza.

El asalto a Iris ocurrió solo unas pocas semanas después de que logró derrotar a la manada de la Luna Azul, así que la herida de diez años de esclavitud todavía estaba fresca. Los recuerdos de esos tiempos oscuros quedaron grabados en su mente.

Todavía lamían sus heridas, pero lo que dijo Mason solo echó sal a la herida.

Y luego, los recuerdos de Cane la llevaron a recorrer diez años completos de agonía cuando todavía estaban en la esclavitud.

La humillación, el dolor, la cicatriz, la agonía, la miseria, la tortura y el tormento que Cane tuvo que soportar durante esos períodos de tiempo. La muerte de la gente que conocía, innumerables personas, que murieron en sus brazos y cómo perdió la cuenta cuando presenció como un miembro de su manada daba su último aliento sin que él pudiera hacer nada al respecto.

Los abusos sexuales que Cane tuvo que sufrir, o los abusos sexuales que su gente tuvo que aguantar.

Los recuerdos eran espantosos, sombríos. La esperanza no existía durante ese tiempo.

—P-para, por favor… —Iris ya no podía soportarlo más. No quería verlo más, pero no podía cerrar los ojos, ni tampoco hacerse la sorda a esos gritos, súplicas y alaridos cuando la gente de la manada de la Luna Azul era asaltada y torturada.

Iris sintió lo que Cane estaba sintiendo y supo, que si fuera ella en su lugar, nunca perdonaría a Gerald ni a nadie relacionado con él. Ni siquiera quería respirar el mismo aire que alguien que tuviera relación con la persona que trajo el infierno a su vida.

Iris presenció cómo Cane sostuvo a un bebé muerto en sus brazos, mientras la madre también moría durante el parto y esto no sucedió una o dos veces. Cane estuvo allí durante todo eso.

Ahora Iris se dio cuenta de por qué Cane no mostraba sus emociones abiertamente, parecía que no tenía emociones… porque si seguía usando su corazón para enfrentar sus adversidades, ya no lo tendría más.

Lo que Cane había pasado durante la esclavitud era demasiado para una sola persona para soportarlo, para un solo corazón para soportarlo.

Cane usó menos su corazón para evitar desmoronarse, porque los miembros de su manada dependían de él y él no podía permitirse caer.

Cuando Iris pensó que la esclavitud era el peor recuerdo de Cane, se enfrentó con el hecho de cuando Cane fue obligado a ver cómo su compañera embarazada era despedazada viva y su hijo era arrancado del estómago de su madre muerta a la fuerza.

El sonido de la risa y las burlas cuando Cane gritaba de dolor al presenciar tanta crueldad.

Dios…
¿Cómo puedes dejar que alguien soporte tanto dolor? ¿Cómo pudo Cane vivir después de todo…?

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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