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Capítulo 132: Capítulo 132 – Domesticando al 2do Tutorado Capítulo 132: Capítulo 132 – Domesticando al 2do Tutorado Luna cerró la puerta de su dormitorio con más fuerza de la necesaria, sobresaltando a Mayo y Matilda que estaban preparando su cama para la noche. Su lobo sombrío se deslizó como tinta líquida en su sombra para descansar.
—¿Está todo bien, mi señora? —preguntó Matilda, notando el sutil rubor en las mejillas de Luna.
—Por supuesto que sí —Luna caminó hacia su tocador, evitando deliberadamente ver su rostro en el espejo—. Solo estoy pensando en la estrategia de mañana. Necesitamos asegurarnos de aplastar a Klein de una vez por todas.
Mayo intercambió una mirada cómplice con Matilda mientras doblaba las sábanas, sus movimientos practicados traicionando años de servicio incluso a su joven edad.
—Oh, ¿eso es todo? —Mayo sonrió pícaramente—. Nada que ver con un cierto chico con una cara adorable que…
—¡Mayo! —Luna se giró, su rubor se intensificó—. Te he dicho que no es… no es así. Si encuentro caras de bebé lindas, es… es pura apreciación estética.
—Por supuesto, mi señora —la sonrisa de Mayo se ensanchó—. Totalmente estético. Como cuando miras durante el entrenamiento o cuando…
—Una palabra más —Luna estrechó los ojos, las sombras se removieron alrededor de sus pies—, y te enviaré a servir a Liora y Larissa. Me quedaré con María, que al menos sabe cuándo guardar silencio.
—Oh, pero mi señora —Mayo rió suavemente mientras esponjaba las almohadas—, todos sabemos que Larissa nunca lo permitiría. Está bastante… apegada a su actual relación amistosa con ella. Así que me temo que estás atascada conmigo.
—Mayo —Matilda intervino con un tono suave pero firme—, creo que eso es suficiente por hoy. Nuestra señora necesita descansar para mañana.
Luna suspiró mientras se sentaba en su tocador, permitiendo que Mayo comenzara a cepillar su cabello. El movimiento repetitivo parecía calmar sus nervios.
—Mañana podemos movernos más activamente en la niebla y atacar de verdad —comentó Matilda mientras cerraba las cortinas—. No dejaremos que ese chico arrogante siquiera se acerque.
—No lo exageres demasiado —Luna frunció el ceño—. La fachada de doncella noble podría…
—¿Oh, esa fachada? —Mayo rió entre dientes—. Mi señora, con todo respeto, esa estrategia fracasó hace tiempo. Hay demasiados ojos en la academia, demasiados informantes, y ya saben que estás aquí.
—Es verdad —Matilda asintió—. Al final no sirvió de nada que tu tío te negara el huevo de voluntad o el del hada mineral. Incluso con el huevo negro como la opción más discreta, el riesgo terminó siendo en vano…
—No importa —Luna estudió su reflejo, su lobo sombrío apenas visible como una silueta oscura detrás de ella—. Este compañero resultó mejor de lo que podría haber esperado. Una línea directa de los mejores caballeros de la familia de mi padre lo llevó a rango oro para que yo pueda…
Sus dedos trazaron inconscientemente la oreja de lobo que manifestaba su bestia, una suave sonrisa cruzando sus labios.
—Y mañana —continuó, su voz adquiriendo un tono helado—, vamos a demostrarle a Klein y a su padre que pueden olvidarse de ese ridículo arreglo. No importa lo que mi tío haya apostado, no seré un premio para elevar el estatus de su horrible familia.
—Especialmente porque tu corazón ya tiene otro propio… —Mayo comenzó.
—¡Mayo! —Luna y Matilda exclamaron al unísono.
La criada levantó las manos en señal de rendición, aunque su sonrisa juguetona permaneció intacta. —Solo digo que un cierto chico con hongos luminosos…
—Es un malentendido —Luna se levantó abruptamente, su rubor regresando—. Y si continúas con eso, realmente consideraré pedir a María que tome tu lugar.
—Como usted diga, mi señora —Mayo hizo una reverencia exagerada—. Aunque todos sabemos que María es terrible cepillando el cabello y que tú nunca…
Un golpe en la puerta interrumpió su burla. Las tres se tensaron de inmediato, su atmósfera juguetona evaporándose en una alerta repentina. Hasta ahora no habían sentido la presencia.
—¿Quién es? —preguntó Matilda, su voz transformándose en el tono servil apropiado para una criada de un noble común.
—Mensaje para la Señorita Luna —respondió una voz.
Luna intercambió miradas con sus criadas. El lobo sombrío se deslizó silenciosamente hacia la puerta, listo para cualquier eventualidad.
♢♢♢♢
La mañana comenzó como siempre con Ren y Taro absorbiendo sus cristales diarios. El brillo de la concha de Taro era cada vez más intenso, señal de que el cultivo avanzaba bien por su camino previsto.
—¿Estás seguro de esto? Dicen que es la versión más débil. —Min jugaba nerviosamente con su serpiente mientras caminaban hacia la tienda—. No quiero malgastar recursos si…
—Confía en mí —Ren sonrió mientras sus hongos palpitaban suavemente—. Tu serpiente es de agua dulce. Los métodos tradicionales malgastan recursos usando componentes marinos que realmente cambian su naturaleza a una con menos potencial.
—¿Y el extracto de lirio nocturno realmente funcionará?
—Mejor que el coral marino y las algas lunares —Ren se detuvo frente al mostrador donde Jessy esperaba, sus orejas de gato se levantaron al acercarse ellos—. Y es mucho más barato.
—¡Ren! —Las orejas de gato de Jessy temblaron con entusiasmo—. ¿Más materiales para tus nidos?
—No hoy —Ren negó con la cabeza—. Mi amigo necesita extracto de lirio nocturno. Cien unidades.
Jessy consultó su manual mientras su cola se movía pensativamente. —Déjame ver… sí, lo tenemos en stock. Mil puntos por las cien unidades.
Min casi se atragantó. —¿Solo mil? Pero el coral marino cuesta…
—Cinco veces más —Ren completó—. Por eso pocos usan el extracto de lirio. Muchos asumen que los ingredientes más caros son mejores.
Mientras Jessy preparaba el pedido, Min sacó sus cristales. Tenía bastantes después de meses de minería, aunque la mayoría eran pequeños.
—Deberías depositar algunos, tu baúl también está lleno —Ren sugirió—. El banco puede…
—Ni lo menciones —Min se estremeció—. No quiero ver la cara de Teodoro cuando compara mis pequeños depósitos con tus… inversiones en platos.
—Los platos son del príncipe —Ren y Taro respondieron al unísono, haciendo que Min rodara los ojos.
En la habitación, encontraron a Liu sentado en su cama, su murciélago nocturno revoloteando sobre su cabeza, lanzando sombras danzantes en las paredes.
—¿Finalmente decidiste arriesgarlo todo? —preguntó, viendo los materiales.
—Sí —Min extendió sus cristales sobre la mesa—. Aunque todavía necesito la runa de control elemental.
—Esas son caras —Liu silbó—. Como quince mil puntos.
—Tengo tiempo —Min encogió los hombros—. Cien días para conseguirla. Por ahora…
Ren ya estaba examinando los cristales uno por uno, sus hongos palpitando mientras analizaba cada pieza con precisión.
—No este —descartó uno—. Demasiado pequeño. Este sí, la cantidad de mana es perfecta.
—¿Cómo puedes…? —Liu comenzó a preguntar, pero se detuvo. Después de tantas veces había aprendido a no cuestionar el conocimiento de Ren sobre bestias.
Después de media hora de selección meticulosa, Ren había separado los cien mejores cristales, cada uno brillando con promesa.
—¿Listo? —preguntó Ren a Min, quien sostuvo el primer cristal nerviosamente en sus manos temblorosas.
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