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Capítulo 512: Chapter 512: Domando Fragmentos

La segunda cámara en Yano se había convertido en un centro de investigación improvisado.

Ren se encontró rodeado por un equipo cuidadosamente seleccionado: domadores de alto valor por su conocimiento y habilidades de análisis de bestias, más algunos que había permitido entrar con su autoridad relativa.

El espacio zumbaba con actividad urgente mientras los domadores trabajaban para entender las capacidades de su enemigo.

Wei trabajaba intensamente con uno de los artefactos menores de la cámara, un cristal de frecuencia que podía detectar ciertos tipos de corrupción dentro de un domador.

Su obsesión con los detalles técnicos finalmente encontró un propósito práctico al analizar el flujo de maná corrupto de Han. El dispositivo, antiguo pero funcional, respondió a los cuidadosos ajustes de Wei con lecturas precisas. Sin embargo…

—Las lecturas están fluctuando de forma errática —murmuró Wei, examinando al joven—. Como si algo estuviera interfiriendo con los patrones normales.

Han mantenía una distancia cuidadosa del pilar central de la cámara, consciente de que su bestia corrupta lo hacía vulnerable a las energías puras que fluían a través de él.

Aun así, su experiencia como doble agente lo hacía valioso no solo como sujeto de prueba corrupto… sino como observador, notando patrones que otros podrían pasar por alto. Su posición entre dos mundos le daba perspectivas únicas.

—Hay algo diferente sobre mi segunda bestia —observó Han, su voz cargada con la tensión de alguien que había aprendido a confiar en sus instintos—. Como si algo la estuviera llamando desde muy lejos… Es muy sutil, tal vez demasiado distante… pero aún así extraño.

La sensación era inquietante de maneras que no podía articular completamente. No era dolorosa ni amenazante, pero llevaba algo que hacía que su piel se erizara con un miedo tácito.

La situación de Klein también continuaba haciendo ruido en la mente de Ren.

El joven noble había desarrollado esa extraña habilidad de ver hilos de corrupción incluso sin estar corrupto él mismo, una capacidad que podría ser invaluable para otorgar a muchos otros domadores si lograban comprender completamente cómo funcionaba.

Pero en este momento, su hongo tenía otras prioridades.

Le gustaba mantener contacto con el cristal dorado para analizar los movimientos del enemigo, y eso era exactamente lo que estaba haciendo ahora.

Ren se apoyó contra el cristal dorado, sintiendo cómo su bestia extendía filamentos de análisis hacia las conexiones que se extendían a través de la torre.

Era como conectarse con los nervios de un organismo gigantesco. La información fluía a través de la red en patrones demasiado complejos para que las mentes humanas los procesaran directamente, pero su hongo podía traducir los flujos de datos en conocimientos comprensibles.

—Larissa —murmuró—, ¿qué podría significar si el enemigo comenzara a acumular energía de una manera extraña?

Larissa, que había estado estudiando algunos pergaminos, levantó la vista con interés.

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—¿Extraña cómo?

Antes de que Ren pudiera responder, su hongo susurró con urgencia: «Extraña como… Las conexiones del cristal se están volviendo más fuertes del lado de Yino de la torre».

Ren frunció el ceño, procesando la información.

—Mi hongo dice que parece que de ese lado el cristal está dirigiendo demasiada energía al sistema de la torre —explicó en voz alta.

—No entiendo por qué está sucediendo —admitió, mirando hacia donde sabía que estaba el territorio enemigo—, pero…

—Debe ser alguna táctica —sugirió inmediatamente Larissa, su mente saltando a conclusiones estratégicas—. Si está redistribuyendo energía, debe tener un plan específico.

Su respuesta fue inmediata y confiada. En su mundo, todo tenía un propósito estratégico…

El hongo emergió físicamente de la cabeza de Ren, su pequeña forma brillando con preocupación.

—Es demasiado extraño —declaró con su voz chirriante—, porque dirigir tanta energía a la torre debilitaría el cristal exterior, que es su cuerpo principal. Si lo destruyen, perdería gran parte de lo que ha ganado…

La lógica era sólida pero inquietante. ¿Por qué una entidad inteligente debilitaría deliberadamente su principal recurso a menos que tuviera alternativas que ellos no comprendieran?

Larissa inmediatamente tuvo algunas ideas.

—¿Cuerpo principal… El cristal puede cambiar de ubicación? —preguntó directamente al hongo.

El pequeño ser pulsó una vez:

—Sí, pero es un gasto de energía normalmente innecesario…

—¿Puede estar en más de un lugar a la vez? —continuó Larissa, su voz adquiriendo esa intensidad que mostraba cuando resolvía un rompecabezas.

El hongo pulsó de nuevo, pero esta vez con más vacilación.

—Otra vez sí —informó—, pero hay contras importantes. En cada lugar sería más débil que si estuviera en solo uno así que…

Larissa se levantó, comenzando a caminar en círculos.

—¿Qué haría si estuviera seguro de que podían destruirlo? —preguntó, dirigiéndose tanto a Ren como al hongo—. En la posición del cristal, ¿arriesgarían todo en un solo lugar o se esconderían en varios diferentes?

La pregunta iba directo al corazón del pensamiento inducido por el miedo. ¿Cómo se preserva una entidad inteligente como esa cuando enfrenta amenazas existenciales?

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El hongo se quedó quieto por un momento, claramente considerando la cuestión.

Luego comenzó a extender filamentos más profundamente en el cristal dorado, analizando las conexiones energéticas con renovada urgencia.

Ren sintió cómo la percepción de su bestia se expandía, siguiendo los flujos de poder que se extendían por kilómetros bajo tierra.

Entonces el hongo abrió completamente sus pequeños ojos.

Inmediatamente se hundió de nuevo en Ren para sentir nuevamente, pero usando su conexión más interna para un análisis más profundo.

—¡Sí! —exclamó el hongo después de un momento de intensa concentración—. Si el cristal usa su lado de la torre, podría almacenar la mayor parte de su energía y distribuirla ampliamente a través de sus raíces sin mucha pérdida. Dejarlo estar ahí demasiado tiempo es darle la oportunidad perfecta para escapar.

La revelación golpeó a Ren como un rayo.

—Espera, entonces —murmuró con creciente horror—, si el Rey tiene poco tiempo y gasta toda su energía rompiendo el gran cristal, el cristal en la torre tendrá todo el tiempo para acumular energía y esconderse… Tenemos que romper el de la cámara… muy poco después de romper el grande también…

Pueden haber sido maniobrados para atacar el objetivo equivocado, gastando su recurso más poderoso contra un señuelo mientras la verdadera amenaza se prepara para escapar.

Wei levantó la vista de su artefacto, habiendo captado lo suficiente de la conversación para entender las implicaciones.

—¿Estás diciendo que podrían haber engañado a nuestro Rey para que gastara su energía? —preguntó con voz tensa.

—Tal vez ya lo engañaron —respondió Ren—, y no tendrá suficiente energía para terminar el trabajo.

Ren pensó frenéticamente en las opciones.

Las variables eran abrumadoras. Distancia, requisitos de energía, las limitaciones físicas de canalizar la esencia del dragón… cada factor trabajaba en su contra.

—Podría intentar recargarlo, pero llevarle la energía a esa distancia sería imposible para que resista solo yo. Hacer que lleve más energía también sería peligroso no solo para él sino para el cargador mismo…

—No hay opción… Por lo que entiendo, ¿puedes recargar a cualquiera, verdad? —interrumpió Larissa con determinación férrea—. Puedo llevar algo de energía, pero tenemos que advertirle que vaya a la cámara antes de que el cristal escape.

Su voz llevaba una convicción absoluta. Los riesgos eran evidentes, pero la alternativa era peor.

Ren consideró sus palabras, pero sabía que no sería tan simple.

—Tu padre podría…

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Larissa miró a Ren con ojos brillando de absoluta confianza.

—Mi padre no es cualquiera. Es el más fuerte del mundo, y llevar otro poco de energía no será nada para él. Completaría su misión.

Ren entendió su determinación.

—Está bien, lo llevaremos a él —declaró finalmente—, pero necesitamos más ayuda. Varios deben llevar algo de la energía, pero deben ser domadores puros y rápidos.

Larissa inmediatamente se volvió hacia uno de los guardias.

—Envía mensajes con bestias rápidas —ordenó con una autoridad que no toleraba discusión—. Necesitamos advertir a mi padre sobre lo que oíste y más refuerzos aquí, ahora.

Luego se volvió hacia Ren.

—¿Alguno de los que están aquí servirá?

Ren evaluó rápidamente a los presentes.

Su percepción mejorada podía leer sus sistemas de maná, evaluar su capacidad para manejar la esencia de dragón sin ser destruidos por ella.

—Wei y algunos buenos guardias de nivel que están aquí —respondió.

Han tragó audiblemente y se alejó aún más de la estructura central, un nuevo miedo evidente en sus ojos.

—Entendido —murmuró, retirándose aún más hacia la periferia de la cámara.

Mientras esperaban que el mensaje volara y trajera más portadores de poder, Ren se acercó al grupo de domadores que había sido seleccionado.

—Esto va a ser intenso aunque probablemente nosotros salvemos el reino —les dijo.

Wei se acercó primero, con esa obstinada determinación por aprender que lo caracterizaba.

—Si es para salvar el reino —declaró—, haré lo que sea necesario para aprender esa sensación también.

Ren comenzó a inyectar pequeños fragmentos de energía dracónica en los domadores presentes, observando cuidadosamente sus reacciones para asegurar que sus sistemas pudieran manejar la carga.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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