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Capítulo 76: Capítulo 76 – Domesticando el Procesamiento – 3 Capítulo 76: Capítulo 76 – Domesticando el Procesamiento – 3 Ren rompió el sello de cera azul, intrigado por la formalidad del sobre. Luego extrajo una carta escrita en elegante caligrafía.

—Querido Ren,
He hablado con el director sobre tu desempeño durante la expedición. Tu apoyo fue crucial y, más importante, demostraste un entendimiento excepcional de las bestias que francamente me intriga.

El director ha autorizado un soporte especial de 100,000 créditos para la tienda de intercambios. Considéralo un reconocimiento para un estudiante prometedor.

Quizás debería empezar a creer en ese conocimiento tuyo y ver qué puede hacer con un pequeño empujón. Sea lo que estés planeando, espero que esto te ayude a lograrlo.

Estaré ausente por un tiempo arreglando ciertos asuntos. Nos veremos a mi regreso.

Profesor Zhao
Ren leyó la carta dos veces, procesando las implicaciones. Los hongos en su cabello pulsaron con ritmo acelerado.

—Cien mil créditos… —sus ojos brillaron mientras hacía cálculos mentales. Con eso podría comprar los materiales, las runas de sus padres, y guardar sus cristales para otras necesidades… Quizás el núcleo de la mantis no tendría que esperar tanto tiempo.

—Jessy —llamó mientras volvía al mostrador—. Necesito hacer algunas compras.

—¿Tan pronto, estás seguro de…? —Jessy todavía estaba preocupada, pero su expresión cambió al ver la carta oficial—. Oh…

—Tengo créditos autorizados —Ren mostró la firma del director—. Necesito materiales específicos.

Jessy revisó la autorización con los ojos cada vez más abiertos, luego revisó el libro de créditos… —Cien mil… es cierto, ¿qué necesitas?

—Primero, 10,000 en partes descartadas de bestias de rango Bronce —Ren comenzó a listar—. Pero solo tejidos de bestias leñosas o rocosas como el cocodrilo de roca que tuviste hace unas semanas.

—¿Leñosos? —Jessy consultó el catálogo—. Tenemos algunos restos del guardián del bosque y aún tenemos algo del cocodrilo que mencionaste. Pero, ¿estás pensando en cultivar un mono ghoul?

—No te preocupes, sé para qué usarlos… También necesito hongos venenosos, los luminescentes importados de allí…

Jessy se preocupó ligeramente. —Esos son 3,000 cada uno. ¿Cuántos?

—Diez —respondió Ren sin dudar.

—Treinta mil solo en hongos —Jessy tomó notas—. Los tejidos leñosos serían unos diez mil más. ¿Algo más?

—Una runa de inteligencia y 2 de vitalidad.

Jessy detuvo su pluma.

—Esas son… bastante comunes, pero…

—¿Las tienes?

—Sí, pero… —Jessy dudó—. Eso es otros 30,000 créditos. Y normalmente solo las usan bestias que pueden procesar grandes cantidades de información, las de vitalidad tampoco son buenas… Una espor… —se detuvo, incómoda.

—Una espora no se beneficiaría porque solo aumenta ligeramente la fuerza, ¿verdad?

—No quise decir…

—No importa —Ren sonrió—. Las quiero de todas formas.

Jessy asintió y comenzó a procesar el pedido.

—Tomará un tiempo reunir todo. Las partes descartadas están en el almacén especial y las runas en la bóveda.

Mientras esperaba, Ren repasó mentalmente sus planes. Los cristales que había obtenido de las Pieles de Acechador de las Sombras servirían para otros fines… Los hongos en su cabello pulsaron suavemente. Pronto, muy pronto, todos entenderían que una espora podría ser mucho más de lo que imaginaban.

—Aquí tienes —Jessy regresó con varios contenedores sellados—. Los hongos están en contenedores especiales, son extremadamente tóxicos. Los tejidos están preservados con su musgo original. Y las runas…

Ella sostuvo una pequeña caja de cristal. Dentro, una piedra translúcida brillaba con una radiante luz azul tenue.

—Ten cuidado con ellas —advirtió mientras Ren las examinaba—. Son muy sensibles a las energías mágicas y podrías arruinarlas.

Ren asintió mientras guardaba cuidadosamente cada componente. Su conocimiento le mostraba exactamente cómo usar cada pieza, cómo combinar los elementos para lograr algo que nadie esperaría de una simple espora.

—Ahora por tus 49,500 cristales… Tenemos dos opciones —Jessy se volvió para revisar una pequeña caja—. No puedo almacenar créditos de estudiantes, los de la carta son un caso especial como algunos otros bonos y recompensas, para almacenar debes ir a la sección bancaria o puedes conservarlos contigo… Así que puedes retirar parte de los 30,000 que te quedan pero no puedes almacenar más aquí…

—…Puedo darte cuarenta y nueve cristales de oro normales, que son bastante voluminosos, o si quieres retirar 500 cristales más o tener algo para intercambiar y completar los 50,000… —sus ojos brillaron—. Puedo darte cinco cristales de Bronce oscuros. Valen lo mismo, pero los de Bronce son más pequeños y fáciles de transportar.

Ren consideró sus opciones.

Los cristales de oro normales eran esferas del tamaño de una manzana, cada una valía mil cristales básicos. Los de Bronce oscuros, por otro lado, apenas alcanzaban el tamaño de una nuez, pero cada uno valía diez mil.

Ren le dio las hierbas que había obtenido de la concha del Acechador Corteza para completar los últimos 500… No quería retirar o arruinar el bonito número redondo de sus 30,000 créditos por ahora.

—Los 5 de Bronce oscuros, por favor.

Jessy asintió mientras abría una caja especial. Dentro, pequeños cristales brillaban con un suave tono oscuro.

—Gracias Jessy —se despidió mientras aseguraba el último contenedor—. Has sido de gran ayuda.

—Vuelve cuando quieras —ella sonrió—. Y… buena suerte con tu cultivo.

Había algo de lástima en su voz, pero también amabilidad genuina. Ren no podía culparla, nadie esperaría que una espora llegara muy lejos.

«Pronto lo entenderán», pensó mientras salía del almacén.

Finalmente podía comenzar.

♢♢♢♢
Los hongos en el cabello de Ren pulsaron con anticipación mientras extendía las Pieles de Acechador de las Sombras sobre su sábana. Sus fibras conductoras, perfectamente conservadas, absorbían la luz creando un espacio de profunda oscuridad.

Trabajando metódicamente, Ren colgó más pieles usando sábanas como soporte hasta formar una especie de tienda oscura sobre su área de trabajo. La luz que se filtraba era mínima, pero el tenue resplandor de sus hongos era suficiente para ver.

En el centro de este espacio improvisado, colocó el caldero de procesamiento que todos los estudiantes recibían. Estaba hecho de un metal opaco especial, diseñado para contener reacciones mágicas.

Esta reacción no era tan simple como la de Taro.

Los cien cristales normales del tamaño de Bronce, de los mejores que Ren había minado, se alineaban perfectamente alrededor del borde del caldero, cada uno brillando con un suave resplandor azulado.

La runa de inteligencia descansaba en su propia caja de cristal, emitiendo destellos ocasionales.

Antes de procesar los cristales en el caldero, tuvo que usar la mayoría de su mana en esa runa.

Los hongos en su cabello pulsaron más fuertemente mientras se concentraba. Lentamente, comenzó a dirigir su mana hacia la runa en el espacio cubierto, lejos de las energías externas contaminantes.

Era un proceso delicado, demasiado rápido y la runa podría fracturarse, muy poco y no alcanzaría el punto crítico necesario para comenzar la sincronización con su bestia.

Gotas de sudor aparecieron en su frente mientras mantenía el flujo constante.

La runa comenzó a brillar más intensamente, absorbiendo mana de sus hongos. Donde las gotas de energía tocaban la superficie, comenzaban a formarse pequeños puntos.

«Como esporas», pensó Ren mientras mantenía la concentración. «Diez días de esto y la runa estará lista… Será tranquilizador tenerla desde el principio».

Cuando el proceso con la runa alcanzó un equilibrio estable, Ren se volvió hacia los hongos venenosos. Sus contenedores especiales estaban marcados con sellos de advertencia.

Con movimientos precisos, extrajo los diez hongos. Sus colores eran vibrantes, casi hipnóticos.

El mortero que utilizaba estaba muy limpio. Cualquier contaminación podría arruinar el proceso. Los hongos se aplastaron bajo sus golpes cuidadosos, liberando un aroma dulce que le hacía llorar los ojos.

Cuando la pasta estuvo lista, Ren canalizó una pequeña cantidad de mana. La reacción fue inmediata, la mezcla comenzó a burbujear suavemente, su color volviéndose más intenso.

Las partes descartadas de bestias leñosas y partes de cocodrilo venían en contenedores sellados. Al abrirlos, un olor penetrante inundó el espacio.

El musgo que los cubría era la clave.

Ren dirigió su mana hacia las pequeñas plantas, que respondieron de inmediato. Comenzaron a crecer, extendiéndose sobre los tejidos descartados, consumiendo la materia en descomposición.

El proceso era fascinante de observar. El musgo pulsaba con cada nueva extensión, convirtiendo tejido muerto en nueva vida. Los hongos en el cabello de Ren pulsaban al mismo ritmo, como si reconocieran un proceso familiar.

Cuando el musgo alcanzó su máxima extensión, Ren comenzó a rascar cuidadosamente. Cada hebra era preciosa, cargada con la energía transformada de las Bestias de Bronce.

El musgo recogido caía en la mezcla de hongos venenosos. El líquido burbujeante lo absorbía con avidez, su color cambiando a un tono más profundo.

El caldero de procesamiento ahora contenía la mezcla de hongos y musgo que serviría como medio de transformación.

La preparación estaba completa. Ahora comenzaría el verdadero trabajo: cien días de cultivo cuidadoso, cada cristal absorbiendo el poder de la mezcla mientras la runa desarrollaba sus esporas.

En la oscuridad de su tienda improvisada, rodeado por el pulso suave del mana, Ren sonrió. El primer paso hacia una verdadera evolución estaba en marcha.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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