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Capítulo 77: Capítulo 77 – Domesticando el Dolor Capítulo 77: Capítulo 77 – Domesticando el Dolor Los materiales estaban listos… Pero quedaba un paso para asegurar el éxito del cultivo y reducir el dolor, aunque fuera un poco. El cuerpo preservado de la Acechadora Sombría brillaba débilmente en la oscuridad de la tienda improvisada. Ren lo manipulaba con cuidado, trazando los patrones de fibra conductora hasta ubicar el tentáculo más apropiado.

Un tentáculo demasiado grueso absorbería demasiada mana, uno demasiado delgado se saturaría rápidamente. Necesitaba uno intermedio, con la cantidad correcta de fibras conductoras.

«Este», pensó mientras usaba el hilo de Tejedor para cortar limpiamente un tentáculo del tamaño de su dedo índice. Las fibras internas brillaban brevemente cuando eran expuestas, hambrientas de mana.

Con movimientos precisos, Ren sumergió el tentáculo en la solución ahora desprovista de mana que había preparado. El líquido, una mezcla de hongos venenosos y musgo, fue absorbido instantáneamente por las fibras conductoras. El tentáculo se oscureció, como si fuera un papel que había absorbido tinta.

Luego vino el polvo de Acechador de Corteza. Ren lo esparció cuidadosamente sobre la superficie tratada, observando cómo se adhería formando patrones como diminutas escamas.

El polvo sellaría el tentáculo, previniendo que absorbiera su vitalidad en lugar de solamente la mana específica que necesitaba para manipular.

«Ahora la parte delicada», pensó mientras desenrollaba más hilo de Tejedor.

Comenzó a envolverlo alrededor de una sección del tentáculo, creando una zona de agarre segura.

Los hongos en su cabello palpitaron con una advertencia cuando tomó el primer cristal. La densidad de mana era diez veces mayor que los que Taro usaba, suficiente para causar daños serios a sus venas de mana si no se maneja correctamente.

Respiró profundamente, sosteniendo el tentáculo modificado en su mano derecha. Lo posicionó sobre las venas encima de su estómago, donde la mana fluiría más intensamente.

«Aquí vamos», pensó mientras absorbía el cristal.

El dolor fue inmediato e intenso. La mana entró a su sistema como fuego líquido, amenazando con saturar sus canales instantáneamente. Sus hongos comenzaron a brillar fuertemente, tratando de procesar la sobrecarga.

Ren presionó el tentáculo en un punto específico de su pecho. Las fibras conductoras, hambrientas pero controladas por el tratamiento, comenzaron a absorber el exceso de mana que saturaba el canal.

El dolor disminuyó ligeramente, haciéndose manejable.

Movió el tentáculo siguiendo sus venas, permitiendo que las fibras conductoras desbloquearan puntos de saturación. Era como abrir pequeñas compuertas, permitiendo que la mana fluyera en lugar de estancarse peligrosamente.

El sudor corría por su cara mientras mantenía la concentración. Un movimiento incorrecto, un segundo de descuido, y la mana podía acumularse fatalmente en sus puntos vitales.

El tentáculo y su fuerza de voluntad eran su única protección contra la sobrecarga que le dejaría permanentemente incapaz de controlar la mana.

Sus hongos pulsaban erráticamente, luchando por procesar la energía que fluía a través de su sistema. Aún en su fase latente, no estaban preparados para manejar tal poder.

Pero precisamente por eso necesitaban esta sobrecarga controlada.

Ren continuó moviendo el tentáculo… El proceso era dolorosamente lento.

Las fibras conductoras del tentáculo comenzaron a brillar con un tono púrpura enfermizo, señalizando que estaban saturándose. Ren ajustó su agarre en la sección cubierta de hilo, agradecido por esa precaución.

Minutos que parecían horas pasaron mientras Ren luchaba por mantener el equilibrio. El cristal se consumía gradualmente, su mana distribuida entre sus canales y el tentáculo saturado.

Finalmente, cuando el último vestigio de mana fue absorbido, Ren se permitió respirar profundamente. El tentáculo en su mano brillaba un negro intenso, saturado hasta su límite de capacidad.

«Uno menos», pensó mientras colocaba el tentáculo usado en un contenedor sellado. «Noventa y nueve por hacer».

Los hongos en su cabello palpitaban débilmente, exhaustos por el esfuerzo. Pero había algo diferente en su brillo, un tono más profundo y concentrado.

El primer paso hacia el despertar se había dado.

♢♢♢♢
La oficina del director ocupaba la cima de la torre central.

Ventanas de suelo a techo ofrecían una vista panorámica de los terrenos de la escuela, mientras estantes llenos de tomos antiguos cubrían las paredes que no eran de cristal. El techo abovedado estaba decorado con un fresco representando a los dragones de diferentes familias de bestias, cada uno en su territorio natural.

Un inmenso escritorio de madera oscura dominaba el centro de la habitación. Detrás de él, el director leía una nota con el ceño fruncido mientras su fénix real manifestaba sutiles destellos dorados en su cabello blanco.

—Zhao se está ablandando desde ese incidente —murmuró para sí mientras sus ojos seguían las líneas—. Cien mil créditos por un estudiante con una espora? ¿Y esta historia sobre un genio extraordinario? Es obvio que solo siente lástima por el chico…

Dejó la nota en el escritorio, donde se unió a varios informes detallados sobre el incidente de la medusa.

—Al menos antes, su ‘apoyo a los desafortunados’ tenía algún sentido —continuó, su fénix manifestándose más claramente en respuesta a su irritación—. Pero esto es simplemente…

Finalmente, miró hacia la joven que esperaba pacientemente frente a su escritorio. Su presencia era tan discreta que casi parecía fusionarse con las sombras de la habitación.

—Necesito que investigues algo —su voz adoptó un tono más formal—. Hay un… estudiante inusual. Un chico con una espora.

La joven asintió en silencio.

—Veo que sabes quién es… Quiero que lo pongas a prueba. Algo que nos ayude a entender qué ha visto Zhao en él para insistir tanto —El director tomó la nota de nuevo, releyendo un pasaje específico—. Necesito saber si esto es otro de sus caprichos o si realmente hay algo tan especial en él.

La joven inclinó levemente la cabeza antes de dirigirse hacia la puerta, sus movimientos tan fluidos que apenas perturbaban el aire.

—Y recuerda —añadió el director cuando ella llegó al umbral—, sé discreta. No queremos que tu identidad sea revelada por nimiedades.

♢♢♢♢
Ren guardó el tentáculo usado en su contenedor especial, sus movimientos lentos por el agotamiento. Los hongos en su cabello apenas palpitaban, también exhaustos por el esfuerzo de procesar tanta mana.

Su reflejo en el pequeño espejo de la habitación mostraba los cambios: sus venas aún brillaban débilmente bajo su piel, y los hongos parecían más definidos, con un brillo más profundo. No eran cambios que alguien notaría a primera vista, pero estaban allí.

«Un baño caliente», pensó mientras recogía sus artículos de aseo, «y luego dormir por una semana».

El agotamiento mental era diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes. No era como el cansancio después de entrenar con Lin, esto era más profundo, como si su mente hubiera sido estirada a su límite.

Se dirigió hacia la puerta, deseoso de llegar a los baños antes de que su cuerpo simplemente decidiera colapsar.

Golpe. Golpe.

Los golpes, aunque suaves, lo sobresaltaron. Era tarde, sus compañeros de cuarto no tocaban para entrar, y nadie más solía venir al ala gris.

Los hongos en su cabello pulsaban débilmente en alerta.

—¿Quién es? —preguntó, su voz delatando algo de su agotamiento.

—Eso no importa —respondió una voz femenina desde el otro lado—. ¿Podrías abrir un momento?

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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