El matrimonio escondido perfecto: con un niño te llevas un esposo gratis - Capítulo 50
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Capítulo 50: Capítulo 50 – Saranghaeyo Capítulo 50: Capítulo 50 – Saranghaeyo Editor: Nyoi-Bo Studio —¡Puedes dejarlo ahí, ayúdame agradeciendo a tu pequeño amo!
—dijo Ning Xi y sacó su teléfono para enviar un mensaje de texto a Tesorito.
Mientras que el personal del equipo de producción se veía ocupado haciendo su trabajo, en realidad todos ellos estaban mirando fijamente en la dirección de Ning Xi, curiosos de saber qué le habían enviado ahora.
Al final resultaron ser tres botellas…¿de jugo?
La primera vez Ning Xi se vio preocupada por las rosas, la segunda vez, no parecía muy sorprendida ni satisfecha con el diamante.
Pero ahora, tenía una expresión de felicidad en el rostro, y estaba enviando un mensaje de texto con alegría.
Todos empezaron a sacar conclusiones: —¡Ah, por supuesto, el dinero no funciona con las mujeres hermosas en estos días, es el corazón lo que importa!
—Así es, ¿no escuchaste a la chica que habló recién?
Dijo que el jugo fue preparado personalmente y a mano.
¡Eso es tan dulce!
—¡Apuesto a que el que envió el jugo será quien se gane el corazón de la hermosa mujer al final!
—¡Entonces yo apuesto que será el que envió un diamante!
—¿Por qué nadie apuesta por la persona que envió las flores?
… …
Después de tomar los jugos de fruta, Ning Xi se sentía totalmente revitalizada mientras continuaban filmando.
Al mismo tiempo, Lu Tingxiao estaba en casa.
Se había tomado tiempo para estar con su hijo, cuando su teléfono hizo un ding.
El “ding” le indicaba que había un nuevo mensaje de Ning Xi.
Lu Tingxiao lo abrió, y se le empezó a dibujar una sonrisa.
“Cariño, ¡gracias por los jugos!
¡Estaban súper súper deliciosos!
¡Sarangheyo!” Lu Tingxiao lo miró por un largo rato antes de llamar a su hijo, que estaba inmóvil observando por la ventana con la mirada perdida.
—¡Tesorito ven aquí!
—lo llamó.
Tesorito lo ignoró.
Lu Tignxiao, susurró: —Es un mensaje de tu tía Xiao Xi.
Tesorito corrió hacia él como un cohete, y saltó para alcanzar el teléfono.
Pero Lu Tingxiao lo levantó fuera de su alcance.
—Te lo puedo mostrar, si me dices ‘papá’—lo molestó.
El rostro de Panecillo reflejaba protesta y se rehusaba a cooperar.
Fue sólo cuando su hijo estuvo a punto de llorar, que Lu Tingxiao finalmente cedió y le entregó el teléfono.
Mirando a su hijo leer el mensaje de texto con pura satisfacción en su rostro, Lu Tingxiao se veía preocupado.
Había muy pocas cosas en el mundo que podían angustiarlo, era probablemente por eso que Dios le había enviado a Tesorito… Como para ponerlo a prueba.
Tesorito era muy astuto; a pesar de que siempre fue introvertido y no solía hablar mucho, tan sólo tenía seis mese cuando empezó a hablar.
Pero desde el accidente no había vuelto a decir una sola palabra.
Él se perdió demasiados momentos de la infancia de Tesorito, y cuando quiso hacer algo al respecto, se dio cuenta que ya era muy tarde.
Se preguntaba si llegaría el día donde volvería a escucharlo llamarlo papá…
Tesorito se quedó mirando al teléfono por un largo rato, como si hubiera algo que no entendía.
Entonces fue hacia su padre, le señaló con sus pequeños dedos la frase “Sarangheyo”, probablemente preguntándole qué significaba.
—Es una muletilla, no tiene ningún significado particular —respondió Lu Tingxiao seriamente.
—Espera, tú no sabes, ¡no engañes a Tesorito!
Sarangheyo significa te amo en coreano —dijo Lu Jingli mientras se acercaba, dibujando un corazón con sus dedos.
Cuando Tesorito escuchó esto, miró a su padre con desdén.
Luego corrió para seguir preparando jugos.
Lu Tingxiao dominaba doce lenguas, si Ning Xi hubiera escrito en coreano, definitivamente habría entendido el significado.
Pero escrito de esta manera, no lo entendía para nada.
—¿No tienes trabajo que hacer?
—dijo Lu Tingxiao mirando a Lu Jingli, con el mismo tono con el que un jefe se dirige a sus empleados.
Lu Jingli inmediatamente acercó una silla para sentarse frente a él, tenía una expresión de entusiasmo en el rostro.
—Jefe, ¡tengo algo muy importante que reportarle!
—comentó.
Lu Tingxiao no se molestó en hablar.
Pero su expresión le indicaba a Lu Jingli que si quería decir algo, podía decirlo.
Lu Jingli sacudía la mano frenéticamente y empezó: —¿Sabes que acabo de escuchar?
¡Hoy los admiradores de Xiao Xi, le enviaron regalos al set!
—Los jugos de frutas que Tesorito le envió—respondió Lu Tingxiao con calma.
—Lo sé pero antes de los jugos, otros también enviaron regalos.
¡Es más, fueron dos.
Uno envió rosas rojas que cubrieron toda la locación del rodaje, ¡y el otro envió un gran diamante!
—dijo Lu Jingli con emoción en su rostro.
Lu Tingxiao empezó a volverse frío e indiferente; en un día tan caluroso, eso ayudaba a aligerar el calor.
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