El matrimonio escondido perfecto: con un niño te llevas un esposo gratis - Capítulo 75
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Capítulo 75: Capítulo 75 – ¿Trampa de miel?
Capítulo 75: Capítulo 75 – ¿Trampa de miel?
Editor: Nyoi-Bo Studio Lu Tingxiao estaba jugando a ser ‘El último juez[1]’ allí, ¿por qué ella debería ir a salvarlos?
¡La llamada de Lu Jingli era completamente ridícula!
Al principio, Ning Xi iba a lavarse las manos para no involucrarse en la situación.
Pero por alguna razón desconocida, en lo más profundo de su corazón, se sentía un poco culpable.
¡Maldición!
¿Por qué le importaba?
En el momento en que decidió dejar de pensar en el asunto, Lu Jingli le envió nuevamente un video.
En el video, la expresión helada de Lu Tingxiao era como un cuchillo atravesando la pantalla y asustó a Ning Xi.
Ella miró fijamente por un momento antes de darse cuenta de que, para grabar esa toma, Lu Tingxiao debía haber estado mirando a Lu Jingli.
—Lu Jingli, tienes media hora para rehacer esta propuesta.
Hazlo aquí y ahora; si no puedes hacerlo, ve al departamento de finanzas y recibe tu último cheque de pago —ordenó con frialdad.
Luego, la pantalla se volvió negra.
*** El segundo antes de que la pantalla se volviera negra, sintió como si pudiera escuchar el último grito de auxilio de Lu Jingli.
Incluso una extraña como ella sabía que era imposible rehacer una propuesta en media hora.
Pero…¡Ella realmente no sabía cómo salvarlo!
El cerebro de Ning Xi dio vueltas, y repasó las treinta y seis estratagemas de Sun Tzu[2] en su mente: ¿Esperar tranquilamente mientras el enemigo se sigue enfureciendo?
¡El fantasma de Lu Jingli la mataría!
¿Derrotar al enemigo capturando a su jefe?
¡Lu Tingxiao era el mismo rey!
¿Asediar Wei para rescatar a Zhao[3]?
¡Él no tenía debilidades para que ella atacara!
Entonces…
¿La trampa de miel?
No no… Al final, Ning Xi se golpeó en la cabeza.
—¡Lo tengo!
¡Aleja al tigre de su cueva!
—se dijo a sí misma.
Ning Xi respiró hondo, calmó su mente y marcó el número de Lu Tingxiao.
*** Mientras tanto, en la Corporación Lu.
En la sala de reuniones, el proyector que estaba conectado al teléfono celular de Lu Tingxiao estaba mostrando datos internos de la compañía.
Un grupo de personal senior estaba extremadamente enfocado en la presentación, ya que Lu Tingxiao les iba a hacer preguntas más tarde.
El terror era inmenso, y la situación era parecida a la escuela primaria cuando el maestro estaba a punto de hacer preguntas.
En ese momento, el celular de Lu Tingxiao sonó repentinamente.
Lu Tingxiao atendió la llamada sin mirar.
Entonces, en el segundo siguiente, una voz de chica, dulce y suave, llegó a través de los altavoces de la sala de reuniones.
—Hola, Lu Tingxiao, ¿estás ocupado?
¿Huh?
La sala se congeló, y todos los miembros del personal superior quedaron en silencio, con expresión de asombro en sus caras.
¿Que estaba pasando?
Este es el celular personal del jefe, ¿verdad?
Una mujer lo había llamado, que además sonaba muy dulce y lo llamaba por su nombre.
Pero lo que era aún más sorprendente aún estaba por llegar: cuando Lu Tingxiao escuchó esa voz, toda su aura cambió sutilmente.
Como una suave brisa que viene al mundo para tocar almas muertas.
Enterrado en la imposible tarea de completar la propuesta, Lu Jingli se conmovió hasta las lágrimas cuando escuchó la voz familiar de Ning Xi.
Cuñada, has venido en mi rescate, snif, snif…
El alma de Lu Jingli lloró.
Lu Tingxiao hizo una pausa, luego desenchufó el cable que conectaba su teléfono al proyector.
Llevando el teléfono al oído, su expresión seguía siendo la misma, y habló con el mismo tono frío: —¿Qué quieres?
En el otro extremo de la línea, Ning Xi sintió la leve la necesidad de retirarse de la situación cuando escuchó esa voz aterradora.
Sin embargo, al final, logró reunir coraje e hizo todo lo posible por usar un tono más suave y más suplicante, mientras le preguntaba vacilante: —Esto…¿Volverás esta noche?
¡Le prometimos a Tesorito que comeríamos una comida caliente hoy!
La expresión de Lu Tingxiao seguía fría.
—No estoy seguro, estoy ocupado —sentenció.
[1] Referencia satírica a Samuel, el último profeta del antiguo testamento, quien impuso la ley, el orden y la religión.
[2] Se refiere a los 36 puntos escritos por Sun Tzu, en los que se enumeran estrategias militares.
[3] ‘Asediar Wei para rescatar a Zhao’ es distraer al enemigo atacando su debilidad, es decir, su talón de Aquiles.
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