El Monarca Ancestral Divino - Capítulo 73
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73: Capítulo 73 – No dejar de cultivar 73: Capítulo 73 – No dejar de cultivar Editor: Nyoi-Bo Studio El rostro de Wentian Qin conservó la calma.
Sabía que Qianqiu Luo lo consideraba meramente un insecto que podía extinguir fácilmente.
Qianqiu Luo solo quería las Frutas de Ascuas de Sangre.
A sus ojos, las frutas ya eran suyas.
En lo que respectaba a Wentian Qin, no importaba si vivía o moría.
Matar o no a Wentian Qin ya no servía a ningún propósito.
Mientras Wentian Qin escondía en secreto la Espada Dorada en la manga, en sus labios se reflejaban los restos de una leve sonrisa.
Antes, a Wentian Qin no le importaba si Qianqiu Luo era realmente un talento monstruoso de la Academia Estrella del Emperador.
Pero ahora sí que le importaba.
Se prometió que la humillación que había sufrido hoy se la haría pagar multiplicada por diez, con tiempo.
—Hermano menor —gritó Luo Huan.
Wentian Qin la miró.
Le sonrió, como si ya se hubiera olvidado de las cosas que habían ocurrido hacía unos momentos.
Sabía que incluso aunque estuviera preocupado por los acontecimientos de antes, nada bueno saldría de ahí a menos que socavara la base de poder de Qianqiu Luo.
—Muchas gracias, hermano mayor, por tu ayuda —Wentian Qin le agradeció respetuosamente a Hua Lin, que todavía estaba en el aire.
Si Hua Lin no hubiese aparecido, habría matado a Qianqiu Lio.
Fuera quien fuera su enemigo, nunca iba a mostrar piedad con aquellos que querían matarle.
Sin embargo, si de verdad mataba a Qianqiu Luo, conllevaría problemas de gran magnitud, sin duda.
La aparición de Hua Lin había evitado que eso ocurriera, que era la razón por la que Wentian Qin se lo agradecía.
En cualquier caso, lo que Wentian Qin necesitaba hacer ahora era elevar su nivel de cultivo tan pronto como le fuera posible.
—No es necesario que te andes con ceremonias conmigo.
Asegúrate de trabajar duro —sonrió Hua Lin mientras le asentía y a continuación se elevó en el cielo y se fue.
—Hermana mayor, ¿puedo pedirte ayuda respecto a otra cuestión?
—preguntó Wentian Qin mientras miraba a Luo Huan.
—Entre nosotros, no hay necesidad de que seas tan comedido —Luo Huan rodeó con el brazo el de Wentian Qin.
—Me gustaría encontrarme con mi hermana Yao Qin, ¿sabes, hermana mayor, ¿cómo podríamos encontrar el modo?
—le pidió Wentian Qin.
—Tu hermana se encuentra ahora mismo en la Academia Real, pero veré qué puedo hacer.
Te diré algo en cuanto lo sepa —los ojos de Luo Huan reflejaron meditación mientras contemplaba el problema.
Al fin y al cabo, tenía algunos contactos en la Academia Real.
—Gracias, tendré que molestarte, hermana mayor, entonces —Wentian Qin sonrió.
—Perfecto, tú déjamelo a mí.
Deberías centrarte en aumentar tu fuerza tan rápido como puedas.
—Comprendido —las comisuras de Wentian Qin se curvaron en una sonrisa.
En esa sonrisa quedaban trazas de frivolidad y expectativas.
Qianqiu Luo, Orchon, la Asociación de Caballeros… Con tantos “compañeros” que le esperaban, ¿cómo no iba a estar motivado?
Wentian Qin estaba más que dispuesto a enfrentarse a cualquier desafío.
Todo esto junto podía ser la razón que empujaba a Wentian Qin a no dejar de intentar aumentar su fuerza.
Después de volver a los dormitorios, Wentian Qin invirtió unos cuantos días para estabilizar su base de cultivo.
Todavía tenía efectos secundarios del consumo de tres Frutas de Ascuas de Sangre.
Wentian Qin cerró los ojos y retomó su cultivo, con la intención de usar por completo todos los efectos beneficiosos de las Frutas de Ascuas de Sangre.
En su tiempo libre, iba a visitar el Pabellón de la Arma Divina, la forja de Armas Divinas e iba a ir a buscar sus Piedras Yuan Meteoríticas a Francis, para que le ayudara en el cultivo.
Al fin y al cabo, entrenar en el Método de Refinamiento del Espíritu.
Al fin y al cabo, para entrenar en el Método de Refinamiento del Espíritu uno necesitaría unas cantidades ingentes de Piedras Yuan Meteoríticas.
De modo similar, Fan Le se comportaba como si estuviera poseído.
Estos últimos días, además de no parar de cultivar, se iría al Pabellón Celestial de las Estrellas, así como al Salón del Río Astral.
Ensoñación del Bosque de los Sueños, en la Ciudad de Ilusiones En un espacio abierto enorme, dos personas estaban peleando.
Uno de ellos llevaba las largas ropas de la Asociación de Caballeros, mientras que el otro vestía una ropa blanca sin adornos.
Sin embargo, la cara de este último estaba escondida tras una máscara kirin de color ojo fuego que emitía una aura funesta y dominante.
¡Crac!
Un crujido resonó cuando el que llevaba los ropajes de la Asociación de Caballeros se rompió un brazo.
El dolor era tan atroz que el sudor empezó a rodarle por las sienes.
A pesar de eso, el que llevaba la ropa blanca no tenía intenciones de dejar de luchar.
Sus brazos titilaron y provocaron la manifestación de una garra de dragón que se cernió sobre el otro brazo de su oponente y se lo rompió en milésimas de segundo.
—¿Quién eres y de dónde eres?
—el miembro de la Asociación de Caballeros rugió cuando lo embargó la rabia y el terror a partes iguales.
¡Pertenecía a la eminente Asociación de Caballeros de la Academia Estrella del Emperador!
¿Cómo se atrevía esa persona a torturarlo de este modo?
¡Crac!
Dos ecos con el mismo crujido resonaron con insistencia cuando las piernas del miembro de la Asociación se rompieron.
Cayó, indefenso, al suelo.
El cuerpo del hombre vestido de blanco titiló y desapareció de la vista.
Unos instantes después, apareció la figura de otro miembro de la Asociación de Caballeros.
Al ver a su compañero tumbado indefenso en el suelo, torturado por el dolor de sus extremidades rotas, una luz fría radió de sus ojos cuando preguntó: —¿Quién ha hecho esto?
Era pura tortura, un castigo cruel.
Solo aquellos que estaban en el Bosque Oscuro que tenían mucho rencor y odio podían hacer algo así.
—No lo sé, llevaba una máscara —el cuerpo de esa persona se estremeció involuntariamente cuando el dolor de sus extremidades lo embargó por completo—.
Mátame.
—De acuerdo —el otro miembro blandió una lanza y asintió.
Rápidamente puso fin a la miseria de su compañero.
Wentian Qin corría a toda velocidad por Ciudad de las Ilusiones, con unos movimientos parecidos a Garuda en pleno vuelo, con una gracia incomparable.
Su rostro estaba escondido tras una máscara.
En la Ensoñación del Bosque de los Sueños, con sus rasgos escondidos, siempre que se encontrara con un miembro de la Asociación de Caballeros que estuviera dentro de sus capacidades, recibiría un castigo brutal.
Wentian Qin nunca olvidaría el día en que el cuerpo de su buen amigo Fan Le terminó atravesado por incontables Lanzas Astrales.
Esta venganza brutal tan solo era el principio.
Wentian Qin se detuvo cuando llegó a una plataforma circular de piedra.
Entonces, dijo: —¿Cuánto tiempo pretendes estar siguiéndome?
¿Por qué no muestras tu cara?
En las sombras de un edificio cercano, apareció una figura bellísima con unos contornos muy definidos.
¡Era una mujer!
Sin embargo, no se le veía el rostro, porque igual que Wentian Qin, sus rasgos estaban escondidos tras una máscara.
—He visto cómo luchas.
Tu Puñetazo de Sumisión del Dragón y tus ataques de garras son bastante poderosos —la muchacha hablaba con una voz clara y alegre mientras se encaminaba hacia Wentian Qin.
—¿Y qué pasa?
—respondió tranquilamente Wentian Qin.
—Me gustaría medirme contra ti, para ver lo rápido que eres en realidad —cuando terminó de decirlo, su cuerpo se puso en marcha.
Corrió a toda velocidad hacia Wentian Qin mientras asestaba golpes con la palma de la mano llenas de una fuerza tiránica y tormentosa que era capaz de romper hasta el vacío.
Wentian Qin caminó con unos movimientos llenos de elegancia y gracia mientras todo su cuerpo titilaba y se convertía en sombras.
—Pff —resopló la muchacha.
Cambió la palma de la mano, la blandía como si fuera un sable, y acuchilló el espacio.
Su velocidad era extrema; ambos poseían unas técnicas de movimiento extraordinarios.
Cuando continuó la batalla, la muchacha se quedó estupefacta.
Cada golpe de su palma no daba en su objetivo por una leve distancia.
Cada vez, parecía que lo iba a conseguir, pero Wentian Qin la esquivaba por los pelos, siempre en el último segundo.
Sus técnicas de movimiento corporal ya habían llegado a una cumbre, se podría decir.
De golpe, se liberó un alma astral y llenó todo el espacio con una tormenta de vientos huracanados.
Con un gritito, la fuerza de los golpes de palma de la muchacha fue aumentando por la fuerza del viento cuando explotó hacia Wentian Qin.
Wentian Qin entrecerró los ojos.
Sentía que el espacio que le rodeaba quedaba sellado por una fuerza extraña, de modo que no había modo de esquivar el golpe que se avecinaba.
Sin elección, soltó un golpe propio, mientras los rugidos dracónicos llenaron los cielos.
Al instante, siguiendo la colisión del golpe, Wentian Qin sacó la fuerza de sus ataques para retirarse.
Se echó hacia atrás con un impulso controlado, se movía con una gracia incomparable.
—¿Qué sentido tiene esquivarme?
—exclamó la muchacha con frialdad.
Mientras ejecutaba sus técnicas de movimiento, explotó hacia adelante con la fuerza de un huracán enfurecido, con la intención de conducir a Wentian Qin hasta el centro de la tormenta de vientos huracanados.
Al instante, apareció al lado de Wentian Qin, mientras asestaba golpes con las palmas que estaban aumentados por la fuerza de estos vientos.
Los reflejos de Wentian Qin eran rápidos como la luz y su cuerpo se transformaba en sombras mientras ejecutaba la Técnica de Movimiento Garuda hasta el límite para esquivar los golpes de palmas en el último momento posible.
Su puño también explotó hacia adelante, dirigido directamente a la cara de la muchacha.
¿De verdad la muchacha creía que no tenía fuerzas para atacar?
Los ojos se le abrieron de par en par de la sorpresa cuando vio las luces de puños que descendían hacia él.
—No está mal, luchemos también mañana.
Mientras el sonido de su voz se apagaba, el Puñetazo de Sumisión del Dragón ya había matado a la muchacha, y la sacó volando de la Ensoñación.
Al mismo tiempo, para ejecutar su puñetazo, Wentian Qin no tenía modo de evitar el último golpe de palma de la muchacha, y el también salió volando de la ensoñación.
El Bosque de los Sueños.
Wentian Qin se levantó y aspiró un montón de aire.
Su cuerpo se había desplomado contra el suelo.
El dolor que sintió todavía era vívido en su mente.
Se sacó la máscara y se irguió.
—Quinto nivel de Circulación Arterial, Alma Astral de tipo tormentoso, así como técnicas innatas y poderosas y técnicas de movimiento corporal muy hábiles.
Me pregunto de qué academia es —murmuró Wentian Qin.
La lucha con la muchacha había demostrado ser tremendamente de ayuda para entrenar su técnica de movimiento Garuda.
Por eso no había usado sus golpes con la palma de la mano realzados por la energía divina para acabar antes con la muchacha.
Se levantó y salió del Bosque de los Sueños, y continuó cultivando.
Al segundo día, Wentian Qin apareció en la Ciudad de las Ilusiones para seguir templándose y perseguir a los miembros de la Asociación de Caballeros.
Cuando llegaron a la zona de la plataforma circular, la muchacha del día anterior ya estaba allí.
—Esta vez, no tendrás tanta suerte —exclamó la muchacha y acto seguido se lanzó sobre Wentian Qin.
Al parecer, los dos usaban el otro para templar sus técnicas de movimiento.
Al final, cuando hubo transcurrido un período de tiempo, Wentian Qin ejecutó sin ceremonias su Impronta del Mar Revuelto en sus golpes de palma y mató a la muchacha en la ensoñación.
Durante los siguientes días, la muchacha vino a pelear con él incontables veces.
Y cada vez, acababa con la derrota y muerte de la muchacha.
Sin embargo, parecía que no le importaba.
Se debía a que podía notar rápidas mejoras en sus técnicas de movimiento corporales innatas.
No obstante, lo que la hacía sentir deprimida era que ¡el ritmo de mejora del muchacho de la máscara kirin era incluso más rápido que el suyo!
A pesar de su desventaja en niveles de cultivo, él conseguía matarla cada vez.
Para Wentian Qin, esta era también otra forma de entrenamiento.
Sin falta, se peleaba con la muchacha cada día en la plataforma circular.
Luchar contra un oponente con un nivel de cultivo más alto evidentemente tenía sus desventajas.
Además de perfeccionar sus técnicas de movimiento, él podía aumentar sus habilidades de combate.
Además de la muchacha, Wentian Qin se pasaba el tiempo desafiando a otros estudiantes en la ensoñación y al cabo de un tiempo, mucha gente supo que, en la Ciudad de las Ilusiones, había un muchacho que llevaba una máscara kirin que poseía unas técnicas implacables.
En la Academia Real, había un bosque de cielo divino similar.
No era otro que el bosque que habían creado los ancianos de la Academia Estrella del Emperador.
En este momento, en el Bosque de los Sueños de la Academia Real, una chica en particular se sacaba la máscara y daba un golpe con el pie en el suelo, con mucha desgana.
—Cabrón.
De nuevo, Rou Mu había terminado muerta a manos de Wentian Qin.
Mientras maldecía en voz baja, exclamó: —El tío que lleva la máscara kirin, ¿acaso no sabe cómo tratar a una mujer?
Cada vez, antes incluso de tener tiempo de decirle algo, él la aniquilaba.
—¿Qué ha ocurrido?
¿Alguien ha torturado a nuestra queridísima dama Rou Mu?
—se rio una voz.
Esa voz pertenecía a otra muchacha, cuyo rostro estaba también escondido tras una máscara.
Ambas muchachas se sacaron las máscaras al mismo tiempo y revelaron dos muchachas de buen ver.
—Que te den.
Pero de verdad, las técnicas de movimiento de ese chico eran sin duda poderosas.
Ni siquiera he podido tocarlo —suspiró, derrotada, Rou Mu.
—¿En serio?
Parece que voy a tener que hacerle una visita mañana.
Quiero descubrir por mí misma quién es exactamente el que ha hecho que nuestra señorita Mu sea incapaz de olvidarlo —se metió con ella Ling Chu.
—¿En serio tienes tanto tiempo libre?
Creía que tu clan te había dicho que te ocuparas de Yao Qin del Clan Qin… —exclamó Rou Mu mientras hacía pucheros.
—Yao Qin es una mujer que traicionó a su clan y ya ha sido escogida para convertirse en una de las candidatas a esposa del príncipe de la corona.
Menuda broma —dijo Ling Chu con desdén.
—No puedes decir estas cosas de ella.
Da mucha penita —suspiró Rou Mu.
—Puedes decirlo aquí, pero será mejor que no lo repitas allá fuera —le advirtió Ling Chu mientras Rou Mu asentía.
Comprendía perfectamente el significado del aviso de Ling Chu.
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