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El Monarca Ancestral Divino - Capítulo 79

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79: Capítulo 79 – El recordatorio de Qingcheng Mo 79: Capítulo 79 – El recordatorio de Qingcheng Mo Editor: Nyoi-Bo Studio No era otra que la mujer que tenía el nombre de la belleza número uno de todo el País de Chu: Qingcheng Mo.

Qingcheng Mo caminó poco a poco mientras los espectadores mantenían la vista clavada en ella.

Sus expresiones sufrieron un cambio drástico cuando se dieron cuenta de que Qingcheng Mo se dirigía hacia Rou Mu.

—¿Puede que exista algún tipo de relación entre Rou Mu y Qingcheng Mo?

—especuló la gente.

Al cabo de unos segundos, Qingcheng Mo se detuvo ante Rou Mu.

Mientras la gente la observaba a sus espaldas, sus rostros se llenaron de perplejidad, al tiempo que Wentian Qin se daba cuenta de que la mirada de Qingcheng Mo parecía dirigirse directamente hacia él.

—Wentian Qin —dijo Qingcheng Mo en voz baja.

Cuando se extinguió el sonido de su voz, la multitud entrecerró los ojos.

¿Wentian Qin?

¿Qingcheng Mo estaba aquí por Wentian Qin?

¿Lo habían oído mal?

¿No era que Wentian Qin se había infiltrado haciéndose pasar por un sirviente de Ling Chu?

¿Cómo podía ser que Qingcheng Mo le conociera?

—¿Hay algo que necesites?

—Wentian Qin inclinó la cabeza y después de mirar a Qingcheng Mo, le tembló involuntariamente el corazón.

Los rasgos de Qingcheng Mo parecían una combinación de todos los tipos de belleza sin parangón con un toque de timidez.

Tenía los ojos límpidos como el agua de otoño, tan perfectos que parecía el retrato de una belleza.

Wentian Qin la reconoció, por supuesto.

Cuando se trataba de mujeres como Qingcheng Mo, no importaba quiénes fueran, siempre y cuando uno las hubiera visto antes, le costaría muchísimo olvidarla.

—Quiero decirte algo, ¿podríamos ir a otra parte?

—dijo suavemente Qingcheng Mo y provocó que las expresiones de la gente se quedaran petrificadas.

¿Habían oído mal?

¿Qingcheng Mo quería relacionarse con Wentian Qin en privado?

En su opinión, incluso dentro de la Capital Real del País de Chu, no había ni un solo hombre que se mereciera semejante trato por parte de Qingcheng Mo.

—Sí —contestó sin tapujos Wentian Qin.

Ya había decidido que se iba del banquete.

Se puso de pie y se fue mientras Qingcheng Mo dirigía un asentimiento a Tianjiao Chu antes de ir en pos de la figura de Wentian Qin.

Mientras miraban las espaldas de esas dos siluetas, todos los invitados al banquete se habían quedado mudos.

Varios invitados mostraban frialdad y rabia reflejada en sus ojos.

—Wentian Qin —la expresión de Yue Liu lucía extremadamente fría.

Era evidente que estaba celoso.

Y la expresión de Yan Liu tras él, era algo fascinante de presenciar.

Sin embargo, Qingcheng Mo y Wentian Qin no tenía ni idea de lo que la gente pensaba, ya que ambos habían llegado ya a un rincón remoto del jardín.

—Siento mucho aquello del otro día —Qingcheng Mo inclinó la cabeza mientras pedía perdón.

Al ver su expresión, a Wentian Qin le costó echarle las culpas, y maldijo para sí: era una femme fatale.

Por suerte, él tenía una voluntad de hierro.

Si fuera algún otro cultivador joven quien estuviera en su lugar, se habría enamorado perdidamente de ella, hasta un punto en que la lógica no tenía lugar.

—No nos conocíamos de nada, ¿por qué me pides perdón?

—el ritmo cardíaco de Wentian Qin se aceleró mientras se obligaba a mantener una expresión tranquila.

—¿Todavía me culpas?

Ese día, no sabía que eras Wentian Qin.

Y cuando vi que perseguías a Orfon con el deseo de matarle, no pude evitarlo, me equivoqué sobre ti —los ojos acuosos de Qingcheng Mo estaban llenos de culpabilidad cuando miró a Wentian Qin.

Esta mirada tenía la capacidad de derretirle el corazón.

En este momento, Nolan, que estaba detrás de ellos, se quedó conmocionada.

Madre mía, y pensar que la gran señorita Mo tenía un lado tan de niña… Mientras se frotaba los ojos, Nolan volvió a mirarlos entrecerrados, ya que estaba segura de que no lo había visto bien.

—Olvídalo, tampoco es importante —Wentian Qin sonrió con amargura mientras sacudía la cabeza, no se atrevía a mirar directamente a los ojos a Qingcheng Mo.

No podía soportar su mirada.

En cualquier caso, no era mezquino.

Ese día Fan Le y él estaban enfurecidos, pero ahora que lo pensaba mejor, el error que había cometido Qingcheng Mo era perfectamente comprensible.

Y no solo eso, cuando Orchon había dicho que los mataran, Qingcheng Mo lo había detenido y había permitido que se fueran.

Sin embargo, la actual Qingcheng Mo y la Qingcheng Mo de ese día tenían unas diferencias tan marcadas que casi parecía que se trataba de dos personas distintas.

Wentian Qin no pensaba que Qingcheng Mo se hubiera enamorado de él a primera vista, pero era incapaz de pensar en otra razón.

—Está bien, pues —dijo Qingcheng Mo y sonrió con gentileza.

—¿También estás invitada al banquete del tercer príncipe?

—preguntó de repente Wentian Qin.

—Sí.

Me invitó, pero no me gustan demasiado los lugares llenos de gente —Qingcheng Mo sonrió.

No importaba donde fuera, su belleza siempre atraía a las muchedumbres.

La gente que la seguía allá donde iba no tenía nada mejor que hacer en realidad.

—¿Puedo preguntarte otra cosa?

El príncipe de la corona del País de Nubes de Nieve… ¿qué tipo de persona es?

—dijo Wentian Qin, como si de repente se le hubiera ocurrido.

Qingcheng Mo tenía un estatus extraordinario, quizá sabía cosas que otros no.

—Los príncipes del País de Nubes de Nieve son incluso más numerosos que los del País de Chu.

Su control es estable y su autoridad imperial es absoluta, incluso más que aquí, en el País de Chu.

Y no solo eso, el emperador del País de las Nubes de Nieve, que todavía está en la flor de la vida, ya ha designado quién ocupará la posición de príncipe de la corona, uno de sus hijos, aunque él no es viejo.

Así uno solo puede ver la élite que es el actual príncipe del País de las Nubes de Nieve.

La capacidad del príncipe de la corona excede mucho la de los otros príncipes, similar a la de Tianjiao Chu, ya que ambos son extremadamente capaces.

Qincheng Mo fue explicándoselo y el rostro de Wentian Qin se volvió rígido.

Cuanto más capaz era una persona, más difícil era predecir sus pensamientos.

¿Cómo podía una persona así gobernar una fuerza tan grande solo por Yao Qin, ignorando la relación entre sus dos naciones para ayudarle a salvar a su familia?

Las acciones del príncipe de la corona dejaron a Wentian Qin profundamente preocupado.

—Ah, y hay algo más que debo decirte —Qingcheng Mo miró a Wentian Qin y su expresión se volvió seria.

—¿Qué ocurre?

—preguntó Wentian Qin.

—He oído rumores que dicen que el príncipe de la corona quería comprometerse en matrimonio con una de las princesas de nuestro país de Chu —susurró Qingcheng Mo.

El corazón de Wentian Qin se aceleró de golpe y su expresión cambió al instante.

—¿Es una fuente fiable?

—No hay motivos para pensar que es un error —Qingcheng Mo asintió mientras respondía.

—Gracias —una inmensa preocupación se apoderó de su corazón.

Desde que el príncipe de la corona del País de las Nubes de Nieve ahora quería casarse con una de las princesas del País de Chu, ¿cómo iba a ofender el País de Chu para ayudar a Yao Qin?

¿Y la noticia que Yao Qin había venido al País de Chu no había causado una enorme conmoción en el País de las Nubes de Nieve?

Tal vez no había nadie que lo supiera.

Yao Qin era la única candidata para convertirse en la esposa del príncipe de la corona de cara a la galería.

Ni siquiera tenía un estatus o poder dentro del País de las Nubes de Nieve ¿cómo iba a saber la gente que existía?

Si ese era el caso, ¡eso significaba que era posible que hubieran engañado a Yao Qin!

Tras ver la expresión preocupada en el rostro de Wentian Qin, Qingcheng Mo no pudo reprimir un suspiro silencioso.

Sabía que la razón por la que Yao Qin había venido esta vez era para salvar a Wu Qin y a Chuan Qin de su encarcelamiento.

Al principio, en relación con este asunto, no tenía ninguna intención de decírselo a Wentian Qin.

Al fin y al cabo, poseía un poder insuficiente para cambiar nada, y ella prefería que Wentian cultivara sano y salvo dentro de la Academia Estrella del Emperador.

Pero ahora que se había reunido con Wentian Qin aquí y, de pura coincidencia, parecía que él mismo lo sospechaba.

Por esa razón, Qingcheng Mo había decidido confiarle los hechos que sabía, lo que le permitía a Wentian QIn comprender en su totalidad la situación.

—Eh, ¿os creéis que soy aire o qué?

¿Cuándo vais a terminar de charlar?

—Nolan tenía las manos en las caderas, ya no podía soportarlo más y estaba fulminando a Wentian Qin con la mirada.

Cómo podía ser tan afortunado ese hombre para tener la oportunidad de socializar en privado con Qingcheng Mo.

Era un privilegio que ningún otro hombre podía disfrutar.

—Cierto, voy a irme ya —Wentian Qin asintió y Nolan se quedó petrificada mientras pestañeaba.

¿En serio había sido Wentian Qin quien había propuesto irse primero?

La había dejado sin palabras.

—Sería mejor que volvieras a la Academia Estrella del Emperador primero —Qingcheng Mo miró a Wentian Qin mientras se lo aconsejaba, preocupada porque Wentian Qin terminara escaldado con el agua hirviendo de todas las intrigas y maquinaciones de los clanes reales.

Y en lo que se refería a la cuestión de Yao Qin…, todavía no poseía las calificaciones para interferir.

Wentian Qin solo asintió levemente mientras se volvía para partir.

Las preocupaciones lo acosaban y tenía el ceño levemente fruncido.

Era evidente que estaba preocupado por Yao Qin.

Después de la conversación con Qingcheng Mo, le pesaba más el corazón.

Yao Qin era una de las pocas personas que era importante para él.

¿Cómo no iba a estar preocupado?

—Una última cosa —Qingcheng Mo abrió la boca de golpe y lo llamó.

Wentian Qin volvió la cabeza—.

No le debes nada a esa tal Yan Liu… —¿Qué?

—Wentian Qin se quedó perplejo, pero como tenía el corazón lleno de preocupaciones, asintió con la cabeza sin darle más importancia y no indagó más.

—¿Este tío es tonto o qué?

—Nolan se quedó de pie junto a Qingcheng Mo mientras miraba a Wentian Qin.

Había muy pocas personas que conservaran tan bien la compostura después de encontrarse con Qingcheng Mo.

—Cómo iba a comprender el significado de lo que le has dicho.

Le deberías haber dicho directamente que cargaste con él ese día —Nolan sonrió y Qingcheng Mo puso los ojos en blanco.

Wentian Qin caminó tranquilamente por el coto de caza, con el corazón en un puño.

Lo que había oído sobre el príncipe de la corona del País de las Nubes de Nieve que quería casarse con una de las princesas del País de Chu se le había quedado grabado en la mente; no se lo podía quitar de la cabeza.

—Me temo que tendré que sacar a mi hermana Yao de este sitio hoy mismo —se dijo, suspirando en silencio, Wentian Qin.

No se extrañaba que antes, cuando estaba hablando con Yao Qin, los guardas los habían interrumpido a la mitad.

Tal vez no estaban ahí para protegerla, sino para supervisarla de algún modo.

Y en este momento, la tierra tembló de pronto.

Wentian Qin volvió la cabeza hacia el origen de la conmoción y se dio cuenta de que allá a lo lejos había un grupo de caballos de guerra montados por invitados al banquete.

El tiempo que se había pasado allí debía de haber sido bastante y el banquete debía de haber terminado.

Los miembros de clanes aristocráticos habían comenzado a adentrarse en el Bosque Oscuro y habían comenzado a cazar bestias demoníacas.

Wentian Qin se puso las manos dentro de la ropa y sacó la máscara de estilo kirin y corrió hacia los caballos de guerra.

Su velocidad era tal que parecía que hubiese pasado un huracán.

—Se están dispersando —pensó Wentian Qin mientras se acercaba corriendo y se fijaba en que la muchedumbre se separaba en grupos más pequeños antes de adentrarse en el Bosque Oscuro.

—El grupo de mi hermana Yao está ahí —Wentian Qin vio a Yao Qin y comenzó a correr hacia ella a escondidas.

Los bosques y el follaje del Bosque Oscuro le proporcionaban un camuflaje excelente.

—¿Yanaro?

—entonces, Wentian Qin vio que Yanaro no se había montado en ningún caballo; al contrario, seguía a Yao Qin a escondidas y a sus espaldas.

Wentian Qin se puso tenso.

¿Qué pretendía hacer ese chico?

Los instintos de Wentian Qin siempre habían sido agudos y correctos.

Ya se había percatado de la presencia de Yanaro, pero este no de él; parecían cazador y presa; mientras seguían de cerca a Yao Qin.

—Vaya, no está solo —Wentian Qin de pronto sintió que otros lo habían descubierto y luego vio que ante él habían aparecido varias siluetas que habían comenzado a seguir a Yao Qin y a sus tropas.

—¿Qué pretenden hacer?

—si querían hacerle algo a su hermana Yao, ¿por qué usaban ese método en vez de aniquilarla directamente?

Wentian Qin sabía que, si había una alianza entre el País de las Nubes de Nieve y el País de Chu, tendrían multitud de modos de ocuparse de Yao Qin y no había necesidad que tuvieran tantas molestias.

En ese momento, la cabeza de Wentian Qin daba vueltas a infinitas posibilidades y siguió adelante pero entonces se dio cuenta de que habían descubierto sus movimientos cuando dos figuras echaron a correr hacia él.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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