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Capítulo 970: 970 Talento Para Solicitar Donaciones Capítulo 970: 970 Talento Para Solicitar Donaciones Editor: Nyoi-Bo Studio Después de seguir a Ernes Boyar manteniendo cierta distancia, Emlyn White abandonó gradualmente sus pensamientos.
Echó un vistazo a la zona más allá de la terraza a medida que el aguacero crecía en intensidad.
No pudo evitar pensar: «¿Cómo debería castigar a Ernes?
Aunque probablemente actuó así porque seguía órdenes o buscaba alguna pista, ¡Sigue siendo un acto despreciable!» «En cuanto a Lord Nibbs…
Actualmente no tengo el nivel necesario.
Pero una vez que me convierta en Marqués o en Duque, ¡definitivamente haré que pague el precio!» «La Srta.
Maga ya ha completado su exploración del antiguo castillo abandonado.
No estoy seguro de si Lord Nibbs pudo enviar a un Sanguine para que monitoree el área…
Según el tono, descripción y los comentarios de Sir.
Loco, probablemente no había nadie vigilando el lugar…
¿Podría ser que Lord Nibbs no envió a ningún Sanguine para controlar las inmediaciones del antiguo castillo?
¿Entonces cuál es el punto de dicha prueba?
¿O podría ser que no llegaron a tiempo debido a algunos problemas?» En medio de sus pensamientos, Emlyn White sintió que necesitaba debatir con alguien más el hecho de castigar a Ernes Boyar.
Su experiencia en ese tipo de situaciones era ínfima.
Inconscientemente, el primer candidato que apareció en su mente fue El Colgado.
Ese miembro experimentado del Club del Tarot demostró ser extremadamente avezado en varios asuntos.
Era extraordinariamente confiable y nunca decepcionaba a los otros miembros.
Después de dudar unos segundos, Emlyn rechazó esa elección.
Esta era una prueba interna Sanguine.
¡Consultar a los miembros del Club del Tarot antes de obtener cierta respuesta dañaría su orgullo y la imagen general de los Sanguine!
Por la misma razón, eliminó a El Mundo como opción.
Por supuesto, hasta creyó adivinar la sugerencia que El Mundo le daría: ¡Mátalo!
«No hay necesidad de ir tan lejos…» Murmuró Emlyn por dentro.
Mientras seguía casualmente a Ernes Boyar, comenzó a expandir sus posibles candidatos al mundo real.
Entonces, se dio cuenta de que no tenía a nadie quien elegir.
Casi no tenía amigos.
Exceptuando a sus padres que también eran Sanguine, solo pudo pensar en dos o tres personas.
El Padre Utravsky de la Iglesia de la Cosecha y el Detective Sherlock Moriarty, quién tenía una historia misteriosa y una miríada de medios a su disposición.
«Sherlock aún no ha regresado después de abandonar Backlund.
Sigh, mi única opción es buscar al Padre Utravsky mañana.
Pero no puedo ser muy directo…» Decidió rápidamente.
Pasó junto a Ernes Boyar en el mismo instante en que este entró a una tienda de relojes, y se dirigió al final de la galería donde estaban estacionados varios transportes de alquiler.
Al subir a uno de los transportes, sintió que las ruedas giraban.
Echó un vistazo casualmente por la ventana y vio más gotas de lluvia golpeando el cristal, dibujando finas estelas descendentes.
En su visión borrosa, notó que otros transportes pasaban.
*** Audrey retiró su mirada de la escena lluviosa fuera del transporte y miró a su mucama, Annie, antes de comunicarse en silencio con Susie.
La mirada en sus ojos, su expresión y su lenguaje corporal no-obvio decían: «Ya casi llegamos a casa.
Estoy un poco nerviosa.» En el suelo, Susie movió la cola, levantó una pata y ajustó las gafas de montura dorada que colgaban de su cuello.
Valiéndose de los coloridos cambios en su Cuerpo Etéreo y en su Cuerpo de Corazón y Mente, expresó: «No te preocupes.
Esa Madame Escalante, quien trabaja como psiquiatra superficialmente, solo es una Telépata.
No podrá ver a través de tus mentiras.» Audrey asintió gentilmente y observó cómo su transporte ingresaba a la lujosa villa de la familia Hall, deteniéndose frente al vestíbulo techado.
Desde que se unió a la Fundación Caritativa de Becas de Loen, empezó a pasar menos tiempo en su casa.
Originalmente había planeado reunirse con Madame Escalante de los Alquimistas de la Psicología en la Unidad nro.
22 sobre la Calle Phelps, en el Municipio Norte, pero como el Sr.
Dwayne Dantès viajó al Continente Sur y no se encontraba en la fundación, ya no era necesario.
En su propio estudio, Audrey se encontró con Madame Escalante Oseleka, cuyo cabello negro le llegaba hasta la cintura, por otra parte, había que mencionar que su rostro era similar al de un bebé.
—Debo disculparme.
Estuve ocupada reuniéndome con amigos después de regresar a Backlund.
Mi posterior incorporación a la Fundación Caritativa de Becas de Loen ha retrasado mi reunión con ustedes hasta hoy —después de dejar a Susie afuera, Audrey se inclinó elegantemente para expresar su gratitud y actitud.
Realmente, eso fue algo deliberado.
Al postergar su reunión durante aproximadamente un mes, su digestión de la poción Psiquiatra y su avance a Hipnotizadora se volvieron metas muy razonables.
Era el progreso que uno esperaría de un genio y de nadie más.
Escalante le devolvió el saludo sin pensarlo mucho: —Escuché que ha estado ocupada con niños que desean estudiar.
Sus virtudes son más deslumbrantes que los diamantes.
Haciendo un gesto para que se sentaran, Audrey se dirigió hacia un sillón individual y comentó abiertamente: —Esos niños se encuentran en situaciones que nunca antes había visto.
A menudo siento una voz en mi interior que me insta a hacer algo.
Madame Escalante, si es dispone de tiempo libre, puede unirse a mí y al personal de la Fundación Caritativa de Becas de Loen para visitar las diferentes escuelas.
Allí podrá ver lo que la mayoría de los niños en el mundo están experimentando —habiendo dicho eso, se rio entre dientes como si hubiera soltado una pequeña broma—: Me disculpo.
Recientemente me he acostumbrado a hablar de esa iniciativa, proponiendo invitaciones como esa.
Uno de mis más grandes deseos es que más nobles y ricos se involucren en organizaciones benéficas similares.
Espero que puedan donar más para ayudar a más niños.
Después de escuchar a Audrey, Escalante respondió algo incómoda: —Lo haré.
También donaré algo de dinero a la Fundación Caritativa de Becas de Loen.
—No, por favor, no la estoy obligando a donar.
Eso debe ser una acción voluntaria que nazca del corazón.
Solo deseo que eche un vistazo y luego lo converse con las personas que la rodean, mencionando la difícil situación de estos niños y sus posibles futuros.
Eso incluye a los miembros de los Alquimistas de la Psicología —explicó Audrey negando con la cabeza, rechazando la sugerencia de Madame Escalante.
—Está bien —asintió gentilmente Escalante, sintiendo que había cierto ridículo en esa aclaración: Los verdaderos motivos de la Srta.
Audrey eran solicitar donaciones de los Alquimistas de la Psicología.
¡Pero esa era una organización secreta, extraordinariamente clandestina!
¡Era equivalente a solicitar donaciones de la Orden Aurora!
Audrey dejó de hablar sobre la Fundación Caritativa de Becas de Loen.
En cambio, dijo: —Madame Escalante, tengo algo de lo que me gustaría informarle.
—¿Qué es?
—replicó Escalante “leyendo” la solemnidad, la alegría y el orgullo en sus acciones y emociones.
Audrey sonrió y acotó: —Ya me he convertido en una Hipnotizadora.
—…
En ese momento, Escalante sospechó que Audrey la había hipnotizado.
Aunque sabía que Audrey obtuvo la fórmula de la poción Hipnotizador anteriormente, ¿cuánto transcurrió de eso?
—Debería poder determinar que no estoy mintiendo —dijo Audrey con una sonrisa.
Solo entonces Escalante volvió a sus cabales, preguntando con sorpresa y duda: —¿Tuvo algún encuentro extraordinario?
—Fue solo tener el coraje de esforzarme por cumplir metas —dijo Audrey, expresando una afirmación que no podría ser más cierta.
Escalante frunció el ceño y dijo con cierta vacilación: —¿Desea la fórmula de la poción de 5ª Secuencia?
—Sí.
¿Qué debo hacer o qué precio hay que pagar?
—exclamó Audrey sin ocultar sus motivos.
Escalante miró a la bella dama rubia de ojos verdes frente a ella y reflexionó: —Eso es algo que no me corresponde a mí decidir.
Lo reportaré e intentaré fijar una reunión entre usted, Hilbert y Stephen.
Se refería al psicólogo y diseñador de joyas Hilbert Alucard, y al comerciante de muebles Stephen Hampres.
Claramente, en ese grupo de miembros de los Alquimistas de Psicología, Escalante era una subordinada.
Audrey no se sorprendió ante la reacción de Escalante, pero eso no significaba que la propuesta recibida no representara un problema.
Una Beyonder de 6ª Secuencia que tenía el deseo de avanzar era alguien que requería ser tratada con gran importancia en cualquier organización secreta.
Eso incluso aplicaba a las Iglesias ortodoxas.
¡Eran personas más que calificadas para reunirse directamente con miembros de alto rango!
Eso también significaba que, tras avanzar a Hipnotizadora, Audrey ya formaba parte de la élite entre los miembros de rango medio de los Alquimistas de la Psicología.
Su próximo objetivo era convertirse en una miembro casi de alto rango.
La persona con la que necesitaba reunirse debía ser un superior del Consejo de los Alquimistas de la Psicología, y no Hilbert o Stephen.
Cuando esos pensamientos pasaron por su mente, Audrey mostró deliberadamente algo de su disgusto.
Escalante notó agudamente eso y se apresuró en explicar: —Reunirse con Hilbert y Stephen solo tiene por objetivo confirmar su condición antes de que un consejero la reciba…
Ciertamente, con su nivel actual, debería liderar un equipo y reclutar nuevos miembros.
Pero con su identidad, estatus y entorno diario, optamos por no seguir ese plan, temiendo que influyera en su vida cotidiana normal.
«Un consejero…
Me pregunto cuántos consejeros de los Alquimistas de la Psicología residen en Backlund…
¿Podría ser el consultor de la familia real, Hvin Rambis, uno de ellos?» Audrey asintió pensativa y dijo: —Comprendo eso y aguardaré su contacto nuevamente —luego cambió de tema y preguntó con una mirada curiosa—: Madame Escalante, ¿Sabe cuál es el nombre de la poción de 5ª Secuencia de la ruta del Espectador?
Al ver a esa joven noble rubia de ojos verdes, adoptar una pose tan recatada, Escalante lanzó un suspiro de alivio en silencio: —Una vez escuché a Hilbert mencionar que se llama Caminante de Sueños.
«Caminante de Sueños…
Eso es algo diferente a lo que imaginaba.
O podría ser que el término “sueño” es solo una analogía.
Para ser precisos, ¿no debería ser Caminante del Subconsciente?» Pensó Audrey sin ocultar su contemplación y análisis antes de redirigir sus preguntas a la psicología general y diversas informaciones.
Después de que Escalante se quedara a cenar, se despidió de su invitada en la puerta hasta que la vio subir a un transporte que la esperaba.
En ese momento, afuera estaba oscuro, con vientos huracanados y con lluvia.
En medio de una torrencial lluvia acompañada por vientos aulladores, todo bajo el manto de la noche tenebrosa, un velero híbrido navegaba a través de la ruta marítima segura en el Mar Berserker con turistas a bordo.
Klein ya había abandonado el Continente Sur, regresando a la Bahía de Desi como Dwayne Dantès.
En el interior del barco tembloroso, se despertó de repente, se levantó de la cama y se dirigió a la ventana de su camarote de primera clase para mirar hacia afuera.
En medio del aguacero, tres enormes y extraños veleros enteramente negros navegaban en silencio.
Colgando de sus lados había linternas, y en sus mástiles de casi cien metros de alto se extendían tres velas negras enormes.
Y en la cubierta de la embarcación principal había un trono de piedra moteada de dos a tres metros de altura; estaba ubicada frente a la cabina.
Nadie estaba sentado en él.
¡Era el símbolo del Emperador Negro del Rey de los Cinco Mares, Nast!
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