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El viaje de Belu y Athos - Capítulo 12

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12: El viaje.

Buen trabajo.

El grupo de cuatro.

Rumbo al reino Elfo.

Athos sabe de sus compañeras y enemigos.

12: El viaje.

Buen trabajo.

El grupo de cuatro.

Rumbo al reino Elfo.

Athos sabe de sus compañeras y enemigos.

El viaje.

Buen trabajo.

El grupo de cuatro.

Rumbo al reino Elfo.

Athos sabe de sus compañeras y enemigos.

Ser aventurero es un medio de subsistencia, aunque se confronta el peligro, y más aún si quieren tu cabeza.

– Al despertar se sintió frígido y vacío el ambiente de la habitación.

Regresamos del bosque casi a media noche.

Zemina se llevó a Cristina.

Algunos aventureros veían que llegábamos y se sorprendieron.

¿Creíamos que habían perdido la vida allí?

Athos de forma seca no dirigió siquiera la palabra.

Fuimos a declarar los logros.

Algunos miraron serios.

Athos de una bolsa sacó la cabeza del hongo líder, y detrás la cabeza de un gorila.

¿Ja?

¿No puede ser posible?

¿Ustedes dos… Tuvimos la ayuda de dos aventureras – Explicó Athos – Quiero que le den la mitad a ellas.

Se han retirado por asuntos personales a descansar ¡Je!

Bien!

– se mantenía paralizada sin explicación alguna ¿Algún problema?

¡je!

No puedo creerlo – ¿Quién rayos son esta pareja?

– Se preguntaba ella Algunos hablaban murmurando entre ellos a escondidas.

Claramente los escuchamos y dirigimos nuestras miradas con cansancio.

Una extenuación bastante drástica.

Y pronto se produjo un silencio nato.

Recibimos el pago y unas firmas.

¿Si eso es todo, nos retiramos?

Hasta mañana Eh… – Expresa la recepcionista queriendo realizar un comentario, mientras contemplaba la cabeza del hongo.

¿Sí?

.nada Salimos de la casa central del gremio a cenar.

Algunos aventureros se acercaron al trofeo.

Jamás había visto a uno de estos monstruos.

El famoso hongo que se cobró tantas vidas Es increíble.

Ese tipo es un verdadero héroe U otro monstruo.

Confesó que fue la maga la que hizo todo el trabajo.

¿Quemaron todo el bosque venenoso?

Eso sí, es una gran noticia.

Han abierto el campo a mayor exploración.

Aún no lo puedo asimilar.

Así se fueron desarrollando habladurías de todo tipo.

¿Vieron esos dos aventureros?

Si el hombre de cicatrices y la mujer de ojos verdes.

¡Es increíble!

Los comentarios sobre la misión continuaron.

Fue tal que se expandió por todo el gremio.

Bespasio enviaba mensajes a Efraín sobre la búsqueda de Athos.

¡No hay novedad!

Más te vale darme buenas noticias.

Ya es demasiada la espera.

Es que es como buscar un grano de arena en el desierto.

Tonto!

Es solo una ciudad.

¡Dame resultados!

De acuerdo.

En la mañana siguiente, Re y Ilina fueron a una misión a las afueras de la ciudad.

Una manada de lobos bestia que asechaba el campo de una familia.

¿Es aquí?

Así parece.

Una niña jugaba tranquilamente y las vió a ambas.

Se acercó de inmediato por una curiosidad latente.

Oh!

– Exclamaba, maravillada.

Ilina la observaba extrañada.

A decir verdad no estaba acostumbrada a que fue un centro de atención entre sus pares y menos de los hominidos.

Aunque el mundo desde afuera se veía mucho mejor de lo que suele ser.

Re se encontraba distraída con otras cuestiones totalmente diferentes.

El trabajo que habían recibido era prioridad, pero encontrar a Athos antes que el clan de Bespario era imperativo.

Ilina pensaba lo mismo, y su amor por su hermano no la despojaba de tal pensamiento.

¿Eres una heroína?

– Pregunta la niña a Ilina ¿heroína?

– ¿Qué es eso?

¿Eh?

¿No sabes?

…¿eh?

Ilina conocía poco del mundo humano y no estaba familiarizada con determinados términos que confundían su pensamiento.

Y la niña se maravilló al verla con un atuendo de guerrera formidable que brillaba como aquellos caballeros de esos cuentos de hadas mágicos que su madre le narraba a la hora de ir a descansar en la noche.

Pequeña..¿Ahí es el pueblo?

– Se acercó Re preguntando – Somos aventureras, venimos por encargo que requirieron en el gremio de la ciudad ¡¿En serio?!

Venimos por el trabajo de limpieza de especies peligrosas.

.vinieron ayudarnos – Comentó la niña feliz.

– No es que deba ser tan complicado, en cargarse de unos animales dañinos.

Una mujer que debería ser la madre del infante se acercó ¡Amelia!

¡Ven aquí!

.vinieron las aventureras – Y las remarca Re, e Ilina se miraron extrañadas.

Se acercaron otras personas del pueblo como si fueran heroínas que llegaron a salvarlos a todos.

Vengan por favor – ¡Es por aquí!

Un contingente de Aldeanos se había reunido en medio del centro de un pequeño poblado, parecían un poco abrumados.

Nuestro problema, proviene del bosque.

¿Este pueblo se encuentra demacrado?

– Se pregunta Ilina.

Uno de los hombres comentaba a Re sobre los sucesos que ocurrieron.

Eran lobos que atacaban a los animales de corral.

Los pocos que tenían.

El nivel de pobreza era tal que sucedida que los habían abandonado por no pertenecer a la jurisdicción.

¿En qué condiciones se encuentran hoy en día?

Como verá no tenemos nada.

Y el reinado.

Estamos fuera de su patria.

Nuestro pueblo quedó abandonado a las afueras.

Entiendo – Comenta Re.

– Quizás no debería preguntar..¿Pero a quien rinden tributos de protección?

El reino de Isengar ¿Isengar?

E-es el reino de los Elfos.

Ellos se llevan a veces mujeres y niños para trabajar.

¿Ellos le dan la protección?

Una de las mujeres asintió.

¡Ya veo!

Ilina se acercó a Re.

¿Notaste en las condiciones en las que se encuentran?

Es como si estuvieran esperando perecer poco a poco.

¿Qué sugieres?

Primero, nos encargaremos de la manada de lobos.

Es en definitiva el trabajo que nos pidieron ellos por medio del gremio.

Los pueblerinos escuchaban las palabras de ambas ¡Por favor!

No tenemos muchos.

Nos quedan algunas ovejas y vacas para poder pagarles.

Debemos salvar los cultivos.

Es increíble que los elfos, no protejan sus tierras.

Es que ya no tenemos tributos.

¡Hmmm!

Re e Ilina, inspeccionaron el pequeño pueblo.

Están totalmente desahuciados – Se remordía los dientes – Sabía que el mundo humano era terrible, aunque no pensé que pasaran por tantas desgracias.

El mundo de afuera es de difícil comprensión.

Re se acercó a quien sería el alcalde del pueblo.

¿En donde se ubica la manada?

El hombre señala hacia los bosques aledaños.

Tanto Ilina como Re permanecieron unas horas en el pueblo, luego comieron algo rápido y básico, mientras les comentaban la situación en la que se encontraban las personas del poblado.

Era un total desamparo.

Ilina se sentó frente a una fuente que apenas podía dar unas gotas de agua.

El aire estaba un tanto viciado debido a la pobreza que paseaba con su ronda de mañana.

Amelia poseía una curiosidad sobre las heroínas, y se acercó nuevamente.

¡Pequeña!

– Expresó Ilina sin saber ¿Cómo comenzar una plática?

Papa una vez me dijo que las heroínas – Salvan a las personas Posiblemente – Frunció el ceño ella – Gracias – Amelia se sentó a su lado mirando al suelo con sus manos juntas.

Ilina sacó de su bolso una manzana roja ¡Toma!

– Es para ti ¡Oh!

¿En serio?

– la niña sonrió y la recogió con sus manos, luego dio una mordida – Es jugosa – Son muy apetitosas.

– Amelia cortó un pedazo y le ofreció a Ilina.

Este gesto hizo que se sonrojara.

Le recordó su niñez cuando Athos realizó el mismo gesto de compartir entre hermanos.

O mejor dicho hermanastros.

¿Vives con tu mama no?

Amelia asintió.

Papa fue a la guerra, y nunca regresó.

¡Oh..

Ésta bien!

– Ilina no quería preguntar mucho.

Mama trabaja mucho, para que podamos comer – Dijo – Sus ropa estaba harapienta y eso demostraba el abandono que el pueblo recibía.

Ella conocía de las injusticias de los clanes demonicos, pero a medida que conocía el mundo encontraba peores abusos.

Los humanos son tan despiadados que desamparan a su gente.

Tampoco sabía que existía una guerra.

Era un pueblo perdido entre una nación que no los reconocía y un reino de los llamados Elfos que los esclavizaba.

El tiempo de los preparativos se fue llevando a cabo.

Re estaba lista y fue por Ilina que se despedía de Amelia que salió corriendo apurada.

¡Bien!

Pero…¿Irán ahora?

Será rápido..

no se preocupen.

Muchas gracias – Se acercaron varias personas.

No se preocupen..no tienen tampoco que pagarnos.

Creo que podemos sacar beneficio de esos monstruos para ustedes.

¿Eh?

¿?

– Se generaron dudas en los aldeanos ¿A qué te refieres Re?

– Pregunta Ilina.

La piel y la carne.

– Serán de utilidad.- Con ello podemos hacer que se levante un poco la moral de éste pueblo..¿No crees?

Las dos tomaron camino.

Amelia fue detrás de ellas con dos rosas.

¡Ah…Eh..!

– Intentó decir unas palabras.

– Ambas se dieron vuelta, y la miraron.

¿Si pequeña?

La niña les dio una flora a cada.

¡E-s…E-es para la suerte!

– ¡Ji!

¡ji!

– Esa sonrisa era como una calma Iilina estaba paralizada.

El trato de una humana tan diminuta le proveía una forma de cariño que no comprendía, pero que era cálida.

Re por su parte sonrió.

Gracias – Cumplimento Re.

Y se agachó para acariciar su cabeza, moviendo su cabello.

¿Cuida al pueblo si?

– Expresó Ilina.

.si…yo –y-yo lo haré – Cerró sus pequeñas manos decidida.

– Las dos se fueron de inmediato.

Con el señor Athos, luego de la misión pasamos por el mercado de abastecimientos.

Como siempre era de notar el bullicio que los apreciaba.

Verificamos las frutas y carne.

Algunos mercaderes exponían sus productos con júbilo, intentando que se vendan de la mejor manera posible para no perder el día.

Eran bastantes tiendas, y a medida que íbamos caminando nos encontrábamos con sectores vulnerables.

Parte de los barrios bajos.

Yo solo seguía al señor Athos.

¿No comprendía por qué íbamos en esa dirección?

Pero conociéndolo, sabía que su percepción era recibida por mí cuerpo.

Algo lo estaba inquietando Señor Athos está muy oscuro por aquí.

Parece que este sector es la entrada al sitio que la ciudad dejó de lado.

No creo que haya negocios.

El señor Athos no respondió siquiera.

Dimos la vuelta por un callejón lúgubre y luego otro.

Había un grupo de personas con capucha.

Entre ellos tenían a una mujer humana encadenada y varios niños.

Estábamos entre grupo grande.

Uno de los encapuchados recogió del pelo a la mujer que estaba semi desnuda.

¡Ah!..¡Ya me he sacado las ganas de fornicar contigo!

¡Es buena esclava!

Traerla aquí sirvió para cazar más humanos inútiles.

Recoge a los niños.

El ganado es esencial para los elfos.

¿El arreglo con el administrador del rey sigue vigente?

Tenían a varios menores.

Niños y niñas ¡Por favor!

No se lleven a mi hija – ¡Cierra la boca!

– humano inmundo – Uno de ellos saca una daga de color turquesa y lo atraviesa dejando su cuerpo contra la pared, mientras la agonía concluía su vida ¡¡Papa!!

– La pequeña de nombre Cil fue corriendo intentando cerrar la herida con sus manos, aunque era imposible.

– ¡Papa!

– Su padre estaba muerto.

Y un golpe de uno de los encapuchados la derribó ¿Cómo te atreves basura de esclava?

Aquel se dio a conocer con su cabellera rubia y orejas largas.

Los demás hicieron lo mismo Ya vámonos de aquí Los menores lloraban.

La mujer fue con Cil a abrazarla.

Su nombre Milena.

Cabello semi corto marrón y ojos amarillos.

¡Maldita puta!

¡Ven aquí!

– Expresó uno de los Elfos.

Enre.

De Cabello semi corto y un collar dorado.

Sus ojos celestes.

Los elfos puros y bellos, y malévolos al mismo tiempo Todos llevaban túnicas blancas, como si fueran caballeros con sus espadas y poderes mágicos.

¡Ya dejemos este antro.

Da asco!

Ese desatino de golpes y abusos me trajo recuerdos duros.

Miré al señor Athos que estaba detrás de ellos.

Observaba el espectáculo atroz.

¡Señor Athos!

Deja que me encargue.

– El hombre ya estaba muerto y Cil y los demás menores no paraban de llorar ¡Por favor!

Les pido los dejen..¡llévenme a mí!

– Implora Milena intentando forcejear con uno de ellos manchada de una sangre coagulada que caía de su nariz por un golpe de puñetazo.

¡Llevamos a todos!

– Y le dio un cachetazo en la mejilla y luego la pateo – Dios me en manchado las manos de esta inmundicia de mujer.

– Confeso Igg, el elfo más puro.

– Al darse la vuelta Athos estaba frente a él ¿Ja?

¿?

– Las incógnitas de cada uno de ellos se prolongaba en miradas de curiosidad y guerra ¿?

– Era deseos de matanza.

No todos los reinos de elfos eran así, ni todos los elfos actuaban de esa manera, pero sin embargo como los humanos y otras razas.

El fuerte instinto de matanza y violencia surgido del placer era un derecho natural de cada ser existente.

Otros se acercaron curiosos.

Se preguntaban desde cuanto tiempo estábamos allí, sin poder notar nuestra presencia.

¿?

¿Y quién es ese pordiosero?

¿Míralo?

Su cabello sucio y sus ropas harapientas ..¡¡Je!!

– Se fue acercando Giss junto a Albor.

– ¡Wow!

La humana que está detrás de esa basura es igual – Y se relame la boca con su lengua rosada – Será buena para el sexo si la llevamos ¡Yo quiero probarla!

Giss pasó su mano por mi mejilla.

Un sensible movimiento ¡Tranquila!

No te voy hacer nada – Giss.

Los demás se acercaron a Athos.

¡Enre quédate con los esclavos!

– Ordena Igg El señor Athos como siempre estaba tranquilo.

Su expresión era tal que lanzó un suspiro ¡Parece que los problemas aquí abundan con la basura!

¿Qué dijiste humano asqueroso?

– Se acercó Giss – Belu…Te ordeno te lleves a la mujer y los menores de aquí, puedes hacer lo que gustes con ese que está allí – Y señala a Enre – No quiero que observen lo que va suceder.

– Bien señor Athos – ¡¡Ja!!

¡Ja!

¡Ja!

– Es una broma ¡Ja!

– Se reían Sin que se dieran cuenta, estaba del otro lado detrás de Enre.

Lo siento – Le dije – El señor Athos me ha dado la orden y atravesé con mi mano su pecho quitando con fuerza parte de sus huesos de las caja torácica – ¡¡¡AHHHHHH!!

– El elfo estaba parado sin decir nada y miraba su pecho totalmente abierto y luego me miró con rostro de horror a mí que deseaba devorarlo.

Su cuerpo se desploma en el suelo ¡Te dije que con cuidado!

¡Hay niños y niñas!

L-lo siento – Vengan ¿Eh?

– Se asustaron todos de mi – No voy a hacerles daño – Vengan ahora conmigo Milena entendió bien.

¡Vamos!

Todos los elfos se espantaron, impresionados por los que vieron.

Sus rostros infundidos en el pánico observaban un destino horroroso y repleto de sangre.

El temor por si solo caminaba entre ellos y en risas funestas les señalaba que un ser similar a la tortura misma estaba en frente aguardando la decisión de aniquilarlos completamente.

Era como si deseara la sangre de esos esperpentos que no eran más que desperdicios que creían que tenían algo de poder en sus manos, y al mismo tiempo se daban por enterados que solo era excremento.

– ¿Qué ..Qué ..fue eso?

– Temblaba la mano de Igg que sacó su espada Los demás comenzaron a conjurar su magia Atrapen a esa mujer.

Todos estaban listos para el combate.

El señor Athos se movió de inmediato.

Ustedes se quedan aquí – Sal de mi camino maldito Igg lanzó una estocada.

Las dos manos de Athos fueron a sus ojos y los arrancaron dejando los hilos de las retinas colgando, mientras con sus manos los estrujaba, y luego los llevaba a su boca con instinto de hambre fatal.

La carne de Elfo sabe bien – Sin pensarlo dos veces, atravesó su cuello quitando parte de la garganta.

¡¡¡Maldito!!!

¡¡AHHHH!!

¡¡AHHHHH!!

¡¡AHHHHHHH!!

Giss invocó fuego de sus manos ¡¡Voy a quemarte maldito monstruo!!

¡¡Oye!!

Esa ropa la eligió Belu – ¿Así que con ese brazo lanzas llamas?

– Y con un solo movimiento lo desmembró quitándolo de su lugar.

¡¡AHH!!

¡¡Duele mucho!!

¿Te gusta el dolor eh?

Ah mi me apasiona ver a inmundicias como tu sufrir y retorcerse de dolor.

Basura – Detrás atrás otro elfo quiso atacarlos – Athos lo tomó de la mandíbula y corto parte de su boca y dentadura golpeándolo contra el suelo hasta romper su cabeza.

Uno tras uno caían los elfos destruidos en sus miembros y órganos que escapaban.

Ninguna moría todos agonizaban.

Para Athos debían pagar un precio peor que la muerte antes de ir al más allá.

Mientras estaba con Milena y Cil.

No lloren..no les haremos daños – Somos aventureros -tranquilizaba el ambiente, en cuanto se escuchaban gritos de terror.

Maldito humano – Expresó uno de los Elfos ¿Quién dijo que somos humanos?

¿Q-qué..acaso eres demonio?

¡¡¡¿Qué eres?!!!!

Eso no le incumbe a quien va morir – Responde antes de que te elimine..¿Qué hacen con las personas – Athos pasa su mano filosa torturando el rostro del elfo .duele ¿No vas a hablar?

E ingresa su mano en su pecho cortando órganos internos.

AH… El reino de n-nuestro rey Iggbran no envía por humanos esclavos.

¿Asi que esclavos?

Están muy lejos de casa en este reino A-a hay un..a-cuerdo con e-el administrador – ¡¡Puff!!

¡¡Y escupió sangre!!

¿Así que atacan a indefensos?

Esta ciudad está más podrida de lo que pensaba.

– Athos concluye quitando parte de su piel, y mordiéndola – Como dije sabe bien, la carne de elfo.

– ¡¡AGRHH!

– Una última bocanada de aire y muere Anton.

Contra la pared quedaba uno de ellos.

Su brazo estaba cercenado ¡P-perdóname la vida!

Al no sentir más suplicios y gritos fuimos a donde estaba el ambiente.

El señor Athos estaba frente a uno de ellos analizando ¿Qué hacer con él?

Lo miraba detenidamente.

Los cuerpos de algunos de ellos se movían aún retorciéndose.

No podía evitar ese sabor, pero detrás de mi estaban todos esos menores y la mujer.

Milena como su nombre lo indica se acercó a mí y me agradeció de antemano.

¡Gracias!

¡Por salvarnos!

– Tenía en su rostro algunas lágrimas, los demás pequeños estaban shockeados sin saber que decir y hacer.

Algunos temblaban del miedo, sumándose al horror de experimentar la muerte ante sus ojos con los cuerpos de los elfos quienes fueran sus captores.

Cil se fue acercando a Athos, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

Milena fue detrás de ella.

¡Aguarda!

¡No te acerques!

No..

Athos, extendió la palma de su mano frente a la niña para que esperara, y se preparó para ejecutar al elfo.

¡Estimo que no es necesario que te diga que te va a ocurrir!

No querrás saberlo.

Encuentra tormento donde sea que vayas por tus pecados.

El elfo rió con sus dientes remordiéndose.

El rey sabrá de esto y vendrá por tu cabeza.

Todos vendrán por ti.

Destruiran la ciudad.

Todos estarán en tu contra ¿En serio?

¿Él vendrá por mí?

¿Todos?

¿Y qué te parece si yo voy por él?

¿Si yo voy por todos?

Al final de cuentas – Y recogió un pedazo de carne de uno de sus compañeros y dio un mordisco masticándolo – No me vendría mal eliminar la inmundicia que cabe en éste planeta corrupto.

– La bella propensión de la apetencia – saboreó otro bocado es lo que nos separa.

¡Bastardo inmundo ..C-canibal asqueroso!..

¿Q-qué diablos eres?

– Pregunta remordiéndose los dientes con la escasa bocanada de aliento que resta de sí.

Los demonicos, tenemos un lema primordial.

Nuestro clan no tolera que el fuerte se aproveche del débil e inocente.

Y hacemos justicia a nuestra manera.

Quien es nuestro enemigo debe ser aniquilado sin dejar rastro alguno.

Eso es suficiente para una escoria como El elfo oía atentamente.

Milena fue detrás de la niña, sin decir nada, y luego quiso decir unas palabras Cil.

El enemigo era ajusticiado.

¡S-señor!

– dirigiéndose a Athos – N-no lo mate..

Y-yo quiero ir con ellos Athos la observó extrañado.

Me acerqué al ver el sufrimiento del latido de corazón de Cil.

No podía ver como bombeaba con intranquilidad y desesperación.

¡E-ellos tienen a mi hermana!

–Confesó.

Athos no sabía que mencionar al respecto Ya debe ser carne de las bestias – Dijo osadamente aquel elfo – ¡Ja!

¡Ja!

– ¡AHHH!

-Esa fue su última risa cuando me lancé a su cuello y arranqué parte de sus venas, mientras el horror y agonía lo consumían – ¡Belu!- ¡Te dije!…¡Qué remedio!

– ¡Olvidalo!

Lo siento – Su oscuridad, era tal que no pude contenerme También percibí esa misma sensación.

Muchos de los seres del exterior la poseen, y otros la claridad.

Milena se alejó con la pequeña.

¿Señor Athos..?

Si lo sé..pero no es algo que nos incumba.

Si ellos vienen..veremos.

Aparte no quiero problemas con el gremio.

Pero….¿Debe haber más de ellos?

Es posible..De todas maneras no podemos cargarnos con una responsabilidad tan abrumadora.

Solo nos resta dar aviso a las autoridades.

Las autoridades trabajan para ellos.

– Confesó Milena Ahora entiendo porque estaban en los barrios bajos.

¿Y estimo que vienen a llevarse lo que no desea el reinado no?

¡Gr…!

– Me remordí los dientes sin dejar nada al respecto.

No podía tolerar la sensación de injusticia.

El señor Athos, presentía esa anormalidad en mi ser, y no quiso expresar nada al respecto.

¡Calma Belu!

Aún están intentando resolver el problema del campamento de Esclavos de Bespa.

Recuerda que era un negocio millonario.

¿Campamento de Bespa?

– Se preguntó milena – ¿Acaso ustedes?

¡Shhh!

– Nadie lo debe saber.

– Dije ¡Belu!

– ¡Si..señor Athos..

hablaré menos!

¡En fin no podemos hacer nada!

– Y se sentó en el suelo.

– – Expresó Milena – Hay muchos allá que necesitan ayuda.

¿Pídeselo al rey?

¡El rey ya no escucha a nadie!

Sino su administrador..un maldito corrupto.

¡¿Y la princesa?!

– ¿Pregunté Ella está fuera de la línea de reinado.

Solo su hermano es el primogénito al reino.

¡Lo siento!

– Comentó Athos mirando al frente de una pared manchada de sangre.

Pero….

Lo siento – Y se resintió – Entonces.

Eres libre..no tienes que regresar.

Ya estás aquí – explicaba con franqueza.

Milena ladeó la cabeza… una y otra vez.

¡No tengo nada que ofrecerte!

Más que esto y abrió la camisa de su pecho – No es necesario que quieras darme tu cuerpo.

Y no veo que sea indicado realizarlo delante de menores.

Ellos ya conocen toda adultez de nosotros.

– P-pero… y-yo….

Los niños y niñas estaban juntos tomados de las manos.

Como si no quisieran separarse.

Athos recordó que era huérfano de un clan antiguo destruido.

Aniquilado.

Que vago en el hambre por un pedazo de pan de pequeño, y que de alguna manera le tendieron una mano cuando la inanición y las quemaduras lo desterraban de su efímera vida.

Recordó que cuando alguien te presta ayuda, la incondicionalidad es una fortuna.

Y la misericordia es un don de las almas angelicales que están allí para salvarte.

Respiró hondo por unos minutos.

Vinieron los gritos de dolor.

La angustia.

Ver como perdía a sus familiares y nadie le tendía una mano.

El tiempo sigue transcurriendo sin piedad sobre mundo que conocemos.

Pequeñas cosas que se nos escapan de las manos, y no hay manera de recuperarlas, pero..Siempre existe un recuerdo que te permite vivir el presente sin remordimientos.

Tengo las posibilidades.

el poder suficiente – ¿Será lo correcto?

¡Qué diablos!

¿Ya ni sé que es lo indicado?

Por unos momentos dirigió su mirada a los menores y a Milena.

Ella estaba en lágrimas que caían a su pecho.

Tenía algunas cicatrices.

Látigos y quemaduras.

¿Habrá pasado por lo mismo que Belu?El campamento fue un infierno, y el reino de ese tal Iggbram no debe ser tan distinto.

¡¡Hmmm!!

¡Qué remedio!

Los problemas me siguen como un torbellino.

¡Quizás sea una misión – él metió sus manos sobre su camisa y poseía una cruz – ¿Qué crees que debo hacer?

– Preguntaba – ¿ir?

Bueno entiendo que es un deber.

¿Qué eso señor Athos?

¿Con quién habla?

¡Alguien que me escucha!

¿Ehp?

¡Olvídalo!

Otro secreto del señor Athos.

– Cil, estaba dispuesta a ir sola.

Ella sabía bien.

Dónde se ubicaba ese reino despiadado.

¿Qué piensas hacer?

¡Y-yo debo ir allá!

– Recogió de uno de los elfos un brazalete como marca de entrada al gran árbol donde se ubica la ciudad y su castillo.

– ¡Y-o yo quiero a mi hermana de vuelta!

– ¡Snif!

¡Snif!

– Y se lanzó a llorar – Al ver ese tartamudeó, mi memoria me encontró en esa pequeña que fui en un mundo macabro.

No deseaba abandonarla.

¡Señor Athos!

Si ya sé..ya sé..

– Respiró hondo – ¿Qué voy hacer contigo?

Supongo que debemos tomarnos unos días – ¡Humana!

¿Cuales tu nombre?

¡S-soy Cil!

– ¿Y el tuyo mujer adulta?

¿El mío, es Milena?

¡Bien!

Antes que nada..Debemos limpiar el sitio.

Esos niños y niñas..quiero que los lleves al Convento que se encuentra saliendo de la ciudad.

– Athos explicó bien todo el recorrido – Diles que vienen de parte de Athos.

Les daré el apoyo financiero por lo menos hasta poder ubicarlos – ¿Supongo que no tienen padres , ni madres..nadie?

Milena asintió.

Ella estaba atónita por cómo se comportaba Athos.

Una suerte de caballero, rescatando a su doncella.

.

si señor Mi nombre es Athos y ella es mi compañera de viaje Belu ..

Un gusto Un gusto..

Niños no teman los llevaremos a un lugar seguro Nosotros nos encargaremos de los cuerpos.

Cil fue hacia su padre y se acercó llorando.

En su rostro la mirada de la penuria era un océano de sentimientos cubiertos por la desesperanza y la amargura de perder a ese ser querido.

En sus lágrimas que caían como gotas de sus parpados a sus mejillas se unían a esos mocos del dolor.

A todos nos duele alguien amado.

Me dirigí a ella y la abracé por detrás para que no se derrumbara su espíritu.

Su corazón al sentir mi calidez se calmó un instante.

Nos encargaremos de darle sepultura digna Ah –ah él le gusta – Y señaló a las afueras de la ciudad.

Donde estaba la tumba de su madre.

Belu encárgate por favor..

Lleva a la niña Cil contigo.

¡Si..señor Athos!

– Asentí Nos encontraremos en el convento.

Nos fuimos mientras Athos se encargó de los cuerpos.

Ya sé que haré con ellos.

Será divertido, y sacó una cuchilla filosa de su estuche – Con esto bastará para cortar todos y cada uno de los trozos que los cuerpos.

Algunos de ellos se estrujaba queriendo permanecer en la vida, pero Athos no le dio siquiera piedad de misericordia.

Para los demonicos no existe contra el mal.

Era necesario apurarse antes que llegaran las autoridades.

– Relamió y su canibalismo se condecoró con un mordisco y las cabezas de esa elite de caballeros Elfos que pasaron a mejor o mejor dicho peor vida.

Esa es la manada de lobos ¿Así parece?

Los caninos salvajes se percataron de la presencia de Re e Ilina y no dudaron en atacar.

Será simple – Ilina extendió sus manos y con dos cuchillas comenzó a cortar a cada uno que se iba aproximando – ¡Wow!

Es demasiada velocidad – Re seguía su paso – Fue Athos quien me enseñó la técnica de vibración expuesta a velocidad extrema – Es como si los atacantes no se dieran cuenta que están siendo aniquilados mientras ellos se lanzan y paso cerca.

Athos tiene métodos muy convencionales Ni que lo digas – Cazaba Serpientes gigantes de los pantanos a las afueras del clan – Me he criado con él de infante, así que entiendo conocer algo de su manera de actuar, aunque siempre lo veía gracioso, y amable, e intentando no querer ser agresivo.

Él no tuvo nada que ver con las muertes Eso lo sabemos.

Pero estoy segura que quieren darle caza.

A medida que avanzaban iban despedazando a cada uno de los lobos que caía descuartizado sin poder movilizarse.

El líder de la manada, en su mayor tamaño no resistió el último avance de ambas que los destrozaban con varias estocadas.

Para entonces la misión ya estaba concluida.

Solo les había tomado medio día, conjuntamente con las pieles y la carne que la cargarían en una carreta amplia para llevarla rápidamente al pueblo.

Al regresar al pueblo encontraron a varias personas muertas.

Entres ellas la madre de Amelia.

Algunas casas estaban en llamas.

¡Re!

– Señala Iilina – Fueron de inmediato lo más rápido posible con la carreta a caballos – Al llegar avistaron todo el perímetro.

En menos de una tarde, habían aniquilado a a grupos que intentaron defenderse del peligro.

Re desmontó y fue hacia un anciano casi moribundo, lo tomó de su cabeza y le ofreció agua ¿Qué acaba de suceder?

E… ¡Cof!

¡Cof!

– El anciano se desvaneció y murió en sus manos – ¡Re!

– Ilina la llamaba – Estaba con una señora que apenas podía moverse – .Ellos –¡¡cof!!

¡¡Cof!!

V-vinieron y querían el pago del tributo y se llevaron a los niños y niñas – Y-yo ..rogamos pero no les import….

– ¿Quiénes fueron?

– ¡¿Qué?!

¡F-fue el reino de Iggbran ..El reino elfo!

Tanto Re como Iilina no podían creer lo que acababan de presenciar.

Lo poco que quedaba de un pueblo, terminaba devastado en su totalidad.

Recorrieron cada sitio y era cierto, se habían llevado a la mayoría y los que no servían los mataron sin piedad.

¿Qué haremos ahora?

– Preguntaba así misma Re Ilina se imaginó a Amelia.

– Si fuera Athos iría por sus cabezas  – Pero no somos Athos.

– Esa niña..No creo que mereciera tal destino.

– Dijo Ilina al ver el cuerpo de su madre siendo enterrados por los pocos pobladores.

–No sería bueno quedarnos de brazos cruzados – Tampoco sé si sea correcto que vayamos – deberíamos avisar al gremio – – ¿Y ellos harán algo?

– Si nos metemos en problemas, será el fin de nuestra búsqueda – No se preocupen, quizás es culpa nuestra que recibamos tantas desgracias – Dijo una anciana.

–Pero los pequeños.

Ellos no tienen porque pagar las consecuencias de los adultos  -Ustedes no han hecho nada malo.

– La suerte no estuvo de su lado, y los desampararon sin nada más que decir.

– – ¡Podríamos intentar un rescate sin consecuencias!

– Se dijo Re – Hay que llegar a ellos antes que ingresen al reino.

– Eso sería elocuente – Confesó Ilina.

–  – ¿Qué explicación daríamos al gremio?

– ¡tráfico ilegal de esclavos, sino que se vayan al demonio!

– Expresó Ilina.

– – ¡Je!

¡Je!

– Eso también lo diría Athos.

– Dejaron la comida y la promesa de regresar con todos sanos y salvos.

– ¡Somos heroínas.

No lo olvides!

¿Heroínas?

Amelia – Me lo dijo – Comentó Ilina.

– Y salieron de allí inmediatamente.

¿Qué, Qué?

– La superiora me va a matar Solo hazlo.

Pagaré por todos hasta poder ubicarlos.

– Comentó Athos – ¡¡Grrr!!

– Ustedes son increíbles – Expresó con enfado Natalie.

– ¿Qué acaso Dios va abandonar a sus corderos?

¡Uf!

Buen intento.

¡Humanos!

– Comentó Athos.

– Luego se dirigió a Milena – Responde – ¿Conoces el reino Elfo?

– Conozco un poco.

Hay un camino que lleva a lo lejos en un sendero de ríos que desembocan hasta un gran árbol, aunque nadie ingresa.

Se encuentra custodiado en sus alrededores.

¡Bien!, ¿Menos mal que conocías un poco de la ubicación?

Será arriesgado, pero necesito que nos guíes, aunque sea hasta cierto punto.

– Lo haré..ustedes nos salvaron la vida.

– Dijo con cierta gratitud, mirando al suelo.

Es lo menos que puedo hacer.

– No te preocupes.

– Solo hasta cierto punto, donde acamparemos.

Allí estarás protegida para que no tengas ningún problema.

Nosotros entraremos y rescataremos a los rehenes.

– Esa misma tarde, Luego de unos rezos en la tumba de su padre, El señor Athos estaba listo a caballo para salir al reino de los Elfos.

Habían decidido que Milena los guiaría.

¡Quiero ir con ustedes!

¡No!

Pero… Es peligroso – Dijo Athos sin medir las palabras.

¡Je!

– El señor Athos tiene razón Cil.

¿No te preocupes?

La menor refunfuñaba, pero no había razones para ir, si entorpecía la misión.

Esa misma tarde salieron con una carreta, y los dos caballos.

El señor Athos, Milena y yo.

Hicimos un tramo, y a lo lejos se veía un pueblo que estaba devastado.

Hicimos un tramo largo de varias.

–  Tengo entendido que es un pueblo de las afueras que no pertenece a la jurisdicción del rey sino del reino Elfo.

Debemos seguir por éste camino.

Entendido – Comentó Athos que manipulaba la carreta.

– Un sonido se escuchaba desde una caja.

Athos no tardó en verificar.

¡Ya sal de ahí!

Al abrirse la caja.

Cil se encontraba dentro de ella.

¡¡Cil!!

– Regaño Milena – ¿Qué haces aquí?

Y-yo – ¡¡mmmmm!!

– Un rostro de puchero y unos mocos que salían de sí.

¡Uf!

-.

¡Qué remedio!

– ¡Ya no vamos a regresar!

Te quedarás con Milena.

Belu tu vigilas que no pasen peligro alguno.

Si señor Athos.

Nuevamente me disculpo – Expresa angustiada Milena – ¡Je!¡Je!

– Es bueno tener compañía.

– ¿Se conocen hace mucho?

¡¡Hacen una bonita pareja!!

No tanto..¿Eh pareja?

– Y miré al señor Athos -¡¡No!!

¡No!!

– Expresé ruborizada.

Cil miraba sin entender, pero con ternura, en cuanto apoyaba su cabeza en el regazo de Milena.

Pasamos por un bosque tupido y e impenetrable.

Se producían pantanales en un ecosistema que mudaba a manglares y luego a pequeñas mesetas.

Los arboles se transformaban en su plenitud en una mayor extensión.

Y luego rocas por doquier y varios ríos que bajaban desde unas montañas.

¿Re?

¡Si..

he notado algo!

Es como que el aroma de Athos estuviera allí.

¿Tú crees?

Negó.

¡No puedo determinarlo bien!

Ambas se ilusionaron por unos instantes.

Aún restaba camino.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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