El viaje de Belu y Athos - Capítulo 9
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9: Belu.
La ciudad.
La dama de los esclavistas.
Un reino corrupto.
9: Belu.
La ciudad.
La dama de los esclavistas.
Un reino corrupto.
Belu.
La ciudad.
La dama de los esclavistas.
Un reino corrupto.
El viaje por el momento es cómodo.
Es mi nueva vida, pero una nueva vida, acarrea desafíos y miedos diferentes.
– Belu.
Al llegar a un descenso del desfiladero, hicimos una pausa.
Como siempre el señor Athos se encontraba pensativo.
Esta vez más que nunca.
Me dio curiosidad el saber algo de él.
¿Y de mí?
Y como si me leyera la mente me observó detenidamente.
¿Seguro querrás saber que fue lo que ocurrió en la cueva con esas criaturas no?
¿Eh?
¡Ep…!
– Titubeaba uniendo ambos dedos sin saber a dónde mirar.
Me daba cierta vergüenza aún.
Toda mi vida he sido una persona que no tenía derecho abrir la boca.
¿Belu, no sé cómo habrá sido tu vida?, Pero intuyo que debió ser una basura.
En ese sentido no somos tan diferentes.
Sin embargo no quiero que reprimas tu ser a una simple pregunta, o preguntas.
Debes estar repleta de dudas en tu interior – En cuanto lo mencionaba, lanzaba pequeños leños a una última fogata antes de partir en el tramo final a la ciudad.
– Me mantuve en silencio de cuclillas aferrando mis brazos a mis rodillas como una pequeña bola.
Tiene razón.
Tengo muchas preguntas y deseos.
Y ahora era tan libre que partes de mi cuerpo, todavía no lo sabían, y entonces los temblores y arrepentimientos por miedo afloraban en el interior de mi sangre.
Será la costumbre la que me curé de tal enfermedad y el tiempo.
– S-señor A-athos – Perdón es el tartamudeo – No lo asimilas ¡Je!
¡Je!
No es eso, es que aun me siento un poco distante del yo anterior que fui.
– Es hora de dejarlo partir.
– y observaba al suelo.
Mi sangre te dio una nueva vida.
Lo que viste y asimilaste.
Es la violencia del poder del Clan CunninghanCou.
¡¿Cunninghan C_….?
Mi clan..
Ya te habrás dado cuenta que no soy un humano.
B-bueno..
– suspiraba sin saber cómo expresarme.
– Soy un demonico.
¿Un demonico?
Ya creo que te había mencionado algo antes.
– Es una raza que vive confinada en los subterráneos de éste mundo.
Es otro mundo paralelo.
Como la sociedad que poseen ustedes, nosotros también tenemos una similar, pero con clanes.
El mío es el menor.
¿El menor?
Es algo a lo que llaman plebeyos pobres.
– No es gran cosa la morada, las dotes y tierras, pero somos felices.
Soy adoptado de una familia de constructores del clan y vivimos..
bueno vivía en la parte más fría.
– En fin – Y se detuvo un instante – Ese poder que posees es algo propio de la sangre del clan.
El que tengas cierta fuerza y puedas manipular la tempestad.
– Expresó con cierta seriedad – ¿Lo que no comprendo es como tienes tanto poder?
Bueno eso se verá..¡Je!
¡Je!
No entendía nada, pero estaba bien.
Y me le quedé mirando como cierto cariño.
– ¿Eh?
– Se percató de ello – ¡Oye!
No me observes – Se ruborizó.
– ¡O-oh lo siento!
Es que es la primera vez que lo veo sonreír y reír al mismo tiempo.
– ¡Ja!
¡Ja!
Deja de disculparte – Esta serio no es lo mío – Aunque no lo creas soy un bromista nato, aunque bueno el tiempo ya ha pasado, y como tu debo comenzar nuevamente.
Ya veo… debe tener sus razones para estar aquí.
Es una manera más de la vida.
¿En serio?
¡Claro!
¿Y cómo vive señor Athos?
Es algo que no tengo claro Belu..o todo es un milagro, o nada lo és, y entonces solo avanzo.
¿Avanzar?
Como ese rio que vez allí – Y señaló uno delante de los árboles.
– Todo debe proseguir.
¿Quedarse estancado, para qué?
¿Decidió irse de su mundo para venir al nuestro?
Hubo otras razones.
Aunque no tengo remordimientos.
Athos recordaba todo el abucheo.
La desidia de su familia y amigos.
Su compañera que lo había engañado.
Y ladeó la cabeza de manera negativa, para no pensar más en nada.
Solo estoy aquí para encontrar un nuevo lugar donde poder vivir.
Está claro que no es necesario que vengas conmigo.
Solo te doy la opción.
Eres libre Yo quiero ir con usted y conocer más de usted – Me levanté y fui contra él que estaba de píe y se sorprendió con cierto susto ¡Bueno, bueno!
Tampoco es necesario que te arrojes encima mío ¡Oh!
– ¡Je!
Soy un poco torpe – ¡No te preocupes!
Es importante tener un lugar en el cual ser feliz – Perpetué el horizonte.
Athos también hizo lo mismo desde la colina en la cual nos encontrábamos -Yo..
– Y se señaló anteponiéndose en su pronombre por encima, pero luego rebajándolo a lo más hondo – Nunca tuve un lugar del cual ser parte.
He tenido a mí alrededor amigos, pareja, anhelos y sueños, y todo se esfumó.
No pude retenerlos y ellos se fueron escapando de mi mano – Abrió la palma, y luego la cerró como deseando algo – Me di cuenta en éste breve tiempo que no tenía un sitio al cual pertenecer.
Y cuando me refiero a un sitio, no es solo algo dentro del espacio afectivo, o moral.
Ese es un mundo al cual se aceptas lo que eres, o lo que serás.
Y sin embargo, hay siempre un espacio en el cual escapar.
Ahora siento que tengo una oportunidad para ello.
Para ser un nuevo Yo.
Eso ya es bastante fortuna para un desdichado.
– Expresó sonriendo nuevamente.
–Uf – será que también acarreo la desdicha y por eso estoy solo.
– Se lamentó luego.
– – ¡Señor Athos!
– Respondí feliz y triste a la vez, por ese rostro que conmovía – No conozco mucho del mundo, solo sé que he tenido desgracias – Pero si se dé algo – Titubee con vergüenza – Y..y..y es que desde que me rescató de aquella esclavitud, usted, me ha dado un lugar donde poder comenzar Lo cierto es que cuando alguien dice algo así, es porque sus sentimientos tienen un objetivo claro y sin indecisiones.
Y…y una misión en su interior.
Y quiero compartirla con el señor Athos.
– – ¿Tú crees?
– ¡Lo creo!
Y –yo quiero ir con usted a ese lugar si me lo permite.
– Eres libre..ya te lo dije.
– ¡mmm!
Es mejor que vayamos a la ciudad.
Busquemos una lugar para los dos..
¿Te parece Belu?
– ¡Sí!
– Asentí rotundamente.
– No me importa quiero ver hasta dónde podemos llegar.
– ¿Mira esa Ciudad?
– Señala Ilina – El aroma señala que están allí – ¿No podemos ir de esta manera?
Ambas demonicas cruzaron un atajo por un rio sorteando las montañas que por suerte no tuvieron que cruzar.
Avistaron unos caballos y una carreta abandonados que estaban perdidos en el punto Este.
Existían indicios de sangre.
Aparentemente eran causa de unos bandidos.
¿Animales de transporte humano?
– ¿Hay olor a sangre?
– Confesó Ilina – Y peligro también – Comenta Re – ¡Vaya!
¡Vaya!
– dos mujeres solas y en medio de un bosque – Expresa un hombre que se hace presente con seis más – Uno de ellos afilaba una cuchilla con su piel, generándose heridas.
– ¡Qué lindas damas!
– ¿Por qué no vienen con nosotros?
– La pasaran muy bien.
Ya tengo ganas de proba a la más pequeña – refiriéndose a Ilina Podrían quitarse esas mascaras de boca de respiración y descubrirse el cabello – Uno de ellos se acercó a Re que lo miraba con cierta repulsión ¡Perdonen!
Pero tenemos prisa – responde Re ¡Oh!
¡Vamos!
– Dijo uno de ellos – Que colocó su mano en el hombro de Re.
Otro por detrás descubrió la túnica de Ilina dejando que su cabello marrón se extendiera.
– ¡Oiga!
-Se enfada ella ¡Tranquila!
Solo queremos divertirnos – ¿Divertirse eh?
-¡Je!
– Expresó Re relamiéndose ¡Je!
¡Tú sí que entendiste!
Claro será divertido – Expresa ella y asiente para Ilina.
– ¿Eh?
– Re extiende la mano contra el pecho de uno de los hombres y atraviesa sus costillas quitándole el corazón, mientras lo lleva a su boca y lo muerde escupiendo el rostro de aquel que se paralizó sin poder decir nada.
Fueron solo meros segundos.
El hombre paralizado de muerte veía con sus últimas opciones el escupitajo y caía desplomado -¡¡EWHYH!!
¿Qué fue eso?
Ilina siquiera le dio tiempo, y le cortó la cabeza cayendo al suelo esta.
Los siguientes hombres se asustaron y se echaron para atrás del pánico.
Quien tenía un arma intentó atacar a Rebi, pero ella ya le había sacado un ventaja por detrás clavando una cuchilla que llevaba y luego con otra cortó cada parte del hombre ¿¿Estos homínidos?
No aguantan nada de nada – Se dijo Ilina ya encargarte de los demás Si claro.
– No dejes a nadie vivo.
– Recuérdalo Tampoco es que los iba a dejar escapar ¡Diablos!
Larguémonos de aquí ¡¡Rápido!!
Fueron de inmediato entre las inmediaciones del bosque.
Ilina desde una copa de árbol los observa y poco a poco comenzó a cazarlos.
Uno de ellos escondió entre arbustos, pero su aroma los delataba.
.estúpidos.
Basura inmunda.
Asesinaron a su propia especie.
– Y saltó sobre quien se encendía.
Era el último que quedaba en pie con vida.
¡Noo!
¡Por favor!
– Perdóname – ¡Miserable!….
¿Matas a los tuyos y pides clemencia?
Ustedes no tienen un perdón.
– Lo miraba con asquerosidad – Y levantó su brazo derecho extendiéndolo y generando con cierta energía una suerte de guadaña – Ora por tus maldades pecadoras – Y bajo su martillo sentenciándolo con un corte de lado a lado en dos partes.
– ¡¡Qué fastidio!!
Después de terminar el trabajo regresó.
El perímetro estaba limpio.
Re había preparado la carreta con los caballos.
Aprovecho para cortar a los humanos que estaban allí muertos y repartió la carne guardándola.
¿Qué haces?
Es comida en definitiva.
– ¿Vas a comer humanos?
Dicen que saben bien.
– No es que no salgan bien..Pero..
nunca he probado humanos.
Athos debe pensar igual.
Deben experimentar algo nuevo.
No hables de él Lo dije en broma.
Yo también quiero encontrarlo Ese mismo día, aguardaron y cocinaron la carne humana como si nada.
Algunas bestias se acercaban, pero Ilina alejo restos para evitar tener problemas.
Encontraron otra carreta que sería de los bandidos y una cantidad de elementos que serían granos de cosecha y herramientas de hojalata.
¿Y esto?
Pienso que se lo robaron a las personas que lo llevaban en el otro carruaje?
¿Lo llevamos?
¿Sería de ayuda no?
Tal vez sea necesario en este mundo.
Eso de vender, y comprar.
Similar a nuestro sistema.
Ya me produce molestias este bosque.
Mañana continuaremos con el rastro – Comenta Re.- Ese mismo día se mantuvieron en el bosque sin inconvenientes que pudieran retrasarlas.
Los cuerpos calcinados fueron cocinados y guardaron con un método de frio la comida para llevarla en el camino.
No es que los demonicos fueran caníbales, pero trataban a los humanos como animales de corral si los llegaban a ver.
De todas maneras los demonicos no se interesaban por ellos, y no permitían la caza de humanos.
Estaba totalmente prohibida y penada con la muerte severa.
La lava que consumía los cuerpos en subsuelo del tártaro demonico.
Ello debido a un antiguo pacto sagrado.
Luego continuaron trayecto en un camino reducido y a toda prisa.
Ciertos monstruos aparecieron en su búsqueda, pero su raza y en potencia y fuerza les permitió librarse de ellos.
Era plausible que actuaran en defensa, pero en su mayoría intentaban escapar, debido a la fragilidad de sus cuerpos poco resistentes al bio-ecosistema que se gesta en el planeta exterior de la tierra de las afueras.
Mundo distinto al subterráneo de los demonicos.
Eso lo tengo muy claro, entiendo..mmmmm….hay que pensar en algo.
Llevar mascaras sería sospechoso.
– Re, caviló en su interior cómo actuar ante una situación de tal magnitud – No me importa – Respiró en su interior ella – No puedo quedarme de brazos cruzados, mientras Athos, está desaparecido – Tengo que ir con él y pedirle disculpas – Pedir por no defenderlo y dejarlo solo.
Yo no quería que él estuviera solo.
Su rostro.
Su rostro, no puedo olvidarlo.
Encadenado, abucheado por todos.
Y sus amigos, amigas, familia…yo….le dimos la espalda.
El confesó el crimen, sin embargo, estoy seguro que no es culpable.
Tuvo sus motivos.
Él, siempre lucho para ser mejor.
En una justicia que suya, era digna.
Y quiero creer en eso – Ilina manifestaba en su interior con una bomba de emociones que no podían controlarse.
– negativamente ladeaba la cabeza una y otra vez – Si quiero encontrarlo, debo dar un paso.
Estoy seguro que Athos lo logró.
– Y con determinación y sin dudarlo, se quitó la máscara sin pensarlo – ¡¡¡¿Queee Haces?!!!
¡¡CoffCoffCofff!!
– Se sostenía el cuello como si estuviera ahogándose, en cuanto intentaba resistir el impacto de un oxígeno y un sol que quemaba su cuerpo – ¡¡AHHHH!!
– los latidos de Ilina se dispararon y aceleraron a una velocidad que podría hacer explotar su corazón, inmediatamente Re le colocó la máscara para que pudiera aguantar la respiración – ¡Uf!
Uf!
Uf!
– respiraba con sus pulsaciones que volvían al ritmo habitual ¿Estás bien?
– ¡No vuelvas hacer locuras Ilina!
Lo siento..es que..
Yo también quiero verlo… Vamos a intentar entrar en esa ciudad como peregrinos extranjeros.
– Pero siquiera tenemos papeles.
– Eso se soluciona con eso que llaman dinero en el mundo hominido.
– No te preocupes.
– Tengo suficiente.
– ¿Tu tiene dinero?
No exactamente..pero tengo oro.
Lo puedes cambiar, leí en un libro por dinero.
Y Por cada pieza te dan una cantidad considerable.
– ¡Vaya!
Sabes bastante.
He estudiado – Se jacta con vanidad – Siempre quise venir al mundo humano, aunque fuera imposible – Tengo la excusa perfecta – Y señala extendiendo el brazo a la ciudad – ¡¡Espéranos Athos, vamos por ti!!
Ilina no comprendía, pero todo era posible.
Comenzaron a descender por una ladera.
Su viaje fue más corto a decir verdad.
El mundo subterráneo de los demoniacos estaba por debajo de la zona confluente.
El conseguir una carreta les fue ideal en algún punto.
– parece que lo tenemos – ¿Puedes sentirlo?
– Ese maldito está vivo!
– Deja que me encargue de él.
– la investigación en el reino se está llevando a cabo.
– aunque lo encuentren muerto, cualquier parte de él, puede servir como prueba.
– No te preocupes lo haré desaparecer – Confesó Efrain – Al final es un pobre infeliz de menor categoría.
Su poder no se compara con el mío.
– No hagas estupideces.
Si fracasas será un problema y te las tendrás que ver conmigo – Manifestó Bespasio.
El grupo de cazadores demonicos se había instalado muy a las afueras y lejos de las montañas.
Aguardaban la orden de Bespasio Bespario que analizaba el terreno.
Oto, llegó a la capital con la noticia de que el campamento de los esclavistas estaba en ruinas.
Sin sobrevivientes.
Ingresó En la sala de espera con varios de los suyos.
El comité de caballeros, que tomaba asiento, aguardando la llegada.
– La señora no lo tomará nada bien.
Su dinero por adelantado perdido.
Y toda la mercadería escapó.
Ni siquiera esos malditos están vivos que sirvan aunque sea por una venta.
– Eso sería un gran problema.
Aún no puedo creer que fueran todos a aniquilados.
El único sobreviviente fue claro.
La muerte en forma los arrasó.
– El problema es que existía en algunos cadáveres indicios de canibalismo.
– Por eso concluyo que debe ser un monstruo.
– Si es así, hay que alertar a las autoridades.
– Primero debemos dar la noticia a la señora.
La puerta se abrió.
Una sirvienta se presentó con una charola con cinco tazas de té.
– Gracias, alguno que otro cumplimentaba.
La llamada ama de llaves aparte de ello, era una suerte de mano derecha de la señora.
Al concluir de servir, asintió para que aguardasen hasta que llegase.
Tanto así como si procediera de una orden.
Oto, conocíala despiadada forma de actuar de la señora de la casa que podía ser muy peligrosa a la hora de impartir una orden no cumplida y mayor aún cuando se trataba de dinero.
Otra sirvienta de la casa abrió la puerta para dar aviso a Celestina el ama de llaves.
Se acercó y le murmuró al oído algunas palabras de las cuales aquella asintió.
Y luego la sirvienta agachó la mirada y se retiró.
– La señora no podrá recibirlos – Pido disculpas por ello – La orden es que indaguen al testigo y busquen al culpable.
Pero no lo maten.
Lo quiere vivo.
Sea quien sea.
– De acuerdo.
– Utilicen cualquier medio para ello.
Incluso…si deben actuar por la fuerza o brindar recompensas.
Todos se miraron inquietos.
Era demasiado.
– Perdone?
¿Tan importante?
– Si pudo acabar con todo un pueblo.
Y como manifiesta ese testigo es solo una mera persona, estamos ante un arma muy interesante.
– bien…cumpliremos las ordenes.
– Ni una palabra al reinado.
– Sabrán que tramamos.
– En eso me encargaré yo misma.
Luego de la reunión, los caballeros se retiraron.
Celestina se dirigió a la sala privada de la dama de la casa.
Golpeo con dos toques la puerta y la abrió.
– Con su permiso.
Mi lady!
Grandes muros se presentaron ante mí.
– !Wow!
Es increíble- Me dije.
A pesar de ello el señor Athos no parecía estar muy sorprendido.
En la puerta dos guardias con armaduras solicitaban los permisos de ingresos.
Nos colocamos en un fila aparte para los llamados extranjeros.
Todos esos que no pertenecen a la ciudad y que vienen de los pueblos alejados u otras ciudades.
– ¿Nombres?
– Athos Cunni…
– El señor Athos hizo una pausa – Athos – Mmmm – lo observó fijamente el guardia – ¿Tú?
– eh!
¿Y-yo?
– Me dió produjo un cierto temor su voz.
Era como revivir el infierno de esclavos – Si…
¿Qué no puedes hablar?
– Se enfada – ¿Algún inconveniente?
– Pregunta Athos seriamente – ¿Eh?
Ninguno.
Rompí los nervios y hablé – ¡mi nombre es Belu!
– Lo expresé con un gritó que asustaba – Bien…
son tres monedas de cobre por no pertenecer a la ciudad.
Pagamos el tributo e ingresamos por la entrada comercial.
Quedé maravillada por ello.
El mundo que conocía en el encierro de la esclavitud se iba expandiendo y a medida que iba avanzando quería saber más de ello.
Tenía algo dentro de mí, a lo que el señor Athos llamó curiosidad.
Dentro de ello, él, siempre mantenía una distancia, y a pesar de ello, la plática que tuvimos fue como una suerte de apertura de sus sentimientos y ansiedades.
También me sirvió en algún punto.
¿Algo no está bien?
– Me preguntaba – Hay una aroma muy particular, y similar al del señor Athos, pero no puedo determinar ¿Qué és?
Debo estar alucinando aromas, ¡¿Si es que se puede?
¡¿Ocurre algo?!
Nada señor Athos.
Ya te he dicho, Belu.
No es necesario el que me digas señor.
No soy tu amo.
Pero me gusta llamarlo así –Me coloqué firmemente ¡Como quieras!
– Se adelantó entre los comercios.
¿Está cerca señor?
Por allá se encuentra la ciudad Basura humana – Expresa Efrain – El olor es potente, pero se confunde demasiado con el de los homínidos no puedo captar a es inmundo de Athos, aunque si hay otros que son muy particulares.
Hay más demonicos a decir verdad.
¡Otros demonicos.
¿Si se interponen vamos a tener que liquidarlos Envía un centinela a que averigüe bien.
– ¿Tu?
Grimsec – Eres el que menos apesta y puedes esconderte bien – Averigua todo lo que sea posible.
Nosotros acamparemos en las cercanías de la ciudad.
¡Si señor!
¡Lo que usted diga!
Grimsec a diferencia de otros, es una suerte de asesino entrenado.
Puede ocultar su aroma, como su sombra y movimientos.
El clan de Bespario se encargaba de entrenarlos.
– ¿Qué ciudad tan grande?
Es tal que te pierdes – tratemos de no apartarnos – sí, es cierto, apenas con el bullicio se misturan los olores.
De todas maneras el hedor de Athos es muy fuerte.
– ¿Crees que los guardias dirán algo?
– ¿Algo cómo qué?
– Dos mujeres viajando solas.
– Somos aventureras y venimos por trabajo.
Tan simple como ello.
¡Qué no fastidien!
– Expresó Re.
– Es buena respuesta..
¡Je!
– por mi parte quiero …mmmm – Siente algo Re.
– ¿Qué ocurre?
– ¡Qué aroma delicioso!
-Expresó Re.
Un gran puesto de comida calentaba una carne al vapor.
Tal así que varias personas se amontonaron allí.
– ¿Mira?
Allá también – Señalo Ilina – – Quiero!!
–Comentó Re con su baba escapando de la comisura de sus labios.
No podía esperar más tiempo.
Del otro lado de la ciudad nos instalamos entre otros puestos.
Todos en su mayoría de pescado de diferentes tipos.
Me sorprendí por ello, pues existían especies que no conocía.
¡¡Wow!!
– Fui corriendo de un puesto a otro, y luego caminamos por otros sectores que encontraban diferentes sitios de comidas.
Eran ferias que se iban armando de a poco.
Había serpentinas y cordeles en las calles.
Algunas personas estaban disfrazadas.
Unos nobles no me quitaban la vista de encima.
Nos veían como seres extraños.
Entonces me percaté que tal vez nuestras vestimentas eran demasiado precarias.
Prácticamente harapos.
Algunas damas murmuraban.
Sus gestos modales, me hicieron recordar, cuando las mujeres del campamento de esclavos me trababan como si fuera basura.
Ladee la cabeza negativamente para no pensar en ello.
Continué caminando y el bullicio de los habitantes se iba ampliando.
Esas miradas de las cuales me percaté continuaban detrás de mí.
Mmmm…¿Señor Athos?
– pregunté – ¿Eh?
¿Señor Athos?
-¿Dónde se encuentra?
– Observe llamándolo en todas direcciones – tantas personas me hicieron perder la noción – ¡¡Noo!!..¿Dónde se ha ido?
– ¡¡Soy una tonta!!
¡Lo perdí!
Regresé asustada en dirección que más o menos recordaba.
¿Quiere comprar?
– Apareció de la nada lo que se asimilaba a un bufón ¡¡No..No Gracias!!
– Me alejé de él ¡¡Venga..Venga!!
-¡Aquí comienza el show!!
– Alguien quiso tomar mi mano, y me alejé.
¡Mama!
Esa mendinga …¡¿Qué le ocurre?
No lo sé..aléjate de ella.
– El miedo a las personas me estaba invadiendo.
¡¡Vengan!!
¡¡Aquí!!
¡Señorita!
¡Señorita que bella que és!
¿Esa mujer esta pérdida?
– Preguntan las personas ¡Debe ser una loca!
– Confesaban las habladurías No..negaba constantemente.
Negué y me tomé la cabeza.
Y en una pared cerca de un callejón hondo, me arrodillé con cierto pánico ¿Estás bien?
¿Por qué no vienes con nosotros?
¿Qué?
Dudé en esas palabras Ven con nosotros – Eran varios hombres y uno de ellos tomó mi mano.
¡No!..¡Esperen!
..
– ¡Déjenme!
– Quise gritar, pero las personas estaban en su mundo Me fueron llevando hacia lo más profundo de aquel agujero oscuro Acá podemos divertirnos Quien había tomado mi mano me arrojó al suelo.
Eran cinco personas.
Hombres robustos con rostros similares.
Si, muy similares a los esclavistas.
Creí revivir esa maldita y precámbrica etapa que odié con todo mi corazón.
Estaba sola.
¡Señor Athos!
– Me dije ¡No sé quién es?
Pero puedes llamarme así.
– Quien dijo esas palabras.
Un rostro oscuro.
Me sostenían de manos y piernas, y uno de ellos comenzó a bajar mi pollera y tocó mi pecho.
Uno de ellos se relamía la lengua para querer disfrutar.
Termina rápido.
Quiero disfrutar de ese cuerpo .Auxilioo..
¡¡Vamos..solo disfruta!!
.
– Grité Aquél se bajaba los pantalones y mostraba su miembro erecto Esto va ser hermosooo..¡¡Ja!!
¡Ja!!
¡¡¡Nooooo..Ayudénmeeee!!!
– El hombre acercó su cuerpo queriendo introducir su miembro.
Cerré los ojos ¿Así es cómo será siempre?
¿Tendré que ser solo un cuerpo de bestias?
Solo soy basura..
¿Un desperdició?
La sangré comenzó arder en todo mi cuerpo.
Las venas de mis brazos se hinchaban y mi cuerpo sentía un calor atroz.
Un infierno en mi mente mis ojos comenzaron a escupir sangre.
¡Hey!
– No puedo sostenerla ¿Qué ocurre?
Idiota…ten paciencia .
puedo – Con un golpe arrojé al que me sostenía de los brazos contra una biga atravesando su estomago.
La sangre comenzó a escapar como una cascada ¡!Ahhh!!¡¡¿Qué rayos?!!
– ¡¡¿Qué fue eso?!!
– Expresó el hombre que estaba encima mío y luego me miró fijamente.
Desde su frente corría una cierta transpiración.
Podía ver la adrenalina como escapaba.
Era una defensa del pánico – ¡¡Maldita!!
– Y me tomó por el cuello – Lo miré con cierto odio.
Si, era el odio que me invadía a la injusticia, creyendo que era lo cierto.
Era el dolor.
Su cuerpo era un libro de todas a las que había profanado.
Con mi mano derecha tome su muñeca y la partí en dos.
Lanzándola lejos.
¡¡AHHHHH!!
– Se tomó con un otra mano escupiendo sangre.
La sangré era deliciosa.
Aquel se lanzó hacia atrás.
Y los otros tres estaban detrás con miedo.
La sangre.
Si sentía esas ganas terribles de devorar.
Y fui contra él quitándole los ojos – ¡¡AHHH!!
¡¡Me duelee!!!
¡¡Snif!!
– ¡¡Noveoooo..
No veoooo!!
Sus lágrimas ahuyentaban en gritos de horror.
Tomé esos globos y los mastiqué en mi boca sintiendo el placer del hambre.
Un fetiche primordial de comida rápida.
Y me relamí.
Los hombres estaban repletos de terror en sus rostros.
La lujuria había desaparecido.
y salieron corriendo.
Algo que no era yo…se colocó en un modo de siniestro.
Un efecto destructivo y diabólico.
No era yo.
Era un monstruo que deseaba comer la carne humana.
Y me acerqué al maldito humano.
Ese ingenuo ¡Tranquilo!
– Le susurré – Solo será un instante ¡Qué!
¡Q-q-q-que!
– Se movía a todos lados.
– ¡¡No me hagas daño!!
Con cuidado y quirúrgicamente introduje mi mano en su vientre y abrí la piel sacando los intestinos.
La mierda no era de mi gusto.
¡¡¡AHH!!!
– El dolor y las salpicaduras de la sangre escapaban.
Quité órganos y los devoraba masticando finamente cada uno.
El shock no dejaba que muriera aún.
Me permití por lo que ví en él, que primero agonizará lo suficiente para que no vuelva en otra vida.
Para que su miedo sea tal que su alma jamás regresé y sea condenada por los siglos de los siglos.
Y poco a poco se iba desvaneciendo en una muerte destructiva y dolorosa.
Continué comiendo, pues el hambre no cesaba.
¡¡Corran!!
¡Debemos avisar al oficial!
– Diremos que hay una asesina.
Aquellos al llegar a cierto punto encontraron una sombra.
Un hombre de costado chasqueando los dedos.
Y él, los observó fijamente.
Espero se estén divirtiendo.
Aunque la fiesta aún no acaba señores.
– Dijo Athos.
¿Y tu quién demonios eres?
– Preguntó uno de ellos con malicia recogiendo un palo del suelo Solo bastaron milisegundos, para que Athos estuviera a su lado y en su oído le susurró.
¿Tanto te molesta eso?
¿Tanta curiosidad tienes de saber quién soy?
¡Je!
– El horror del hombre se veía y cuando intentó voltearse a verlo, su cuerpo explotó, sin siquiera dar explicación.
Con relación a los otros dos.
Athos los miraba fijamente ¡¡Perdónanos la vida!!
-Imploraron Aquél se colocó las manos en los bolsillos.
¡¡uf!!
Quisiera..¿Pero saben?
La dama que está en el fondo, tiene mucha hambre y bueno hay que satisfacerla.
Aparte de que no sería un buen compañero sino la ayudara.
¿O no?
¡¡¿Eh?!!
– ¡¡AHHHH!!
La música de fondo de las afueras de la ciudad se iba engrandeciendo y todos se divertían.
Termine de comer.
Estaba ensangrentada, pero me sentía bien y con energías.
Mi ojos de color rojo volvieron a su matiz verde.
Alguien se acercaba lentamente.
Me coloqué de pie y casi en guardia.
Y estaba allí.
¡¡¡Señor Athos!!!
Me lancé sobre él abrazándolo y sin querer lo lancé al suelo ¡¡¡Cuidadoo mujer!!!
¡¡P-perdon!!
-¡¡Es que tenía mucho miedo!
¡¡Soy una mujer indefensa!!
¿Si ya veo?
– Expresó con sarcasmo.
– Pero escaparon otros..podrían denunciarnos..
.Estem…no creo – Comentó titubeando – y queriendo hacerse el distraído.
Observé a un costado y un su mano derecha llevaba una bolsa que se abrió.
Tres cabezas con rostros desorbitados se podían ver ¿Creí que aún tenías hambre?
¿Eh?
Te diré en adelante lo que ocurrió.
Hay que limpiar el sitio, y no dejar huellas.
¿De acuerdo?
.
señor Athos – Y fui a abrazarlo nuevamente – ¡¡Auchh!!
– El abrazo fue tal que sentía las costillas de Athos crujirse – ¡¡N-No..seas tan cariñosa!!
¡¡Perdon!!
¡¡No quiero quedarme sola!!
Lo siento – Se resignó él.
Fueron unos instantes.
Aunque no te preocupes.
Te diré otro truco para que no te vuelva a suceder.
¿C-cual?
Y se tocó la nariz.
El olfato.
Solo busca mi esencia ¡¿Eh?!
No te preocupes..
luego te diré.
Pero ya es suficiente.
¡Vamos!
¿Señor Athos?
¡P-puedo quedarme así un poco más?
Mmmm – Y sonrió – ¡Sí!
¡Adelante!
– ¡Y me acarició la cabeza!
Luego compraremos ropa también.
No podemos llamar mucho la atención Si – Y lo miré devolviendo su sonrisa, la cual adoraba.
– Athos no se inmutó por todo lo sucedido, más bien, era como una suerte de normalidad.
Supuse que su raza estaba acostumbrada a presenciar una masacre que incluso presentara la primigenia capacidad del ser humano violento que devora a sus pares.
Me había convertido en ello.
Al regresar a mí, me sentía extraña.
El instinto de supervivencia sobrepasó los límites de la barbarie y me descubrí en un terrible monstruo.
Athos, me lo dijo.
¡Tranquila!
Lo que hiciste fue solo un acto de supervivencia.
A quien mataste y devoraste con tus propias fauces, era tan diabólico que se lo merecía – Éste mundo de ustedes los humanos, no es tan diferente al de los demonicos.
¿Creí que la miseria y maldad era algo propio de nosotros?
Pero me equivoqué, desde que coloqué un pie en el campamento de esclavos hasta ahora.
– ¿Señor Athos?
– Pregunté lamentándome en mi forma arcaica.
– ¡Dime Belu!
¿Existirá algún lugar al cual pertenecer?
¿Sientes que no perteneces aquí?
Ladee negativamente No es eso, es que no quiero estar donde no encajo.
El mundo es terrible cuando eres débil, y a veces ignorante.
Y otras, desolador.
– Tampoco hay que ser fiel a las lamentaciones.
Esas solo consumen el cerebro que guardas allí – Señaló mi corazón.
– Es cuestión de buscar ese sitio al que llamas pertenencia.
– Pero regresemos a la avenida.
Debemos encontrar una posada para pasar la noche y como te he dicho comprar ropa.
– Asentí un tanto alegré.
No por el hecho de estar a su lado.
Sino como un sentido de compañerismo.
El tenerlo cerca de mí, me daba seguridad, y protección.
Con certeza es por miedo.
Ese que me ha invadido durante mucho tiempo en esas noches en lo que no sabía si despertaría, o mejor dicho, no quería despertar.
Algo me dice que a medida que voy pasando más tiempo con el señor Athos, puedo comprender que no todo está perdido.
Al ingresar de nuevo en la plebe de la urbe, el señor Athos tomó mi mano y lo observé extrañada y sonrojada al mismo tiempo.
Es para que no te pierdas – Dijo – ¡Je!
– Y miró a otro sector como sintiendo la vergüenza.
– No debería ser tan serio con ella – Se dijo – Al final de cuentas ha sufrido mucho – Y abrazar y luego tomar de la mano a un humano me es muy foráneo.
Esas emociones que suelen tener los homínidos, no son compatibles con nosotros.
Aunque se siente agradable en algún punto.
–Solo espero que el peligro no se nos avecine tan pronto.
¿Me intriga que hacen aquí Re e Ilina?
– Su aroma es inconfundible como el de Bespario y Efran.
Esos malditos.
Belu no debe saber de ellos, pero por su cambio drástico por exponerse al peligro, puede que haya desarrollado cualidades inherentes a las nuestras.
Una compatibilidad proporcional por darle mi sangre.
Bueno tenía que salvarla.
Su vida miserable, merecía una segunda oportunidad.
¿En qué piensas Athos?
¿?
¿Eh?
– Me preguntaba que pasaba por la cabeza del señor Athos?
Recorrimos lo suficiente hasta dar con un lugar más alejado de lo normal.
Luego fuimos por los caballos y los equipos.
Teníamos una casona, pero Athos decidió que no era factible.
Iremos a otro lugar.
¿Algo en especial?
¡Je!
Ya lo verás.
Era una casona supuestamente más grande, que estaba ubicada muy a lo lejos y unida a una iglesia y convento aledaño.
Alrededor arboles de manzanos que emitían un aroma rico de fruta.
La casona, resultó ser un convento, o catedral.
– ¿Este lugar estará bien?
¿Una iglesia?
Si, pediremos hospedaje.
¿No sabía que daban hospedaje?
A veces, suelen actuar para recaudar fondos.
Éste lugar es ideal para evitar la llegada de otros.
Los sacros lugares son impenetrables para los demonicos, e indetectables.
Pero como mi cuerpo se ha adaptado, no es molestia alguna, prácticamente me siento un homínido más del sistema creado por ellos.
Barbaros incivilizados.
Nos acercamos a la puerta y allí, justo salía una novicia.
Al cerrar los aposentos se dio la vuelta y un susto se lanzó hacia atrás.
¡¡Ahh!!
– ¿Eh?
¡P-Perdón!- Si la asustamos.
Discúlpanos – Expresó Athos ¿Eh?
– La novicia se quedó perpleja al ver al señor Athos.
Como sonrojándose.
Su aura se transformó.
Eso me produjo una molestia.
¿Deberían ser celos?
¿Sí?
No hay problema – ¡Je!
¿Señor?
Mi nombre es Athos y la señorita a mi lado es Belu.
Te pedimos disculpas.
Nuestro atuendo no es el mejor.
¡¡Je!!
¡¡Je!!
No se preocupe – Y se acercó a él – Mi nombre es Natalie, soy novicia del Convento de nuestro señor Je.
¿Están necesitando comida?
.no, no es eso.
Justo salía otra novicia, pero su atuendo era distinto y era una señora mayor.
¿Natalie qué sucede?
– ¿Ustedes?
Si quieren comida, deben venir en otro horario ¡No hermana Fabiana!
¿Qué?
¿Así es como diferencian a la sociedad?
– Se preguntó Athos – ¿Por sus ropas?
Señor Athos… – Dije intentando calmar el asunto.
Venimos por hospedaje.
¿Hospedaje?
Si, serán unas noches.
Pero… – La hermana Fabiana frunció el ceño como intentando explicar que no teníamos dinero.
¿Es posible?
.
Tomé y guarde el cambio – ¡¡¡¿¿¿EHHHH??!!!
– Tanto Natalie y Fabiana observaban con extrañez – Eso es oro.
Es mucho dinero – Dijeron No hay problema.
Bueno, no solemos dar hospedaje a cualquiera que no venga con carta de recomendación.
Sin embargo haremos una excepción.
– Pasen por favor.
Tenemos dos caballos y bolsos.
¡Bien!
Natalie, llévalos al establo y luego muéstrales la habitación para parejas ¿Pareja?
– Nos dijimos con el señor Athos Claro… ¿Son un matrimonio no?
Eh…Claro que sí – Expresó Athos sin saber que es matrimonio.
En tanto me encontraba colorada totalmente.
¡Buh!
– Está casado – murmuró Natalie.
– ¿Belu?
Si señor Athos..
– Y se acercó a mi oído ¿Qué es matrimonio?
Le comenté rápidamente y se sorprendido ¡Dios!
¡No!
Aguarde – Queremos dos habitaciones separadas Përo… es que de donde vengo matrimonio significa otra forma.
Otro…!!Estem…Es como una unión de amistad!!
¿Eh?
– Frunció mas el ceño Fabiana ¿En serio?
– el humor de Natalie cambió.
.bueno… llevalos Natalie ¡Sera un placer!
– Dijo la adolecente ¡Mmmmm!
– Pensé – No me molestaba que fuéramos un matrimonio, aunque sea falso.
Mientras ingresábamos a las instalaciones, Natalie le preguntaba de todo al señor Athos sin despegarse de él.
¡¿De dónde eres?!
¿Por qué están aquí?..¿En serio?
¡Qué fastidio!
– Expresaba mientras ellos se adelantaban – ¡¡Grr!!
¡¡Gr!!
– Una hostilidad me iba afectando cuidadosamente.
Y me adelanté tomando el brazo del señor Athos.
¿Podemos ver las habitaciones no?
– Pregunté ¿Ep?
¡Si claro!
– Admitió Natalie.
El convento tenía un campus grande.
Los establos estaban ubicados y tomamos los bolsos para ingresar por una puerta hasta un pasillo que daba a varios cuadros, y mientras tanto Natalie se comportaba como un guía.
Del otro lado una gran ventana y un silencio inmenso que se iba conformando hasta que llegamos a la gran sala en la cual estaban los santos.
Y la imagen en el centro de lo alto.
Cruzamos aquella para llegar a nuestras habitaciones.
Dejar los bolsos y luego presentarnos con la celadora mayor.
La hermana Armiña.
¿Asi que son viajeros?
Eligieron una época complicada.
– ¡Es porque estaba en nuestra ruta!
– Comentó Athos.
– ¿Por qué sus ropas están tan harapientas?
– Se preguntaba ella.
– Es … Es una moda de nuestro pueblo a lo lejos, en el Oeste – Me adelanté para evitar problemas.
– Bueno, aquí no pueden andar con esos atuendos.
Podemos ofrecerles No se preocupe, pensábamos comprar ropa nueva Hay una tienda cerca de por aquí Natalie será su suerte de reloj para todo lo que precisen.
A determinado horario se desayuna, se almuerza, y cena.
Se reza en determinado horarios también, si es que lo consideran presente.
Sus habitaciones deberán ordenarlas ustedes.
– Le agradecemos.
Pueden ir tranquilos Asentimos y fuimos cada cual a su habitación.
No permanecí mucho tiempo sola, y fui ver al señor Athos.
Perdí el rastro de Athos – Expresa Re – Tampoco puedo localizarlo – Hay tantas personas que se hace imposible – Hay aromas de todo tipo y entre ellos se localizan los del clan de Bespasio y Efrain.
Mmmmm …debemos darnos prisa- Aunque, no siento que haya una hostilidad, más es como si solo lo estuvieran investigando.
¿Qué es eso?
– Señala a un puesto de comida muy peculiar Acabaste de comer..¿Ya tienes hambre?
La carne humana es muy dura.
Prefiero algo más blando.
– No tienes remedio.
¡¿Me pregunto si Athos ya ha probado?
Es un especialista de culinaria, con certeza que lo ha hecho.
Tanto Re como Ilina estaban un tanto desorientadas.
Ambas fueron al puesto de comidas que por suerte de ellas estaba vaciándose de cantidad de personas.
Buenos días – Queremos – ¿Dos porciones de ternera en varilla?
¡Ep..si!
Ambas estaban con sus máscaras.
Va ser complicado comer con esto puesto aquí.
Te encargo la compra.
– Comenta Re ¿A dónde vas?
Volveré a la carreta ¡Bien!
Ilina compraba algo de comer, mientras Re, regresaba.
Al ingresar se quitó su seudo mascara y abrió la ventana.
¡Es increíble!
El proceso de adaptación es más simple – ¿Tal vez sea por..?
– E imaginó cuando devoraron a los mercenarios – Si…quizás asimilamos las defensas y órganos de los humanos.
Debería investigar.
– Eso quiere decir que podemos tranquilamente quitarnos las máscaras, aunque mi olfato ha mudado y reducido su capacidad.
Eso no es bueno.
El aire humano.
Mmmm…Está viciado.
Hay muchos sabores en el oxígeno homínido.
Pronto llegó Ilina con la comida.
¿Te quístate la máscara?
– Pregunta extrañada – Haz la prueba.
– Bueno pero solo unos momentos podremos Ella niega.
A decir verdad.
En el mundo humano, su ecosistema permite evolucionar rápidamente.
¿En serio?
Al hacerlo se dio cuenta de la verdad.
¡Wow!
¡Es cierto!
– Explayó, e inmediatamente comenzó a comer.
Y acto seguido le otorgó a Re ¡¡¡Mmmmmm..esta delicioso!!!
Al concluir la comida, respiraron el oxígeno de la tierra.
¿Y ahora?
Deberíamos hospedarnos.
Y luego buscar a Athos, antes de que lo haga Bespario.
¡Quiero encontrarlo!
A pesar de ser su amiga de toda la vida..te encuentras muy compenetrada en él.
No digas estupideces..Es solo un amigo.
Aparte el idiota me debe muchas explicaciones y lo haré pagar a mi método.
¿Y tú?
Solo eres la hermana – manifiesta mofándose de ella.
– Eso no te incumbe – Expresa con ignorancia y antipatía – Es mi hermano .ustedes solo lo adoptaron.
Pero no deja de ser parte de la familia.
– Confiesa – E imagina situaciones cuando eran pequeños.
¿A dónde vas?
Voy a esa colina..
Pero es peligroso No tienes que seguirme.
Una joven Ilina se dirigía con Athos a la colina donde siempre jugaban.
Ella estaba firme con él en todo momento.
Y Athos la protegía como si su vida dependiera de ello.
En todo momento estaba a su lado.
¿Cuando fue que se separó de mí?
¿Por qué es que llegamos a tal extremo como para que ya no pueda verte?
– Una y otra vez en esa fotográfica imagen miraba a una niña y un niño demonico jugar y atravesar los avatares del peligro.
Él, no es mi hermano, pero si alguien lo suficientemente importante como para venir aquí ¡Cof!
¡Cof!
– comienza a toser Ilina.
¿Estás bien?
– Pregunta Re – ¡Cof!
¡Cof!
– ¡¡Chidfff!!
– Lanza un estornudo – ¡uf!
– Debe ser alguna alergia A mí me sucede lo mismo.
¿Qué?
¡Oye Re!
Como que estoy sintiendo algo distinto.
– .me sucede igual.
No puedo olfatear el rastro de Athos, ni los demás demonicos ¡Tampoco yo!
Pero al contrario, puedo respirar con normalidad.
¡¡Mmmm!!
Este planeta de los homínidos.
Lo detesto.
Me da escalofríos, el solo continuar aquí.
– De todas maneras debemos encontrarlo antes que los del otro clan.
Un proceso semi evolutivo, produjo que tanto Re como Ilina, perdieran ciertas capacidades determinantes de la raza demonica.
Mmmm perdimos todos los rastros – Expresa Efrain y otros dos seres más.
Prosigan sin distraerse, no tiene remedio esperar aquí.
– Manifiestan desde la bajada de una colina hasta la entrada del pueblo.
De todas maneras, se cómo detectar a ese infeliz de Athos.
– Confiesa Efrain.
– ¿Qué extraño?
– Pensó Athos – No puedo captar nada de los demonicos que nos vienen siguiendo.
Si bien estaba miniándose el olfato desde que llegué al campamento de los esclavos.
Incluso solo podía determinar que podría llegar haber alguien de la raza, ¿Pero no quién es?
Supongo que eso significa evolucionar aquí.
¿Señor Athos ocurre algo?
– Pregunté al ver la puerta abierta de su cuarto y aquel sentado de un lado de la cama contemplando la ventana de la salida a la calle del convento.
– Nada de nada – Expresa negativamente – Lo noté preocupado.
– No te preocupes – Todo está bien.
¿Qué te parece si salimos un poco?
Salimos de la posada a una de las calles más concurridas fuimos a comprar unos atuendos y me probé infinidad de ropa, ya que no estaba acostumbrada.
Gracias a la vendedora y su gustó logré algo bueno que atrajo hasta la mirada de Athos.
Entre la multitud un grupo de varios caballeros custodiaba un carruaje muy particular.
No era cualquier vehículo dentro de él, una persona de suma importancia se encontraba.
Algunos rumores se esparcían en medio de la muchedumbre.
Es el carruaje de su alteza.
¿La princesa?
Si!
Pero muy pocas veces concurre a estos eventos.
Debe ser ella.
La guardia de caballeros se redobló a tal punto que era imposible acercarse al vehículo estacionado en la calle.
Sus caballos relinchaban y el vehículo seguía allí.
Dos mujeres pasaron cerca nuestro esquivando a la muchedumbre curiosa.
Con túnicas que cubrían sus rostros y cuerpos en su totalidad.
Un enigma.
Una de ellas llevaba una espada de un acero reluciente.
Sin querer Athos se topó rosando con una de ellas.
¡Perdone!
– Y lo miró fijamente La otra mujer colocó su mano en el mango de la espada como propinando una postura de defensa y próxima a desenvainar.
Athos frunció el ceño y colocó un rostro de pocos amigos.
¡Perdóneme usted!
Fue un descuido de mi parte.
La mujer observó a su compañera con mirada asintiendo.
Al recibir el mensaje bajo la guardia.
No hay problemas.
Ambos nos distrajimos.
– y contemplaba el rostro de Athos sin apartar su vista.
Como si algo llamase su atención.
Allí pude ver un rostro refinado de unos ojos café y cabelló oscuro.
Y detrás una dama de tez rubia.
Buenas tardes Buenas tardes AL concluir las miradas y saludos ambas desaparecieron entre personajes y dieron la vuelta en otra calle concurrida.
Eso estuvo cerca princesa.
Debe tener cuidado.
No hay problema solo era un ciudadano más.
Tenía un rostro muy particular, repleto de marcas.
Debe haber tenido una vida difícil.
No es bueno conjeturar sobre algo desconocido.
A mí me pareció más un mercenario.
La dama que estaba a su lado poseía las mismas marcas a pesar de lo bella que es.
Es cierto.
Su cabello extenso llamaba la atención con sus ojos de color esmeralda..
¡je!
– esbozó una risita leve ¿Y esa risa?
No es nada.
Quiero ir al puesto comidas y luego a ver los eventos de los fuegos artificiales.
Uf!
Bien… – Respondió resignada Eres mi escolta ¡je!
¡je!
Entre otras personas se presentaban el grupo de Efrain.
Bespario aguardaba en las alturas de una meseta con otro grupo del clan.
Es bastante bullicioso el reinado de Starling.
Eso es porque dan pie a la diversión.
Es un antro de oscuridad por la corrupción.
El rey es bastante desposta.
¡Cuidado!
Un contingente de milicianos a caballo en una carroza que abría el paso.
Todos sabían quién estaba dentro.
Era mucho más poderosa que la propia princesa.
La señora Sthepan.
Emily Sthepan.
Una cortesana de una edad joven de unos cuarenta años.
Quien se supone controla el tráfico de esclavos.
Amplia empresaria del rubro sin otras palabras para mencionar sobre ella.
La carroza se detuvo y las puertas abiertas por causa de un mayordomo.
Al descender.
Solo poner un pie en el suelo.
Muchos se abrieron paso a ello.
Era imponente; abrumadora en todo su aspecto.
Ojos color naranja y cabello largo suelto color crema.
Su belleza era descomunal.
Y un vestido largo de color azul con gemas de un collar caro que adornaba su cuello.
A dar los primeros pasos.
Las dos jóvenes se acercaron a la multitud que curiosos observaban sus pasos.
Aparte de ser una mujer poderosa y adinerada, era fundamental para el comercio de la ciudad.
Posiblemente más poderosa que el rey mismo.
Ella se trasladó con su sequito detrás hacia una cantina.
Muchos hacia una fila para ingresar.
Un lugar famoso.
Al verla que se aproximaba abrieron el paso cuidadosamente para no ser golpeados por los guardias que empujaban a cada ser que se interponía por casualidad.
¡Me fastidia esa mujer!
– Dijo la princesa – ¡No llame la atención Princesa Cristine!
No te preocupes Zemina.
¡Se bien lo que hago!
Mmmmm Esos que están ahí no son la pareja de hace unos momentos.
El hombre y la mujer con cicatrices en sus rostros.
– – Y observó bien – Si princesa, son ellos – ¡Uf!
Pobre de ellos – Se preocupó con cierta pena Cristine.
Sabía del carácter de la matriarca Emily que se mantuvo quieta y con un rostro de piedra.
Nosotros, estábamos en la fila primeros para ingresar a almorzar algo ligero.
Por recomendación unos puesteros nos dieron esa dirección.
Al voltearme pude ver a varios hombres armados y con rostros de pocos amigos, quitando a las personas de la fila para que una dama foránea pudiera hacerse de la entrada.
Varios de los guardias llevaban hienas salvajes de caza ladrando y retorciendo sus dientes.
Los guardias mercenarios de la mujer comenzaron a quitar a todo aquel que estaba en camino.
Mejor vámonos de aquí – Expresó el señor Athos – perdona que no podemos comer en este lugar ¡No!
¡Je!
– Señor Athos, no hay problema – Podemos ir a otro sitio.
.
bien – Y observaba meticulosamente a cada uno, como sacando una radiografía de ellos ¡¡Ja!
Largo – Uno de los hombres pateo el trasero de un anciano que se iba lamentando.
Athos negaba como la facilidad de ellos era tan impune.
algunos oficiales estaban en una esquina sin hacer nada al respecto.
Vaya que todo el mundo humano es un caos – Menos mal que no soy de por aquí – Se dijo para sus adentros – ¿Y a ti que te pasa?
– pregunta uno de ellos de mala manera – El señor Athos no respondió y me pasó la mano por la espalda para que me adelante.
Camina y no voltees – Dijo Athos ¿Seguro señor Athos?
– pregunté y el asintió.
¡¡Oye!!
¡Te estoy hablando!
¡Oyeee!
– Se dirige a nosotros y coloca la mano en el hombro de Athos – ¡¡No te enseñaron a responder!!
Inmediatamente Athos se dio la vuelta y lo miró con sus ojos rojos ardientes.
¡Te escuché la primera vez!
¿Sucede algo?
– Responde haciendo que el matón temblará en sus piernas.
Una energía de Athos salía por el alrededor produciendo que las hienas ladraran sin cesar.
Y el mercenario se dio la vuelta distraído.
¡C-c-claro que n-no tonto!
– Expresa enfadado y tartamudeando.
¿Te molesta?
– Expresa observando la mano en el hombro de Athos ¡Buh!
– Y el hombre escupe en el suelo y regresa a atacar a otro.
Nos dimos la vuelta para salir de allí.
¿Viste eso Zemina?
Estuvo genial la manera de actuar ese hombre Nada mal para ser un pueblerino plebeyo – Expresó su guardia.
– Una niña corría distraída en el medio de la calle y entró a la zona donde estaban los hombres maltratando a las personas que quedaron en la entrada del restaurante.
¡Niña estúpida que haces!!
– ¡l-lo siento!
Y quiso regresar y una de las fieras se le acercó gruñendo, mientras el hombre sostenía la cadena – ¡¡Ahh!!
– – La niña fue contra la pared de la puerta ¡Ya lárgate!
¡¡Ja!!
¡Está asustada!
– Se acerca un mercenario sosteniendo a otra hiena- ¿Qué tal si se la damos de comer?
Eso sería bueno.
Ambos caninos estaban a centímetros de la niña cuyas cadenas no llegaban a poder tocar a la menor.
Los perros comenzaron a lanzar mordidas al aire queriendo un bocado de ella.
Una piel blanda.
Eso será divertido ¡Alice!
¡Alice!
– se acerca una pareja de unos treinta años – ¿Qué está haciendo ese maldito?
– Expresa la Cristine.
– Ambas estaban firmes, algunas personas se indignaban de los sucesos.
– Iré por ella – y un hombre entro en la suerte de círculo que se estaba gestando.
– La dama Emily observaba todo sin decir una palabra.
A entrar recibió un porrazo por detrás de otro mercenario.
Joseph – su mujer ingresó también ¡Largo de aquí!
¡Ustedes son basura!
– Y los golpearon brutalmente a los dos Princesa – Y se colocó en guardia – Zemina – Voy a ingresar ¡Oigan..Espere!
– ¡¡Por favor!!
– Se lamentaba el hombre que se cruzaba en el medio a buscar a su hija.
¡¡Puff!!
Lárgate… déjeme pasar esta mi hija en el suelo – Dijo la mujer y recibió un cachetazo – ¡¡Oh!!
– Cristine fue en camino.
– ¡¡Ahh!!
– Las lágrimas saltaron de los ojos de la pequeña que estaba acorralada por los perros.
Ya es suficiente – Comenzó a caminar Zemina hacia la carroza abriéndose paso.
– Un tumulto de personas se iba abriendo de ello.
Y otros hombres estaban llegando.
No, es la guardia personal de la señora.
Emily Sthepan regresó a la carroza.
Concluyan todo de una vez – Dijo -Ya no me apetece venir aquí ¡¡Lo ven la señora ya no quiere ir!!
– y patea al hombre que se encuentra en el suelo y su mujer lo cubre, mientras éste escupe sangre de la boca Por favor déjennos ir.
Devuélvame a mi hija.
¡¡Alice!!
¡¡Mama!!
Lánzale los animales a esa mocosa y que la devoren.
– Señor Athos..¡¡Gr!!
¡¡Gr!
– Estaba enfada y mi piel se erizaba al ver a esa pequeña allí en ese estado – ¡Calma!
¿Pero?
Con la fuerza de uno de los perros el collar se rompió soltándolo.
¡¡Rayos!!
Se rompió – aquella salió disparando hacia la niña y diò un gran salto.
¡¡Ahhhh!!
– ¡¡Nooo!!
– Gritaron Zemina y Cristine.
La señora miraba volteándose rápidamente.
Una humareda cubria todo el perímetro.
Y al disiparse, estaba el señor Athos sosteniendo a la niña en brazos y en el suelo lo que quedaba de la hiena totalmente destruida en pedazos de carne.
Todos se quedaron atonitos al ver aquel espectáculo de gore.
El animal estaba muerto y frente a la puerta la pequeña abrazaba al señor Athos.
Me acerqué a él.
¡S- eñor!
Athos miraba a la niña que estaba temblando.
Ya está bien pequeña – Belu sostenla.
Sí señor.
Ven conmigo.
– Todo está bien.
– ¿Vieron eso?
Destripò al animal en menos de segundos.
Es increíble ¿Quién es ese tipo?
No lo sé.
¿Z-zemina?
¿Viste lo que acaba de suceder?
– expresó pausando su voz Princesa…¿Eso fue?
¡No, no se ni lo que fue!
– Se dijo confundida Zemina.
¡¡Mi fiera!!
¡¡Malditoo!!
– Se fue acercando hacia Athos queriendo atacarlo El hombre lanzó un puñetazo contra Athos que se dejó golpear.
¡¡Señor Athos!!
¡¡Toma imbécil y ahora va a tener tu merecido!!
Él apenas se movió.
Y al segundo golpe, solo tuvo que colocar la palma de la mano para paralizarlo y luego solo doblar con un movimiento mínimo su puño hasta partirle el hueso ¡¡¡Ahhhhhh!!!
– Cayó al suelo del dolor ¿Lo vieron ese hombre..
es aterrador?
Si quisiera se inmuta, ni mueve un solo musculo.
– ¿dónde crees que vas?
¡Déjenme salir!
– Expresé con enojo – Ya verás – al escucharlo – Aquel me tomó del brazo cuando me llevaba a la niña y observé al señor Athos.
– Haz lo que gustes Belu..
Solo no..¡¡Noo!!
Antes que pudiera dame cuenta corte su brazo en dos partes.
La carne y la sangre se salían de lugar y eso me producía hambre.
Dejé a la niña en el suelo.
Todos estaban atemorizados y el y hombre se retorcía del dolor.
¿Qué interesante?
– Dijo la señora – Nunca he visto esa clase de fuerza – ¡¡mmmmm!!
podría..
no – ladeó la cabeza – ¿Vamos a esperar a ver que hacen?
¡¡No será un desastre!!
– Se dijo Athos – ¡¡Beluuu!!
– y Fue directamente abrazarme por detrás – ¡¡Grrr!!
– Gruñí, fuertemente.
– Y poco a poco me calmaba – ¿Eh?
…¿Qué es este calor tan apreciable?
– Se preguntaba Athos – ¿Es cómo algo cálido y a la vez alegre?
Fui contra él intentando clavar mis garras en su pecho, pero el señor Athos me detuvo justo a tiempo.
– Sosteniéndome en un abrazo cordial.
Podía presentir su energía que era temerosa y sus palpitaciones de corazón acelerado.
¡Ya basta!
¿Qué ocurre aquí?
– Llegaron los escoltas de la caballería especial de la señora.
Oto, desciende de su caballo y se acerca- ¿Qué demonios sucede?
¿señora?
Estoy bien Oto ¡Zemina!
– Gritó Cristine alarmada por sucesos.
– Y se acercaron un poco más.
Eso es increíble – derrotaron a dos de los matones mas pesados y de la peor manera – Expresa Zemina.
– La pequeña fue corriendo a su padre y madre.
Athos se acercó pero ellos estaban atemorizados por los sucesos.
Aléjese por favor.
No les haré daño – Dijo frunciendo el ceño – Se pusieron de pie y los tres emprendieron la huida.
Vámonos de aquí – La familia se iba.
La pequeña cargada por su madre, miraba a Athos y a mí – y con un gesto nos agradeció.
¿Díganme lo que sucede?
Señor ese hombre y esa mujer.
Aquí no acaba de ocurrir nada – Expresa la señora y nos observa sigilosamente – estas dos personas se defendieron de las estupideces de ustedes – ¡S-señora!
– Dijo uno de ellos Ya cierra la boca – Expresa otro de la guardia personal Mis disculpas – Y agacha la cabeza – Si les parece bien – ¿Eh?
Antes que ella dijera algo nos desvanecimos a gran velocidad con el señor Athos ¿pero se fueron?
Alguien los vio .
acaban de desaparecer..
Y-yo t-tampoco lo vi princesa.
Oto, se acercó a la puerta y el cuerpo mutilado de la hiena estaba allí.
La muchedumbre ase abría.
¿Quién rayos hizo esto?
Lo cortó en pedazos quirúrgicamente.
– Señor..
no pudimos ver nada.
Fueron segundos.
¡No puedo creerlo!
Esos malditos se escaparon.
Bueno..
ya los encontraré, me interesa tenerlos como empleados.
Ahora si me dio hambre y paso hasta llegar a la puerta para ingresar al restaurante.
Al entrar estaban todos inmutables si nada que decir al respecto por todo el embrollo sucedido.
¡Quisiera conocer a ese hombre!
– Expresó Cristine.
Vayámonos de aquí – De acuerdo.
–
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