El yerno del rey dragón - Capítulo 45
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Capítulo 45: Capítulo 45 – Transformándose en una mujer a la moda Capítulo 45: Capítulo 45 – Transformándose en una mujer a la moda Editor: Nyoi-Bo Studio —No sé cómo hacer esta.
Ni esta, ni esta…—Zhao Yanzi marcaba con un círculo las preguntas con el lápiz de punta redonda en el libro de práctica.
—Hm, déjame ver…—Hao Ren se forzó a sí mismo a revisar los problemas.
—Esto es solo de Matemáticas.
Todavía tengo física, química, biología, geología…—Zhao Yanzi fue sacando muchos libros de la pequeña gaveta, como si se tratase de un truco de magia.
Hao Ren se sintió mareado del cansancio y solo podría resolver un par de problemas.
Mientras tanto, Zhao Yanzi se recostaba en su silla con los brazos cruzados sobre su pecho y mirando a Hao Ren con una sonrisa burlona en su rostro.
“¡Joder!
Desde cuándo se han hecho tan difíciles los cursos de ciencia en la secundaria…” Pensó en silencio Hao Ren.
Sin embargo, ya que no podía avergonzarse a sí mismo frente a Zhao Yanzi, tuvo que estrujarse el cerebro para resolver los problemas.
Mientras él trabajaba en resolver los problemas de matemática de Octavo Grado, pensó sobre las matemáticas avanzadas; mientras trabajaba en los problemas de física, pensó sobre las teorías físicas de nivel universitario… La gran brecha entre su conocimiento actual en estas materias y aquellas de un estudiante de secundaria le hacían imposible resolver los problemas utilizando solo los conceptos de secundaria.
—Tío, ¿puedes resolverlos o no?
—preguntó animada Zhao Yanzi mientras él luchaba con la creciente frustración.
Hao Ren la había atormentado con el inglés y ella se sentía muy bien ahora que podía vengarse.
Poniendo sus manos sobre sus sienes en llamas, Hao Ren sintió como si fuera a estallar.
Sin embargo, le daba demasiada vergüenza admitir que él, un estudiante de una de las mejores universidades, no podía resolver los problemas de secundaria.
—Pásame todos tus libros de texto y así refrescaré mi memoria sobre los conceptos de secundar —dijo Hao Ren soltando el lápiz.
Zhao Yanzi no le entendió bien y dijo—: Pero los necesito para las clases de mañana.
—Está bien.
Solo los necesito esta noche —Hao Ren parecía confiado.
—¡Espera!
—Zhao Yanzi camino hacia la cama y tomó su mochila levantándose.
Sacó cinco o seis libros gruesos y se los pasó a Hao Ren.
—Duérmete temprano hoy —dijo Hao Ren mientras ella caminaba hacia la puerta con los libros en las manos.
Zhao Yanzi lo miró asombrada.
Le sorprendía que Hao Ren fuera tan bueno con ella y no se hubiese molestado tanto como ella había esperado.
Antes de que ella pudiera recuperar la compostura, Hao Ren ya había salido de la habitación y subido al ático, donde se encontraba el estudio de Zhao Hongyu.
Ella bajó la mirada y observó su pijama rosa y la suave piel bajo el collar, preguntándose: “¿Acaso no le atraigo en lo absoluto?” “Se va tan pronto como termina de enseñar, como si para él fuese una tarea…” Pensó Zhao Yanzi mientras miraba la pequeña elevación en su pecho.
De repente, pensó en la chica bonita que había conocido en la Universidad del Océano Este durante los Juegos Atléticos.
Resopló con desagrado y se subió de un salto a su cama.
Cuando Hao Ren llegó al estudio encontró que sobre el limpio suelo habían arreglado con mucho esmero un lugar para que él durmiera, y a su lado habían doblado la ropa que había utilizado antes.
La habían lavado y secado.
“La madre de Zhao Yanzi es una mujer tan atenta y considerada.
Si Zhao Yanzi pudiera convertirse en una mujer con tan solo la mitad de las virtudes de su madre, seré un hombre feliz… Hmm, en qué estoy pensando…” Hao Ren colocó los libros de texto en el suelo antes de acomodarse.
Agarró un libro del suelo al azar y comenzó a estudiarlo.
Afuera la tormenta continuaba entrada la noche tal como había predicho Zhao Hongyu.
Iluminado por la suave luz amarilla, el ático era cálido y tranquilo.
Mientras leía, comenzó a quedarse dormido.
¡Paf!
El libro escapó de sus manos y cayó al suelo.
En su habitación, sin poder dormir, Zhao Yanzi daba vueltas en su cama.
Encendió las luces y se quedó mirando al techo cubierto de estrellas.
Después de un rato se levantó de la cama y de puntillas salió de su habitación y subió las escaleras; tenía curiosidad sobre cómo le estaría yendo a Hao Ren.
Cuando encontró a Hao Ren dormido con los libros regados a su alrededor, su corazón lleno de sospechas se conmovió.
El golpeteo de las gotas de lluvia afuera hacia que el pequeño ático pareciera frío.
“Cretino… lanzando mis libros por todas partes.” Pensó por un momento y entró de puntillas en la habitación.
Recogió los libros y estaba a punto de irse cuando se le ocurrió algo.
Se agachó y en silencio arrastró la cobija, que había pateado a un lado, sobre el cuerpo de Hao Ren.
Le hizo una cara al dormido Hao Ren y movió su mano frente a su rostro como si fuera a golpearlo.
Pero al final, no lo despertó.
Con los pesados libros en mano, Zhao Yanzi regresó a su habitación en el segundo piso.
A la mañana siguiente, cuando Hao Ren despertó, se alertó un poco al descubrirse fuera de su dormitorio.
Sentándose vio que lo habían cubierto con la cobija y se dio cuenta de que los libros que estaban a su lado habían desaparecido.
Todavía llovía, aunque no tan fuertemente como la noche anterior.
Se cambió de ropa y caminó escaleras abajo hacia el primer piso.
Al pasar por el cuarto de Zhao Yanzi notó que estaba en silencio.
¡Chop!
¡Chop!…
Sonidos de cortes provenían de la cocina.
Hao Ren entró y encontró a Zhao Hongyu ocupada en la cocina con su delantal.
—Buenos días tía —Hao Ren se acercó a saludarla.
—¿Ya te levantaste?—Zhao Hongyu le sonrió y preguntó—: ¿Cómo dormiste anoche?
—Bien, ¿Aún no se ha levantado Zi?
—preguntó Hao Ren.
—Ella es una perezosa y no se levantará hasta que alguien vaya a despertarla.
Ve y aséate en el baño de Zi.
Coloque una toalla nueva y un cepillo de dientes nuevo para ti —dijo Zhao Hongyu.
—Esperaré a que despierte.
No es correcto que irrumpa en su habitación —dijo Hao Ren.
Zhao Hongyu asintió con una sonrisa.
Ciertamente, si Zi descubría que Hao Ren la había visto durmiendo en sus poses poco femeninas, explotaría en ira y haría una escena.
—El padre de Zi te llevará a la escuela.
Por ahora puedes relajarte en la sala —dijo Zhao Hongyu mientras picaba la mostaza china con facilidad.
—¿Congee* de cerdo molido con mostaza y huevos en conserva?
Déjame ayudarte —Hao Ren comenzó a ayudarla.
Zhao Hongyu no se rehusó a su ayuda.
Sonrió y dijo—: Eres un buen chico.
—Y usted es una madre genial —respondió Hao Ren.
—¿Tú mamá no te prepara el desayuno?
—preguntó casualmente Zhao Hongyu.
—Ella está muy ocupada y no tiene tiempo para hacer las cosas que haría una madre ordinaria —respondió Hao Ren después de pensarlo un poco.
Percibiendo la ligera decepción en el tono de Hao Ren, Zhao Hongyu le sonrió—: No tiene importancia.
Este es tu hogar ahora.
Hao Ren se conmovió.
No estaba muy seguro de los sentimientos de Zhao Yanzi hacia él, pero sabía que Zhao Hongyu lo trataba como un miembro de su familia.
Sin saber cómo responderle, se ocupó y trabajó en silencio.
Poco después, Zhao Guang y Zhao Yanzi se levantaron y bajaron al primer piso.
Para entonces, el congee de cerdo molido con mostaza y huevos en conserva de delicioso aroma ya estaba sobre la mesa, como resultado de los esfuerzos en conjunto de Hao Ren y Zhao Hongyu.
Hao Ren subió al baño en la habitación de Zhao Yanzi para asearse, y Zhao Guang estaba complacido de que Hao Ren hubiese ayudado a preparar el desayuno.
Zhao Yanzi se sorprendió de que Hao Ren fuera un chico tan trabajador y dispuesto.
Sin embargo su madre la regañó por sorprenderse e hizo pucheros en silencio a forma de protesta.
Cuando el sencillo desayuno terminó, la tormenta que había estado cayendo con furia durante toda la noche terminó también.
Zhao Guang se preparó para llevar a Zhao Yanzi y a Hao Ren a la escuela mientras Zhao Hongyu se quitó el delantal revelando la camiseta sin mangas de tirantes delgados con un diseño de flor de loto que llevaba debajo.
Se puso los lentes de sol y tomó una cartera muy femenina antes de entrar al garaje.
Un minuto después, Zhao Hongyu condujo un Ferrari rojo fuera del garaje.
Hao Ren se impresionó con el cambio instantáneo de Zhao Hongyu, de una madre perfecta a una mujer a la moda.
Pero de nuevo, no debía sorprenderle demasiado ya que Zhao Hongyu era una diseñadora famosa.
Recientemente solo la había visto en su rol como la madre perfecta y se había olvidado que ella tenía su propia carrera.
Con su reputación y habilidad, probablemente lideraba su propio equipo de élite y manejaba un estudio independiente.
Despidiéndose con la mano, Zhao Hongyu desapareció en su brillante Ferrari rojo.
Zhao Guango llevó a Zhao Yanzi y a Hao Ren a sus respectivas escuelas uno después del otro, manejando su Chevrolet negro de bajo perfil.
Ya que no quería atraer más atención hacia él, Hao Ren le pidió a Zhao Guang que lo dejara a unos cuantos cientos de metros de distancia de la puerta principal de la escuela.
Tras despedirse de Zhao Guang, Hao Ren caminó hasta la puerta principal de la universidad.
A lo lejos, divisó a algunos estudiantes colgando un anuncio sobre la puerta.
“¡Una cálida bienvenida al mundialmente famoso biólogo Hao Zhonghua y al globalmente reconocido meteorólogo Yue Yang quienes estarán dando conferencias en la universidad!” *Congee es un plato típico en muchas regiones de Asía que consiste en arroz servido con gachas y diferentes tipo de carne.
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