El yerno del rey dragón - Capítulo 54
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Capítulo 54: Capítulo 54 – Una emergencia Capítulo 54: Capítulo 54 – Una emergencia Editor: Nyoi-Bo Studio —¡¿Qué?!
—exclamó Hao Ren, paralizándose y sintiendo que la sangre se le subía a la cabeza—: ¿Cuál es la situación?
—¡Llamé a la ambulancia, pero no ha llegado aún!
—dijo angustiado el tío Wang.
—¡Lleva mis libros por mí a la habitación Zhao Jiayi!
—dijo Hao Ren levantándose, y salió corriendo del salón.
El profesor observó a Hao Ren pasarlo corriendo con el rostro en blanco.
Solo se enfureció después de que Hao Ren se había ido.
“¡Los estudiantes de hoy en día son muy groseros!
¡Son tan atrevidos que creen que pueden salir del aula en medio de la clase sin siquiera darle alguna explicación al profesor!” Pensó.
Hao Ren corrió a toda velocidad fuera del Edificio Académico y hacia la puerta principal de la escuela mientras hablaba por el teléfono—: No entres en pánico tío Wang.
¿Llamaste al hospital que está cerca de la casa y les dijiste que recogieran a la abuela?
—No puedo encontrar el número de teléfono —sonó extremadamente agitado el tío Wang.
Lamentándose en silencio por la estupidez del tío Wang, Hao Ren salió corriendo por la puerta principal e intentó tomar un taxi.
Gracias a que la escuela estaba en los suburbios y que eran casi las 8 en punto de la noche había muchos taxis en el área.
Estuvo parado allí un rato antes de divisar varios taxis, pero todos ellos tenían pasajeros.
A lo largo del medio minuto en el que estuvo intentando tomar un taxi, Hao Ren continuó hablando con el tío Wang.
No obstante, ¡ese medio minuto se sintió aún más largo que un siglo!
Incluso pensó en saltar al medio de la calle y detener a un auto al azar.
Mientras él mismo estaba tan agitado como una hormiga sobre una hornilla caliente, intentó calmar al tío Wang por teléfono.
En la cúspide de su ansiedad, vio un auto rojo pasar frente a él y de repente le vino a la mente la deslumbrante visión de Zhao Hongyu en su Ferrari rojo.
“¡Zhao Hongyu!” Súbitamente, Hao Ren tuvo una idea.
—Tío Wang, tengo que colgarte ahora ya que necesito llamar por ayuda.
Llámame si la situación cambia —Hao Ren revisó su lista de contactos al terminar la llamada.
Tras encontrar el número de Zhao Hongyu lo marcó.
Cuando Hao Ren había acompañado a Zhao Yanzi al viaje de fin de semana en la montaña, Zhao Hongyu le había dado su número en caso de que hubiese alguna emergencia.
No lo había utilizado hasta ese momento.
Normalmente no molestaría a los padres de Zi, pero ya que la situación era urgente y sus padres seguían en el exterior, las únicas personas en las que Hao Ren podía pensar eran los padres de Zhao Yanzi.
El teléfono repicó seis veces sin que nadie contestara.
Hao Ren estaba tan angustiado que la mano con la que sostenía el teléfono comenzó a sudar.
—¿Hola?
—respondieron súbitamente y la gentil voz de Zhao Hongyu salió del teléfono.
—¡Tía!
¡Soy yo!
—gritó con urgencia Hao Ren.
—Oh, eres tú Ren.
¿Por qué no viniste a tutorear a Zi hoy?
Te estaba por llamar y preguntarte —dijo Zhao Hongyu.
“Tengo clases esta noche y ya me salté esa clase la semana pasada para tutorear a Zi.
Se lo comenté a Zi ayer”.
Explicó en su mente Hao Ren.
Pero ahora no tenía el tiempo para explicarle esto a Zhao Hongyu.
En su lugar, dijo urgentemente—: Es mi abuela.
Ella… Por alguna razón, el escuchar la voz de Zhao Hongyu emocionó tanto a Hao Ren que se atragantó.
—¿Qué pasó?
No entres en pánico.
Tómalo con calma —Zhao Hongyu se alarmó al sentir la agitación en la voz de Hao Ren a través del teléfono.
—Mi abuela se desmayó porque tenía la tensión alta, necesita que la lleven a un hospital.
Pero el tío Wang, el cuidador de mi abuela, no tiene auto —Hao Ren despejó su cabeza antes de explicar la situación, exhalando.
—Dame la dirección, ¡Iré hasta allá ahora mismo!
—dijo inmediatamente Zhao Hongyu.
—Blue Sea y Golden Sand Resort, en el barrio sur de la Ciudad del Océano Este.
El número de la casa es el 16.
Es la sexta casa a la derecha después de atravesar la puerta sur —dijo Hao Ren.
Con el corazón atascado en la garganta, y con el brazo que sostenía el teléfono sacudiéndose violentamente.
—¡Lo tengo!
Llegaré pronto.
¡Nos mantenemos en contacto!
—contestó Zhao Hongyu.
Colgando el teléfono, parecía que ella ya estaba corriendo hacia el garaje.
Despegando el teléfono de su oído, Hao Ren permaneció en la puerta principal de la escuela sin saber qué hacer después.
La calle frente a él era oscura, y los autos lo pasaban brillando en la oscuridad.
Buzzz… Vibró su celular.
Hao Ren contestó en el acto y escuchó la profunda voz de Zhao Guang—: ¿Estás en la escuela?
Voy en camino, te recogeré en la puerta en diez minutos.
Hao Ren solo dijo—: Ok.
Y la llamada terminó.
Se mantuvo de pie en el vacío lugar frente a la puerta principal, sintiendo como el frío viento penetraba su camisa.
¡Crack!
¡Crack!
Bajó el fuerte viento, el aviso gigante que colgaba sobre la puerta revoloteaba en el aire haciendo ruidosos chasqueos.
Hao Ren giró la cabeza y miró el anuncio con un repentino resentimiento.
¡Wushhh!
Un Chevrolet negro se detuvo frente a Hao Ren.
Zhao Guang sacó la cabeza por la ventana y dijo—: Súbete al auto, podemos esperar nuevas noticias en casa.
Asintiendo entumecido, Hao Ren se subió al auto y descubrió que Zhao Yanzi también estaba allí.
Miró a Hao Ren con preocupación y empatía; parecía que ella también se había preocupado por Hao Ren y por eso había acompañado a su papá a recogerlo.
Con calma, Zhao Guang encendió el auto y condujo hacia su hogar.
No era un viaje largo entre su casa y la Universidad del Océano Este.
Hao Ren se sentó en el auto con el rostro pálido y pensó por un momento antes de preguntarle a Zhao Guang—: ¿Cómo fue la tía hasta allá?
—Condujo —respondió Zhao Guang.
Hao Ren se decepcionó levemente ya que había esperado que Zhao Hongyu utilizara sus superpoderes y volara hasta allá…
Como si hubiera leído la mente de Hao Ren, Zhao Guang continuó—: No te preocupes.
No le toma mucho más tiempo a tu tía conducir hasta allá que volar.
Tenemos muchas restricciones para volar.
Si se encontrara con un inspector, desperdiciaría mucho tiempo respondiendo a sus preguntas.
Además, si volara hasta allá, no tendría como llevar a tu abuela al hospital.
—Cierto —asintió Hao Ren y se sintió agradecido por la ayuda de Zhao Yanzi y su familia.
Solo esperaba que su abuela estuviera bien.
Les tomó solo doce minutos conducir desde la Universidad del Océano Este hasta la casa de Zhao Yanzi.
Zhao Guang estacionó el auto y llevó tanto a Hao Ren como a Zhao Yanzi adentro de la casa.
El ambiente cómodo y familiar logró calmar un poco los agitados nervios de Hao Ren.
Sacó su celular y llamó nuevamente a casa.
El tío Wang contestó la llamada y Hao Ren preguntó de inmediato sobre su abuela.
—Una mujer acaba de llegar y dijo que era tu amiga.
Le aplicó algunos primeros auxilios a tu abuela y la cargó hasta el auto.
Hace menos de un minuto que se marcharon, yo estaba tan angustiado que ni le pregunte su nombre —dijo el tío Wang por el teléfono.
“Bueno, aunque cocina bien el tío Wang no es alguien del que puedas depender en una emergencia,” lamentó para sus adentros Hao Ren la torpe mente del tío Wang, mientras este lo consolaba por el teléfono.
El Tío Wang había entrado en pánico cuando la abuela enfermó.
No pudo encontrar el número del hospital y no supo cómo lidiar con la crisis.
Había necesitado incluso que Hao Ren, que estaba lejos en la escuela, le diera instrucciones, y ni siquiera le había preguntado el nombre a la extraña antes de dejar que se llevara a la abuela de Hao Ren… Hao Ren se agitó cada vez más mientras pensaba en esto.
Pensó que era muy poco seguro dejar que el tío Wang siguiera cuidando por sí mismo a su abuela, y se reprendió a sí mismo por no haber podido ayudar a su abuela cuando estuvo en apuros.
Con el ceño fruncido, alzó la mirada hacia el reloj pensando que Zhao Hongyu había llegado muy rápido hasta la casa a un costado del mar, tan solo demoró unos 20 minutos.
Zhao Guang y Zhao Yanzi se sentaron junto a Hao Ren en la sala en lugar de ir a ocuparse de sus propios asuntos.
Después de otros 20 minutos, repentinamente sonó el teléfono de la sala.
Zhao Guang levantó el teléfono y escuchó.
Se volvió hacia Hao Ren y dijo—: Hongyu llevó a tu abuela al Hospital del Este en la ciudad y la están atendiendo.
El doctor dice que estará bien.
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