El yerno del rey dragón - Capítulo 774
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Capítulo 774: Capítulo 774 – ¡¡Convirtiéndose en una sabia!!
Capítulo 774: Capítulo 774 – ¡¡Convirtiéndose en una sabia!!
Editor: Nyoi-Bo Studio Hao Ren flotó suavemente por el aire, como si estuviera sumergido en un oscuro sueño, y luego vio de repente oleadas de luz blanca.
¡Había caído de vuelta al Octavo Cielo!
¡El cuartel general del Dao de la Nube Divina se esparcía por docenas de montañas, y parecía ser una ciudad activa, con luces destellando por todas partes!
¡Podía estar a la par con cualquier de las súper ciudades de la tierra!
¡El Dao de la Nube Divina era más como un reino de cultivación que una secta!
¡El cuartel general del Dao de la Nube Divina era la capital del reino!
Parado sobre una energía espada, Hao Ren escogió una plataforma al azar y aterrizó mientras seguía doliéndole el pecho.
Los cultivadores que viajaban entre los edificios flotaron en el aire, y parecían indiferentes al ver a Hao Ren aterrizar.
¡Swuuush!
¡Swuuush!
¡Swuush!
De repente tres luces volaron hacia él, desde distintas direcciones.
Ya que el cuerpo de Hao Ren no tenía la marca del Dao de la Nube Divina, ¡lo consideraron como un invasor!
—¡Es mío!
La voz de la Vieja Abuela vino a tiempo, y luego una nota se acercó volando para llevarse a Hao Ren.
Los tres miembros del equipo que patrullaba que estaban por atacar a Hao Ren, se dispersaron de inmediato.
Ellos eran cultivadores del rango alto del Reino del Alma Naciente, y por lo menos había cientos de cultivadores del Reino del Alma Naciente manteniendo el orden en la Ciudad de la Nube Divina.
Hao Ren se encontró en un parpadeo parado en el patio de la Ermitaña Qingfeng, que era tan tranquilo que no podían escucharse los ruidos externos.
—¡Hao Ren!
Xie Yujia salió corriendo de una habitación lateral del patio, y exhaló con alivio cuando vio que estaba a salvo.
Luego le preguntó ansiosa—: ¿Cómo te fue?
Hao Ren sacudió la cabeza.
Al ver que ya era de noche en el Octavo Cielo se apresuró en preguntar—: ¿Cuántos días han pasado?
—Pasaron tres días —dijo con ligereza la Ermitaña Qingfeng.
Hao Ren se sorprendió de que hubieran pasado tres días.
Después de todo, solo hizo una pequeña parada en el Reino Celestial, y ni siquiera pudo entrar por la puerta celestial.
Con razón Lu Linlin y Lu Lili se habían quedado por más tiempo después de su encarcelamiento en el Palacio Dragón del Océano Este.
Además, ellas se quedaron en la Ciudad del Océano Este y se divirtieron por un tiempo después de salir del Palacio Dragón del Océano Este.
Mientras ajustaba sus cálculos, el encarcelamiento de doscientos años era solo un pequeño período de castigo para los inmortales del Reino Celestial.
Ya que la Reina Madre del Oeste no quería separarse de Lu Linlin y Lu Lili por demasiado tiempo, las castigó en el Palacio Dragón del Océano Este para enseñarles una lección.
—Ay —suspiró levemente la Ermitaña Qingfeng, y volvió la mirada hacia Xie Yujia, cuyos ojos estaban rojos e inflamados.
Le tomó poco tiempo a Hao Ren ir y volver del Reino Celestial, pero fueron tres días llenos de preocupación para Xie Yujia.
Ella tenía un corazón amable.
Durante estos tres días, había estado pensándolo mucho, y tuvo todo tipo de pensamientos aterradores, temiendo que Hao Ren no volvería nunca.
Cada noche lloró dentro de la habitación lateral, lo que no se le escapó a la Ermitaña Qingfeng.
—¡Ven aquí!
La Ermitaña Qingfeng llamó a Hao Ren.
Al pensar en que Xie Yujia había sufrido mucho por Hao Ren, se sintió extremadamente infeliz.
Cuando Hao Ren se le acercó desde el lado de Xie Yujia, la Ermitaña Qingfeng levantó súbitamente su mano, y la colocó sobre su cabeza.
—¡Abuela!
—exclamó Xie Yujia sorprendida, pensando que la Ermitaña Qingfeng estaba tratando de castigar a Hao Ren.
Para su sorpresa, una flor de loto pura floreció lentamente sobre la cabeza de Hao Ren, esparciendo tres pétalos tan traslúcidos como la luz.
—Tres pétalos.
Es muy bueno que hayas cultivado tres pétalos en el nivel Kun —dijo con un poco de alabanza en su tono áspero la Ermitaña Qingfeng, después de retirar su mano.
—Abuela, esto —dijo Xie Yujia, observando desconcertada a la Ermitaña Qingfeng.
La Ermitaña Qingfeng la miró y dijo—: Todos los cultivadores pueden mostrar su loto natal en un reino elevado, y estos son sus almas vitales.
Cuando un cultivador dragón alcanza el nivel Qian, pueden condensar un loto natal de tres pétalos.
—Los cultivadores que no tienen Núcleos Dragón ni cristales místicos, deben alcanzar el Reino del Alma Naciente para condensar el loto natal de tres pétalos.
La Ermitaña Qingfeng dirigió su mirada hacia Hao Ren una vez más y continuó—: La razón por la que los cultivadores dragón del nivel Qian son más poderosos que los cultivadores humanos en el Reino del Alma Naciente, es que los cultivadores dragón pueden condensar lotos natales de tres pétalos, mientras que los cultivadores del Reino del Alma Naciente deben alcanzar una etapa cumbre para entender la naturaleza y construir el loto natal de tres pétalos.
—Abuela, ¿se refiere a las tres flores que se reúnen encima de la cabeza que están registradas en los libros de Daoísmo?
—preguntó Xie Yujia.
—La esencia forma de flor de jade, el aura forma la flor dorada y las almas forman flores de nueve pétalos.
Refina la esencia primero, luego el aura y por último el alma.
Solo después de alcanzar el Reino de la Formación del Alma puede uno realmente cultivar el alma vital.
—Yujia, el alma vital es una flor de loto de nueve pétalos, en lugar de tres —dijo la Ermitaña Qingfeng, tocando la mejilla de Xie Yujia mientras un loto de cuatro pétalos aparecía de repente sobre su cabeza.
Apareciendo sobre la cabeza de la Ermitaña Qingfeng, la flor de loto de cuatro pétalos de color blanco puro emitió luces suaves, llenando el pequeño patio de brillo.
—Tras alcanzar el Reino del Dragón Celestial y el Reino de la Formación del Alma, la fuerza de cultivación alcanzará su pináculo.
En esta etapa, lo importante no son los reinos, sino las almas vitales.
Los cultivadores que acaban de alcanzar el Reino del Dragón Celestial y el Reino de la Formación del Alma, tienen todos lotos de cuatro pétalos, que representan sus almas vitales.
Hao Ren asintió, percibiendo todo un nuevo mundo frente a él, tras escuchar las palabras de la Ermitaña Qingfeng.
De hecho, no importaba si se trataba de los niveles de los cultivadores dragón o de los reinos de los cultivadores humanos, todos se dividían en rango bajo, rango medio, rango alto y la cima.
Sin embargo, después de alcanzar el Reino del Dragón Celestial y el Reino de la Formación del Alma, todos los cultivadores alcanzaban el reino del ascenso, y era por esto que estas divisiones más pequeñas ya no existían.
En cambio, todo se medía en términos de pétalos sobre los lotos natales.
¡Hum!
El loto de cuatro pétalos de la Ermitaña Qingfeng, emitió de repente olas de luces más brillantes.
¡Otro pétalo se abrió!
¡Cinco pétalos!
El brillo llenó este pequeño patio.
—Lotos de cinco pétalos indican el reino de los Grandes Reyes Demonio —dijo la Ermitaña Qingfeng, observando a Hao Ren y Xie Yujia con una pequeña sonrisa antes de continuar.
Mientras hablaba de manera casual, al loto natal que representaba a su alma vital le salió otro pétalo.
¡Seis pétalos!
Enceguecedores rayos de luz salieron disparados del patio.
¡Toda la Ciudad de la Nube Divina se iluminó, como si fuera de día!
—El loto de seis pétalos es el reino de los Reyes Demonio Eternos.
Hay como mucho seis Reyes Demonio Eternos en el mundo —dijo la Ermitaña Qingfeng.
Xie Yujia observó a la Vieja Abuela con asombro, sin imaginar que hubiera alcanzado el Reino de los Seis Pétalos.
Los cultivadores de la Ciudad de la Nube Divina se alarmaron al ver la luz blanca, pero se dieron cuenta de que eso significaba que la Ermitaña Qingfeng, la madre del Maestro Dao del Dao de la Nube Divina, ¡había salido de su aislamiento y se había convertido en una sabia!
De hecho, con sus Notas de la Vida y la Muerte, que eran capaces de sentir el mundo, la Ermitaña Qingfeng podría haber alcanzado el Reino de los Cinco Pétalos hace mucho, ¡pero lo suprimió y se abalanzó directamente el Reino de los Seis Pétalos!
¡Hum!
Hum… La luz que volaba se transformó poco a poco en notas, y se dispersaron por el Octavo Cielo.
—Niño, estoy conmovida por tu amor por tu abuela y por la sinceridad y valor que has demostrado.
Intentaré ayudarla —dijo lentamente la Ermitaña Qingfeng, guardando su loto de seis pétalos.
Al escuchar sus palabras, Hao Ren alzó la mirada encantado y respondió—: ¡Muchas gracias abuela!
De repente se dio cuenta de que la Ermitaña Qingfeng había estado probándolo al enviarlo al Reino Celestial.
En realidad, la Ermitaña Qingfeng había decidido hablar en persona en su nombre después de alcanzar el Reino de los Seis Pétalos y de convertirse en una sabia.
—No obstante, no puedo intervenir en otras cosas.
La esencia maligna que se esparce desde el Palacio Dragón del Océano Este es el indicio de que el mundo entrará en el caos.
El Dragón Ancestral Ya Zi solo traerá instinto asesino al mundo.
Puede destruir el mal del mundo, pero también traerles desastres a los mortales.
La Ermitaña Qingfeng observó a Hao Ren y dijo—: Para reprimir la esencia maligna, debes utilizar el tesoro definitivo que está en el Altar del Dios Dragón.
Pero no puedes manejar ese tesoro con tu reino actual.
—Abuela, quieres decir —dijo Hao Ren, observando a la Ermitaña Qingfeng con respeto, sabiendo que a pesar de su personalidad excéntrica, era buena con Xie Yujia y con él.
—Iré al Reino Celestial y hablaré en tu nombre con mi Reino de Seis Pétalos, pero no sé si tendré éxito.
Mientras tanto, tú debes ir al Altar del Dios Dragón y tomar ese tesoro definitivo antes de que la situación se salga de control.
Luego, dirigió su mirada hacia Xie Yujia—: De hecho, Yujia, tú tienes el Físico de Piedra.
Con mi reino actual, no me es difícil desbloquearlo para ti.
—Abuela —respondió Xie Yujia, observando a la Vieja Abuela, placenteramente sorprendida.
Al ver que a Hao Ren le habían asignado una misión importante, tenía la esperanza de que la Vieja Abuela también le asignara una misión.
Si podía mejorar su físico, ¡sería capaz de hacer más por Hao Ren!
—Aun así, no me di cuenta de que te esforzarías tanto para cultivar las Notas de la Vida y la Muerte convirtiendo tu Físico de Piedra en el Físico Yin Definitivo.
No te lo dije por miedo de que este chico se aprovecharía de ti —continuó la Ermitaña Qingfeng.
—¿Físico Yin Definitivo?
—preguntó Xie Yujia desconcertada.
Para sorpresa de Xie Yujia, la Ermitaña Qingfeng se volteó hacia Hao Ren con una expresión seria en lugar de responder a su pregunta y dijo—: Niño, haré todo lo que pueda para ayudar a tu abuela, pero tienes que prometerme algo.
—Por favor, dime, abuela.
—dijo Hao Ren, y su expresión se hizo aún más sincera.
—¡Debes tomar a Yujia como tu esposa!
¡No puedes decepcionarla sin importar si es ahora o en el futuro!
—dijo la Ermitaña Qingfeng, enfatizando cada palabra.
—Abuela —dijo Xie Yujia.
Al escuchar a la Ermitaña Qingfeng sacando este tema de la nada, Xie Yujia, quien hasta el momento había estado ansiosa, se puso roja.
—¡No hay problema!
¡Puedo hacerlo!
—asintió con determinación Hao Ren.
Ya que Xie Yujia y Zhao Yanzi habían llegado a un acuerdo, no era difícil para Hao Ren cumplir con esta promesa.
Xie Yujia había actuado sin darse cuenta como la nuera de la Familia Hao, mientras que Hao Ren realmente la consideraba su novia.
Parecían tranquilos y pacíficos, pero habían entendido el verdadero significado de la vida.
—¡El Físico Definitivo Yin es el mejor físico para la cultivación dual!
¡Si quieres casarte con él, bien puedes entregárselo!
—dijo abruptamente la Ermitaña Qingfeng, volteándose hacia Xie Yujia.
Mientras Xie Yujia seguía perpleja, la Ermitaña Qingfeng alzó una mano, y ella y Hao Ren salieron volando del Octavo Cielo.
—Niño, eres un hombre con suerte, ya que puedes controlarte.
Ya que nunca te aprovechaste de Xie Yujia, creo que realmente la quieres.
Ahora que el Dao Celestial se inclina hacia ti, ¡puede que incluso tengas la oportunidad de alcanzar el Reino de los Cuatro Pétalos!
Tras convertirse en un rayo de luz, la Ermitaña Qingfeng atravesó el Séptimo y el Sexto Cielo antes de alcanzar la Cumbre Etérea.
¡No les dio oportunidad de pensar!
Arrojó suavemente a Xie Yujia a su cueva en la Cumbre Etérea, y luego agarró a Hao Ren, diciendo—: ¡Te daré media hora para memorizar esta técnica de cultivación dual!
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