Leer Novelas
  • Completadas
  • Top
    • 👁️ Top Más Vistas
    • ⭐ Top Valoradas
    • 🆕 Top Nuevas
    • 📈 Top en Tendencia
Avanzado
Iniciar sesión Registrarse
  • Completadas
  • Top
    • 👁️ Top Más Vistas
    • ⭐ Top Valoradas
    • 🆕 Top Nuevas
    • 📈 Top en Tendencia
  • Configuración de usuario
Iniciar sesión Registrarse
Anterior
Siguiente

Elian: Criaturas Modernas - Capítulo 25

  1. Inicio
  2. Todas las novelas
  3. Elian: Criaturas Modernas
  4. Capítulo 25 - 25 Tinieblas En Los Sueños Y Sangre En El Plato
Anterior
Siguiente
Tamaño de Fuente
Tipo de Fuente
Color de Fondo

25: Tinieblas En Los Sueños Y Sangre En El Plato 25: Tinieblas En Los Sueños Y Sangre En El Plato La noche cayó serena sobre Columbia.

Elian, profundamente dormido, comenzó a agitarse en su cama.

Su cuerpo, fuerte y aún adaptándose a las mutaciones que le imponía su sangre, se tensó como si algo oscuro intentara tocarlo desde otro plano.

En medio del sueño, una voz grave y antigua, susurrante pero poderosa, lo llamó con una claridad espeluznante: -Elian…

se vienen peligros…

De inmediato, una figura encapuchada emergió entre las sombras del sueño.

Era alta, de porte imponente, con una túnica negra que parecía moverse por sí sola.

No se le veía el rostro, pero desde lo profundo de la oscuridad se intuían unos ojos rojos.

Elian, paralizado dentro del sueño, supo que no era un simple espectro: era un vampiro supremo.

Uno que no hablaba por sí mismo, sino por algo más vasto…

por la memoria ancestral.

Despertó de golpe, cubierto en sudor, con el corazón latiendo como si acabara de correr kilómetros.

Su respiración era agitada, pero lo más extraño era que, en su interior, no sentía miedo, sino un tipo de advertencia que no debía ignorar.

Al día siguiente, tomó una decisión importante.

Con parte del dinero que aún conservaba -los diez mil dólares que GenTrace le había entregado-, buscó un nuevo departamento.

Uno más pequeño, pero moderno, y sobre todo, más cercano a la casa de Maya.

Quería estar cerca de ella…

para protegerla.

Su mudanza fue rápida.

No tenía muchas cosas: libros, ropa, su laptop, algunos recuerdos…

pero el peso de lo que había vivido era lo que más le costaba mover.

Ese sábado por la mañana, mientras desarmaba sus cajas, el cansancio le cayó encima de golpe.

Había dormido mal por la pesadilla.

Así que, sin pensarlo mucho, llamó a Maya.

—¿Almorzamos juntos?—preguntó, con voz algo ronca pero suave.

Maya, que descansaba en su habitación, aceptó de inmediato.

Daniel también fue invitado, y sin dudarlo, se unió al plan.

El restaurante estaba a unas cuadras de su nueva casa.

Se trataba de un local ambientado como una parrilla neoyorquina del siglo pasado, con mesas de madera, paredes decoradas con botellas antiguas y un menú dedicado exclusivamente a los amantes de la carne.

Sentados en una mesa junto a una ventana, los tres amigos reían y conversaban.

Maya y Elian lucían cada vez más cómodos juntos.

Aunque aún no le contaba a sus padres sobre la relación, Maya había dejado entrever algo con su madre, quien era mucho más abierta que su estricto padre.

-¿Qué van a pedir?

-preguntó Daniel, hojeando la carta.

-Todo lo que tenga carne -dijo Elian, con los ojos encendidos.

Y no era una exageración.

Elian ordenó un Tomahawk de 1.5 kilos, costillas ahumadas, y un filete sangrante a punto azul.

La camarera lo miró con una mezcla de asombro y preocupación.

-¿Está seguro…?

-preguntó.

-Sí -dijo Elian, como si le acabaran de servir el alimento de los dioses.

Mientras devoraba la carne como si llevara días sin comer, Maya lo miraba divertida.

-Creo que te olvidaste de cómo se usan los cubiertos -dijo, riendo.

Daniel, riendo con ella, bromeó: -Este tipo acaba de salir de la cárcel…

o de una isla desierta.

¡Nos hace quedar mal a los carnívoros!

-O de un laboratorio secreto -murmuró Maya, en voz baja, solo para ellos.

Elian levantó una ceja y les guiñó el ojo.

—La cárcel de los vampiros—añadió con una sonrisa.

La comida continuó en medio de risas, bromas y hasta una anécdota divertida: Daniel, contando que en una excursión del colegio comió una hamburguesa tan mala que juró volverse vegetariano…

hasta que vio un asado argentino en video y se rindió a los cinco minutos.

Al final del almuerzo, los meseros del restaurante salieron para observar al joven que había dejado los platos limpios como espejo.

El jefe de cocina se asomó desde la cocina, levantando el pulgar.

-¿No te gustaría trabajar como catador oficial?

-bromeó uno de los cocineros.

—Solo si me pagan en filetes—respondió Elian con un guiño.

Al salir del restaurante, Elian se quedo con Maya para ir juntos hacia su nuevo departamento.

Al despedirse de Daniel, él les dijo: —No se olviden de estudiar, mañana tenemos exámen—.

—Tengo un mejor cuerpo que estudiar—dijo suavemente Elian, mirando a Maya con cariño.

—bueno yo si debo estudiar, no tengo poderes mentales—dijo Daniel, sonriendo.

Todos rierón.

—No te preocupes Daniel, dijo Elian— Si te olvidas alguna pregunta, usaré mi poder mental para obtener alguna ayuda extra con el examén.

Daniel asintió.

Luego, todos se fuerón rumbo a su destino.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

Anterior
Siguiente
  • Inicio
  • Acerca de
  • Contacto
  • Política de privacidad

© 2025 LeerNovelas. Todos los derechos reservados

Iniciar sesión

¿Perdiste tu contraseña?

← Volver aLeer Novelas

Registrarse

Regístrate en este sitio.

Iniciar sesión | ¿Perdiste tu contraseña?

← Volver aLeer Novelas

¿Perdiste tu contraseña?

Por favor, introduce tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirás un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.

← Volver aLeer Novelas

Reportar capítulo