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Emparejada al Alfa Enemigo - Capítulo 31

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  4. Capítulo 31 - 31 La Tentación Prohibida
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31: La Tentación Prohibida 31: La Tentación Prohibida Lucian permanecía en silencio, apoyado contra la puerta, sus brazos cruzados sobre el pecho y la mirada fija en el suelo.

Había algo en el eco del portazo que aún resonaba en su mente, algo que lo hacía sentir…

inquieto.

Pero no era el eco lo que lo perturbaba.

Era ella.

Eliza.

Esa maldita mujer que había irrumpido en su vida con la fuerza de una tormenta y que ahora se negaba a abandonar sus pensamientos.

—¿Qué demonios haces?

—gruñó una voz grave y burlona dentro de su cabeza.

Lucian cerró los ojos al instante, sabiendo perfectamente quién era.

—Cállate, Luca —respondió con un tono bajo pero cargado de irritación.

El lobo dentro de él soltó una risa gutural, una mezcla de burla y desafío.

—¿Cállate?

Oh, no, no, no.

Esto es demasiado bueno para dejarlo pasar —replicó Luca—.

¿Qué fue eso allá adentro?

¿Un espectáculo de macho alfa desesperado?

Porque déjame decirte, amigo, parecías más un cachorro lloriqueando por atención.

Lucian apretó los dientes, sintiendo cómo la rabia hervía bajo su piel.

Luca siempre tenía una forma de tocar sus nervios, pero esta vez estaba especialmente insoportable.

—No es asunto tuyo —masculló entre dientes.

—Oh, claro que lo es —respondió Luca con un tono burlón—.

Porque cada vez que pierdes el control por esa mujer, yo estoy aquí, atrapado contigo, sintiendo cada maldita emoción que intentas reprimir.

Es patético, Lucian.

admítelo de una vez; estás obsesionado con ella.

Lucian abrió los ojos de golpe, sus pupilas doradas brillando con una intensidad peligrosa mientras caminaba hacia la salida del edificio.

La noche había caído ya, y la luna llena comenzaba a asomar entre las nubes oscuras.

—No estoy obsesionado —dijo finalmente, aunque incluso él podía escuchar la falta de convicción en su voz.

Luca soltó otra carcajada profunda.

—¿No?

Entonces explícame por qué casi te arrancas el corazón cuando viste a Damán sonriéndole como si fuera un maldito príncipe encantador.

Vamos, admítelo.

Te mueres de celos porque sabes que él puede darle lo que tú no puedes.

Lucian golpeó la pared con el puño, dejando una grieta visible en la piedra.

—¡Cállate!

—rugió, su voz reverberando en el aula vacía como un trueno contenido.

Pero Luca no se calló.

Nunca lo hacía.

—Es divertido verte tan fuera de control por una simple humana —continuó el lobo, su tono lleno de burla—.

¿Pero sabes qué es aún más divertido?

Que ni siquiera tienes las agallas para aceptarla como tu compañera.

Lucian sintió cómo un escalofrío recorría su columna al escuchar esas palabras.

Su compañera.

La palabra tenía un peso que lo aplastaba, una verdad que no quería enfrentar.

—No es mi compañera —dijo finalmente, aunque la mentira quemaba en su lengua como veneno—.

No puede serlo.

Luca soltó un bufido despectivo.

—Claro que puede serlo.

Lo sabes tan bien como yo.

Pero sigues resistiéndote porque eres un cobarde, Lucian.

Prefieres aferrarte a tu estúpida oscuridad antes que admitir que ella podría ser tu única luz.

Lucian cerró los ojos nuevamente, intentando bloquear las palabras de Luca, pero era inútil.

El lobo tenía razón, y eso era lo que más lo enfurecía.

Había algo en Eliza que lo hacía sentir vivo y muerto al mismo tiempo, algo que lo atraía como un imán pero que también lo aterrorizaba hasta los huesos.

— Yo tengo otros planes — Dijo finalmente — seré el Rey Alfa y una humana no se interpondrá en mi camino.

Por un momento, Luca guardó silencio, como si estuviera considerando sus palabras.

Pero luego habló nuevamente, esta vez con un tono más serio.

—Tal vez tengas razón —admitió el lobo—.

Pero eso no cambia el hecho de que tú la necesitas.

Y cuanto más intentes alejarla, más te destruirás a ti mismo.

Lucian dejó escapar un suspiro pesado, sintiendo cómo la tensión en su pecho se hacía casi insoportable.

Sabía que Luca tenía razón, pero también sabía que había cosas en él que Eliza nunca podría aceptar…

cosas que ni siquiera él podía aceptar por completo.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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