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Esposa Descartable del Protagonista Masculino - Capítulo 96

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Capítulo 96: El Alma Original Capítulo 96: El Alma Original —Lu Jueyu, te envidio por tener un alma brillante y hermosa —dijo la chica después de mirarse durante mucho tiempo.

Al escuchar sus palabras, Lu Jueyu supo que ella era el alma original. La miró y dijo:
—Todos nacen con un alma hermosa, incluyéndote a ti.

—Gracias por tus amables palabras, pero sé lo que soy. Fui creada por Dios con una personalidad sombría y tímida. Mi vida está destinada a ser corta. Incluso las personas en las que más confío y amo me traicionarán por otros en el futuro —dijo la chica sonriendo.

Añadió con una sonrisa:
—Lu Jueyu, gracias por tu amor y cuidado para con mi familia. Para devolverte tu amabilidad, te daré algo importante en este mundo.

—¿Qué es? —no pudo evitar preguntar Lu Jueyu.

—Lo sabrás cuando llegue el momento. Adiós, Jueyu —dijo la chica mirándola con una sonrisa.

Cuando su cuerpo comenzó a desaparecer, Lu Jueyu vio un gesto de alivio en sus ojos como si hubiera sido liberada de una restricción. Antes de que pudiera hablar, sintió algo picar su cuerpo. Sintiendo el dolor, siseó y sintió algo que la aspiraba antes de abrir lentamente los ojos.

—¡Yu’er, finalmente despertaste! Me asustaste hasta la muerte —dijo Li Chenmo al ver que estaba despierta, corrió a su lado y tomó su mano.

Lu Jueyu giró la cabeza y vio que la cabeza de Li Chenmo estaba gacha mientras él sostenía su mano derecha. Cuando sintió que sus manos temblorosas, que sostenían la suya estaban frías, se sintió culpable y dijo débilmente:
—Marido, lamento haberte hecho preocupar. Estoy bien ahora.

Li Chenmo tomó unas cuantas respiraciones profundas antes de controlar sus emociones. Luego de calmarse, levantó la cabeza y dijo con los ojos enrojecidos:
—Esposa, por favor no me asustes así de nuevo. Mi corazón no lo soportaría.

—Marido, lo siento —dijo Lu Jueyu al ver su expresión. Su corazón se encogió de dolor.

—Está bien, no sean tan dramáticos. Tu esposa está bien. Dejen que descanse un par de días y se recuperará —dijo el doctor que estuvo parado a un lado, observando durante un rato.

Li Chenmo aun tenía preocupaciones en su corazón. Su esposa repentinamente se desmayó y no había forma en que estaría bien. Miró al doctor y preguntó:
—Doctor, ¿qué le pasa a mi esposa?

—Ella solo tiene dolor menstrual. Su cuerpo es más débil que otros y después de caer en el río en invierno, su cuerpo fue penetrado por aire frío. Por eso experimenta más dolor. Hierve estas medicinas en dos tazones de agua hasta que solo quede medio tazón. Tómalo dos veces al día durante diez días. Después de que termine de tomar las medicinas, todavía necesita nutrir su cuerpo apropiadamente —explicó el doctor mientras empacaba las hierbas secas.

—Ambos deben prestar más atención a esto. Va a ser muy difícil para ustedes concebir si su cuerpo no está bien nutrido —advirtió el doctor, mientras pasaba los paquetes de medicinas a Li Chenmo.

Li Chenmo tomó las medicinas y preguntó:
—Doctor, ¿cuánto cuesta?”

—La consulta cuesta cincuenta centavos y las medicinas dos yuanes —contestó el doctor casualmente.

Lu Jueyu se sorprendió al escuchar el precio que el doctor mencionó. ¿No se suponía que en esta era las transacciones privadas están prohibidas?

El doctor la miró y dijo:
—Mientras nadie hable sobre esto, ¿acaso el gobierno lo sabrá?

Después de escuchar sus palabras, ella finalmente comprendió. Ir a las montañas a recoger hierbas es agotador y peligroso. El doctor no puede hacer esto de forma gratuita. Todo el mundo enferma, así que nadie es lo suficientemente tonto para denunciarlo incluso si necesitan pagar para ver a un doctor y obtener las medicinas. ¿Y si lo ofenden y enferman necesitando de su ayuda? Además, los precios del hospital son mucho más caros que los de este doctor.

Como solo iban a visitar a los padres de Lu Jueyu, Li Chenmo no llevó dinero consigo. Miró al doctor y dijo:
—Doctor, no trajimos dinero ahora. ¿Podemos pagarte mañana?

El doctor no es irrazonable, sabe que los aldeanos rara vez llevan dinero a menos que vayan al pueblo. Así que asintió y dijo:
—Está bien.

—Gracias, doctor —dijo Li Chenmo agradecidamente.

—Llévate a tu esposa a casa y déjale descansar. No toque agua fría ni coma comida fría en los próximos días —les recordó el doctor.

—De acuerdo.

Li Chenmo se agachó y cargó a Lu Jueyu en su espalda. Cuando ella abrazó su cuello, Lu Jueyu notó sus labios pálidos, y una idea cruzó por su mente. Al principio, ella pensó que estaba pálido por el susto. Pero después pensó que cuando se desmayó, él debió haber entrado en pánico y no podría haber caminado lentamente. Por lo tanto, pudo haberla llevado todo el camino mientras corría. Aunque ahora puede caminar sin muletas, aún no se ha recuperado completamente de sus heridas.

Al llegar a esta conclusión, apresuradamente dijo:
—Marido, puedo ir yo misma.

Li Chenmo no dijo nada y se dirigió hacia el exterior. Después de dejar la casa del doctor, todavía no tenía intención de dejarla caminar por sí misma.

—Marido, déjame en el suelo —al ver que su cuello y frente estaban cubiertos de sudor frío, Lu Jueyu dijo preocupada.

—No. Te llevaré de vuelta.

Al escuchar su respuesta, Lu Jueyu estaba tan preocupada que no podía quedarse quieta. Pensando en su terquedad, se enfadó y dijo:
—Marido, déjame en el suelo, o me enojaré.

Li Chenmo se detuvo un momento y siguió caminando. Esta vez, se negó a hablar con ella o a mirarla. Miró hacia adelante y caminó resueltamente hacia casa.

Lu Jueyu supo que no importaba lo que dijera, él no la escucharía esta vez. Así que enterró su rostro en su hombro y no dijo nada. Solo esperaba que su pierna estuviera bien. De lo contrario, si algo le sucede a él, se culpará a sí misma por el resto de su vida.”

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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