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Capítulo 286: Capítulo 286 – ¿No Es Muy Cruel?

Capítulo 286: Capítulo 286 – ¿No Es Muy Cruel?

Editor: Nyoi-Bo Studio Después de terminar de hablar sobre la colaboración, Coque quería invitar a la pareja a cenar, pero Mo Ting lo rechazó educadamente.

La pareja dejó la mansión y se despidieron de Coque.

Mo Ting condujo a Tangning de vuelta al hotel.

En el camino, Mo Ting no pudo hacer otra cosa que preguntar: —¿Cómo fue tu interacción con la niña?

—Fue un poco abrumadora —repuso Tangning luego de pensarlo con cuidado—.

Kathy es muy traviesa.

—Muy bien, tomaré nota de ello —respondió de repente.

—¿Eh?

—En el futuro, nuestro hijo no puede ser travieso —insistióél con un tono serio.

Tangning dejó escapar una risa gentil y contempló a Mo Ting: —¿Crees que tienes la opción de elegir como saldrá nuestro hijo?

—Puedo enseñarle… Al oír esto, Tangning se empezó a imaginar a Mo Ting como padre: sentado en el sofá mientras el pequeño se arrodillaba frente a él admitiendo su error.

Solo imaginarlo era demasiado hermoso.

—¿En serio quieres uno?

Esta vez, Mo Ting miró seriamente a Tangning y sacudió la cabeza: —Vamos a esperar unos años.

Lo único que quiero hacer ahora es amarte.

Tangning quería acercarse al asiento de Mo Ting y darle un beso en la mejilla pero Mo le recordó: —Es peligroso, quédate en tu asiento.

—¿Es peligroso, o nos está siguiendo alguien?

—preguntó ella—.

¿Pensaste que con mi nivel de atención no me iba a dar cuenta del coche negro que nos sigue?

La cámara es bastante reflectiva, casi me dejó ciega unas cuantas veces.

Apuesto a que tomaron algunas fotos con Kathy en la mansión, ¿verdad?

¿De qué va todo esto?

—La gente de Hua Rong Studio nos sigue…—explicó Mo Ting.

Como era de esperarse, ¡no podía subestimar a su mujer!

Era demasiado observadora.

—¿Qué quieren?

—De acuerdo con los comentarios que dejaron en línea, parece que dicen que tienes múltiples hombres.

En este momento, están tratando de obtener más evidencia.

—¿Entonces les sigues el juego?

—supuso Tangning—.

Pero… —Puedo seguir esperando —interrumpió Mo Ting antes de doblar el coche en una calle sin salida, y explicó—.

Quiero aprovechar esta oportunidad para anunciar nuestra relación.

Quiero que todos se enteren de que eres mi esposa: la mujer que más atesoro.

Pero, si lo anunciara directamente, la gente de Hua Rong continuaría obteniendo evidencias, haciendo acusaciones y tratar de difamarte.

En vez de dejar que eso pasara, mejor espero que ellos hagan el primer movimiento.

Después de que revelen su plan maestro, puedo usarlo para deshacernos de ellos completamente y anunciar nuestra relación.

—Entonces, los atrajiste aquí a propósito, ¿no?

En el aeropuerto, cuando sugeriste que fuéramos por la ruta normal, querías que la gente supiera donde estábamos —comentó.

Tangning finalmente entendió lo que Mo Ting había hecho.

La gente de Hua Rong había aguantado mucho, no había forma que pararan con una sola foto.

La palabra ambición estaba escrita por todos lados en la cara del editor Lin.

No era difícil lidiar con él.

Pero, lo que Mo Ting quería era una oportunidad para sí mismo y para Tangning.

—¿Me culparías?

—¿Culparte por qué?

—preguntó Tangning con los ojos rojos—.

¿Culparte por ser tan calculador?

¿O culparte por planearlo todo para protegerme y hacer que otros me reconozcan?

Así como aparecí frente a ti cuando me enfrenté a Han Yufan y a Mo Yurou, quiero ver al verdadero Mo Ting.

—Te amo.

Estoy dispuesto a estar a tu lado.

—Todavía tenemos toda una vida juntos por delante.

Mo Ting extendió sus manos y estiró a Tangning hacia sus brazos; no podía evitar suspirar: —Dios ha sido muy bueno conmigo porque me ha traído junto a ti.

Confía en mí, solo te daré lo mejor.

Tangning siempre había confiado en él y pretendía seguir confiando en él.

Entonces le respondió con firmeza: —¡Anúncialo!

Vamos a usarlos para nuestro propio beneficio.

Después de todo, sus intenciones eran generar un gran escándalo para destruirme.

… —Quién hubiera pensado que Tangning es tan capaz.

Incluso se las arregló para jugar con la hija de un gran director como Coque.

Después de un largo día de acoso, la gente de Hua Rong regresó al hotel donde se alojaban.

El editor Lin miró las fotos que habían tomado y dijo a sus subordinados: —Esa no es la hija de un gran director.

¡Diremos que es la hija ilegítima de Tangning!

—Pero Mo Ting también estaba allí.

Era obvio que estaban allí por negocios.

El editor Lin miró a su estúpido subordinado y luego le hizo un gesto con la mano.

—Informa que Tangning tiene una hija ilegítima en Francia y luego publica la foto de ella jugando con la niña.

Después, publica una comparación de fotos de las dos.

¿Crees que al público le importaría la verdad?

—¿No es eso demasiado cruel?

—Hai Rui ya nos ha obligado a entrar en un callejón sin salida.

Si no nos adelantamos y nos defendemos, ni siquiera sueñes con volver a pisar el suelo de Beijing —espetó el editor Lin con franqueza.

—Apúrate y escribe un artículo para mí.

Mañana quiero que nuestros dos equipos estén en espera.

Mientras Tangning esté en el extranjero, no creo que ella pueda soportar la soledad.

—Pero Editor, no lo olvide, Mo Ting está a su lado.

No hay forma de que pueda hacer frente a cualquier travesura.

—¡Eso no es seguro!

¿Pensaste que una mujer tan coqueta como ella puede controlar sus instintos?

—Pero, Mo Ting ya es lo mejor que hay, ¿acaso no está satisfecha?

¿Cuánta sed de hombres debe tener?

—Deja de decir estupideces.

Mañana, recuerda estar atento —ordenó el editor Lin.

Con Mo Ting alrededor, su posibilidad de capturar pruebas sólidas era escasa, pero eso no significaba que no pudieran probar su suerte.

De hecho, no tenían idea de que Mo Ting había estado allí todo el tiempo y que los tres hombres de los que hablaban, eran todos Mo Ting.

Por supuesto, todo esto era parte del plan del presidente Mo: sería mejor dejar que Hua Rong tomara fotos al azar y luego regresara para obtener algo mejor.

Al menos ahora, estaban bien preparados.

Todo lo que tenían que hacer era esperar a que Hua Rong cayera en su trampa.

…

Era de noche en Beijing.

Un viento que calaba los huesos barría la ciudad.

Después de cenar, Fang Yu se quedó mirando a Huo Jingjing.

Sus ojos la cuestionaban: ¿acaso no había dicho que se iba a ir a la noche?

—No creo que los reporteros se den cuenta a esta hora si te pones un disfraz.

Te llevaré a casa.

—No tengo nada que ponerme, ¿lo olvidaste?

Cuando llegué estaba en ropa interior —respondió de inmediato.

—He llamado a tu asistente y le pedí que te trajera ropa.

Hace un momento fui a recogerla de abajo.

—¿Cuándo fue esto?

—preguntó Huo Jingjing torpemente.

—Cuando tú y Yue dormían la siesta esta tarde, fui a recogerlas… Apúrate y cámbiate.

—¿Tienes que enviarme a casa?

—protestó.

Huo Jingjing no quería regresar a su apartamento.

Era frío, solitario y hacía que su imaginación volara a rienda suelta.

—Puedo quedarme en el cuarto de huéspedes.

Si no, no me molesta dormir en el sofá.

Cuando no estés, puedo cuidad de Yue.

Además, si te necesito te puedo buscar aquí, no necesito llamar.

Para que Fang Yu no malinterpretase sus intenciones, explicó rápidamente: —Hay demasiados recuerdos malos en ese apartamento.

Además, Zhen Manni envió a alguien directo a mi puerta una vez, así que no hay seguridad.

¿Qué tal si lo vendo y me mudo a tu lado?

No tengo amigos ni familia y no tengo nada que me ataje… No hay diferencia donde vaya.

—Apúrate y vamos.

Vamos a buscar tus cosas.

Esto era lo que Fang Yu había querido decir realmente desde el comienzo.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Leernovelas.com

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