Explorador de la noche - Capítulo 123
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123: Capítulo 123: ¡El Príncipe de la Sombra, Monje Legendario!
123: Capítulo 123: ¡El Príncipe de la Sombra, Monje Legendario!
Editor: Nyoi-Bo Studio Todos los que estaban en la Torre de los Tres Anillos, e incluso todos en la Costa Este, entraron en pánico.
¡Simplemente no entendían lo que estaba ocurriendo!
Los Magos tenían un aspecto solemne.
Hubieran podido percibir algo, pero como la magia de adivinación estaba perdiendo eficacia, no tenían la posibilidad de saber exactamente lo que había pasado.
Incluso Leymann, el Mago Legendario de las Torres de los Tres Anillos, lucía solemne y perplejo.
Hathaway, que acababa de salir de su Puerta de Teletransportación, también miraba hacia el Este.
Al ser Vidente, tenía algunas habilidades especiales.
—Dragón Rojo… —¡Me pregunto si es un Dragón Rojo Mayor o un Dragón Rojo Antiguo!
—Un poder semejante, ¡es posible que la Isla Cristal no pueda seguir defendiéndose de él!
Hathaway murmuró para sí misma.
Tenía la mirada ausente, como si hubiera estado mirando a través del tiempo y el espacio, observando la dura batalla que tenía lugar en la Isla Cristal.
A Marvin se le cayó el alma a los pies.
La aparición del Antiguo Dragón Rojo era un indicio de que el mundo se estaba volviendo cada vez más caótico.
Aunque ese dragón destruiría a su enemigo, el Clan Unicornio, ¡también provocaría un desastre en la Costa Este!
Desde ese momento, los habitantes de la Costa Este no podrían volver a sentir esa tranquilidad de saberse seguros.
¡Un Dragón Maligno, la plaga expandiéndose, la cometa de piel humana del Culto de las Serpientes Gemelas!
Miedo y sangre por doquier.
Nadie era capaz de protegerse.
El desastre era inminente.
…
En ese momento, Hathaway se encontraba en trance, miraba a un punto lejano, en dirección a la Costa Este.
De pronto, Marvin notó algo extraño.
La orientación del sol en el plano incompleto de Leymann era algo diferente.
La sombra de Hathaway se veía demasiado larga para el lugar donde estaba parada.
Un momento… Antes de que Marvin pudiera decir algo, Wayne tiró de él y dijo, con la voz cargada de pánico: —¡Hermano, ese monstruo está aquí!
¿Monstruo?
El cerebro de Marvin trabajaba a toda velocidad, al tiempo que tomó de inmediato a Wayne y gritó: —¡Hathaway!
¡Apártate!
Hathaway se sobresaltó de inmediato.
Marvin llegó tan lejos que se dirigió a ella sin usar ningún título.
Eso indicaba que la situación era realmente seria.
¡Al momento siguiente, su sombra tembló y un hombre terrorífico salió de ella!
Estaba escondido en la sombra, vestido con una capa.
Con ese paso, acababa de abandonar el Dominio de la Sombra.
La daga que tenía en la mano se llamaba [Anochecer].
Si alguien era alcanzado [Anochecer], su cuerpo recibiría doce maldiciones diferentes.
Hasta los dioses serían maldecidos.
¡Anochecer solo tenía un maestro!
Era quien había tenido más actividad durante la Gran Calamidad, el dios más temible, ¡el Príncipe de la Sombra!
El Príncipe de la Sombra apareció a la velocidad de un rayo detrás de Hathaway, ¡apuntaba, sin clemencia, a la cabeza de Hathaway con Anochecer!
Pero el grito de advertencia de Marvin fue eficaz.
Justo cuando estaba por comenzar a ser peligroso para ella, Hathaway se quitó el collar.
Instantáneamente, su cuerpo se transformó en nada.
¡La daga pasó a través de ella pero no la lastimó!
Antes de que el Príncipe de la Sombra pudiera volver a actuar, la voz de Leymann resonó en el cielo.
—¡En verdad te atreves a asesinar a Hathaway en mi plano!
—¡Tienes agallas, Glynos!
Seis relámpagos aparecieron de la nada.
Hechizo Legendario –¡Jaula de Relámpago!
Relámpagos púrpura se envolvieron formando una jaula y dejaron encerrado al Príncipe de la Sombra.
—Un mortal se atreve a llamarme por mi nombre —dijo Glynos luego de chasquear la lengua en reprobación.
—No estabas en mi lista de asesinatos y podrías haber vivido algunos años más, pero ahora, je, je.
Solo te queda esperar tu muerte, de día y de noche.
Glynos sonreía cuando, de pronto, desapareció por completo.
¡La Jaula de Relámpago no había bastado para mantenerlo encerrado!
Se escapó hacia el Dominio de la Sombra sin perder tiempo.
Hathaway se volvió corpórea nuevamente, su rostro estaba pálido como el de un muerto.
De inmediato se ubicó frente a Marvin y Wayne, al tiempo que miraba con atención a su alrededor.
La preocupaba que el Príncipe de la Sombra se descargara con esos dos.
Extendió sus brazos y envolvió a los tres con una resistente barrera.
—Descansen tranquilos, él no puede lastimarlos en mi plano.
Leymann también apareció en la cima de la montaña de nieve.
Pero su expresión no demostraba demasiada inquietud.
Llamar la atención de un dios era un asunto muy problemático.
En especial si era de la clase que mataba antes de hacer preguntas, como el Príncipe de la Sombra.
—¿Corrió?
—Hathaway no pudo evitar preguntar.
Ella aún no se había convertido en Legendaria, de modo que no podía participar en la batalla contra el Príncipe de la Sombra.
Si no hubiera sido por la ayuda de Leymann, podría haber resultado lastimada.
A Marvin se le cayó el alma a los pies.
Después de todo, la historia estaba cambiando poco a poco.
El Príncipe de la Sombra, sin duda, había notado que Hathaway había obtenido el Libro de Nalu.
Tenía miedo de las habilidades de Vidente que tenía Hathaway y ya había pensado en matarla.
Pero en el juego, ella no era asesinada hasta luego de convertirse en Legendaria.
Pero ahora su posición había avanzado algunos lugares en la lista de asesinatos por el Libro de Nalu.
¡Era por eso que había aparecido ese día!
Ese tipo debía haber estado bastante tiempo escondido, esperando el momento para matar sin fallar.
Para un avatar de dios, matar a un Mitad Leyenda era muy sencillo.
De no haber sido por la advertencia de Wayne y la veloz reacción de Marvin, tal vez Hathaway ya habría muerto.
De no haber sido porque Leymann había llegado a ayudar, ¡Glynos habría logrado su cometido!
Eso era, en verdad, muy peligroso.
—¡Regresa de inmediato a tu Torre Cenizas!
—le dijo Leymann a Hathaway con solemnidad.
Estaría más segura en su torre de Magos.
Hathaway asintió.
Acercó más a Marvin y Wayne y estaba a punto de usar una Puerta de Teletransportación cuando apareció otra sombra enfrente de todos.
¡Pero esta vez, parecía que había sido obligado a aparecer!
…
¡Whoosh!
El aire vibraba y Glynos, el Príncipe de las Sombras apareció, una vez más, en la cima de la montaña de nieve.
Cayó al suelo en una posición incómoda.
Parecía que alguien lo había empujado del Dominio de la Sombra.
Todos estaban muy asombrados.
Luego, un hombre alto salió caminando desde el vacío con lentitud.
No tenía ropa en la parte superior de su cuerpo, solo llevaba unos pantalones sencillos.
Sus músculos estallaban de poder, lo que le daba una especie de belleza.
¡Era un Monje!
¡Un Monje Legendario!
—De modo que eres tú, Inheim —Leymann parecía conocer a aquella persona.
El Monje Legendario salió del Dominio de la Sombra y, con tranquilidad, aterrizó en la cima de la montaña de nieve.
Marvin notó con claridad ese par de botas negras que le permitían viajar con libertad desde el Dominio de la Sombra hasta el plano Maestro de la Torre Trueno.
Artículo Legendario ¡[Botas de Vacío]!
¡Y este equipamiento también le permitía caminar en el aire!
Inheim no dijo demasiado, en lugar de eso arremetió contra el Príncipe de la Sombra.
—¡He ido a la caza de este dios despreciable por la muerte de mi amigo Antonio!
—Glynos, no importa dónde vayas, ¡te perseguiré hasta matarte!
—Por ti, he renunciado a mi promesa.
Me puse las Botas de Vacío, ¡no podrás escaparte de mí!
Cada palabra del Monje Legendario era serena pero poderosa y resonaba directamente en sus corazones.
Glynos, el Príncipe de la Sombra, clavó sus ojos furiosos en Inheim.
Luego se dio vuelta y desapareció en el vacío, una vez más.
Y las botas de Inheim también se activaron, lo que le permitió sumergirse en el vacío y desaparecer.
…
Hathaway miraba a Leymann con preocupación.
Éste dijo con calma: —Ya apagué la pantalla mágica.
—Nadie ha visto ese intento de asesinato del Príncipe de la Sombra.
—Estos dos niños no correrán demasiado riesgo.
Glynos está ocupado asesinándonos a nosotros, los Legendarios, no pondrá sus manos en ellos.
—Además, ya se ha convertido en uno de los objetivos de Inheim… No había terminado de hablar cuando el aire volvió a temblar.
Los ojos de Marvin brillaron.
Esa era la habilidad distintiva de los Monjes, ¡[Palma Temblorosa]!
¡El espacio se retorció y una sombra inmensa se expandió mientras Glynos aparecía nuevamente!
Esta vez, parecía estar en peor estado aún, a causa del golpe, escupía sangre sobre la nieve.
Inheim salió otra vez del Dominio de la Sombra.
—¡Hoy es el día de tu muerte!
…
Marvin se ocultaba detrás de Hathaway, contenía la respiración y miraba la alta silueta de Inheim con atención.
¡Tenía algunas ideas acerca de aquel Monje Legendario!
Se decía que su clase avanzada era Monje Guardián.
Él y Antonio, junto con algunos otros Legendarios, habían formado la [Alianza de los Siete Órdenes].
Esta era una organización para proteger Feinan.
Cada miembro era un Legendario poderoso que estaba a cargo de defender una zona, de esa manera se aseguraban que las fuerzas malignas no se expandieran.
Antonio estaba a cargo de la Costa Este.
Mientras que Inheim era el protector de un área del oeste.
Ese sujeto era muy poderoso.
Su cuerpo físico ya era inmortal, la perdición de los asesinos.
Se decía que había hecho una promesa cuando se había cruzado en el camino del Monje: No usaría cosas mundanas en toda su vida.
Su vestimenta era de lo más simple y llevaba una vida muy sencilla.
La resolución de su voluntad daba miedo.
Ni siquiera si se ponía un artículo Legendario frente a él parpadearía.
Porque éstos no formaban parte de sus ambiciones.
¡Pero esta vez, renunció a su promesa para perseguir al Príncipe de la Sombra!
Las Botas de Vacío eran originalmente un artículo Legendario de un Gran Druida del norte.
Era probable que se lo hubieran prestado a Inheim.
El Príncipe de la Sombra venía y se iba como se le antojaba.
Nadie podía perseguirlo y, quienes lo hicieran, no podrían derrotarlo.
Pero estaba Inheim.
Ese Monje resultaba ser quien se aprovechaba por naturaleza de los avatares del Príncipe de la Sombra.
¡Ni siquiera Anochecer podía atravesar el [Cuerpo Inmortal] de Inheim!
El único problema era que el Monje no podía cruzar el Dominio de la Sombra y no podía volar.
¡Pero al llevar puestas las Botas de Vacío, Inheim sin duda podría detener a Glynos!
Marvin recordó que, en el juego, Inheim había matado al menos a cuatro avatares del Príncipe de la Sombra.
Finalmente había muerto por la trampa del Príncipe de la Sombra.
Eso había sucedido porque Glynos había solicitado la ayuda de otros dioses.
Trabajaron juntos y se deshicieron de las defensas de este virtuoso Monje antes de borrarlo de la superficie de Feinan.
La muerte de Inheim fue un gran golpe para Feinan y llevó a que aparecieran muchas fuerzas malignas en el oeste.
—Je, je, puedes matar a mi avatar hoy pero mañana puedo utilizar otro.
—¿Tiene algún sentido todo tu trabajo?
Ja, ja, ja…—se burló Glynos.
El avatar de Glynos tenía algunos órganos destrozados a causa de la Palma Temblorosa de Inheim y comenzó a vomitar sangre sin parar.
Pero continuó riéndose todo el tiempo.
Nadie podía ver su aspecto porque llevaba una capa y una máscara.
Su risa era demasiado escalofriante.
¡Pero Inheim igual avanzó, tomó a Glynos del cuello y envió una palma a su cabeza!
Al momento siguiente, el avatar del Príncipe de la Sombra se rompió en pedazos.
—No importa la cantidad de veces que vengas, esa cantidad de veces será las que morirás.
—Siempre que esos que llamas dioses pongan un pie en Feinan, te enviaré de vuelta.
—Criaturas asquerosas, ¿cómo se atreven a llamarse dioses?
La voz de Inheim era firme como una montaña.
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