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Explorador de la noche - Capítulo 59

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  3. Capítulo 59 - 59 Capítulo 59 Colinas de la Desesperación
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59: Capítulo 59: Colinas de la Desesperación 59: Capítulo 59: Colinas de la Desesperación Editor: Nyoi-Bo Studio El hijo de un Señor del norte de la ciudad, Toshiroya, parecía haber planeado algo secreto para Valle Río Blanco.

Lo único bueno era que había suspendido su plan temporariamente.

Eso era lo que había escuchado Ámbar, pero combinado con los recuerdos de Marvin, era suficiente para hacer una suposición acertada.

Por ser un ex leyenda, Marvin estaba familiarizado con la historia del juego, así fueran anuncios oficiales de distintos eventos o pistas de los jugadores sobre diferentes misiones.

Todo estaba grabado en su memoria.

En el Continente Feinan, los jugadores que se incorporaron al mundo como “la generación dorada” llegaron medio año después de la Gran Calamidad.

Pero aún faltaban seis meses para la Calamidad.

Si era alguien más, debería sentirse familiar, aunque este mundo le fuera desconocido.

Pero no eran como Marvin, que recordaba todo independientemente de su importancia.

—Si no me equivoco, el Señor de Ciudad Costa del Río es un mago de 3er nivel.

Ha pasado mucho tiempo estudiando magia, de modo que se puso un apoderado.

—Como consecuencia, los funcionarios de Ciudad Costa del Río son extremadamente corruptos.

Necesitan a alguien que los supervise y dirija.

—Pero dentro de poco, solo un tiempo después del brote de Veneno Oscuro, el Señor de Ciudad Costa del Río saldría y disiparía a los seguidores del Dios de la Plaga y purificaría el ayuntamiento.

Marvin recordó esos detalles.

Si no se equivocaba, era muy probable que el asunto de Toshiroya fuera ese.

Era muy amigo de los funcionarios del ayuntamiento gracias a la relación que tenía con el apoderado del Señor de la ciudad.

¿Pero qué pasaba con eso?

Al fin y al cabo, ¡Ciudad Costa del Río no era su territorio!

Era probable que el verdadero Señor de la ciudad hubiera salido, de modo que no era de extrañarse que tuviera ese tremendo dolor de cabeza.

Por otra parte, Marvin se sentía aliviado.

Al menos, Valle Río Blanco no tendría demasiados problemas a corto plazo.

Era la época crítica de la siembra estival.

La cosecha de ese año era muy importante.

Valle Río Blanco acababa de sufrir una invasión gnoll, por lo tanto no podría sobrellevar otra crisis.

—Sigue observando.

Si encuentras algo que pueda ser perjudicial para Valle Río Blanco infórmaselo a Ana de inmediato —ordenó Marvin.

—Entendido, Señor.

Luego de confirmar que había escuchado, Ámbar desapareció en las sombras.

Y Marvin también tenía trabajo.

Abandonó Ciudad Costa del Río a altas horas de la noche.

Siguiendo el itinerario que había planeado bajo la luz de la luna, Marvin no utilizó el camino principal, sino que, en cambio, atravesó pequeños senderos.

Perdería mucho tiempo si hiciera el recorrido habitual.

Marvin tomó un atajo que dejaba ver la crisis.

Por supuesto que, luego de esta crisis, era probable que acabara con ganancias considerables.

…

Había dos zonas montañosas al norte de Ciudad Costa del Río.

En el noroeste estaban las Colinas Silenciosas Mortales, que estaban repletas de criminales.

En primer lugar, Marvin fue al altar abandonado de Colinas Silenciosas Mortales para sacrificar el dedo de Liche.

Había obtenido una bendición de destreza de +1 junto con dos subordinados élficos.

En el noreste estaba el territorio Nigromante, las Colinas de la Desesperación.

El verdadero camino principal, por fortuna, se encontraba entre las dos colinas.

Doblaba hacia el noroeste y luego de cruzar por [Garras de Cuerpo], doblaba de nuevo hacia el noreste.

Era un camino con una forma similar a una Z.

El motivo principal era la fuerza de los nigromantes.

Muchos años atrás, había un Monarca de la Muerte que había transformado ese lugar en un paraíso para los muertos.

Ni siquiera el Señor de Ciudad Costa del Río sería tan imprudente como para adentrarse en esa área.

Un monarca leyenda estaba durmiendo en ese sitio, y también había tres Magos de Gran Alma de 3er rango que observaban el lugar.

También se mencionaba a los liches, los demonios de hueso y cosas por el estilo.

El común de la gente no se atrevería a entrar a las Colinas de la Desesperación.

De hecho, no podrían hacerlo aunque quisieran.

Los nigromantes veían a las Colinas de la Desesperación como su dominio y, como tal, ponían barreras al norte y al sur para que los que no fueran nigromantes tuvieran gran dificultad para ingresar.

El Valle Fantasma estaba en la barrera del sur.

Tras avanzar por el camino por un largo rato, Marvin llegó al Valle Fantasma.

…

[Has encontrado el Valle Fantasma – Conocimiento +1] [Conocimiento – Geografía (Valle Fantasma)]: La barrera del sur de los Nigromantes.

¡No se permite el ingreso a vivos!

Al amanecer, Marvin se encontraba de pie frente al Valle Fantasma.

Soplaba un viento frío, lo que provocaba que, al tener una constitución de 9, se sintiera muy incómodo.

¡Pero aun así ingresó sin dudar!

Luego de diez pasos, apareció frente a Marvin un monolito con palabras escarlata.

[¡No se permite el ingreso a vivos!] ¡Esta es la tierra de los muertos!

Los seres vivos no nigromantes no eran bienvenidos allí.

Marvin era un explorador.

En circunstancias normales no podría entrar al Valle Fantasma.

Si intentaba hacerlo por la fuerza, los guardias no dudarían en hacerlo trizas.

Detrás del monolito había una niebla gruesa interminable.

Envestirla con imprudencia habría significado acabar devorado por los monstruos de la niebla.

Marvin se paró frente al monolito y golpeó las palabras escarlata con suavidad.

Sus golpes tenían un cierto ritmo.

Tres golpes suaves, un golpe fuerte.

Lo repitió tres veces hasta que, de repente, un chillido de lamento resonó tras sus orejas.

—¡Maldición!

¡Otro control del miedo!

Marvin cubrió sus orejas y no pudo evitar murmurar algo.

Como era natural, con su insignia de flor de platycodon, no tendría miedo de un leve control del miedo de un fantasma.

[¡Control del miedo exitoso!

¡Miedo sin efecto!] Este acontecimiento ilustraba la importancia del regalo de la chica sin cabeza.

Sin la insignia de flor de platycodon, Marvin habría dudado en cruzar las Colinas de la Desesperación.

Pero con ese artículo efectivo tenía la confianza suficiente.

…

Pero aunque ese control del miedo no había surtido efecto, la voz de aquel fantasma aún se escuchaba nítida, lo que generaba bastante incomodidad en Marvin.

Era un fantasma femenino, muy bonita, de hecho.

Pero aparentaba no tener mucho cerebro.

Porque desde que había aparecido no había dejado de chillar.

Si había algún animal en 5 kilómetros a la redonda, de seguro, se habría despertado.

—¡Cállate!

—rugió Marvin enojado.

—¡Rápido, abre la puerta!

La mujer fantasma se lanzó de repente sobre Marvin, chillando: —¡No se permite el ingreso de vivos!

¡No se permite el ingreso de vivos!

—¡No soy un vivo común y corriente!

—dijo Marvin sin inmutarse.

Sacó el libro de hechizos de Heiss del interior de su caracola hueca.

Era un libro de hechizos de nigromancia que había sido entregado por una transacción entre el profanador de tumbar y un nigromante de bajo nivel.

En el libro había una marca de identidad.

¡Con ella, Marvin podría ingresar a las Colinas de la Desesperación sin contratiempos!

—¡Resultó ser el Indecente Ladrón de Tumbas!

La inteligencia de los fantasmas era muy pobre, pero había reconocido esa impresión de una manera inesperada.

Eso hizo que a Marvin se le helara la sangre.

De inmediato, tiró del monolito y se abrió la puerta.

—¿Por qué cambiaste tu aspecto?

¡Debes haber utilizado una técnica extraña para volverte más atractivo!

—¡Entra rápido, Indecente Ladrón de Tumbas!

Marvin estaba atónito como para respirar.

Había engañado por completo a esa fantasma de bajo.

Luego entró en silencio.

…

Viento frío.

Cielo oscuro, tierra oscura, huesos por todos lados, lamentos por todos lados.

—¿En verdad vive gente en este lugar?

Mientras Marvin caminaba a paso veloz por las Colinas de la Desesperación, no podía evitar ridiculizar a la gente de adentro.

De cuando en cuando, podían oírse lamentos fantasmales.

Lograban paralizar a quien los escuchara: —¿Es posible que alguien duerma en este lugar?

Estos nigromantes deben tener un gran valor… Una bandada de murciélagos atravesó el cielo.

Volaron alrededor de Marvin por un momento, sin hacer nada.

La energía negativa debía haber corroído la inteligencia de la mayoría de los espíritus, lo que los hacía más fáciles de engañar.

Pero los nigromantes eran diferentes.

Esos eran muy astutos.

Marvin no tenía ningunas ganas de encontrarse con un nigromante.

En especial un nigromante de alto rango, ya que Marvin no estaría a su altura.

Pero, por fortuna, ese territorio era lo suficientemente grande.

Los nigromantes eran, en su mayoría, nerds.

Solían introducirse en un ataúd o realizar búsquedas en un cementerio por períodos que iban desde diez días a medio mes y no salir casi nunca.

Por lo tanto, Marvin, gozaba de relativa seguridad.

—Ir desde el Valle Fantasma hasta el Valle del Cráneo que está en el norte tomará como mucho 10 horas.

—Cruzar las Colinas de la Desesperación, el territorio de ese hombre, luego el Bosque de la Luz de Luna al norte y, por último, montar en un globo aerostático para llegar a las Torres de los Tres Anillos.

—Siempre y cuando no haya inconvenientes en esta parte del camino, el resto será sencillo.

Marvin pensaba mientras mantenía un ritmo constante.

Ese ritmo era el más eficiente para la resistencia.

Marvin tenía una contextura promedio, lo que daba como resultado una resistencia mediocre.

Tenía que ahorrar toda la energía que pudiera.

Siguió por el camino que recordaba al durante alrededor de seis horas, hasta entonces no había encontrado ningún peligro.

Hasta que llegó al pie de un gran árbol de algarrobo.

Era evidente que en ese árbol de algarrobo había un problema.

Marvin se detuvo.

¡En ese momento, alguien saltó del árbol de algarrobo!

Era un joven pálido.

Le dijo a Marvin, —¡Se avecina un desastre inminente!

¡Huye!

¡Huye!

Antes de que Marvin pudiera reaccionar, un ruido sordo resonó con fuerza detrás de él.

La expresión de Marvin cambió.

No pudo evitar maldecir con voz ronca: —¡Maldita sea!

—¿Un levantamiento de fantasmas?

El joven asintió: —Si, por accidente yo… —¡Corre!

—Marvin no se molestó en seguir hablando y salió corriendo.

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