Heidi y el señor - Capítulo 143
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143: Capítulo 143 – Después de que se desatara el infierno – Parte 1 143: Capítulo 143 – Después de que se desatara el infierno – Parte 1 Editor: Nyoi-Bo Studio Reuben, la cabeza del Consejo, y quien estaba actualmente a cargo, no esperó a que el cochero abriera la puerta.
Giró la manija desde el interior del carruaje, y salió para ver la gran mansión que se encontraba enfrente de él.
Nacido naturalmente como un medio vampiro, con una madre humana, y un padre vampiro, llevaba siendo cabeza del Consejo unas cuantas décadas.
Después de la reciente guerra que estalló en el imperio del Sur entre las brujas, y los vampiros, donde algunos pocos humanos de rangos superiores se habían unido a ellos, le había dado la impresión de que las cosas se estabilizarían antes de que surgiera uno nuevo, pero se había equivocado mucho al haberlo pensado.
Quitándose el sombrero que llevaba, se lo metió bajo el brazo, y caminó hacia dentro de la mansión, entregándole su bastón y su sombrero a la doncella que estaba en la entrada.
Se dio cuenta de que no era el mayordomo quien atendía habitualmente a los invitados que llegaban a la mansión.
—El amo se encuentra en la sala de estar.
Reuben se dio cuenta de otra cosa aquí mientras la criada lo conducía hacia la sala de estar.
Los sirvientes que trabajaban en la mansión Rune, siempre se referían a Nicholas Rune como «amo» y no por su título.
No era raro llamar así al dueño, pero tampoco era algo común.
Solo era extraño, especialmente cuando se trataba de los Señores, y le hizo preguntarse si era debido al Señor anterior.
Su frente ya arrugada se volvió aún más profunda cuando recordó al hombre.
El Señor Wilhelhum Perone.
No le agradaba aquel hombre y, honestamente, si empezaba a profundizar más, el hombre era parecido al recientemente fallecido Señor del Sur; tal vez incluso peor.
Aunque la verdad nunca se había declarado en los titulares de los boletines, se habían difundido una gran cantidad de rumores sobre la familia Perone, una vez que Wilhelhum había fallecido.
El cómo el hombre había violado a su sobrina.
Había especulaciones de que el Señor Nicholas era hijo de otra amante, o de su sobrina, pero la verdad nunca fue afirmada, y se perdió dentro de la familia Perone, sobre la que nadie habló.
Después de todo, cuando los chismes se mezclaban con los rumores, solo se terminaba con la pérdida del hecho en sí.
Pero Reuben no necesitaba comprobarlo, ya que él mismo había evaluado al hombre cuidadosamente durante el corto tiempo de servicio de Wilhelhum.
Acababa de ser asignado como cabeza del Consejo en aquel entonces, un poco antes de que el previo Señor de Bonelake muriera, después de que los lobos lo atacaran en sus aposentos.
Era inesperado e inaudito que un vampiro de sangre pura muriera de esa forma.
Algunos miembros del Consejo incluso tenían dudas sobre si realmente había sido asesinado por una manada de lobos, ya que era difícil identificar y probar algo, debido a la espantosa muerte que tuvo lugar.
Llegando a la sala de estar, la doncella se paró fuera con la cabeza agachada, y entró para ver al Señor Nicholas de pie con las manos en los bolsillos, junto a la gran ventana que casi llegaba al techo de la sala.
El chico que había visto que el Señor anterior había fallecido, se había convertido en un buen Señor.
Había habido un debate antes de que hubiera asumido el cargo, así como el título de Señor de Bonelake.
Debido a la muerte imprevista, el título tenía que ser traspasado, lo cual había causado un gran alboroto en las salas del Consejo, pero finalmente fue para el hijo, Nicholas Rune.
Sin duda alguna, había superado las expectativas del Consejo, y de los cuatro Señores, era el más accesible y amistoso con el que se podía hablar.
El Señor Nicolás se dio la vuelta para saludarle:—Buenas tardes, Reuben.
Espero no haberte causado ningún inconveniente.
¿Te gustaría algo de beber?
Té o…—preguntó, extendiendo la mano hacia las botellas de whisky que adornaban la esquina de la mesa.
—Té estará bien —.
La criada que estaba de pie en la puerta, inclinó la cabeza cuando el Señor le lanzó una fracción de mirada, para luego dejarlos solos:—Supongo que hay un asunto urgente que tratar, si me has llamado tan repentinamente.
¿Está todo bien, Nicholas?
—preguntó el hombre del Consejo, tomando asiento en el lujoso sofá donde el Señor se le unió, sentándose en el asiento libre frente a él.
—Creo que sí, por ahora.
Se trata de los medio vampiros que están siendo creados en Woville —oyendo esto, el concejal frunció el ceño —¿Conoces a un hombre llamado Duque Scathlok?
Si no me equivoco, fue él quien te trajo la propuesta de la familia Curtis.
—Sí, fue él —concordó el hombre, antes de que volviera a fruncir el ceño de su cara —¿Estás diciendo que él es quien está detrás de todo esto?
—le preguntó.
—Estarás bastante sorprendido de escuchar esto, pero el Señor Norman estaba financiando al hombre, junto con otra bruja que reside en Woville y en sus alrededores.
Juntos han estado creando mitad vampiros con el único propósito de ganar una guerra.
Desafortunadamente, las cosas no salieron como esperaban los del lado de Norman, y las brujas negras fueron quemadas después de ser superadas en número por nuestros hombres.
—Sabes que, sin evidencia sólida, no podemos aprehender al hombre, solo podemos interrogarlo.
—No te preocupes por eso.
Me he apoderado de una maravillosa pieza de evidencia —sonrió el Señor —Al igual que muchos otros humanos y vampiros, la disputa aún no ha terminado, y ellos querían crear problemas, y de esa forma, tener una tierra solo para vampiros y otra solo para humanos.
Así no habría que cohabitar —dijo Nicholas, pasando la mano por encima de su pelo, tocando los aros de su oreja en el camino, antes de dejarla caer en su regazo:—Pero ya sabes que no es por eso por lo que te he llamado aquí.
Tengo algo que pedirte, o más bien, una solicitud —el hombre del Consejo asintió con la cabeza para que el Señor continuara —quiero que traigas a ese hombre aquí, una vez que haya terminado el juicio en la corte del Consejo.
—¿Quieres castigarlo?
¿Por qué?
—las cejas de Reuben se levantaron leve y dubitativamente.
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