Heidi y el señor - Capítulo 61
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- Capítulo 61 - 61 Capítulo 61 - Corazon culpable - Parte 1
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61: Capítulo 61 – Corazon culpable – Parte 1 61: Capítulo 61 – Corazon culpable – Parte 1 Editor: Nyoi-Bo Studio Los funcionarios del Consejo del punto más cercano a Bone lake, visitaron la mansión de los Meyers para examinar el cadáver de la mujer y preguntar qué había sucedido.
Lettice fue el único testigo del horrible incidente que tuvo lugar, pero al estar en estado de shock, ella no habló mucho, excepto por una o dos oraciones.
El Sr.
Meyers llevó a su esposa de regreso a su habitación para que ella pudiera descansar y no ser molestada por las preguntas de los funcionarios.
El Señor Nicholas había hecho arreglos para que Heidi y Venetia se fueran en carruajes separados para poder llegar a las mansiones Rune y Lawson con los guardias, pero Heidi había insistido para quedarse ya que Lettice era amiga suya.
Y aunque el Señor lo aceptó, Warren se mostró reacio a dejarla quedarse donde había muerto una persona.
Al final, Warren asintió con la cabeza, alejó a su madre y le pidió a Heidi que se quedara afuera, en el salón, para que no tuviera que seguir mirando el cuerpo desfigurado.
Era cierto que no tenía sentido que ella se quedara de nuevo aquí, pero no sentía que fuera correcto irse, como si no le importara.
Heidi se sentó en el salón, agarrandándose las manos con fuerza.
La imagen trajo escalofríos a su cuerpo.
Ni siquiera sus pesadillas parecían tan sangrientas como lo que acababa de ver allí.
Al principio pensaba que era Lettice, debido al tamaño y la textura de su cabello que se parecía al de ella, pero Heidi había suspirado internamente después de ver a su amiga en los brazos del Sr.
Meyers.
La mujer era un desastre mientras se estremecía, los ojos no tenían más lágrimas que derramar mientras su marido pasaba su mano por la cabeza para calmarla.
Como su esposa era reservada y tranquila, Rhys no parecía ser el tipo de persona que se demoraba en mostrar sus afectos en lo que se refería a su esposa.
Todo el tiempo que estuvieron allí, él le había prestado su mayor atención, asegurándose de que estuviera bien, ya que se había lesionado el brazo mientras intentaba luchar contra el atacante antes de que aparecieran los guardias, lo que hizo que el atacante desapareciera de la escena.
Después de pasar media hora en el salón, escuchó que se acercaban voces desde donde estaba sentada y se levantó rápidamente para ver al Señor hablar con uno de los miembros del Consejo y otro que todavía le estaba haciendo preguntas al Sr.
Meyers.
—Esto es demasiado repentino y es una sorpresa que algo así haya sucedido.
No entiendo por qué alguien atacaría a una doncella a plena luz del día.
No podemos decir nada hasta que se realice la inspección del cuerpo —dijo un hombre mayor con las gafas, con su bigote en forma de manillar recortado pulcramente y con una barba que cubría su barbilla.
—¿Cuánto tiempo tardará?
—preguntó el señor Nicholas.
—De tres a cuatro semanas.
—¿No es eso demasiado lento?
¿Por qué no reclutar a las brujas blancas?
Después de todo, están haciendo un trabajo excelente en el desempeño de sus deberes como sacerdotisas —al escuchar la sugerencia del señor, el hombre exhaló:—Debes darles una oportunidad, Lionel.
—No me importaría, pero hay personas en el Consejo que no son tan bienvenidas como parecen.
Podría causar una disputa innecesaria entre los miembros del Consejo, lo cual Reuben no quiere que pase.
Con las masacres en aumento gracias a las brujas negras, va a tomar más tiempo de lo que pensamos antes de que la sociedad acepte a las brujas blancas.
Heidi había oído hablar de las brujas en general cuando estaba en Woville, pero solo después de haber comenzado sus estudios en la mansión Rune se dio cuenta de que había más de un tipo de bruja.
En primer lugar, estaban las brujas negras que todos los humanos temían.
Se sabía que eran notorias, tenían valores inmorales y se las consideraba las proscritas absolutas en los cuatro imperios.
Recientemente, las brujas habían comenzado a matar a pueblerinos y aldeanos sin piedad y el consejo todavía estaba tratando de atraparlas.
En segundo lugar, estaban las brujas blancas.
Hace años, se decía que las brujas blancas trabajaban con las brujas negras y participaban sus actos malvados.
De esta manera, se transmitió un falso rumor durante años de que las brujas blancas eran las que tomaban parte en dañar a los humanos y por lo tanto, la gente había crecido odiando a los dos tipos de brujas.
En uno de los libros que ella había encontrado en la biblioteca del señor Nicholas, se especulaba sobre cómo existía un tercer tipo de bruja, las brujas oscuras, pero no había pruebas ni información sobre ellas, por lo que terminó siendo solo una teoría.
—Es triste escuchar eso —dijo Nicholas suavemente.
—De hecho —respondió el hombre llamado Lionel.—Espero que esté bien si me llevo el cuerpo conmigo.
—No creo que nos sirva de algo —sonrió el señor Nicholas al ver al hombre mirarlo con una mirada seria.
Parecía ser el más serio de los dos oficiales del Consejo que habían venido a visitarlos.
Al detenerse afuera, en la entrada, el hombre se volvió para hablar con Rhys: —Si no les importa, haré que Kellen se quede aquí para que pueda cuestionar a los sirvientes.
—Por favor, hágalo —replicó Rhys con una mirada grave.—Sería mejor si lo resolviéramos lo más rápido posible.
—Gracias por su cooperación, Sr.
Meyers.
Le enviaré una carta si encontramos algo acerca de ella —dijo el viejo Consejero, estrechando sus manos con todos y se despidió, después de colocar el cuerpo en el carruaje en el que viajaba.
Después de que Rhys le ordenara a su mayordomo ayudar al Consejero llamado Kellen, que se había quedado atrás para interrogar a los sirvientes, regresó a la sala donde estaban todos, incluyendo a Heidi.
—No parece que fuera un ladrón —declaró Warren sobre el asesinato.
—No lo es —afirmó Rhys con rapidez.—Aunque le robaron el collar de diamantes, nadie rompería la cara de una mujer hasta ese punto sin un motivo.
Lettice dijo que hizo que la criada usara su ropa y joyas porque estaba a punto de casarse.
El hombre debió haber entrado a hurtadillas en la habitación cuando ella había salido por un momento, pero él no había previsto que ella regresaria rápidamente para verle desfigurar su cara.
—¿Tienes alguna idea sobre quién podría estar detrás de esto?
Debe haber un motivo —dijo Warren mirando a Rhys que suspiró, para hablar.
—¿Hay alguien que podría no tener un motivo?
Ni siquiera sé a quién señalar.
Le he pedido a Kellen que vaya a la ciudad de Lettice para preguntar si encuentran algo.
—¿Crees que podría haber sido el chico?
—preguntó el Señor.
Heidi, que los escuchaba mientras estaba de pie a un lado, se preguntaba silenciosamente de quién estaba hablando el señor Nicholas.
—No, no creo que pudiera haber sido el debilucho.
Él sabe bien que lo torturaré con o sin el conocimiento de Lettice —esto hizo que el señor Nicholas sonriera ante las palabras de Rhys:—Pero es un buen lugar para comenzar.
—¿Cómo está tu esposa?
—preguntó el señor Nicholas a Rhys cuando empezaron a caminar fuera de la mansión, bajando las escaleras.
—Está descansando.
Es la primera vez que ve algo como esto —respondió Rhys.—Para los vampiros, la sangre es una visión común, pero como los humanos no están acostumbrados, les resulta difícil digerir esta visión cuando implica demasiada sangre.
Pero estará bien —asintióél, pensando en eso.
—Los humanos no tienen la capacidad de resistirlo —murmuró el Señor, mirando a Heidi por un momento fugaz antes de volver a mirar el carruaje que se dirigía hacia ellos, frente a la mansión.
—Srta.
Curtis —el dueño de la mansión se volvió para hablar con ella.—Me alegra que mi esposa haya puesto su fe en usted como su amiga.
Creo que solo en los momentos difíciles se demuestra la valía de una persona —dijo.
Levantó la mano, capturando cada movimiento de ella con sus ojos inteligentes.
—Me alegra que esté a salvo —Heidi estrechó sus manos frías, con una pequeña sonrisa en sus labios.
En comparación con el Sr.
Meyers y Warren, las manos del señor Nicholas eran sorprendentemente cálidas.
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